miércoles, 12 de septiembre de 2018

Mis raíces

Foto de Domingo Guzmán Huamán Sánchez.







ÁRBOL GENEALÓGICO DE DON JUAN DE LA CRUZ SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
DE LA COMUNIDAD CAMPESINA DE COCHAPETÍ-HUARMEY

Por Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
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Este tema no es un mero pasatiempo, ni un bucear en un mundo primitivo, es el esfuerzo por conocer mejor nuestros orígenes en un intento de explicar  parentescos. Los logros obtenidos se ponen al alcance de los cochapetinos, en un intento  inspirado por el amor entrañable a la tierra que nos vio nacer, crecer y volar.
Sobre la genealogía de la familia Sánchez, la más numerosa de Cochapetí, el Administrador de Empresas don Raúl Sánchez  Espíndola nos dice:
 “Según versiones, de mi padre don Macario Sánchez, nuestros antepasados vinieron de la provincia de Antonio Raimondi (Llamellín), llegaron a Choqui Rikay ( Huaraz, Recuay, Rapish Pampa) por Huancapetí, Aija, Pancán, Malvas y  paraje de  Coray, arribando posteriormente al caserío de Cochapetí del distrito de Cotaparaco”. Agrega: “el árbol genealógico de la familia Sánchez  parte de la  señora Francisca  Sánchez Olivera que tuvo cinco hijos de padres diferentes y por respeto y consideración a su digno padre, a todos los inscribió en el libro de la partida de nacimiento, con el apellido Sánchez:

- Ambrosio (Apolinar) Sánchez.
- Atanasio (Robles) Sánchez
- Vito (Dionisio) Sánchez
- Valvis (Jaucala) Sánchez
- Alejandrina (Espinoza) Sánchez.

