sábado, 14 de septiembre de 2019

P0EMAS, MITOS, CUENTOS, LEYENDAS Y TEATRO








DOMINGO DE GUZMÁN HUAMÁN SÁNCHEZ
poemas
y

CUENTOS DE MI TIERRA COCHAPETÍ

Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Para Adelia y Nicolás, conductores de la Asociación Montessori Vida”



I
ENCANDILANDO VERSOS

    

MIA FUE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me ofende el estudiantillo
al decir que no tendré
una mujer como él tiene;
antes que la tuviera mía fue.

A pesar  de que las mujeres
indispensables en la vida son,
más indispensable no hay
que la vida en las mujeres.



SERÍA MÍA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me dijo con el cristal
que rodaban por sus mejillas,
antes que yo la pretendiera,
su primo  había desangrado
su castidad de blanca paloma.

Mientras sobre su pasado ella llora
envuelto por el fardo de la incertidumbre;
yace ultrajada en el lecho de mi mente
y sin esa bruma, ahora, sería mía.

Si no logro tocarla me frustro,
si me frustro me deprimo,
si me deprimo no la amo,
y si no logro tocarla muero.




LUÍS PARDO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

De los hacendados sin la traición
no habrían capturado a Luís Pardo:
el Bandolero Romántico sin igual
defensor de los relegados del Ande.

¿Urgía en una pica poner su cabeza
para evitar su definitiva consagración?
¡No! … el tiempo y los vientos
sus décimas juntaron.

          
CANDIDATO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Para Regidor soy candidato
en las próximas elecciones;
pero, con la tempestad
de los golondrinos que se venden
y afrentan a la democracia,
será imposible que tenga ordenanza.



LA CONOZCO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Yo que  la conozco,
sus picardías revelaría,
sus nocturnas andanzas
y deleite con perforaciones;
pero, juzgo que cambiará.

No contaré de su lujuria,
nada de su desfachatez,
nada de su promiscuidad,
nadita de sus maldades,
sólo de su seducción diré.

A minucias, no quiero llegar
porque me  conviene  saber:
de sus padres el comportamiento
en su hogar la falta de puchero
y no la barba regada de ropajes.


VEJEZ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Viejo y sin fuerzas estoy,
así viejo y sin fuerzas,
levanto mi voz de trueno
contra la filuda guadaña
que acortarme la dicha trata.

Para hablar de redención
tan agotado me siento
que no sé como empezar
ni como y cuando concluir.

DEFENSORES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Dices que Bolívar liberó cinco países
y quiso una conducción vitalicia,
que fue de la justicia un gran defensor
paralelo al Santo de la Espada.

Poco informado estás,    
casi nada has leído
sobre independencia,  
y opinar el tema te impide.
¡Amigo¡ tu afirmación provoca duda.     



           CAZADOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Es un cazador
de venados y pumas,
como que  en frías punas
es un gran tirador.

¿Y qué duda hay?
También tú,
puedes ser cazador;
internáte en un zoológico,
apunta y mata
venados y pumas.





           SON  SENSIBLES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Sensible es el poeta
y también lo es el músico
que con el preclaro  pintor
forman un grupo indiscutible.

Para ellos
¿Qué es la vida?
¡Un frenesí,
un suspiro, un resbalón¡
¿Y la muerte?
¡Una sombra que cubre ataúdes¡



LA QUISE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
La quise como nadie.
Me engañó e incluso,
se fue riendo con otro,                                            
ojalá un pan le de nadie.
 
¡La quise como nadie!
en el cercano hospital,
donde es bueno el cuidado,
no encuentre reposo
o un sedante
cuando caiga enferma.



CUERPO DE MUSA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

¡Oh cabellos exuberantes!
¡Oh frescos limones!
¡Calurosa encañada palpitante!
¡Oh deleitosos y succionadores labios!
¡Ondulantes páramos que deshidratan!
¡Oh sorpresa indescriptible¡

En un cuerpo de musa
¡Ah¡ fácil es encontrar
inmersión para la  seducción.




MUERTE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando nos entierren
¿Quiénes llorarán?
Cuando nos  encierren
¿Quiénes nos visitarán?
¿La  muerte será un largo silencio
que visitas y responsos impedirá
para que eterno sea el sueño
de nuestros despojos? 




GAVIOTA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Gaviota con cuerpo de sirena
bebe  de la fuente de mis labios
y cuando retornes a los mares
dale un beso a la roca fría.

Antes suminístrale un beso al cielo,
con tus alas de seda rema el aire
para que no perciban mis oídos
la risa sarcástica del silencio.

NO SOY CULPABLE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Dios que todo ve
sabe que soy inocente,
rodó por la pendiente
impulsada por la galga.

Y con motivación del demonio
los gallinazos la rodearon
y en fracción de segundos
su cuerpo desgarrado fue.

DIÁLOGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Muy  triste,
 la niñita, dijo:
- ¡Mamita hambre tengo!
- ¡Que pena¡  fiambre no traigo.
- ¡Que importa¡ llegará el día
  que los pobres comerán pan                      
  y los ricos ¡mierda, mierda!                       


FELINA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
La encumbras a Mercedes
y como a Venus la endiosas;
¿Que tal si la conocieras
y supieras que es felina?

Si los adolescentes hablasen,
si los barrancos comunicasen,
si las bancas  pregonasen
conocerías su azabache trayectoria.

COMPRENSIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Luz,
de la oscuridad ¡sácame!,
riega  mi camino con estrellas.

¡Por favor!
no impidas
enmadejar los hilos
de la felicidad eterna.

Mis súplicas escucha:
deseo ceñirte y rozarte,
a todo momento vivir contigo
y después de muerto amarte.

Comprensión y cariño,
respeto y premio
tendrás de mi  familia,
en cada instante de tu vida
como justa retribución.

CASTIGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Que se fracture el firmamento
y surja del mismo averno
el candente fuego eterno
para chamuscar a delincuentes.

La sociedad se oxida con la maldad;
por todas partes pululan
funcionarios  con largas uñas,
colas de roedor
e instintos de vampiro.

¡Dios mío! …
unos segundos concédele
para que Satán haga lo suyo
y deje hecho cenizas al mundo
acelerando la Resurrección.


EXECRACIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
¡Dios mío! Un maldito pecador soy
igual que de la tierra otros seres;
acaba con nuestros largos  pesares
del castigo con el calor o  frío intenso.

El día de mi cumpleaños
torrencialmente que llueva,
los huaycos destruyan mi casa
y la luz se aleje para siempre.

 IMPOSIBLE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Que la tierra me trague al momento
que mis hijos también desvanezcan
si han de  servir para que perezcan
las maldades del mundo.

Perezca la humanidad al momento,
 perezcan los peces y las aves,
 si han de permitir el alivio
 de millares de niños sin madre.

           LA CONOCÍ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
De día y noche trabajaba
¿Verdad Dios mío  que fue así?
Finalmente la conocí
y la hice esposa mía.

De día y noche oraba
¿Verdad Virgencita que fue así?
Ahora recorro su cuerpo
palmo a palmo.

           EL AMOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

No soportó la nieve 
ni tampoco el viento,
por eso,
con el corazón congelado
volando,
volando
se fue.

           SABOREAR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Compré un rico cochabambino
y también una tierna cochapetina                          
y del almuerzo  a la hora bendita
comí papa sancochada con queso.

         INVITACIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Los sábados y domingos,
nos invita nuestro abuelo
su fiel cesantía con afecto
que la degustamos contentos.

¡Que gran pena!
de su cesantía al no gozar
cuando abuelo se ausenta
y los besos sedientos nos deja.

MI DIRECTOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi director es pegado a la ociosidad
es un hombre que le pesa la barriga,
es un ente que ajena pena amortigua,
es tan lento que vive de caridad.

HAMBRE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tenía mucha hambre
y comía poco,
temía la comida terminar;
tenía flojera de sazonar
y pese a tener hambre
comía poco.


DICEN     
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Dicen que trueno soy
como el mismo diablo,               
y todo San Pablo
dice que bueno soy.



MIENTRAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mientras las nubes voluptuosas
recorran el añil cielo;
mientras en tu núbil cuerpo palpiten
las manzanas de Eva;
mientras las fuentes cristalinas de nieve
horaden mantas de champal;
mientras existan los besos de picaflor y flor
habrá expresión musical, poética y plástica.



QUERRÁS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Querrás olvidarme y no podrás olvidarme,
querrás ausentarte y no podrás ausentarte,
querrás crucificarte y no podrás crucificarte
querrás matarte y no podrás matarte
y cuando te hayas dado cuenta que te amo
llorando y de rodillas me dirás: ¡ Te amo¡
Por más que intente, no podré amarte.



ALHAJAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Son de oro y plata esas alhajas,
con diamantes  y gemas brillantes.
¿No distingues la gama de colores
y la variedad de brillos en el joyero?
                        
                                           
LISTAS ESTÁN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Están verdes los campos,
las lagunas están llenas
y preñadas están las nieves,
listas están para parir.

De las vertientes el suave viento
vuela y vuela sobre vacíos
ventilando  ventanas con vidrios
y ovacionando a los blancos vellones.
        


CUMBRES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En las ríspidas cumbres
las albas nieves se derriten
y los vientos silbadores
recorren valles, cumbres y cimas.



CAMINO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi mujer, es la viajera
que recorre mi vida,
debo tenerla limada
para que  siga mi destino.


ESPEJO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Es un espejo nuestra vida
donde se miran los amigos
y también los enemigos
que nuestro fiel reflejo son.
                                                                    

EL CIRUJANO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Díganme ¿Este señor es bueno?
Sí, Leoncio Bueno, el cirujano,
es tan bueno, servicial y galano
que operando es un buen galeno.


SAN MARCOS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando arribé con elcuerpo cansado
al ” Paraíso de las Magnolias”,
dijeron los perfumes del rosal:
¡Señor, a San Marcos ha llegado!
¡ Si quieres puedes quedarte¡

MAESTRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tú, lograste nuestra superación,
con  dignidad y responsabilidad;
¡Maestro!, te decimos con probidad:
¡Feliz Día! y con emoción festejemos.


LÓGICAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Se acabaron las ilusiones,
y florecen verdes rosales;
y cuando se agolpan los males
la juventud genera emociones.
         
                                                        
             MI PUÑO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi puño es una comba
que golpea como algodón,
las hematomas que deja
son expresiones de paz.

AVES Y HOMBRES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Los Andes son de los cóndores dominio
como el monasterio de  albas palomas;
así como  el hombre recorre el mundo,
también, ellos tienen su señorío.

Como los campos floridos
sobrelleva los rigores,
si golpes rudos recibes
declama versos escogidos.


SUSURRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando susurra el viento
como arrullo de paloma,
subo ligero a la loma
hasta perder el aliento.

Desde la cima
recorro el camino
y a la pampa llego
donde llora mi dulce amada.



DONDE NACÍ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El lugar donde nací
de “Ishke Cruz” (*) en las faldas está,
cuya cuesta declive
de chamizas poblada está.

Los buscadores de haces de tierra
entre dos quebradas se ubicaron
donde cultivaron el maíz y la papa
a mi cultura Ancestral dando origen.
-----------
* Ishke Cruz : Cúspide con dos cruces.

  
CHIWA KANKA *
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
A Cochapetí llegó Raymondí,
del siglo diecinueve a mediados;
y cuando le invitaron  chivo al carbón dijo:
Esta es la tierra del “Chiwa kanka”.

La tarde  en las Vertientes del Pacífico
languidecía cuando el sol brindaba
su postrera lumbre invitando al oremus,
y el gorjeo  del ruiseñor ultimaba su adiós.
-----------
Chiwa kanka: Chivo a la brasa


JORGE Y JACINTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Jorge tiene los cabellos de nieve plateados,
la talla de un añoso eucalipto delgado,
una barba poblada en cutis arrugado
y los ojos opacos de laguna enturbiada.
                                                                      
En cambio, su amigo Jacinto es pequeño
con piel arrugada y  ojos negros,
la nariz corva como de gallinazo
y los pómulos duros como de muerto.

Siempre, ambos visten, de negro,
pantalón y chompa de lana,
y llevan una bufanda de vicuña
semejante a los pastores del Ande.



EL PARROCO DE MI BARRIO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

El párroco de San Francisco mi barrio,
cuando habla,  durante la homilía,
deshoja pétalos aromados
 de versículos de la Santa Biblia.

Su voluntad se cae y levanta de fe,
tiembla al pronunciar frases doctrinales
y parece que va a desmayarse
y besar el piso  frío del alta Mayor.

Concluida la santa misa me pregunto:
¿por qué hace trizas el alma?
¿qué clase de funeral le espera?
Afirmo que ese ángel volará al cielo.



IDENTIDAD
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Don Domingo de Guzmán
hace sesenta años llegó
del pueblito de cochapetí
de  las Vertientes del pacífico.

Pisó la tierra huarasina
ávido de forjar su futuro
en el “Colegio de La Libertad”,
el más antiguo de Ancash.



 ! NO FRACASÓ¡
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Egresó de la Escuela de Bellas Artes
y sin ser Miguel Angel
murales pintó;
y sin ser Rodín
ilusiones esculpió.

Hizo magisterio en
punas,
quebradas
y urbes.

EL MISMO DESTINO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Eran dos estudiantes
que tanto se  estimaban
y sus vidas fueron paralelas:
Del uno fue accidentado,
porque dejó de estudiar un año
al fallecer su santa madre.                 
Del otro fue muy honroso,
haciéndose merecedor
de la medalla de excelencia
en aprovechamiento y conducta,
al final del año académico.

