miércoles, 14 de octubre de 2015

ARSENAL NUCLEAR


Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

ARSENAL NUCLEAR 

POR DOMINGO DE GUZMÁN HUAMÁN SÁNCHEZD
Poema Cora l 
 I 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! No dañen la faz límpida del cielo, no dañen de la tierra la faceta, no dañen la llave de la pileta, no dañen del Sol el bermejo pelo. Hay millones disputando una lata, soñando reciclajes impactantes; hay millones de manitas pendientes en calles y plazas pidiendo bata. 
                                                                              II 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! No fabriquen poderosos misiles, El universo es lo más importante y también el saber del ignorante para entender el grito de fusiles. No diseñen simulados trabucos, la prevención es lo más importante y también el saber del ignorante para acallar lenguaje de bravucos. 
                                                                             III
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! No armen monumentales submarinos porque tronchan lirios y calorías; no produzcan lisiadas fantasías, confeccionando armamentos nocivos. No más trastornos para destruir los millones de años de evolución; no más emanaciones de emoción para inflamar la ansiedad de vivir.¿ 
                                                                              IV
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Constructores de ojivas atómicas, no pretendemos que con las auroras esos juguetes aumenten gorduras en guadarneses con risas cómicas. Que aprenda la mariposa a volar y succionar el néctar de las brisas; los rejones roturen las sonrisas para dorados trigos cosechar. 
                                                                              V 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Dejen de cebar silos de la muerte, suspendan la carrera armamentista porque es peligroso a toda entre vista, tener arsenal nuclear en el fuerte. El siglo comenzó trotando l salvas y siento en sus pezuñas chispa digna atropellando la actitud indigna en riberas, valles, punas y selvas. 
                                                                            VI
 Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Recién el Astro Rey limpia su cara manchada con explosiones nucleares; sepan que la tierra está en sus andares, pigmentando la corteza de Tara Ella sufre mucho por Nicaragua y sangra a torrentes por Iroshima; y llora porque espera que no gima el hombre durante la escarcha de agua. 
                                                                           VII
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! No queremos que las aves se mueran tostadas en los ígneos desiertos, rechazamos los frívolos conciertos; por más delicados suspiros fueran. No aspiramos que nuestra Tierra explote generando un desconcierto mítico y las cometas en vuelo rítmico fracturen sus mandíbulas al trote. 
                                                                        VIII 
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Yo quiero pasear con mis pensamientos, yo quiero encontrarme sujeto cuerdo, yo quiero reconquistar mi recuerdo, yo quiero jugar con mis sufrimientos. Observo los Andes y sus riquezas, brillantes están sus albos picachos que proyectan vistazo de aguiluchos a los cultivadores de franquezas. 

                                                                         IX
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! No vayan a fracturar a la tierra con láser, máquinas y dinamita; no vayan a dejarnos sin humita, moriríamos de hambre sin guerra. En algún paraje de lo insondable, nuevo Pitecántropos surgiría; entonces, a nacer comenzaría la esperanza con derrotero noble.
                                                                         X 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! ¡Oh, parteros de objetos que no amamos! la esencia automática y mortífera, trasladaría nuestra noble esfera al mismo abismo de donde brotamos. La muerte tiene los labios resecos, pestañas pobladas de soledad, noches cubiertas por la oscuridad y dientes como corazones huecos. 
                                                                       XI
 ¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Aún no hemos visitado el paraíso para excavar nuestra fría mansión donde el sol implora la redención, para incinerar penas previo aviso. Quiero alcanzar la raíz del cementerio y captar con somnolienta mirada mi lápida por claveles rodeada y de parientes con sano criterio. 
                                                                      XII 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Lucifer se acerca con su promesa, como al vapor de agua hedionda percibo; y siento que rubrica mi recibo con la pluma fuente de la queresa. Con fuerza me aleja del Protector, bloqueando mi alma en barranco profundo donde la herida abierta lo presiento mezclarse con hediondo receptor. 
                                                                      XIII 
¡Mortales fabricantes de la muerte! ¡Esperen! Por la libertad presa en las mazmorras por los niños que reptan el futuro, por las heridas hondas que suturo impidamos el triunfo de las garras! No más incursiones como en Grenada No más incursiones como en Pasiones, No más incursiones como en Lociones; No más incursiones como en Posada.
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 Domingo de Guzmán Huamán Sánchez 

Nació en el distrito de Cochapetí, (Resplandor de halcones en Vuelo) provincia de Aija el 04 de agosto de 1938. Realizó sus estudios primarios en su tierra natural. Estudios secundarios en el Colegio de “La Libertad” de Huarás, Promoción 1959. Estudios superiores en la Escuela Regional de Bellas Artes de Huarás.- Ancash. Ha escrito poemas, cuentos, teatro, novelas, himnos de colegios e instituciones diversas. Ha recibido reconocimientos de la Biblioteca Nacional del Perú, de la Casa del Poeta Peruano, de la Dirección de Cultura, de municipios provinciales diversos del Perú y Laureles Magisteriales del club Ancash, Atusparia de Oro, Premio Horacio Zevalos y Casa del poeta Peruano por ser autor de su Himno. 

File:Atomic cloud over Hiroshima.jpg

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