1.       -Doña  FRANCISCA MAGNA SÁNCHEZ ALEGRÍA
Testimonio de Dn Juan de la Cruz Sánchez Rodríguez  recogido por su nieto Domingo de Guzmán Huamán S.
Francisca Magna nació en una hacienda ubicada en la quebrada del caserío de Chingas, Llamelín, Huari por  los años de 1835 y fue la única hija de la familia Sánchez Alegría.
Sus progenitores fueron don Francisco de Paula Sánchez y la  huanuqueña doña Magna Isabel Alegría.
La niña creció en un ambiente poblado de flores, árboles frutales, trinos, susurro de aguas cantarinas. El caserón donde vivía estaba lleno
de comodidades, acorde a la época. Todo estaba a su alcance: paisaje tibio con cerros escarpados, valles, quebradas y el afecto permanente de sus padres.
Francisca Magna, durante su adolescencia y juventud, poseedora de una extraordinaria belleza, conquistaba a propios y extraños con sus ojos azules profundamente dulces, cuerpo escultural enmarcado con vestidos al estilo virreinal con encajes de seda fina. Su piel ligeramente rosada estaba adornada con alhajas de oro y plata con pedrerías  deslumbrantes.
Cuando ingresó a la juventud, por las puertas de la inteligencia, reflejada a través de sus ojos penetrantes y vivaces fue acosada por jóvenes de lejanas tierra que con motivo de las fiestas que organizaba su señor padre, don francisco de Paula, llegaban integrando delegaciones.
Doña Francisca era la única hija y estaba destinada a “vestir santos”. Amaba a sus padres con el mismo afecto de ellos. No tenía oportunidad alguna de alternar con jóvenes de sexo opuesto.
Mientras don francisco de Paula se encontraba en la Ciudad de los Reyes, Magna Isabel fue visitada por su primo hemano, su esposa e hijo  llamado Ambrosio Apolinar.
El amor a primera vista, entre Francisca Sánchez  y Ambrosio Apolinar surgió impetuoso y arrollador que sumergió a los enamorados en el remolino de pasiones incontenibles.
Aprovechando la presencia de la luna llena y la complicidad de un peón de establo de la hacienda, enjaezaron dos caballos, hincharon las alforjas con fiambres, vestidos y monedas. Protegidos por la cortina del silencio, partieron rumbo a la ciudad  de Huarí a donde llegaron con los destellos de la aurora.
Ambrosió se apeó con ligereza y tocó el portón del zaguán de la casa de sus padres, que se encontraba ubicada en las afueras del pueblo.
 El  “tápakoq” después de saludar con una genuflección, invitó al “Niño” Ambrosio  a pasar al patio del  caserón.
 Mientras el  indio se encargaba de bajar las alforjas, desensillar  y proveer de alfalfas frescas a  los caballos, los jóvenes enamorados ingresaron a un salón  elegante con muebles Luis XV y un órgano barroco que fue ejecutada con maestría por Francisca.
Al día siguiente, después de sacudirse el polvo del camino, bañarse y acicalarse,  Ambrosio ingresó al comedor  en compañía de Francisca  que fue presentada a sus hermanos menores, explicando que su prima Francisca estaba de visita.
El año de 1854, gobernaba el Perú el general Rufino Echenique. La intriga política  cundía y gestaba un movimiento rebelde, organizado por el Suprefecto de Huari don Isidro del Río.
La lacra socio política impuesta por el gobierno de turno fue la temida “leva” que arrancaba  de sus humildes hogares a los jóvenes para trasladarlos a lejanas tierras para servir de soporte a gobiernos tambaleantes que se sucedían a menudo.
El recluta estaba condenado a sufrir los bárbaros métodos empleados por los  instructores, cabos y sargentos al militarizarlos; y finalmente muchos no regresaban  a sus hogares al encontrar la  muerte como consecuencia de enfermedades y balas fratricidas. Fueron éstas las razones   por las que se resistieron  siempre a ser reclutados como sucedió en Huarás en 1854, abriéndose paso a una rebelión popular que unificó, momentáneamente, a los hombres de la ciudad y el campo.
El prefecto de Ancash, coronel José Joaquín  González había impuesto medidas de reclutamiento forzadas que precipitaron los acontecimientos deplorables, al imponerse a sacar  a los levados de Huarás con la dotación  recibida de las provincias.
El joven Ambrosio Apolinar que había sido levado en Huari ya se encontraba  acuartelado en Huarás, junto a cientos de jóvenes del departamento. La joven  Francisca Magna Sánchez  Alegría y otras mujeres huarinas, que habían seguido a sus seres queridos, trasmontado la Cordillera Blanca, se juntaron a otras mujeres del departamento y el día 12 de febrero  promovieron, a pedradas y gritos, un levantamiento femenino.
Cuando los reclutas eran conducidos con destino a Oyón a detener el avance del general Deustua, que se dirigía a Cerro de Pasco a develar la rebelión  contra Echenique, en Tacllán,  doña Pushti Mariquita, junto con 25 mujeres donde se encontraba Francisca Sánchez, se interpuso ante el paso  de las tropas de la gendarmería  gritando: ¡“No irán a Lima”¡
Esta actitud resuelta, dio origen a que Ambrosio Apolinar, su conviviente Francisca y un recluta recuaino Joaquín Robles, aprovechando la indecisión de los custodios huyeran hacia el caserío de Síncuna, Recuay.
El comportamiento histórico de las mujeres de los levados fue aprovechado por los conspiradores contra el régimen. Echenique, desde Lima, envío al coronel José Allende y el 1º de marzo atacó la ciudad de Huarás sosteniendo una porfiada lucha en el paraje de Cushuruyoq    frente a miles de campesinos.
El movimiento popular llegó a extenderse a los pueblos de Recuay, Huarás, Casma y Huarmey que fueron sofocados uno a uno  por las tropas del gobierno, hasta que el 24 de abril de 1854. Allende desde Lima dirige su proclama a los pueblos de Ancash.
Mientras tanto, a fines de febrero, en pleno carnaval, los jóvenes fugitivos Francisca, Ambrosio y  Joaquín, después de trasmontar  el pico gélido de “Ututu punta” de la Cordillera Negra, recorrer  las pampas extensas de “Shutu pampa” cubiertas por ichus silbadores y remojar sus pies lacerados en las aguas cristalinas de la laguna de “Shiki” y resbalar por quebradas profundas de “Oqshi” y “Wankur” llegaron a la estancia de “Qoray”, ubicada en las faldas del cerro Shallpun.
Impresionadas por la belleza exuberante de Francisca y la jovialidad de sus acompañantes, las familias de Coray dieron la bienvenida, brindándoles hospedaje y trato amical durante la velación de cruces y los corta montes.
La población enterada de los motivos de la presencia de los jóvenes le brindó tierras para la siembra y construcción de viviendas, considerándolos como miembros de la comunidad.
Aislado de la tierra que los vio nacer, Ambrosio y Francisca empezaron una vida llena de proyectos al lado de su primogénito que llevaba el nombre de  Ambrosio Francisco.
Como en la vida se presentan cosas imprevisibles, sucedió lo inesperado. Con el sol, Ambrosio  retornaba a su casa, después de haber trabajado todo el día en su chacra, tenía el semblante desencajado y revelaba que le dolía el corazón. Francisca, con la ayuda de  las vecinas, preparó pócimas para calmar el malestar incesante
Durante la noche, la pulsación aceleró, la fiebre subió los límites imprevisibles y antes del amanecer, don Ambrosio voló a la inmortalidad, lejos de sus lares y familiares queridos, dejando a la mujer de sus amores en tierras extrañas en compañía de su primogénito.
Francisca, posteriormente, se comprometió con Joaquín Robles, el compañero de huida de Huarás a Recuay y Coray.
En un accidente, Joaquín se trozó la pierna y la hemorragia que no fue contenida, pese al empleo oportuno de cicatrizantes, le ocasionó la muerte; Francisca concibió tres  hijos más que llevaron el apellido suyo. La idea era perennizar el apellido de su buen padre que lo abandonó  a causa de un flechazo que recibió de Cupido.
A la fecha. El apellido Sánchez se ha ramificado y perenniza a la dama trasandina que convirtió su cuerpo y sangre en el humus de las Vertientes del  Pacífico que alimentó a sus hijos:
Ambrosio (Apolinar) Sánchez
Atanasio (Robles) Sánchez,
Vito (Dionisio) Sánchez,
Valvis (Jáucala) Sánchez y
Alejandrina (Espinoza) Sánchez.
Cinco descendientes, cinco apellidos, cinco aspiraciones consolidadas bajo el árbol genealógico de la familia SÁNCHEZ.