Pasaron los meses
y los años en raudo vuelo;
así, del uno nadie hizo memoria
después de su silenciosa partida;
y del otro que aplausos recibió en la clausura,
al final del ciclo, tampoco.
Profesores ambos fueron
y recorrieron por las sendas
del infierno,
purgatorio
y cielo.
Al final,
se jubilaron el mismo año.


HUYE COMO EL VIENTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Saluda,
a su alcoba ingresa,
abrázala y bésala,
quédate con ella hasta el alba.

Después,
huye hacia la puna,
en la cúspide helada
construye una choza
y no permitas que te cojan,
te condenarían  por violador.

Si ves que se acercan,
al noble bruto coge,                                        
apéralo,
cabálgalo,
huye como el viento.

No des oportunidad
que te cojan con trampa de pezones,
ni con largos dedos de las  noches
¡Suerte amigo, mucha suerte¡

ABRÁZAME
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Me ha consumido tu ausencia
y me duele en  los labios,
en las pupilas, en los talones.

Despierta mis ansias locas
y desenfrenadas,
si, desenfrenadas.

Ahora que estás junto a mí
¡Oh, abrázame!
¡fuerte, más fuerte,
sí, sí, más fuerte!
¡ apretújame!
¡ apretújame!
¡Por Dios!

PROFUNDIDAD
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Era tan profunda,
tan profunda,
cuya hondura mis sentidos no distinguían;
parecía que salvaba el centro de la Tierra
el centro de  la misma Tierra
y salía por un costado.                                      

Parecía  horadar
el piso del infierno,
el techo del purgatorio.
Si hubiera intentado
guardarlo en una cámara
no hubiera logrado,
seguro estoy.


LA EXPLOSIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Bastó que la explosión ocasionada
por los mineros en la puna,
originara el estruendoso ¡bum!
para que se expandiera
por toda la comarca.

ONOMATOPEYAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Al caer sonaron los árboles ¡crac!... ¡poccc!
y las abejas sin rumbo fijo al huir
poblaran el ambiente con su Bzzz Bzzz
del oído los sentidos taponando.
Con su pio, pio, pio las aves,
con su huik-huik los cerdos,
y con su kikiriki los gallos
se sumaron a la justa protesta.

Allí no quedó porque se desencadenó
la furia, el temor y la insolencia:
en el tejado el gato lanzaba su miau,
en el matorral el grillo lazaba su cri, cri .

A medida que pasaban los minutos                           
se acumulaban las sorpresas:
paseaba la mariposa su  rsss rsss
contorneaba la oveja su bee, mee
y flojeaba el pato con el cuac, cuac.

 En la historia para no pasar apáticos
los perros, los peces, las ratas y las vacas
dijeron: Guau, guauu;  glup glup;
ii, ii,ii; muu muu, muuuu.




II  

MIDIENDO VERSOS
EL BESO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Mi beso a la niña agrada;
mi beso corto y cínico       
es del céfiro el lírico          
suspiro en la fría grada.       

                                
GLORIA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Gloria al pueblo impetuoso y soberbio 
que a la lucha se lanzó a morir,                         
optando sucumbir que sufrir                  
y arrasar al invasor soberbio.                  


EL BARDO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Yo soy un bardo tranquilo                                  
de donde crece el Amancay;                  
siempre camino a Barbacay                               
donde duermo muy tranquilo                 
                                  

NO ME ABURRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

El süave susurro,
el süave aletear
inquietan parpadear;
por eso no me aburro.


AMBIENTE DEL CREADOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Vino, sentimiento, guitarra y poesía     
es el ambiente para el creador               
nenas, amigos y buen trovador              
es el mundo lírico del poeta.                  


NEGATIVA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

No quiero las sonrisas odiosas  
de muñecas con ruido
sos dientes        
que suelen llevarnos a las pendientes
y juntarnos con cuerudas babosas.      


LAS CURIOSAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Me ofenden las curiosas             
y sus pícaras miradas,                             
pienso que son expresadas                   
por bípedas ocïosas.         

                      
SIENDO ARMAZÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Maridos que golpeáis                   
a la esposa  sin razón                  
siendo ustedes armazón               
de todo lo que culpáis.                   
                                              
VISITA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Porque tú has querido visitarme,                                              
has llegado y me sacas tiernas  lágrimas                    
y cuando regreses ven con pócimas,                                       
y cálida mirada para amarme.                                        


EL INDIO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

El indio  en la montaña * afila los pensamientos
de   Dios   hijo   dilecto  *  y ve en  la puna fría
como     si    padeciera  *  ira de una porfía
sufre como un taimado  * que golpea sus nudos.


LA LUNA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Descuella la montaña * cual gigante agudo,
los signos  en  éxtasis * un burrito rebuzna,
tictac de  los  collados;* la luna alumbra sola
a la tierra  que entraña* la faceta del  mundo.


  






III


HUÉSPEDES  ALADOS












PERLA DE LAS VERTIENTES DEL PACÍFICO
Poema coral
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

¡ Aija, Perla de las vertientes del Pacífico!
vergel de rocíos con fatiga ancestral,
en tus eras las parvas succionan estrellas
abrazadas por aurorales lenguas de fuego.

¡Aija, Perla de las vertientes del Pacífico!
destejes suspiros,  todas las mañanas,
añorando a tus vísceras de tierra  enigmática
arrancadas demagógicamente en plena democracia.

¡Aija, Perla de las Vertientes del Pacífico!
detenida viajera por el canto de las musas
de los ríos Santiago y Mallki fecundantes,
desembocaremos juntos en la rada  del  tiempo.

¡Aija, Perla de las Vertientes del Pacífico!
entrevió tu nacimiento una diosa astral
y selló tu núbil topografía con mito totémico
engendrando topónimos con lengua quechua:

Urkún, planicie de naves espaciales,
Kirún, masticadora de injusticias,
Nunún, nodriza de todas las sangres,
Washán, soporte de genealogías,
Shonqón, latido de pasiones
y Ankan, rapto de ensueños.
                                      
¡Aija, Perla de las Vertientes del Pacífico!
tus avecillas horizontes engullen
descifrando del paisaje misterioso
y con la abstracción roturan conciencias,
para frutecer el arte, la ciencia y la  virtud.

¡Aija, Perla de las Vertientes del Pacífico¡
las osamentas de “Marca Punta” tus raíces son;
Jacinto Palacios y María  Alvarado tus voces;
tu estela de liberación, Gabino Uribe;
y Santiago Antúnez de Mayolo de la luz el poeta.

¡Aija, Perla de las Vertientes del Pacífico!
en los radiantes crisoles fundes cultura
de Succha, Coris, Huacllán y La Merced,
perennizando la tradición de vitalidad llena
de los distritos de Huayán, Malvas y Cochapetí.

¡Oh, Perla de las Vertientes del Pacífico!
porque tu destino  es la senda de la creación,
serpenteada por quejidos de quenas inquietas,
seguirás recorriendo del cosmos los peldaños,
puliendo aristas y tejiendo  tapices de arco iris.


  


                                      CHIMBOTE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Tiempo de crisis, espacio de dolor y muerte,
fiesta soleada de calcinados esqueletos
en el mullido basural de la playa,
donde la ternura del olfato decae
y  la terca oratoria enmudece.

Concierto de chillidos y oníricas carcajadas
retozan con las manos grasosas del viento;
y los fruteros pájaros  disputan eructos,
blandiendo  navajas, “Marca Instinto”,
en un festín  de escuálidos cerdos.

Diminutos sabuesos del universa espectro aúllan
y la espeluznante hambre sacude ilusiones
sobre descuadrados maderos  sin barniz
en hogares donde no hay manera
de justificar la deserción del pan.

Es un pretexto el brindis noctámbulo
para piropear espumantes cristales
con versos articulados a deshora
al recordar que nuestra vida
es de la muerte antesala.

Se ahogan las fosforescentes estrellas
en las ondas enjutas del sediento mar;
y del pordiosero la mirada perdida
perfora pañuelos de argamasa
con el berbiquí del ayuno.                  
                                          
Porque paralíticas están las fábricas,
con timidez, las voces huecas destejen,
frazadas de ultrajes tramados a golpes,
desde el primer mísero salario desgranado
hasta la furia explosiva de maltrechos corazones.

La deteriorada protesta 
apasiona el alma errabundo,
mientras de las olas el traquetear,
en la proa desvencijada del tiempo,
del rudo pescador desgarra ilusiones.

Con la destitución obrera
se amasa protestas en artesas de dolor;
los cangrejos  forzados levantan el paro,
igual las gaviotas y los pelícanos hambrientos;
las estrellas de mar y las estropeadas anchovetas.

Entiendo que nuestros ojos,
sin necesidad de impresoras láser
graban por su hediondez al  tirano barro
y nos damos cuenta que los gobernantes
son  ladrones que roban ilusiones al mendigo.

La movilización contra la devastadora sequía
ha sido disuelta a golpe de plegarias
y las voces  cansadas entre rejas
empollan pichones de cóndor
para las vísceras del tirano.

En un minuto por segundo,
se encogen los sueldos y salarios 
como la piel de tierra en crudo verano
escurriendo de los impúberes la lluvia de llantos
sobre  el sediento mantel del  descortés trabajador.                        
Del violín las cuerdas
desgranan melodías en el maizal
sin mazorcas ni cancelación de jornales;
por eso Mozart llora inconsolable a escondidas,
en la gigantesca nave del templo poblado por herejes.

Condestable sufre por la desnudez de la paleta,
por la espera de los incitados pinceles,
por la absurda ausencia del Arco iris
y por los cráneos calcinados
en el lienzo de ilusiones.


      AREQUIPA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

¡Oh Blanca Ciudad!
del rumoroso Chili perla extraída,
metrópoli desprendida de fugaz estrella,
te desperezas, al ritmo del tambor de la vida,
en las faldas de Chachani, Misti y Pichu Pichu,
bajo la aureola de las sangrientas fauces de Vulcano.

¡Oh, Blanca Ciudad!
tus fecundantes venas
son las pinceladas de la Selva Negra;
y la estructura colosal de tus conventos  
son espumas atadas de sillares  engastados,
en la brumosa túnica de la Virgencita de Chapi.

¡Oh, Blanca Ciudad!
tierra de fecundas entrañas:
Yanahuara y su santuario de arte mestizo,
Caima y su milagrosa Mamachallay Candelaria;
la Compañía, San Agustín y San Francisco de Asís,
rezagos de placentas punzantes de la Santa Inquisición.

¡Oh, Blanca Ciudad!
a un costado, Carmen Alto;
en la rivera izquierda del  Chili
se yerguen Paucarpata y sus andenerías;
Sabandía con las claras pupilas  de sus aguas
y  la frescura de sus quintas apacibles y risueñas.

Characato con la rigidez de su templo mestizo
y  distante, en la tibia alcoba de los sueños,             
del vuelo de los cóndores al borde están:
Pocsi, Chiguata, Quequeña y Yura;
Porongocho y la bella Socosani
que se cardan con los rocíos.

Desfilan con el viento a la diestra del  Observador
el artesonado de fibra  virreinal de Sachaca,
la serenidad patriarcal de Huasacache;
la belleza de Tingo con su arboleda
y sus baños de tibieza alucinógena.

Con  su intenso repicar y contemplación ondulante
está presente el sabor de la bondadosa Tiabaya
con su Rocoto relleno, espesa chicha y Ocopa
bajo el tamiz de la enramada de  perales
filtradores de luz llenas de esperanzas.

¡Oh, Blanca Ciudad ¡
encaje de cristalinas corrientes
de sierpes de plata y gorriones de cristal,
eres sentimiento hibridado de Hispano  e Inca
que fundió en crisol el Derecho y la Libertad.

Se dimensionan las ollas,
como la distensión de los mares,
a la hora del domesticado almuerzo
sin  carne desangrada en los camales
ni el  sírvete generoso de las patronales fiestas.

¡Oh , Blanca Ciudad ¡
tu rumbo es la huella de lejanos soles,
tu heroísmo es de Melgar la sangre versificada;
tu democracia es de Bustamante el filtro justiciero
y tu carnaval es de Ballón Farfán el aliento musicalizado.

                                                                                                   





     ANCASH
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Bajo los cóncavos espirales del azul infinito,
enmarcado por cánticos, perfumes y tradiciones,
transformado en un mundo de huéspedes alados,
se yergue Ancash, de hombres de forja la cuna.

Su cordillera Blanca, placenta de los waris;
sus playas balbuceo de suspiros y sonrisas
son las sinuosas pinceladas de manos divinas,
en el lienzo extenso de universal creación.

Las manchas difuminas de eucaliptos
y los caminos que dialogan con los ríos
son de sueños e ilusiones los deslizadores
del andino que abandona sus fronteras.

Ante los amoríos de la neumónica noche
en la tuerta penumbra todo se esfuma,
Recuay se sumerge entre negros barbechos
y rojos tejados  en la sombra nocturnal.

Huarás de abolengo cholo con paisaje lunar,
de conquistadores nodriza,
de  la honda síntesis,
es la desgarrada carne por la carne
y hambre estirada por la voracidad del hambre.

Las termas de Monterrey y Chancos
son cálidas manos en la quimera del destino
que estrujan y degüellan  enfermedades
caricaturizando la esquiva sonrisa de la muerte.     
Carhuaz, de retamas con la fragancia,
de vivencias folclóricas es el enjambre
y de bohemia la festiva explosión;
con “Uchku Pedro” su líder campesino
logró la justicia social, a sangre y fuego,
por la milagrosa “Mama Mechi” amparado.

“Yungay hermosura”, hija de la Atlántida,
por la epilepsia de Mayo setenta sepultada,
su infortunio para conquistar la luz despereza
suprimiendo tinieblas de procaz indiferencia
en la incierta constelación de voces y cantos.