1. DON AMBROSIO (APOLINAR) SÁNCHEZ CON DOÑA BENEDICTA RODRÍGUEZ, TUVIERON NUEVE HIJOS
Juan Sánchez, Dominga, Pantaleón, Julio, Jacinto, Máxima, Crisólogo, Tomás y Marina Sánchez Rodríguez.
1.1.- Don Juan de la Cruz Sánchez Rodríguez con doña Juana
       (Espíndola) Yacupoma:
Primitiva, Priscila, Nemecia. Amadea, Rufino, Eugenio,         Austragilda y José Sánchez Yacupoma.
1.2. Dominga Sánchez Rodríguez con Raymunndo Rosales:        Claudio y Germandina Rosales Sánchez.
1.3.- Dominga Sánchez  Rodríguez con Manuel Huamán
        Quiñones:
        Leonila  y Primitivo Huamán Sánchez.
1.4.- Pantaleón Sánchez Rodríguez con Teolinda Hinostroza:
        Clementina, Laurentina, Pascualina, Constantina, Cristina,   
        Celsa, Gervasio y Antonia Sánchez Hinostroza.
1.5.- Julio Sánchez Rodríguez  con Ana Yacupoma:
        Perfecta, Eusebia y Román Sánchez Yacupoma.
1.6.- Jacinto Sánchez  Rodríguez con Sózima Guerrero:
        Josefina, Gregoria, Emilia, Experio, Francisco y Federico  Sánchez Guerrero.
1-7.- Maxima Sánchez Rodríguez con Osvaldo Rodríguez
        Guerrero:Pelagia, Bertha, Magno, Ricardo y Ferrer  
        Rodríguez Sánchez.
1-8.- Crisógono Sánchez Rodríguez: sin descendencia.
1.9.- Tomás Sánchez Rodríguez con Delfina Alvarado:
        Digno, Marcelino y Tiberio Sánchez Alvarado.
1.10.- Marina Sánchez Rodríguez con Jeremías Inocente:
         Quiterio, Silverio y  Armando Inocente Sánchez.
1.11.- Atanasio Sánchez con Juana Guerrero: Fidela Sánchez
          Guerrero.
1.12.- Vito Sánchez con Teresa Vásquez :Juan Sánchez Vásquez.
1.13.- Valvis Sánchez con Juliana Yacupoma:
Macario, Hipólito, Constantino, Esther, Rosula, Demetrio. Amadeo, Mauro y Zócimo  Zúñiga Sánchez.
Nota: Los descendientes de la generación que acabo de anotar está en proceso de recopilación de datos para completar el trabajo de investigación.