Caraz, hoguera que avivó los sueños de Bolívar
y del poeta Philipps la inquietud revolucionaria,
es la  fragua  que inflama los nerviosos paladares
con sus exquisitos manjares decorados con pasión
al resplandor del sempiterno Alpamayo

Chimbote, Casma y Huarmey,
puertos de luz y plácida esperanza,
de gaviotas canto,
de pescadores sueño,
de sirenas concierto
y traquetear de fábricas
alimentan con el alba la fibrosa raíz del futuro
sacudiendo de trotamundos el asfixiante polvo.

Conchucos y las Vertientes del Pacífico,
diamantinos eslabones del pretérito,
a golpe de rocíos que revientan  en los poros
forjan la zapata de la identidad regional
y sus córneas a la luz saltan,                
a toda hora,
para rasurar las enfermizas ansiedades
de millar de balidos de clonados carneros,
en noches de absurda tiranía
cuando se pretende confundir ovejas
con las esperanzas de nómada  luz,
al margen de la costra sangrante  de la cruz.

Región Ancash:
de cóndores vuelo,
de océanos estridencia,
de peces azafate  dorado,
de felinos energía deificada,
de pájaros canto transparente
y de retamas floración.

Te levantas Ancash
como el cóndor altivo,
surcos trazando
y formas escritas grabando,
en páginas de piedra,
con bisturí y cincel impulsados
por artesanas manos
de Sechín y Chavín sempiternos.
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“Uchku Pedro”: Pedro Cochachin de La Cruz, montonero indio natural de Carhuaz - Ancash que tuvo participación activa en la Revolución Campesina de Pedro Pablo Atusparia en 1885.




JANGAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Gloria a los que fermentaron la levadura de tu destino:
Elvira Vega  y Luis Loli, ejemplares breviarios;
Agripino Gonzáles y Humberto Giraldo,
del folklore pescadores;
reverendos Jorge  Meyer y  Sirani,
catapultas de la fe,
que acuñaron con el cincel de cristalina mente, el lema:
“A triunfar con Dios, trabajo, paz y libertad con espiga”.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte jamás¡

El Qori Koyllur, de la cosmovisión andina deidad,
doradas vetas fecundando seguirá en  las lomas
que con clavijas de tecnología avanzada
afinarán de arpas y violines las cuerdas doradas
para incrementar danzas con rebosante alegaría
en patronales fiestas de paganismo empapado.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte jamás¡

A la sombra de los silenciosos retamales
el  molino del Club Universitario Jangas
tritura las semillas del ocio y corrupción,
el desarrollo  socio-cultural promoviendo
para cimentar la juvenil arquitectura,
hoy chispa  y mañana incendiaria fogata.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte jamás¡

Nuestro mestizaje con el tramado se refuerza
de las trenzas  hídricas
de las cordilleras Blanca y Negra.
Santa el brioso corcel
es domado en “Chancor Mayo”
para  calmar la sedienta sed de la madre tierra ;
mientras las fuentes prisioneras
se potabilizan para entregar sus lágrimas de doncella.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte jamás¡                                                                       
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Chancor mayo: Río donde beben las mucas.





        EL TIRALAZO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

El trabajo, del hombre filosofía  pálida,
es crisol  que funde en ciudad y campo;
también en  Recuay de musgoso tejado
manuales e intelectuales de forja habitan.

Los domadores del  brioso corcel Cañón  de Pato 
para plasmar el proyecto de la Central Hidroeléctrica,
tuvieron los músculos de bronce tatuados con rayo
y de cristal la inteligencia conductora del desarrollo.

Como ayer, cincela el artesano el mármol y la roca;
urde, trama y teje lana de oveja, alpaca y vicuña; 
y la jora de su devoción por San Ildefonso fermenta
en  vasija  de barro con cerebro decantado.

Resonancia Ancashina de metálicas heridas
rescata, valora y difunde la música ancashina
y nutre corazones con  fermentos de otoño
sentado en un banco con pentagramas de oro.

Se necesita complejos  de tierra sin marañas,
albergues con bandadas de tordos y torcazas
el discurrir de atenciones, de sonrisas pobladas,
como  fuentes claras de nuestras cordilleras

Es tiempo que nuestras universidades,
de nosotros la realidad latente  escarmenen
y diseñen  del desarrollo los  ejes
para salir del fango de inercia troglodita.

Pese al flagelo del hambre
es río nuestra vida                   
que crece como en tiempos de lluvia        
pese al congreso de mercachifles
donde la docencia  es bostezo.

Cada  Puya en floración encienda semillas
para tormentas aromáticas iluminar
y  nuestra condición de agua estancada
se libere de las bacterias del servilismo.






HUARI
I
Huari, escenario decorado con  aire, cielo y flor
tus exquisitas  expresiones escultóricas
forjadas con el cincel de la inquietud mestiza
pesan siglos en los arbotantes de tu catedral.

Desde Huacón, terraza de sumisas ofrendas,
propios y extraños trepanan la faz  de tu ciudad;
y en Huanchac,  viohuerto de lombrices hervidero,
la muerte sumisa se arruga y la vida vigoriza.

Los espejos ondulantes de Purhuay y Reparín         
donde embriagan  seductores perfumes de waqankus,       
lavan confesiones de extraños visitantes,
bebedores de recuerdos y  dichas sin fin.

Entre quenuales, alisos y molles frondosos
y cerca a la guarida de lentudos osos,
donde aparean las vizcachas y los zorros,
se aspira el sabor salvaje de pétalos frescos.

De un átomo de barro Dios hizo al hombre
y el hombre hace del ceramio el pan de cada día,
que se hornea  en Acopalca, Yacya y Mallas,
mientras el frío es rechazado con lana y nogal.

Huari, en octubre,  eres exuberancia folklórica
de todas las sangres que transitan por  tus venas:
las pallas de voz timbrada con  sus mascaypachas
y los saros con cabelleras blondas y mitras doradas.

Completan el círculo de tus páginas históricas
los Wanka danzas con máscaras y bandas,
las tardes taurinas con lluvia de cervezas y sol,           
la furia de gallos  y la comparsa de cintas.

Huari,  hormiguero de inquietudes  desbordantes,
como en Semana Santa, Corpus Crhisti y Navidad
alegrías serpenteas en tus fiestas patronales
de Milagro, San Bartolomé, Carmen y San Juan.
                                                                                       
La fogata incendiaria de supersticiones
considerada infernal por los invasores
la presencia de la pila bautismal generó
para la propagación de la fe cristiana.

Y sobre los cimientos de oratorios,
testimonio de colonización temprana,
el Papa Pio XI creo la prelatura de Huari
para hacer de salvajes un racimo de creyentes.

Enclaustrada en un marco circular de oro,
la ostia crucificada en manos sacerdotales
guía a los fieles, por caminos de salvación,
congregados en rediles de fiestas patronales.

Huari, lejana vibración de barro ascendente
exprimes llantos de quena fracturada
desde que las espuelas sangraron  tus ijadas
para destruir portentos amasados por siglos.

Los centauros, del rey Minos esclavos,
doblegaron conciencias y tonsuraron espaldas,
para reemplazar huacas por catedrales
y enclaustrar sueños, cristos y santos.
La comunidad de Santiago  Mayor de Yanas,
con campanarios de lúgubre dondonear,                
muestra de su templo pétreo en la dermis
murales  fragmentados de paginas  bíblicas.

Las esculturas de policromada madera
son expresiones roturadas de  talento inca
y las tallas barrocas de columnas salomónicas
la libertad pujante del arte mestizo consagran.

                                                         III
Cabalgando el tiempo,
como cuando los ríos engordan
para zambullirse en las orillas del mar,
acarreas el eco de mi sangre
para quitarme del olvido la mortaja.

Estás presente,
cuando el año viejo se acurruca en su ataúd,
para dar paso al  murmullo de besos y batir de senos,
sobre las protuberancias  tibias del Año Nuevo.

En febrero,
cuando las dolencias invertebradas
se convierten en canto de serpentinas y talco,
bebes la miel destilada de la  complacencia.

En Semana Santa,
bañada por cerrazones de música sacra,
te peinas en el cristal del banquete sin vino
donde la miel del manjar convoca carnes rojas
que se maceran  en  los vinagres de la fe.

En mayo, las novenas de María
se hacen con trinos de jilgueros;
en junio se aletargan     los vientos            
en torno al Sagrado Corazón de Jesús.

En julio,
las ebrias botellas
danzan de los juegos artificiales al fulgor
y aplanan la deformidad de nuestra fe,
en las tardes taurinas con ecos de sangre,
al trote de capitanes y danzas populares.

En Navidad,
las desmembradas constelaciones se unen
para deshilvanar villancicos y tejer “chimichas”,
en los telares con hebras de amistad religiosa.
----------
PURWAY   : Juntar animales o cosas separadas.
REPARÍN   : Del castellano Reparar, arreglar la laguna                                                                
CHIMICHA : Inicio de la fiesta popular Navideña, después del banquete, con el baile de los festeros con sus esposas o
                   viceversa.


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                





















IV
 CASTIDAD





AMOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Amar sin límites es el límite del amor;
amar con frenesí es beber de fuente activa
que permite juntar las gamas del pensamiento
y crear una gigantesca y maravillosa hoguera.

Lejos del hoyuelo del ara bendito se ama;
lejos de los poros que humedecen se ama,
lejos de la adolescencia huraña se llama
para incinerar recuerdos con enervante aliento.

La pubertad pone fin a las vagabundas citas
permitiendo salvajes monturas cabalgar,
recorrer praderas de población florida
y visitar leoneras de ansiedad desbocada.

¡Amor!, estás  junto a mí como  arena  en la duna
desvestida  por el fuego ansioso de  aire fresco;
amor, estás junto a mí con tu cáliz de plata
ofrendando la sangre que mana de mi costado.

CRISÁLIDA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Repetidas veces sorbo el deseo de romper,                                                  
la fibra de sedas llenas de castidad;                                               
deseo con el alma dar a mi lengua voz y voto
para  colinas recorrer y honduras explorar.

Logro veloz caminar por su cuerpo sensual,
abro y reabro equilibradas compuertas
y cogiendo tibias manzanas escojo
para postre del agitado y suculento banquete.

No sólo con la mirada y los brazos,
sino con la lengua, la ideología y los labios,
visto y desvisto angelicales  cuerpos                                                            
con las frazadas transparentes del deleite.

APETITO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

La incitada por el apetito sexual, sorprende,
entre batir de alas y sobre oleaje de espigas;
siempre ajusta cadenciosos gemidos,
y deleita la cena de noches placenteras.

Siempre ella y nadie más que ella,
convoca a multitudinaria asamblea,
donde la presencia de lentes antagónicos
radiografían las fronteras del goce sexual.

El humeante negro café con su chalina de cafeína.
nos salvaguarda del frío con su relajante sabor; 
nos permite deshilvanar la madeja del recuerdo
donde late el retrato de nuestro autorretrato.

 NEVADOS
De los nevados blancos en la falda percibí,
a una niña sus manzanas tibias flotando,
su blonda cabellera con el viento volando
y su pajonal hirsuto mil suspiros peinando.

La tierna  moza, hilandera de los Andes,
innata masticadora con inclinación instintiva,
es la  estrujadora, con muslos candentes,
de cayados erguidos de ovejeros transeúntes.

Aprendí con ella hundir alma y carne
en la dulce hoyada  con esferas  giratorias
de sempiternos suspiros, al son de la flauta
que drena hendeduras y marchita corolas.

Al desoldarme de sus brazos lasitud sentí,
el resfrío, pordiosero vagabundo, me cogió
estimulando estornudos  incontenibles,
apagando cráteres inflamados del volcán.


AHOGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Después del matrimonio,  permanentemente,
te inundo con mis sones de música celeste
y al verte quieta y profundamente dormida
azorado recorro el paisaje de tu cuerpo.

Mientras la tirita noche junto a la lluvia fría,
me acurruco a tu  inmensa horizontalidad
y abriendo de tu rosal fragante los pétalos
me ahogo en tu remolino  envolvente.           

HE DEJADO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

He absorbido ondulantes toxinas
que desprende la tea de su piel mojada;
transformado me trasbordo a lejano puerto,
para concluir de mis versos la liturgia.


Mis corolas han besado el espasmo de su cuerpo,
de su cuerpo que hornea en sus hendiduras;
he estrujado sus colinas vigilantes, ebrias de ansiedad,
y penetrado  en sus honduras mi sed asfixiante.

He crucificado de priora suplicante sus extremidades,
priora suplicante con ventosas de braza vehemente;
a fuerza de buscar su puquial pastoso y recóndito
he reforzado mi  resuello con relámpagos erizados.

Sobre el camastro desparramado he  dejado
sus atavíos para compartir deliciosos manjares:
prodigiosas carnes enrolladas, costillas al pisco,
añejos copones de vino tinto, semi seco y seco.


BELLÍSIMA MUJER
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

¡Bellísima mujer!... la que de noche trota por mi mente,
¡Bellísima mujer!...la randa que se adhiere a mi  cama,
dos cuarzos ocultos tras infinidad de palmeras sus ojos son,
dos espejos que reflejan la imagen del  cerúleo sus ojos son.

Sus remos serpentinos, horcas inquisitoriales, ajustan;        
sus labios rojos, cintillos de lejana púrpura,  succionan;
sus mejillas tersas, fragmentos de granadilla, encantan
y los ardores, de sus frescas peras, desesperan.

Teniéndola cerca, la desnudez de su tibia piel, lame
y sus lomas despiden esencias de cierva en celo.
Cuando expone su valle y succiona jadeante,
su lengua puebla a sus labios con blanco manjar.

Y lanzándose sobre la cama de fresca litera,
exponiendo su gruta de airecillo carente,
el ingreso faculta a  su recinto de briznas orlado,
para saciar, hasta el hastío, sus delicados manjares.

Cuando con ternura encajo mi suspiro,
siento que sus entrañas como volcán erupcionan
y cuando decoro su dermis con pincelada de besos,
ella coge de óleo el gigante chisguete y suspira. 

Mis manos culebrean  por su cuerpo anhelante,
mis dedos horadan  sus profundas grietas palpitantes;
su cuerpo corta brisas con la suave hoz de sus muslos
y sus talones abren hoyos en las honduras del céfiro.

PECADO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Aprovecho esta tarde y muchas para confesar
que todas las mañanas transito, en silencio,
por la ruta  de cañaverales de mutismo preñadas
para llegar a la ermita construida con suspiros.

Al anciano  casto con albo traje y toga roja
mis lances impúdicos de pareja confieso:
“con arreglo penetro  la cabeza del molusco
que adelanta, desanda y termina escuálido…”

De la confesión al final, el casto longevo  sentencia:
“Para limpiar tu pecado  mortal ensaya otro asalto,
prepara ensalada de bananos, naranja y leche
y concluye con tres copones de Padre Nuestro”.


Especializado en el culinario arte
cumplo la sentencia sin desgano;
roturo piedras musgosas, desnudas y callosas
y sin desmayar taladro, hasta quedar extenuado.

¿Hasta cuando destilando y destilando seguiré
en las honduras palpitantes del recipiente opresivo?
¿Hasta cuando suplicando y suplicando brindaré
besos, tocamientos y penetraciones obsesivas?


           PÚA IMPRECISA 
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Tengo la púa imprecisa en mi  retina clavada,
cuando como ducha helada por mi dorso resbalan
los cálidos besos en paisajes y promesas convertidos
de quien por siempre olvidar  he querido.

De joven, las ansias con el contacto físico
se recrean jugando con lamparillas a prueba de frenesí
y la persuasión es la deducción de atracción lúbrica
que se dimensiona más allá de nuestras energías.

Rocíos se busca para calmar la sed del huerto 
y  tetillas se ordeñan para  complacer instintos.
No hay algo más sensual y genial que un abrazo
para disfrutar becuadros encima y sostenidos debajo.

Coger  y morder con placer la madura fruta,
madura fruta cogida del bosque salvaje y frugal,
es someterse al masaje placentero de torbellinos,
a la inundación de cataratas  de tibia fuente.

Concluida la faena, sobre la planicie mojada
colocas la brida y calzas los pies en los estribos,
cabalgas con ternura, ajustas las piernas y fustigas;
arisca galopará y con tres jornadas abatida caerá.

Final

























CUENTOS

SUMARIO


1.- SHUKUKI
2.- LUCIÉRNAGA
3.- LA HILANDERA
4,.- FIESTA QUINCEAÑERA
5.- DON TOMACO
6.- “SUPAY”
7.- AUKA RUNAKUNA
8.- SILENCIO TELARAÑAS Y POLVO
9.-  LA HOJA SAGRADA
10.-  HIJO DE AGRICULTORES
11,- APÓSTOL SANTIAGO
12.- PUSHANYA
13.- DE ANCESTRO ARTISTA
14.- EL MERCACHIFLE
15.- “EL BARRANCO”
16.-SHUMAQ MISHIKANKA
17.- IRENE
18.- ACRÓSTICOS
19.- AMANECERÍA OTRA VEZ
20.- DOLOR QUE NUNCA CALMA
21.- lA PRIMERA  Y SEGUNDA NOCHE
22.- EL CAMPEÓN EN TROMPO
23.- APU MAYOR
24.- SHIKI
25.-  MINKA
26.- ESCALÓN
27.- ME INTEGRÉ
28.- LA HILANDERA
29.- FIESTA QUINCEAÑERA
30.- NO ES NORMAL
31.- MISION CUMPLIDA




1.- SHUKUKI
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

En las comarcas de los valles Inter. Andinos, cuando leves airecillos aparecen con su vestimenta  escalofriante e ingresan, sin permiso a los hogares y se penetran en las  hendeduras del alma, es un anticipo de la proximidad  de un ventarrón  presidido por un remolino escalofriante de aire.
El Shukuki, aleteando su capa  con sus huesudas manos, avanza arrollador, las gallinas cacareando se esconden, los cerdos gruñen y las aves revolotean. El ventarrón  arranca  plantas desde sus raíces, destecha casas y arrebata sombreros  y deja tras desolación y muerte.
Pasado el incidente que ha dejando estragos y pérdidas lamentables, una anciana sentada en la banca de un parquecito narra a los niños sentados a su alrededor, el siguiente pasaje.
Era un hogar acomodado, de padre y madre profesionales, donde ella nació y creció, como una plantita delicada del jardín mas cuidado y le pusieron por nombre, Clementina.
Hasta los trece años, fue alumna muy aplicada, estudiosa, hacendosa y estudiosa. Las paredes de su cuarto estaban repletas con reproducciones de cuadros de pintores famosos como: Durero. Miguel Ángel, Boticcelli. Mondrián, Picaso;  diplomas y medallas que reflejaban su condición  de primera alumna, en su institución educativa.
Sus padres,  profesionales liberales, raras veces permanecían en casa. Clementina crecía asfixiada de comodidades, pero huérfana de afecto y cariño paternal.
La abuelita se deshacía por su única nieta, le proporcionaba todo lo que tenia y no era suficiente para llenar el inmenso vacío de la falta de afecto y comprensión que requería Clementina, púber delgada, de ojos grises, de cabellos rubios y caminar atlético e iniciativas asombrosas. Apenas llegaba del colegio, se sumergía en el inmenso lago de la música clásica, de perfumes y juguetes que ocupaban toda la extensión de su tocador, dormitorio y sala.
Un día sábado, después de un maquillaje artístico, la adolescente con pantalón blue Jean ajustado, blusa blanca  y una chompa de cuello largo, se paseaba en el patio y miraba, de rato en rato, su reloj Olma. Al primer bocinazo de un automóvil, salió como centella, diciendo:
-¡Chau abuelita!... ¡Regresoooooo!

La anciana se sumergió en la soledad más profunda y de sus ojitos de tórtola resbalaron dos diminutas lágrimas  y filudos pensamientos punzaron su cerebro. La escena descrita se repetía siempre.
La madrugada de un sábado cualquiera, un cadilac se estacionó en la puerta de la mansión y Edelmira, la mamá de Clementina, bajó trastabillando. La abuelita, que no había podido dormir durante la noche, salió a recibirla y con mucho esfuerzo condujo a su hija hasta la sala.
-¡Clementina. Clementina! … ¿Dónde estás? … !Vennnn! - Vociferó y cayó rendida en el sofá; en esos instantes, sonó el cerrojo de la puerta principal; luego el de la sala e ingresó Clementina; completamente ebria, con los cabellos sueltos, la blusa desabotonada y los pantalones desabrochados.
En la casa se desató la tormenta que la vecindad sintió y ante la llamada de atención y la bofetada que le propinó  la madre borracha, Clementina reaccionó y con la fuerza del licor,                                                                                                  la increpó, manifestándola que no era la indicada en fijarse en su conducta de joven. El lío de palabras terminó cuando la doncella le asesto una furibunda cachetada a su madre que con el impacto cayó y se golpeo la cabeza, en la esquina de la columna. Pese a los primeros auxilios proporcionados, por la abuelita y los vecinos, murió Edelmira a cusa de una hemorragia incontenible.
-Shukukiiii!.- grito la abuelita a su nieta, quedando al borde de la locura. Acababa de lanzar un mortal grito de maldición.
Se arrodilló la viejita con las jorobas pronunciadas y se puso a llorar desconsoladamente, y cuando levantó la mirada para clavarla en la de Clementina, notó que se convertía en un berbiquí de aire furioso y salió fracturando las puertas y ventanas de la casa, para asombro de los pobladores de la comarca, destecho todas las habitaciones, chozas y arrancó las hojas de los árboles desde su tallo y las avecillas fueron envueltas por un ciclón violento.
Desde ese día, se comenta que toda hija que falta a su madre, de palabra o de obra, se convierte en Shukuki, fenómeno que destruye todo a su paso.






2.- LUCIÉRNAGA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

En un paraje alejado de la comunidad de Marián, vivía don Fulgencio Támara, quien después de contraer matrimonio civil y católico con doña Mallka Atusparia, trabajó día y noche, con todas las fuerzas de su juventud, hasta  amasar una fortuna envidiable. Su ganadería  era floreciente, sus cosechas abundantes y sus graneros reventaban. Organizaba fiestas, continuamente, con  asistencia de personas de toda laya;  inexplicablemente, de padre ejemplar  se convirtió en un hombre ocioso e irresponsable y se descuidó de la formación de sus hijos.
Mallka, conductora del hogar sufría al igual que sus siete niños. En suma, Mallka trabajaba un promedio de 18 horas continúas durante 365 días del año, sin descanso por feriados o vacaciones.  Laboraba hasta el mismo momento del parto.
El marido se ausentaba por meses y por último, por años. En cada lugar tenía una concubina y en cada una varios hijos. Despilfarraba su riqueza a manos llenas.
Finalmente, la esposa y concubinas sufrían por el abandono  de este mal hombre alto, delgado, nariz aguileña y cabellos rojizos. Sólo  la amante de turno vivía en medio de todas las comodidades.
Mallka, cuando su esposo retornaba al hogar le hacía una serie de preguntas, tratándole de infiel y él al sentirse acorralado, después de negarlo, por supuesto, y cuando se veía acorralado, manifestaba que sólo eran un par de revolcones y que nunca sintió nada por ellas … bla la bla  y la mujer terminaba perdonándolo por amor, por la estabilidad, los niños y  la salud del hogar.
Como de costumbre, en una de sus correrías, el padrino de matrimonio, visitó la casa de Fulgencio y grande fue la sorpresa e indignación al encontrar a la mujer de éste muy enferma y a sus hijos desnutridos, harapientos e incapaces de  hacer faena alguna.
Don Alberto, enterado de las  fechorías de su ahijado, ordenó su captura y sometido a juicio por el Consejo de Ancianos, fue condenado a la pena de muerte  por apedreamiento y el reo  fue conducido al centro de la plaza en medio de gran alboroto, amenazas e insultos.


Las campanas hembra y macho tañían sin cesar, convocando a una reunión.
 Por los  senderos angostos que bajaban de los cerros,  millares de personas se deslizaban a la plaza ceremonial, de forma circular, que  se convirtió en una telaraña gigantesca. Las arañas eran las personas sedientas de sangre y venganza y la única mosca era el adúltero.
 Al término del castigo ejemplar, en medio de la plaza ceremonial quedó un montículo formado con las piedras arrojadas por los verdugos circunstanciales que dejaron el cuerpo convertido en una masa sanguinolenta, enterrada y libre de la apetencia de las aves  carroñeras que volaban en círculo infinito,  arriba en el cielo azul que todo lo ve y nada siente.           
Después de muchas lunas, Llupicho  joven alto y delgado, de manos grandes y caminar lento, hijo mayor de Fulgencio, asumió la responsabilidad de velar por el bienestar de su familia. Lo primero que hizo fue ordenar la apertura de los graneros que su padre los había mandado  tapiar.
Y como el montículo de piedras, cubierto por arbustos, “chuchuqoras”, “llakchus”, “jara qewauna” y tréboles afeaban a la plaza ceremonial, Llupicho dio una segunda orden que consistía en sacar las yerbas, piedras, desparecer el montículo y extraer los restos de su padre, para darle sepultura cristiana, ya que su alma deambulaba por el mundo asustando con sus apariciones en noches de Luna y parajes  solitarios. Muchos de sus detractores habían enloquecido con sus apariciones y frecuentaban las comarcas vecinas dando lástima por su presencia física horripilante y expresiones desviadas.
¡Oh, que sorpresa!...en las ranuras de las pocas piedras que quedaban, pululaban millares de culebras, alacranes que al sentir la presencia de los hombres, se esparcieron y desaparecieron en un santiamén, como por arte de magia.
La gente asombrada, buscó la explicación y al rastrear el lugar por donde se habían escapado encontraron, al pie del cementerio, un túnel profundo que se dirigía al centro de la Tierra. Cuando quisieron internarse, recibieron en la cara una lluvia de fuego y azufre, seguido de una voz profunda y ronca. ¡ no me sigannnnn!... Nooooooooo…¡ Sálvense ¡…¡ Unos perros alados me arrastran al reino del Supayyyyy!