3.- JUAN DE LA CRUZ SANCHEZ RODRIGUEZ
“Don Juan De la Cruz Sánchez, artesano de gran creatividad, se dedicó, con sutileza, a la sastrería, al tejido de telar y como artista plástico en la especialidad de modelado con cera. Fue  personero legal de la Comunidad Campesina de Cochapetí, durante toda su vida ciudadana. En 1934, desde  su prisión en la cárcel de Huarás, donde se encontraba por la denuncia  calumniosa de sus adversarios usurpadores de las tierras comunales de Ampip, Shiway, Guataspín, Monasterio, Guacya y otros, logró el protocolo del testimonio de las tierras de la comunidad, en la notaría del Sr. Víctor Alvarado, de Huarás, el 02 de junio de 1934. De esta manera, la comunidad de Cochapetí recuperó las tierras usurpadas por el español Joseph Rodríguez que había obtenido del Corregidor Tomás de Urdinola, el 13 de Diciembre de 1714, el 80 % de las tierras pertenecientes a los ayllus de Qorpan,  Wankur y Pariash, aduciendo que eran sobrantes  de la distribución  de los repartimientos.
Don Juan De la Cruz Sánchez Rodríguez
Fue hijo de don Ambrosio (Apolinar)  Sánchez  y de doña Benedicta Rodríguez; nieto de doña Francisca Sánchez y de don  Gelacio Apolinar. 
Sus hermanos fueron: Pantaleón, Julio, Jacinto, Maximina, Crisógono, Tomás Anastacio, Dominga y María Sánchez Rodríguez.

Don Juan de la Cruz Sánchez Rodríguez con  Juana  (Espíndola) Yacupoma, tuviereon los siguientes hijos:
Priscila Isabel, Nemesia,  Amadea, Primitiva Magna, Rufino, Eugenio, Austragilda y José  Sánchez Yacupoma.
Doña Priscila Isabel, ama de casa, natural  de Cochapetí, tuvo un hijo natural con don Jeremías Inocente Cerna, llamado  Jesús Inocente Sánchez.
Doña Priscila Isabel,se casó con don Félix Toledo Orellano, agricultor, natural del distrito de Malvas, con quien tuvo tres hijos:
Eduardo, Fabián  y Alejandro Toledo Sánchez.
Doña  Nemesia Sánchez Espíndola, costurera, se casó con Rodolfo Carrillo, natural de Jauna, provincia de Huarás, con quien tuvo una hija llamada Juana Carrillo Sánchez, costurera como su señora madre, que se casó con don  Eduardo Hinostroza, empleado del Correo Central de Huarás. Murieron  en el sismo del año 70.
Doña Amadea Sánchez  Espíndola, panadera, se caso con don Benigno Guerrero, agricultor y ganadero. Tuvieron dos hijas: Alejandrina y Marcelina.
Doña Primitiva Magda Sánchez Espíndola, ama de casa, se casó con  don Daniel Sabino Huamán Giraldo, agricultor y tejedor en telar y kallwa, tuvo dos hijos: Domingo de Guzmán y Paulina Huamán Sánchez.
Austragilda Sánchez Yacupoma se casó con don Vicente Brito Napurí, agricultor y promotor cultural; tuvieron los siguientes hijos: Ignacia, Quintín, Evaristo, Estelo, Graciela, Eugenia, Fortunato y Félix Brito Yacupoma.
Don Rufino Sánchez Espíndola, tejedor como su padre,  se casó con doña  Deusebridas Guerrero Gilio, natural de Santa Cruz; procreando a Visitación Juan,  Rosa Edmunda, María Fausta, Lila, Flora Margarita y Juana Crisola.
Eugenio Sánchez Espíndola, tejedor y agricultor como su progenitor, se casó con doña Tarcila Cuentas Toledo, del distritovecino de  Malvas;  tuvieron los siguientes hijos:
Dora, Ever, Lula, Noemí, Santa, Roosvelt y Priscila  Sánchez  Cuentas.
El profesor don José Calazans Sánchez Yacupoma, contrajo nupcias con la profesora Máxima Moreno Deledesma. Son padres de: Magda Juana, Walter  Melina y Mirtha  Cecilia  Sánchez  Moreno.

3.1.- ALGUNOS NIETOS  DE DON JUAN DE LA CRUZ SÁNCHEZ RODRÍGUEZ:

1.- Jesús Inocente Sánchez, empleado del hotel Maury de Lima, se casócon doña  Inés Vergaray Bazán (de Laymibamba, Amazonas),  ama de casa y tuvieron tres hijos: Juan, Isabel y Micaela Inocente Vergaray.

2.- Eduardo Toledo Sánchez, empleado del Banco Popular del Perú de Lima y próspero editor, se casó con doña Yolanda Nemesia Deledesma Rosales  y tuvieron como hijos a: Herlinda Marlene, Contadora Mercantil; Verónica Yolanda, Secretaria Ejecutivo Gerencial; Eduardo Félix, Estudiante de  Economía; Elmer, estudiante Administración de Empresas; Karina, Bachiller de Contabilidad.
3.- Fabián Demetrio Toledo Sánchez, Bachiller de Derecho se casó con Emma Rodríguez  Quiroz, Técnica en enfermería, tuvieron como hijos a: Paola Priscila, Licenciada en Enfermería y  Henry Félix, Bachiller en Administración de Empresas.