3.- LA HILANDERA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Los hechos han tenido lugar, hace meses, cuando Margarita, estudiante provinciana del último año de secundaria   fue violada cerca de su pensión.
La violación tuvo lugar en torno a las siete y media de la mañana, cuando cuatro individuos asaltaron a la mujer en el parque ubicado cerca de la iglesia del pueblo y dos de ellos la han violado.
 Según testigos de los hechos, los agresores son cuatro personas distinguidas que se dieron rápidamente a la fuga. Al momento de la violación, la víctima se dirigía a la iglesia a escuchar misa y confesarse.
 Según cuenta una vecina que se dedica  a leer cartas y adivinar el destino, es posible que los agresores la estaban siguiendo desde hace días.
 La adivinadora, al escuchar gritos y lloros, fue a auxiliar a la víctima, a la que habían "desgarrado toda la ropa y quitado las bragas". "La chica se quería suicidar, pero los consejos  de su salvadora la condujeron a la venganza.
Con motivo de la Fiesta del patrón Santiago, habían llegado al pueblo centenar de cochapetinos residentes en Lima y poblaciones del litoral peruano. Al tercer día de la fiesta, el hotelero del Municipio, con los primeros rayos del sol que brotaban de la cumbre elevada de “Ishke Cruz” desparramó, como  a granos de trigo lo hace el sembrador, la noticia que en el Hotel de Turistas de la localidad dos personas se habían ahorcado en la misma habitación y en las mismas circunstancias. El Juez de Paz y el gobernador se aproximaron y abrieron la investigación del hecho.             El Dr. Carlos Villafuerte Bayes, Vocal supremo llegó el tercer día de la fiesta y se hospedó en el hotel. También el murió en las mismas condiciones que los otros dos. Esto hizo que los visitantes  abandonaran sus habitaciones y decidieran retirarse de la población antes que termine la fiesta tradicional. El hospedaje quedó despoblado y el silencio empezó a poblar los cuartos desocupados, danto paso a la festividad de ratas que buscaban desperdicios de galletas dejados.
Domingo de Guzmán, escritor consagrado, quiso investigar a fondo el caso para encontrar una motivación para escribir un


cuento o una novela, solicitó las llaves de una habitación cercana a los que se habían sucedido los hechos.
 Descubrió que desde su ventana se podía observar, con suma claridad el patio del cementerio del pueblo, rodeado de flores ornamentales y plantas silvestres como chamizas y “Warwash”. Allí su visión se topó con la presencia de una doncella espigada con lliclla roja, monillo de seda blanca y pollera de lana de vicuña de color negro, se encontraba sentada en una laja de piedra  hilando un vellón blanco de lana de oveja pendiente de su “Kalla” de “Warwash”. La jovencita extraña  tenía un aspecto  peculiar, parecía un cuerpo volátil. Al día siguiente, el Maestro para congraciarse  empezó saludándola y finalmente acabaron “jugando a la tumba tumba”  repetidas veces, como niños de jardín de infancia. Todos los días, Domingo de Guzmán la motivaba y ella la repetía con una ingenuidad contagiante e insinuadora. El se enamoró prendidamente y la invitó  al cuarto del hotel y ella gustosa aceptó; pero no la llevó porque la veía muy relacionada con los suicidios.
El Maestro, aún joven y pujante, se dio cuenta de que en el juego ella era la que dirigía los movimientos y aunque intentaba resistirse no podía, acababa imitando sus movimientos y caía extenuado en sus brazos.
En tus brazos duermo apasionado. No me importa el mundo. Hasta que tu respiración agita mi corazón y nos quedamos agitando las olas de nuestro inmenso mar y varados en las orillas del suspiro, nos quedamos dormidos, enamorados de la muerte.
A un mes del final de la fiesta el escritor,  seducido por la buena moza, no resistió la exigencia sexual de la extraña y acabó ahorcándose al igual que los tres anteriores huéspedes. El guardián, cerca al ahorcado, sobre una mesita notó la presencia de una libreta de notas, la cogió y leyó el diario del Maestro, fue a la casa de Amachita, llavera del templo mayor del pueblo, donde estaba hospedada  la extraña mujercita y descubrió que la casa estaba deshabitada desde hace seis meses.




4.- FIESTA QUINCEAÑERA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Esa noche, por sugerencia de mi prima Luz, Administradora Zonal de PRONAA, me dirigí muy apresurada  a la peluquería Daniela, hice mi turno y en el debido momento fui invitada a sentarme en el Sillón y pedí un peinado,  cola de caballo” arreglada con flequillos con tinturas fuertes, de color rojo. Créame que gaste todo mi ahorro para notarme distinguida en la fiesta y sobre todo para impresionar a Silvestre que desde niño me mostró respeto y consideración, pese  que sus padres estaban disgustados con  los míos. ¿La causa? No lo sé.
Me doy cuenta, hoy más que nunca, que Vilma me atrae por su modo de hablar, vestir,  actuar, trabajar y sonreír; pese que el tono de  de mi voz es grave y fuerte que me avergüenza; pero me siento orgulloso porque noto que mi estatura es superior a la de ella, mis pelos crecen en mi rostro, mi tórax es amplio,  mi pelvis estrecha y mi torso es de forma triangular y el mayor volumen de  mi cuerpo me tienta abrazarla, apretujarla y acariciarla. Me comporto bien en mi hogar, hago los mandados y limpio toda mi casa sin renegar, porque deseo, de todo corazón, ganar la voluntad de mis padres para que me concedan  el permiso para ir a la fiesta de Quince años de Vilma, mi vecina y compañera de clases.
La celebración de mi fiesta programada por mis viejos, estoy  conciente, marcará la transición de mi niñez a mujer. Será un reconocimiento que he alcanzado la madurez. Mi fiesta se caracterizará por  ser el baile de principiantes. Me siento muy nerviosa. Ingreso al ambiente amplio  adornado con globos y flores; al fondo está ubicada una mesa amplia con  mantel blanco donde reposa una torta gigante de cumpleaños, obsequio de mis padrinos de bautizo. Ingreso y todos los asistentes se ponen de pie y me aplauden. Diviso y trato de localizar a mi vecino; pero los fotógrafos me impiden seguir examinando.
Me pongo mi terno gris y lo complemento con una corbata roja, lustro mi calzado y le saco brillo con una tela, arreglo mi cabello con mis dedos frente al espejo de mi ropero y salgo apresurado y cuando ingreso al salón adecuado para la fiesta los aplausos retumban y sus ojos lánguidos y chispeantes se clavan en los míos, sonrío de felicidad y al darme cuenta que ciertas chicas  advierten mi actitud me arrimo hacia  mis amigos que ya están eufóricos y trato de pasar por desapersevido.
La orquesta ejecuta el vals “Feliz cumpleaños” y los presentes cantan llevando el compás con  las palmas de las manos.
 Cuando el grupo ejecuta  “Olas del Danubio”, bailo primero con mis hermanos, luego con mis primos y después con mis amigos invitados. El  se acerca y me coge, con delicadeza y algo nerviosos, de la mano y cintura siento un estremecimiento en todo el cuerpo, su aliento enciende mis pupilas y mis labios desean los suyos y cuando me desbordo como río de invierno, alguien solicita el cambio de pareja.
La fiesta llega a su clímax. Ella come, baila y bebe con todos y yo igual me divierto. Me acerco y ella también. La orquesta ejecuta un vals que en su origen tenía un movimiento lento aunque, en la actualidad, se ha convertido en una danza de ritmo vivo y rápido. Sus compases son de tres tiempos, es decir. El primer tiempo siempre es considerado como el tiempo fuerte y los otros dos son débiles. Al oír la palabra "vals" que expresó el locutor, enseguida  relacioné con la música clásica, pero lo cierto es que el vals sólo es una forma musical y puede estar en cualquier estilo.
Salimos al jardín y nos ubicamos al pie de un capulí. La tierna hierba primaveral desprendía un olor a frescura que se acentuaba aún más, nuestras miradas se pierden entre jazmines y azaleas,
Nos abrazamos y nos entregamos en un beso profundo y prolongado y suaves, como  dos plumas  del cuello de una paloma.
Acaricio sus cabellos, la forma de su cara y de su pecho tan deseado; recorro su cuerpo palmo a palmo, me pierdo en el nido tibio  de su cuello, mis manos inquietas se deslizan  explorando su espalda y mi boca se enajena  al saborear la forma palpitante de su vientre. Empezamos a elevarnos al infinito; en eso todo se esfuma al ser pinchado el globo de nuestra ilusión por el alfiler de la realidad.
 No sé si estoy soñando o existo junto a mi pareja.




5.- DON TOMACO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Don Tomaco de mediana estatura, musculatura fibrosa y ojos aceitunados, en su brioso corcel, había recorrido desde su fundo de “Karmocho” hasta Cochapetí y al final del trayecto se sintió cansado. Durante cuatro horas, había recorrido cuestas entrelazadas por caminos curvilíneos, manadas pobladas por centenar de reses cuyos becerros encerrados en chiqueros berreaban aguijoneados por el hambre; había cruzado riachuelos bullangueros que hacían competencia con el trino de las avecillas que saltaban de una rama a otra y otra y otra: Chiu-chiu... Qeshrooo – queshroo… Yuk-yuk.
Se apeó, saludó al tendero Belizario, muy atentamente y le pidió un balde de agua para su corcel “Veneno” y una chicha de jora espumante con su punto. para él. Su potro sudaba copiosamente para asegurar su regulación térmica.
 Don Tomaco brindó, elogió y bebió con muchos parientes y amigos que se reunieron en la cantina; finalmente, completamente ebrio, se tendió sobre la banca alfombrada con pieles de venado y  se quedó profundamente dormido.
En la espesura, cerca de su fundo de Carmocho, cuando trozaba troncos de chachacoma, se le apareció una mujer bellísima con encantos mitológicos, llevaba un vestido transparente que mostraba una anatomía exuberante de hembra quinceañera, erguida con una mirada seductora. Su postura era indolente y pasiva.
Soltó el hacha, se limpió  el sudor con el dorso de sus manos callosas. Nervioso se acercó y junto a la aparición, sintió la atracción irresistible. El parecía acero y ella imán.
La cogió con vehemencia salvaje y se dejaron envolver por el remolino turbulento de la pasión. Sus vientres sudaban y la cadera redondeada de ella se movía, se movía y movía de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba, levantándose, hundiéndose en el lago esponjoso del pajonal seco  que cantaba: Crac, chirrr, crac , chirr, crac, chir...
La esposa del tendero, que era la sobrina del visitante, interrumpió el sueño  del cliente.
- ¡Tío Tomaco, Tamaco! Ya es tarde, despierta.
El despertó y preguntó:
- ¿Donde está ella? ¡No la veo!
- ¿A quién se refiere, tío Tomaco? - Preguntó muy extrañada.
- ¡Nada! Son efectos de la borrachera, sed  y hambre.- Pidió una botella de cerveza.
Natalia, la esposa del tendero, se acercó y dijo:
- Tio Tomaco, ya no beba, pasemos a la cocina. He preparado un Yaku kashki con papitas tiernas de hallqa warmi que ayer cosechamos  en los parajes de Utkush .
- Gracias hija. Eres tan amable y buena como tu madre, mi hermana que muy pronto nos abandonó, cuando apenas tenías siete añitos. – Contesto el pariente y extrayendo de sus alforjas chirimoyas, paltas y pepinos, productos de su fundo, la entregó diciendo:
- Para que los chicos endulcen sus labios  y tú recuerdes a tu progenitora.
Concluido el desayuno, con huevos, tocino y típicas papas amarillas de acompañamiento, hizo compras que llenó en sus alforjas y cabalgando su  corcel, partió rumbo a su fundo que se encontraba en la zona templada de la jurisdicción.
El galope es un aire mucho más cómodo para el jinete, porque es más fácil seguir el movimiento del caballo. Pero también es mucho más rápido que el trote y, por lo mismo, provoca temor en muchos novatos. Don Tomás prefería el galope levantado y parado sobre los estribos, levemente inclinado hacia delante, hasta que los glúteos ya no estén en contacto permanente con la montura.
Al final de la calle, levantando el brazo derecho y blandiendo el sombrero de jipe japa se despidió. “Hasta pronto, si Dios quiere volveré”.
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Yaku kashki         : Sopa aguada con queso, huevos y peregil.
Hallqa warmi       . Mujer de la puna. ( variedad de papa)
Utkush                   : Suave como algodón. ( variedad de papa)
Tomako : Diminutivo de Tomás.




6.- “SUPAY”
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez


A fines del siglo XX,  don Juan de La Cruz,  hombre corpulento, de tez cobriza, ojos grises claros y nervadura de buey arador, había ido a  su fundo de “Shoqui” a regar sus alfalfares que ya estaban exhibiendo sus flores aromáticas de color violeta jaspeado.
Después de tender el agua en el potrero, en pleno sol, con lampa en mano y protegida la cabeza por un sombrero de paja con alas anchas avanzó su trabajo, moviéndose de uno a otro lado, dirigiendo el recorrido del agua por causes pequeños para evitar la fuga hacia el precipicio.
“Pullicha”, la muchacha de estatura pequeña, risueña, con cerquillos en la frente y trenzas largas adornadas con binchas y cintillas multicolores, llegó apresurada y ubicándose en la parte superior del alfalfar,  bajo un añoso y frondoso aliso, tendió un mantel bordado con temas de la flora regional sobre una piedra plana azulina. Con un silbido, pidió a don Juan se acerque para ingerir los alimentos. ¡Ahora voy! le dijo y  lavándose  la cara sudorosa en la acequia, que le surtía agua para el riego, se aproximó.
Comió con voracidad el picante de cuy, con papas tiernas aderezadas con achote, rocoto verde y pelado de trigo. Al final, bebió agua tibia de menta y ordenó a la muchacha que retornara ligera, llevando alfalfa para sus roedores.
Cansado y satisfecho del trabajo efectuado, se puso de espaldas sobre el champal para descansar contemplando los arreboles esquivos de la tarde, cuando fue interrumpido por la presencia de una mujer de cuerpo escultural que pasó delante suyo, tan veloz como una ráfaga. Escuchó que le dijo: “buenas tardes don Juancho”. El se quedó mudo,  por unos instantes; luego alisándose  los cabellos y arreglando el cuello de  la camisa empapada de sudor, llamó: ¡Señorita!...  ¿A donde va?...
Ella se detuvo y sin levantar la cabeza, respondió: No soy de estos lugares, acabo de llegar y me dirijo a la casa abandonada del frente, que es de mis abuelos; ahí me quedaré a dormir y mañana retornaré a Cochapetí. Hay dos camas. ¡Tengo mucho miedo de dormir sola¡  ¿ ienes?
La penumbra cubría el paisaje cuando tocó la puerta con el aldabón que colgaba de la armella de una de las hojas de aliso. Una voz  que la hizo temblar de ansiedad salió del interior: “Empuja y pasa que ya estoy descansando”.
Dejando tras el canto de grillos y croar de sapos en el pantanal cercano ingresó decidido: “¡Esta noche o nunca!”
Los carbones encendidos del fogón, ubicado en un ángulo de la habitación, le permitió distinguir el lecho donde se encontraba extendido  el cuerpo de la extraña que exponía sus líneas sensuales a través del camisón. Una voz persuasiva le dijo: ¡Ven, amor mío, ven!
 Cuando  el brasero  del fogón desprendió una luz potente pudo observar la cara de la mujer. En vez de una nariz aguileña,  tenía un pico pronunciado de gallo y cuando recorrió con la mirada las piernas extendidas  se topó con las patas de un cabrío macho.   
El cuerpo se le escarapeló y poniéndose de rodillas grito: “¡Virgen santísima!... ¡Dulce Jesús mío!  Cogiendo el crucifijo que  colgaba de su cuello, repitió: ¡Sálvame dulce Jesús mío, Jesucitoooo!
La mujer se levantó  y al tratar de coger a su presa explotó, produciendo un ruido de bombarda como en las vísperas de la fiesta del Patrón “Shanticho”: ¡Bummmm¡ 
Las paredes cuarteadas de la habitación se abrieron más y todo se pobló de humo nauseabundo y el olor penetrante de azufre, torpedeando todos sus sentidos.
Vocabulario quechua:
1.- “Shoqui”                   : De Shoquy, chupar, inhalar
2.- “Llumllas”                : Arbustos que bordean los caminos.
3.-  Cochapetí               : Distrito de la Prov. de Huarmey.
4.- “Shanticho”             : Apóstol Santiago, patrón de Cochapetí
5.- “Supay”                    : Demonio, diablo, Satanás, Satán.
6.- “Pullicha”        : Diminutivo de Florentina





7.- AUKA RUNAKUNA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

En los albores de la civilización Andina, los Auca-runakuna eran hombres emplumados, ágiles y ligeros en el caminar que habitaron la selva de Huallaga, dedicados a la cacería y a la pesca, mientras sus mujeres se encargaban de la agricultura y del cuidado de sus hijos.
Dejando la tierra de sus ancestros,  se aventuraron hacia las montañas de la provincia de Pataz, Dos de Mayo y Huánuco.
Se toparon con el Marañón que al surcar por el departamento de Amazonas cruza la región de los Pongos, un tipo de cañón angosto y profundo entallado, empezando aguas arriba por: pongos de Rentema, de Mayo, de Mayasita, de Cumbianama, de Huarcayo y del pongo de Manseriche, el más conocido. Esta región de los Pongos es muy importante por que de no existir el río Marañón no llegaría a juntarse con el río Ucayali para formar el río Amazonas, y al no poder cruzarlo siguieron trajinando en busca de bonles superficiales para cruzarlos. La necesidad de alimentos hizo posible el descubrimiento de la agricultura con el cultivo y domesticación de la papa, el maíz, el tarwi que tuvieron la virtud de ayudar en sus conquistas a los Aucas.
Cruzaron el Marañón vadeando y de esta manera irrumpieron  hacia  los territorios de La Libertad y la zona de Conchucos en Ancash; donde sembraron hitos  incontrastables en aquellos tiempos.
Después de dominar las crestas de las cordilleras Blanca y Negra, siguiendo  la dirección del Astro Rey, llegaron a las  Vertientes  del Pacífico: Moche, Virú, Nepeña, Santa, Casma, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Huaura, Chancay, Chillón y posiblemente el Rimac, a los valles formados por estos ríos y de este modo llevaron sus nuevas formas de vida hasta el mismo mar y consolidaron sus conquistas.
Cuando llegaron a chavín, encontraron indicios de ocupantes previos en ese lugar. Esta es una edad en la que aparecen rasgos del arte de esta cultura en otras partes del Perú.
En Ancón hay una larga secuencia de rasgos que corresponden a los estilos Dragoniano y Floral en la Galería de las Ofrendas. A esa misma época corresponde la presencia de rasgos chavinenses como Garagay o Manchay en los valles de Lima.
En cada uno de los collados costeños y serranos  instalaron templos y santuarios de diversas magnitudes. Las gentes comunes vivían en aldeas o caseríos dedicados a la agricultura o la pesca y acudían a los templos o centros ceremoniales para obtener servicios ligados a la información sobre el tiempo o la conducción de tareas comunales más o menos complejas.
Vocabulario
Auca-runas        : Hombres caminantes
Ancash             :  Azul,  Suave
Bonles              : aguas estancadas, remolinos



8.- SILENCIO TELARAÑAS Y POLVO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Don Pedro Simeón al retornar, después de veinte años,  a su pueblo de “Waqap”, enclavado en las faldas de “Marka punta”, se dirigió apresurado a una casa vieja abandonada de sus abuelos, ubicada en un lugar solitario no muy lejos del lugar. No sabía exactamente cuándo fue construida, pero suponía que tenía más de un siglo de existencia. El abandono que  sufrió, por generaciones sucesivas, la convirtió en una casa solitaria y de mal semblante.
Con sus manos huesudas y delicadas de oficinista, abrió la mansión abandonada  y percibió un olor penetrante, nauseabundo, y un frío húmedo se fue calando en sus huesos. La casa entera parecía advertirle: ¡No ingreses...¡… ¡Noooooooo!
Decidió entrar y descubrió que el deseo que tenía terminó siendo una pesadilla espeluznante, que jamás olvidó mientras vivió.
Los muebles de la sala, el comedor y el dormitorio estaban cubiertos de telarañas y polvo. Se encaminó a la cocina. ¡Que pena! Colgaba de la pared el mandil rosado de mamá y la mesa que albergó a más de veinte personas, durante  el almuerzo, estaba desvencijada y desierta. El silencio estaba mudo y no había con quien hablar del pasado. Empezó el  desbordamiento de recuerdos.
En esos instantes se dibujó las maravillas de su infancia, en compañía de sus hermanos y primos. Recordó que su juego favorito era en el patio de esa mansión olvidada, recogía tierra y hacía pastelitos de lodo, que le quedaban redonditos, redonditos; y una vez hechos los ponía sobre una lata de manteca a secar al sol, ahhhh!!! pero eso no era todo,  una vez secados al sol los pastelillos, un día sábado al final del almuerzo, pidió permiso a su mamita linda que llevaba puesta el mandil rosado, para servir los pastelitos y así lo hizo y cuando llegó al lugar donde estaba sentado su primo José, a quinen lo apodaron de “Gordo Cebón” por tener una contextura gruesa y llena de grasa, este se mofó diciéndole : ¡Pastel de barro¡. Lleno de rabía y ¡zassssss! lo agarró a pastelazos y sus primos quedaron con chichones y heridas en la cara y todo el cuerpo. Hubiera terminado en una golpiza si es que  la ama de casa no intervenía con su voz y ademán angelical.
Con cabeza gacha demostrando que no le importaba el incidente con los pasteles, desapareció para esconderse en su refugio preferido que era un árbol de capulí donde trepó y trepó hasta lo alto y ahí nadie lo alcanzó.
Brotaron perlas diamantinas diminutas de su ojos y suspirando profundamente: ¡jaaaa…! exclamó: ¡Tiempos aquellos¡
Salió al patio, divisó con avidez, no existían árboles ni menos aquel en donde se refugiaba cuando las circunstancias de su infancia querían tratarle mal. Recordó los bellos momentos de su infancia. Y así lo que más extrañó fue su mamá, un segmento muy importante para que su niñez fuera maravillosa e inolvidable.



9.-  LA HOJA SAGRADA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
 “Genaro Chavinpalpa es un hombre sin familia, coquero y muy trabajador, siempre tiene algo que hacer y gana dinero suficiente para vivir.”
 “En el pueblo donde habitan sólo veinte familias, tiene un cuarto de adobe con un corralito donde cría cerdos y un cuyero donde  decenas de roedores nacen, crecen y son comercializados. En su pequeña habitación todo está en orden”.
Manifiesta estados de ánimo y sentencia que:
“Cuando mastica las sagradas hojas de la coca no tiene sed, hambre ni pena. Pese a ingerir alimento sólo  una vez al día, posee musculatura de buey arador, agilidad felina y mirada de halcón. Siempre canta para hacer trizas los vidrios de la soledad y rendir pleitesía a la coca, cuando entona:
Hoja verde de la coca
humo ralo del cigarro
con los dos  mi suerte amarro
al tenerlos en mi boca.
Suele decir, todo vicio he dejado, pero a mi coca no la dejaré, porque es planta sagrada, hija de la Mama Patsa, que da fuerza y conduce a la felicidad  eterna.




10.-  HIJO DE AGRICULTORES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

“Yo nací en un pueblito de las Vertientes del Pacífico, ubicado en las faldas del cerro “Warakayoq”, lugar que habitaban hombres con hondas ara cazar y defenderse de ataques sorpresivos. Mis padres fueron chacareros y ganaderos, respetuosos y considerados; apenas sabían leer y escribir.
Igual que otros niños de mi edad, realizaba diversas tareas. Todas las mañanas me dirigía a la estancia de “Qantu”, paraje poblado de cantutas aromáticas, cuya miel alimentaba a los picaflores, a cegar alfalfa y trasladar sobre mis hombros, hasta el pueblo, para alimentar  a los cuyes que rica carne nos ofrecían en la mesa familiar, los días de fiesta: cumpleaños, visitas, siembras y cosechas.
Los  domingos, muy temprano, sobre el lomo de mi “Jirpu”, asno fornido y resistente, me dirigía a la manada a inspeccionar las reses de mis padres y cuando el sol se dirigía hacia  el mar para zambullir su cabellera resplandeciente en las aguas turbulentas del Océano Pacífico, retornaba con las alforjas repletas de quesos requesones y mantequillas, sobre las ancas de mi jumento que a mi también me transportaba arrancando de trecho en trecho con su dentadura  potente, los pajonales que floreaban al borde de los caminos serpenteantes y juguetones.
Estudié la primaria en el pueblito de Cochapetí y la secundaria y superior en la ciudad de Huarás, resido en esta última, donde  contraje matrimonio y tengo siete hijos, número cabalístico, uno por cada día de la semana y todos son profesionales brillantes.
Cuento con noventa años de edad y soy feliz al compartir momentos inolvidables con mis nietos y los hijos de ellos. Espero la muerte, muy tranquilo, sabiendo que me forjé y formé a mis descendientes con los dones de educador conciente y consecuente del rol que me tocó cumplir en la sociedad.




11.- APÓSTOL SANTIAGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

“Al final del trabajo agotador de la cosecha de papas en Cruz Pampa, doña Felicitas,  pese haber comido pachamanca con tres carnes y papas asadas en hornos construidos con piedras y terrones para la ocasión, con quesillo fresco y rocotos verdes, llegó a su casa muy cansada y cenó; después  se introdujo a la cama seguido por el ¡miau, miauuuu” de su gatito  de orejas puntiagudas y  ojitos incandescentes y se quedó profundamente dormida arrullado por el ronquido del animalito.
Rezaba, arrodillada en un reclinatorio, frente al Altar Mayor del templo virreinal, declarada Patrimonio Cultural de la Nación y al sentir el peso ligero de unas manos giró la cabeza y sus ojos se toparon con los del Patrón del pueblo, Apóstol Santiago.
El le pidió que sea su mayordoma para depositar flores aromáticas y velas en su altar; luego el Santo del pueblo cabalgó su corcel blanco y partió como rayo, dejando al rededor chispas producidas por los herrajes al rozar con el piso pedregoso. La devota despertó cuando los primeros rayos de la aurora se extendían en el horizonte”.
2.- Anáfora, reemplaza textos con referentes:
 “Durante la semana, Shanticho visitó a muchas  personas, recordándoles sus obligaciones para la Fiesta Patronal. El estaba seguro  que, ese año, la celebración de su festividad sería pomposa, con juegos artificiales, corrida de toros, comilonas, reencuentros  de centenar de cochapetinos residentes en Lima y países extranjeros.
El 25 de julio, día central de la festividad, el apóstol estaba radiante y con sonrisa a flor de labio, porque los festeros le ubicaron en una anda de cedro tallado y barnizado, adornado con flores variadas. Su rostro se tornó rosado porque le vistieron con camisa blanca, pantalón azul y capa roja con grecas doradas y sombrero de pico del mismo color; sostenía con la mano derecha enguantada una espada de plata con empuñadura de oro.
“Entonces, después de la misa, todos los asistentes, al compás de la banda de músicos, bajo la dirección del trompetista “Zambo Mashi”, en procesión solemne, le expresaron su profunda devoción, con los sentimientos de: Sabiduría, ciencia, Piedad y Temor.
 “Después de la corrida de toros, los comuneros y visitantes se retiraron y al día siguiente, después de la homilía del sacerdote, los devotos recibieron la bendición y la recomendación de cumplir con la promesa de hacer mejor la fiesta el año próximo.
Concluida la Santa Misa, los reunidos, en el atrio empedrado con lajas de piedras azules y blancas, se dieron abrazos de despedida y promesas de retornar.
En un extremo, sobre una mesita de aliso, el sacristán Moisés Alejo, hombre diminuto y barrigón, anotaba en un libro de actas los nombres de  los “Qellis”, quienes apoyarían a los festeros con cargo de reciprocidad.