4.- Domingo de Guzmán Huamán Sánchez, profesor de Artes Plásticas  contrajo matrimonio con la profesora Porfiria Reyes López, de Cochabamba, Huarás. Sus hijos:
- Abogado Daniel Guzmán Huamán Reyes con la Prof. Lucía Morales de Pariacoto, Huarás, procrearon  a: Miguel Ángel Daniel, Cristian Janes y Emanuel Alejandro Huamán Morales.
- Mg, Liz Rosalba Huamán Reyes ( Madre de25 sobrinos)
- Técnica en Salud. Amada Florinda Huamán Reyes con  el PNP Juan Quispe Berrocal, tienen tres hijos: Juan Carlos;  Jhulino Fabricio; Juan Diego y Brigitte Quispe Huamán.
- Profesora Marisol Jacqueline Huamán Reyes(Falleció el 26 de junio del 2001) con Amado León Cáceres de Trujillo, La libertad, tienen sus hijos: Olivia  Jackeline y Ángel Amado León Huamán.
- Técnico PNP. Rabindranath Huberth Huamán Reyes con la profesora Mary Maguiña Ortiz, tienen una hija: Ing. Industrial, Mariliz Melisa.
-  Comandante PNP. Miguel Angel Huamán Reyes con la profesora de inglés  doña Pilar Doris Párraga Fernández tienen tres hijos: Samuel Miguel  Ángel y Moisés Josué  y Sofía Huamán Párraga.
 - Lic. Administración Pública: Indira del Rosario Huamán Reyes con Marco Olivera Sotelo tienen tres hijos: Ingrid Dianira, Irving y Valeria  Olivera Huamán.

5.- Alejandrina Guerrero Sánchez con Avilio Huerta:
Elvira, Fernando, David, Zenovia, Magna, James, Própero, Elsa, Juan Junior Huerta Guerrero.

6.- Magda Juana Sánchez Moreno con Darío Pariona y sUs hijos son:
- Angélica,
- Lucero
7.- Walter  Sánchez Moreno es Ingeniero Electrónico por la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, Lima Perú. Tiene estudios en Global MBA – Centrum, casado con Cecilia González tiene como hijos a:
- Walter
- Kennis
-  Patrik
-  Edison.
8.- Melina  Sánchez Moreno con fredy Inocente Rodríguez, con los siguientes hijos.
- Fredy
- Edin.

9.- Mirtha  Cecilia  Sánchez  Moreno, soltera codiciada, destinada a los dioses del Olimpo.

COLOFON:

El contenido del presente trabajo nos exige a realizar un  árbol genealógico de don Juan  De la Cruz Sánchez Rodríguez y Doña Juana Espíndola Yacupoma, con la biografía del tronco familiar y de cada uno de Sus descendientes, considerando:
- Fecha de nacimiento, lugar, bautizo y padrinos, fiesta de quince y 18 años, estudios, logros alcanzados, matrimonio, hijos, nietos y proyecciones.
- Cada miembro de familia tiene que conseguir la fotografía de sus padres, hermanos, hijos y nietos; hermanos, primos, tíos y abuelos con la descripción de acontecimientos
- Confeccionado el árbol genealógico se editará y se colgará en un ambiente adecuado.

En conclusión:

Los aspectos básicos que describen a una familia son el amor, la unión y el cuidado, que en los tiempos modernos se ha perdido la esencia de la familia, por la necesidad  de adaptarse  en el mundo actual.
Un elemento básico en la familia son las  reuniones para poder pasar tiempo juntos, pero se imposibilita porque los jóvenes utilizan su tiempo para atender su vida personal y los adultos se ocupan de su trabajo. Para mantener la familia unida,  es necesario buscar un tiempo, para reunirse y poder compartir la vida de cada miembro familiar, alegrías, pero también experiencias e incluso problemas.
Resulta provechoso  comer juntos toda la familia  en torno a la mesa, como se hace en los cumpleaños, bautizos, matrimonios y fiestas patronales, porque:
- fortalece los lazos familiares y ayuda a reforzar el vínculo de los más jóvenes,  los  hijos necesitan  conversar con sus padres para explicar sus necesidades y la solución de sus problemas.
Es una buena manera de aprender buenos modales en la mesa, especialmente para los más pequeños, porque ellos ensañarán las mismas costumbres a sus futuros hijos.
  
Resultado de imagen para cochapetí
El Paraíso es Chapetí
su mirador es Ishque Cruz,
lugar de donde se contempla
valles, quebradas y playas.










































































































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