12.- PUSHANYA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

“Claudio Guerrero conocido, desde niño, como ”Yana Wawa” por su cuerpo atlético, tez morena, nariz chata y cabellos ensortijados, a mediados del siglo XX, durante sus vacaciones de año, bajo la presión de su padre, se trasladó desde  su estancia de “Qeropuquio” hasta “ Búbano Ruiri”, donde permaneció  tres meses cuidando a sus reses y dedicado a la cacería de vizcachas, pumas y venados.
Una tarde calurosa, después de beber agua cristalina del manantial rodeado por helechos gigantes, al escuchar un ruido extraño, viró el cuello hacia su derecha y vio con asombro, en vez de un venado normal,  a un animal gigantesco con  los cuernos  enredados entre  las zarzas de especies variadas del bosque;  sin perder tiempo, apuntó su retrocarga hacia la presa inmovilizada y disparó, dos veces, originando herida profunda en la frente y el pecho del animal indefenso.
Después  corrió y desenvainando  su cuchillo tajó, con fuerza, el cuello robusto de la bestia. A continuación, destripó y también  fraccionó el cuerpo, no obstante  lo pesado que era, convirtiéndolo en cecina.
Finalmente, lo tendió en las ramas para deshidratarlo; por ello   logró empacarlo en varios fardos, así que cargó varios jumentos y como trofeo de vacaciones  en el pueblo vendió cecinas,  a buen precio,  asi que obtuvo utilidades para comprar útiles escolares, alimentos balanceados y ahorró para solventar gastos  durante  el año académico.



13.- DE ANCESTRO ARTISTA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Domingo Guzmán, joven delgado de tez morena, cabellos ondulados y ojos grises de mirada penetrante,  estudió en la Escuela Regional de Bellas Artes de Huarás cuando era adolescente, ahí practicó más de doce años pintando con diferentes estilos, buscando uno propio que no logró. Sus madre murió cuando el tenía 15 años y dos meses  después su padre fue encarcelado por  sospecha de asesinato. Su padre era machista a morir y le inculcó a Domingo Guzmán  sobre el poderío de los hombres sobre las mujeres, trataba que su hijo entendiera que los hombres siempre mandaban y que las mujeres obedecían.
Domingo entró a la universidad a la ERBA a los 20 años  después de haber trabajado en la JOP de Ancash, para sobrevivir y mantener a su familia  consistente en una esposa y un hijo. Domingo durante sus estudios, debido a su presencia física y gran orador, mostró una autosuficiencia hacía sus compañeros de estudio de promoción y creyó que era Don Juan, pero gracias a una ayuda psicológica y a sus compañeros de trabajo logró entender que no era así. Tuvo  una joven esposa, diligente y trabajadora y de  ahí nació un hogar ejemplar y responsables. Al entrar a la Escuela Domingo conoció mucha gente y se hizo muy amigo de las compañeras de su esposa que estudiabas en la misma Escuela, dos años menos que él. . Ahí fue cuando domingo descubrió su debilidad hacía las mujeres y experimentó la poligamia, que más tarde iba a ser puesta a prueba con Rosalvina,
una compañera de su hija con la cual también compartió en la cama; de ahí resultó  su hijo Michel  que fue reconocido como hijo de  Marcial Quispe que se enamoró prendidamente de su madre que era una quinceañera bellísima y trabajaba en la Oficina de Correros de Recuay.  Michel cree que su padre es el PNP , pero su madre esconde muy bien al mundo  que no es precisamente el hijo de Domingo, pero si comparte con él muchas cosas, entre ellas el sexo.
Con sus clases de  docente en al Escuela Normal de tingua como profesor de Expresión Artística y Expresiones Creativas se gana el dinero para mantener a su naciente familia. Cuando culmina sus trabajos de docente contratado, toma su pincel y plasma algunos pincelazos a la foto para darle un toque de magia y recuerdo o coge una tabla, previamente preparada, para realizar sus trabajos de pirograbados con temas del paisajes del Callejhón de huaylas o temas históricos donde están presente  las culturas Chavin,. Wari, Recuay,  y otras. Domingo Guzmán solo le vende sus cuadros a las personas que visitan la exposición  auspiciada por CRYRSA. Lo curioso de Guzmán es que el mejor sitio de trabajo para él es su casa; donde vive con su esposa y dos hijos: Daniel y Liz. Su taller está en el segundo piso de la casa ubicada en el Jr. Caraz 950 de la ciudad de Huarás. Los temas hist´ricos y paisajísticos de Guzmán tienen más importancia que el resto  de tendencia académica. Las pinceladas que marca en sus cuadros siempre llevan tonos grises dándole a los paisajes la calidad de los pintores holandeses o los murales mejicanos de  Rivera y Siqueiros. Su taller de arte tiene como nombre “Cochapetí” y está repleta de los temas paisajísticos y costumbristas de su tierra natal: Cochapetí.
Domingo Guzmán, venció dificultades  familiares para organizar su hogar  y afortunadamente  es feliz, por que su esposa también es estudiante de  Artes Plásticas, con inclinación profunda a la Escultura.







14.- EL MERCACHIFLE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuento

A fines del siglo pasado, un vendedor de baratijas, solía recorrer los pueblos de la Vertientes del Pacífico, distribuyendo su mercancía a cambio de dinero o especies. Era gordito como un cebón polanchin, ojos pequeños y saltones, caminar pausado, palabras precisas y extremidades ágiles con dedos que contaban los billetes o escogía sencillos con la avidez de  una hilandera que frota las yemas con mucha precisión para girar el uso.
 No había gente que dejara de obtener sus mercaderías ofertadas y el pago lo hacían con dinero cantante y sonante o con cuyes, gallinas, conejos, chivos porque todo era negociable.
Durante su recorrido por las Vertientes del Pacífico, al final de su travesía, quedaba con los bolsillos repletos de dinero y animales que se apretujaban en el corral del hospedaje. Después cumplir su cronograma de visitas de negocio se quedabA unos días en la ciudad para proveerse de mercaderías.
Satisfecho, bebiendo una taza de café con emparedado de jamón, en una fonda lujosa de la ciudad, santiguándose solía decir: Pese a mi talla pequeña y estructura gorda y ojos pequeños como de cerdo, tengo la habilidad de convencer a mis clientes. Nadie  niega  mis propuestas y el resultado final son las ganancias  que me permite mantener a mi familia con honradez y holgura.
”Vertientes del Pacífico, naturaleza pródiga, que otrora acogiste y brindaste tu “Chiwa kanka” al sabio Antonio Raimondi y liberaste de tus entrañas  al Santiago Antúnez de Mayolo, Gabino Uribe, Jacinto Palacios, María Alvarado y Luís Pardo  Novoa , permíteme el calor de tus labios, suplica la turista.
Te daré todo dice  la bella Andina, guiñando de reojo al Océano Pacífico que  le saluda con su olas turbulentas. Te llenaré
las ansias con el perfume de mis amancayes, saciaré tus deseos con la pupila de mis chirimoyas y decoraré tu frente con los labios de brisas marinas. Al fín te daré todo lo que tengo.
Necesito el peine de cacho , que siempre llevas en el bolsillo de tu casaca, para alisar mis cabellos  de color de espigas doradas de tus campos.
¡Fiuuuu! ..- Con el silbido de mis vientos te daré el líquido de mis manantiales, el perfume de mis flores y la fortaleza de mis hombres.
Gracias y mil gracias “Vertientes del Pacífico” que hoy y siempre te llevaré en mi corazón enamorado.
padre me apodó de “Montaraz…”
¿ tienes muchos amigos?
Soy “japallán cholo”, sin  padre, madre ni hermanos



15.-  VECINO
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Durante el primer verano del año 2000, en la Alameda Grau del barrio de San Francisco de la ciudad de Huarás, apareció el cachorro llamado “Vecino” que tenía una predisposición natural a la compañía humana y a la vida familiar, con una sensibilidad especial hacia los niños y el juego. Era un perro muy querido por los chiquillos del barrio.
Mientras éstos, durante el día, permanecían en sus centros educativos, el animal se quedaba encerrado en el corralón que tenía un muro altísimo que competía con los árboles ornamentales plantados con fines puramente estéticos, sin que se pretenda destinarlos a la producción u otros fines.
Dormía todo el día y de vez en cuando se acercaba al cobertizo protegido de fuertes corrientes de viento. Ladraba a las gallinas que respondían con cacareos incesantes, estirando sus cuellos y moviéndose de un lado a otro, reflejando sus instintos silvestres naturales.
En cambio, de noche, “Vecino” salía con sus amitos y jugaba en el parque con los chicos de la vecindad. Muchas madres acompañaban a sus retoños y las muchachas, con trenzas largas algunas y otras con cabellos cortos,  se encargaban de cuidarlos y comprarles golosinas con el dinero entregado por sus patrones.
Cuánta paz había en los árboles y cuantas notas musicales
exhalaban las hojas de las ramas repletas de esperanzas verdes, como el coro de jovencitos lanzaban sus cánticos frente al altar mayor del templo de la parroquia del Espíritu Santo.
El jolgorio en las noches era motivado por los infantes y el personaje central era el cachorrito de color negro con manchas blancas en las patitas y el hocico.
Doña Clara, mujer admirable que frisaba los treinta años de edad, que vestía con calidad, de forma sencilla y elegante, acompañaba, de cuando en cuando, a su primogénito Sebastián, chiquitín de cabellos ensortijados, nariz roma y ojos saltones como de los grillos del estanque. Se divertía junto con otras mamás de las travesuras del cachorro y de los niños que jugaban hasta estrujar  chorros de sudor.
Una noche de luna llena, con el cielo tachonado por estrellas refulgentes que no dejaban de guiñar  a los seres del universo, doña Clara y su hijo se quedaron en el parque y jugaron hasta el cansancio con “Vecino”, cuyos amos vivían al costado de su casa.
Al día siguiente, a la hora de cena, mientras doña Clara alistaba la comida, en la cocina, su esposo con su hijo  se sentaron frente a la televisión y se deleitaron con los dibujos   animados de Walt Disney. Durante los minutos de publicidad, Sebastián dio una noticia,   agradable para él, a su padre.
Papito, tú no sabes lo que hace mi mamá, durante las noches, cuando tú no estás en casa.
Dime hijo ¿Que es lo que hace tu mamita cuando no estoy en casa?- interrogó el padre, muy curioso.
¡Ah¡ Esta noche, como en otras, mi mamita después de invitarle galletas al “Vecino” se puso a jugar con él, detrás de los rosales del parque, por eso  hemos llegado tarde.
¿Con el vecino?.. ¿Se quedó jugando con el vecino, detrás del rosal del parque?
Si papito, como en otras noches. ¡Bueno! tengo hambre, vamos al comedor,- diciendo caminó y se ubicó en la mesa decorada con un florero de porcelana china que contenía flores balsámicas. Su madre sirvió, ligera, los alimentos apetitosos.
Durante la cena, don Jonás, esposo de doña Clara, ingirió sus alimentos en completo silencio, no pronunció palabra alguna, actitud que extrañó a su esposa. En esos instantes, tableteaba en el cerebro del  jefe del hogar la metralleta de los celos y los celos ciegan por completo y  las cosas empeoran los días siguientes.
“Mi mujer se ha quedado, detrás de los rosales del parque con el vecino, con el abogado que tiene su estudio junto a mi casa.  ¡No!, no puede ser!....Con él, haciendo el amor  en el parque, protegido por los rosales y a vista y presencia de mi hijo!.. Si no es por la mención  de mi niño, jamás lo hubiera sabido”. ¡Ahora verán¡… Me vengaré.
A partir de ese día, después de cenar se encerraba en su escritorio y monologaba. “Lo asesinaré al vecino, a ese vivo que me finge amistad sincera. Lo asesinaré porque me traiciona, porque revolotea alrededor de la luz de mi hogar opacando mi felicidad”.
“Por las mañanas salgo a correr y agoto mi cuerpo para no agredir a mi esposa. Por las tardes me siento en el banco del parque y leo los diarios de la localidad para no conversar con nadie. Cada vez que veo a mi vecino acabo pensando que soy un tonto. Me siento culpable por albergar tan mezquinos sentimientos. Y, finalmente, llego a casa y deseo quedarme a solas mientras fumo cigarros uno  tras otro”.
La filosofía penal del Perú, es considerar al delincuente como un ser humano, que si bien ha cometido un hecho grave ante la sociedad puede ser sujeto de un proceso de readaptación, que lo lleve a corregir el área de conducta viciada y pueda después de un tiempo retornar a la sociedad, convertido en un ser productivo y resarcir el daño causado.
Un día de visita a la cárcel, doña Clara y su hijo, con bolsas de frutas, conservas y periódicos, fueron a saludar a Jonás que purgaba su delito por asesino. Había sido condenado a trece años de reclusión por haber asesinado a su vecino, el abogado Castromonte.
Cuando sonó el timbre, anunciando la salida de los familiares, amigos y parientes de los recluidos, él dijo muy arrepentido.
Esposa mía, ¡perdóname! Asesiné al abogado, pensando que tú me traicionabas con él, en las noches, detrás de los rosales del parque.
Pensé mal, cuando nuestro hijo me dijo que ustedes se quedaban jugando con  el cachorro de nuestra comadre Paulina, llamado “Vecino”.
Jonás soy tu esposa. ! Jamás te falté ni te faltaré! Eres el amor de mi vida. Como prometimos al casarnos te amaré hasta el día de nuestra muerte y si se puede amar más allá de la muerte te seguiré amando.- Abrazándole derramó unas gotas tibias de lágrimas cristalinas en su pecho. 
¡Que imbecil soy!... ¿cómo pude haber dudado de una mujer santa, honesta y honrada? ... bien merecido el castigo que me ha impuesto la justicia humana.- Cogiendo un cajón repleto de artesanías, le acompañó a la salida del penal diciendo:
Por favor, como de costumbre, vendan estos productos para subsanar las necesidades de nuestro hogar.
Los vecinos y algunas empresas turísticas me han hecho pedidos y  tienes que doblar tu producción, Jonás.- Respondió ella.
Gracias por la visita. Para la próxima les esperaré con artesanías de mi creación. Vendiendo tendrán ingreso suficiente para vivir con holgura y tú, cogiendo los hombros, hijo serás un gran profesional.








16.- “EL BARRANCO”
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El chacarero se llamaba Luís Huerta que tenía tierras de cultivo en las propiedades heredadas de su señor padre, don Daniel Sabino; tenía veinticinco años y  su vida en el campo, desde que abandonó sus estudios en el colegio capitalino donde se destacó como escritor, no era tan fácil ni maravillosa. Trabajaba duro, se arriesgaba mucho y no lograba una retribución justa como para darse una vida lujosa rodeado de comodidades y formar un hogar.
 Decía que era responsable de la muerte de doña Perfecta que la encontraron en el barranco de “Urán, los peones que fueron a limpiar la acequia que conduce agua de la laguna de Shiqui  a las tierras de la comunidad de Cochapetí. Las mujeres que la vieron compartir con ella, sentados al bode de una acequia que que conducía agua cantarina que son su ¡culll culll culll! Incesante acompasaba el trino de las aves, comentaban que el criminal era él; eso no le importaba porque estaba dedicado a escribir un diario detallado de los pasos que siguió para asesinarla. A sus visitantes solía decirle: “Cometí el crimen porque  soy el aborrecido del pueblo y la única que me entendía era ella”.
Conoció a Perfecta, en el mes de mayo, durante la cosecha de papas en el paraje de Cruz Pampa, donde al centro del Callpal construyó un horno con terrones y piedras labradas. Ella atizaba el fogón con  chamizas secas y asaba “Jallka warmi” y “Utkush”, papas arenosas y agradables que fueron degustados con “Kushara” fresca y quesos añejos, en el momento de descanso al medio día, cuando el sol  reverberaba en el cenit.
 Ella atendía a diestra y siniestra exhibiendo sus bamboleantes y apetecible senos. Nadie se  dio cuenta del celo que le despertaban las miradas golosas de los jóvenes a excepción de su tía Ushi que desapareció, después del almuerzo campestre, llevando sobre la espalda una lliklla de papas escogidas.
Una tarde cuando Perfecta se dirigía a la fuente de Paccha con un atado de ropas para lavar, la siguió hasta el lugar donde  ella cogió las ropas sucias y las sumergió en el lavadero mandado construir por el alcalde a pedido de las mujeres del pueblo. El se acercó y empezó aventarle piedrecillas como muestra de su presencia y estima. Entonces conversaron y Luís le preguntó si ella sentía algo por el. La respuesta era una sonrisa coqueta seguido de una sonrisa astuta. Era el medio día, ella recogió los vestidos tendidos en el champal, la envolvió y puso a sus espaldas ajustando entre su mandíbula y los senos las puntas de la Lliclla; llenó el balde con agua fresca y partió hacia el pueblo con pasos ligeros. Al día siguiente cuando Perfecta se dirigía a Qarwanchi por alfalfa para sus cuyes y cebollas para la cocina, el la esperó en la curva del camino y sin preámbulos  dijo que la amaba. Ella sonrió y manifestó que era casada. Sin pérdida de tiempo  la cogió, la tumbó y después de un breve forcejeo ambos fueron transportados al paraíso de la entrega placentera con besos, abrazos y chasquidos de olas embravecidas en las orillas de la playa extensa del placer. Se levantaron y cada cual siguió su ruta sin intercambiar palabra alguna.
A la mañana siguiente Lucho fue a la casa de Perfecta y encontró a don Chavinillo sentado en una mecedora, al costado del patio de su casita, solazadose bajo la sombra de una campanilla en floración. Le dijo que su esposa había ido a Qarwanchi  a atender a sus animales y sembríos con ayuda de su primo “Shawi”. Montó en ira y se despidió  del ciego que rebasaba por todo los poros inocencia e humildad.
Durante meses, Luís y Perfecta, a ocultas, en los barrancos, en la cabecera de los huertos y bajo la sombra de los quenuales se veían continuamente. Luís la amaba desesperadamente, pero se daba cuenta que Perfecta lo quería como pasatiempo.
Las crisis la permitió traicionar a su esposo Chavinillo y a
todos sus amantes circunstanciales, su manía era abandonar su hogar y deambular por quebradas, pueblos vecinos y sementeras para perderse en brazos de chiquilos, mozos y adultos.
Una tarde la encontró en el patio de su casa y le invitó a sentarse, sus ojos redondos y saliendo un poco de sus órbitas, ansiosos, su pelo hermosamente desgreñado, ayudado con una bincha para “normalizarlo”. Le saludó por haber permitido la visita en su casa  y permitirle conversar y le pidió pasar unos momentos en su alcoba, sin contestara le mirabas ansiosa. Y le dijo: “Gracias por visitarme, por ser valiente, tu petición es genial, pero m i esposo está descansando.
 Dejó de mirarle ansiosa, sus ojos se volvieron dulces y su boca habló con voz emocionada: “por fin, sólo necesitaba que alguien me entendiera”. Se levantó e ingresó a su cuarto diciendo. Chawinillo abre tud brazos para que me devores.
Desde ese momento, muchos de sus encuentros terminaban en peleas furibundas porque él siempre le preguntaba sobre las relaciones íntimas que ella sostenía con los jóvenes de la comarca y los foráneos que la visitaban  de vez en cuando.
En una de sus demencias discutieron fuertemente y ella se marchó gritando y llorando sin hacer caso a las llamadas de él.
 Una mañana, muy temprano, Luís se dirigió a “Qarwanchi” y en la puerta de la casita de don Chavinillo, que a raíz de un accidente se quedó ciego y vivía a expensas de su esposa,  se topó con Shawi que salía en compañía de una mujer agraciada y extraña. Le manifestó que  Perfecta se había quedado en el lecho que habían compartido los tres. Luís recordó que después de una  borrachera se había quedado en casa de un amigo con su pareja, lo que pasó afloró con toda claridad en su mente, tenían las copas hasta la cabeza y entonces se metieron a la cama los tres e hicieron de todo, sintió rabia y a la vez morbo pero , siguió con ella, es difícil verla, entendió que las tres se habían acostado y que ella era una falsa y merecía otro trato. Llegó a la conclusión de que Perfecta era  una prostituta.
Desde entonces, todas las mañanas la esperaba en los recodos del camino y ella no aparecía. Después de una espera interminable los vio que avanzaban jugando y dándose pellizcos, se abrazaban, se besaban. Era marzo, la tormenta, con truenos y relámpagos sorprendió. Lís se escondió en una cueva  y extrajo de su bolsillo un cuchillo marca “Toro”, la afilo en una piedra pulida por el tiempo, la limpió con los dedos y después de darle un beso la envainó y guardo en el bolsillo de su saco.
 Cuando salió al encuentro de la pareja vio que ella sola se acercaba,  le preguntó tristemente qué iba a hacer, él le respondió que tenía que matarla por haberlo traicionado con varios, entonces, llorando le clavó el cuchillo en el pecho y lo desbarrancó por la pendiente rocosa que terminaba en un barranco profundo.
Se dirigió a Cochapetí y penetró a la casa de Perfecta donde encontró a don Chavinillo. Le confesó al ciego que venía de la estancia de Qarwanchi, que Perfecta era la amante de Shawi y por eso lo había matado; entonces el ciego le gritó que era un demente. Luego fue a Gobernador y se entregó. Fue remitido a la provincia de Aija y después de un breve juzgamiento quedó preso, en el encierro intentó darle explicación a la última palabra del ciego: “loco” y el por qué Shawi se hubiera suicidado.





17.-SHUMAQ MISHIKANKA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

La alarma de mi celular, seguía cantando y cantando, mientras extraía de su estuche.
¡Haló ¡… ¡Haló! respondí.
Soy Rodrigo.- contestó una voz familiar.
¡Diga!... ¿Para que soy bueno?
Mañana, sábado a horas 09.00 AM tenemos una cita con el Sr. Alcalde de Huari, Licenciado Edwards Vizcarra, para ultimar las gestiones para la realización del XVIII Encuentro Regional de  Poetas y Escritores de Ancash y el I Mega Evento Regional de Ucayali, Huanuco y Ancash. ¿Nos acompañas?
¡Claro que sí!- Le respondí.
Estoy en Huari, disfrutando de este amanecer singular y revolotea en mi mente los versos de mi paisano, el poeta Edmundo Villavicencio:
El amanecer espera la noche.
El día se revuelca y aspiro
volcanes de estrellas”.
Aquí nací, crecí y realicé mi aprendizaje hasta concluir la secundaria, luego viajé a Lima para continuar mis estudios superiores. He retornado después de cinco largos años. Resido en la capital del Perú, soy enfermera y trabajo en el Hospital “Hipólito Unanue”, ubicado en la plaza principal de Surco. Acabo de enterrar a mi madre que murió atacada por el cáncer a las mamas. Después del “pitsqaki” retornaré a  la Capital que no es mi tierra pero la quiero como si fuera mía. Sólo Dios sabe, ¡Cuando regresaré!
El día 16 de febrero, cuando el alba rayaba los picachos andinos, llegamos a nuestro destino. En la Agencia de Transportes “El Águila”, nos esperaba el poeta Daniel Gonzáles. Éramos cuatro: Rodrigo, Villafane, Daniel y yo. En la esquina del parque vendían emolientes, jugos de quinua, emparedados de huevo, chicharrón y frutas. Nos acercamos y cada uno pidió lo que le apetecía. De esta manera iniciamos el día de trabajo arduo, con el desayuno franciscano reparador y ajeno de toda etiqueta.
Después de recorrer un trecho, preguntamos por la ubicación de las oficinas del municipio y una campesina muy amable, de piel blanca y rizos en la frente, con vestimenta típica, nos indicó que se encontraba en el segundo piso del Mercado Central.
Después de recorrer el Parque  ubicado al pie del mirador de “Tukuwaqanka”, llegamos a una esquina; allí estaba el mercado y como había llovido de noche, el piso estaba barroso; los calzados y pantalones de las personas como los nuestros estaban decoradas
con pinceladas abstractas de limo.
Observamos que era mucho más pequeño que los mercados de carne y de pescado de Huarás. A diferencia del pescado y la carne, la venta de verduras y frutas tenía lugar en el piso de las veredas y al aire libre. El establecimiento se agrupaba en una calle perpendicular frente del gran edificio de la Cooperativa de Crédito y Consumo de Huari. A su vez, todos los puestos estaban rodeados por un pequeño patio circular donde estaban instalados quioscos de todo tipo, desde papelerías hasta chocherías.
¿Quienes Serán?… ¿Ingenieros, agentes vendedores?... Por el porte parecen intelectuales, talvez escritores. Soy una bella y atractiva, romántica, soñadora, alegre y sensual dije y me acerqué curiosa y con tono pasional saludé: ¡Señores, muy buenos días! El de bigotes blancos y cabellos ondulados ralos y albos me contestó el saludo y preguntó. ¿Es Ud. huarina, la bella “mishikankina”?. ¡Sí!¡ la respondí y disimulé mi rubor con una sonrisa.
El local del Municipio ya no  se encontraba en la plaza de armas; en ese lugar estaban construyendo un edificio moderno de material noble. Los trabajadores hormigueaban. Unos  mezclaban con maquinarias pesadas el cemento con  arena y agua, otros acarreaban la mezcla en latas sobre el hombro para ser vaciados.
Como nos indicó Maria, dijo que así se llamaba la enfermera, nos dirigimos al mercado, en cuyo segundo piso estaban instaladas provisionalmente, las oficinas de la alcaldía. Después de una hora de espera, el Alcalde nos invitó a su oficina, cuya estantería estaba repleta de libros impresos por el “Fondo Editorial Ventana  Andina” del Municipio huarino.
Terminada la Misa de cuerpo presente, celebrada en la catedral de la ciudad, en homenaje a mi madre, nos dirigimos al cementerio para darle el adiós postrero. En la noche recibí la visita de mis familiares que me entregaron regalos de chirimoya, huevos, papas y maíz. Cuando se despidieron, con lágrimas y latido fuerte del corazón les mostré mi gratitud con palabras melancólicas matizadas con lágrimas.
A las cuatro de la tarde me dirigí al paradero. ¡Sorpresa! Allí
estaban los cuatro. Mi vehículo salió a la hora indicada en el boleto y partí, llevando, en mi mente, el encargo del señor Domingo de Guzmán, cuyas facciones me recordaban a las de mi abuelo paterno: Alto, delgado, de tez blanca y ojos azules. Decían que era natural de Gros sglockner, montaña más alta de Tirol, de donde se vino a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.
Concluida la gestión y firmada el acta de compromiso entre el Alcalde y los miembros del Consejo Directivo de la AEPA, y después de un ovíparo almuerzo, en el recreo Campestre de Palca, invitado por el señor alcalde Edgard Vizcarra, nos dirigimos al paradero de buses, con nuestros boletos  adquiridos en la Agencia de Transportes Halcón, comentando sobre lo exitoso que sería el XVIII Encuentro de la Asociación de Escritores y Poetas de Ancash y el Primer Mega Evento Regional, con la participación de los poetas y escritores de las regiones consideradas.
En Chavín de Huantar, pueblo escondido en un pequeño valle que según Julio  C. Tello fue la cuna de la civilización peruana, el “chulillo” nos despertó con su voz aflautada, anunciando que deberíamos abandonar el carro que nos transportaba para efectuar un trasbordo a otro vehículo.
Fui el primero en subir al otro vehículo con varios asientos vacíos. En la primera fila se encontraba ella y la butaca adyacente estaba vacío. Interrogué si podía sentarme a su lado y ella, entre sueños y frotándose los orbitales me dijo que sí. Así fue.
Me acomodé,  cubrí mis piernas con una tela de felpa que siempre llevaba en mis viajes; y me quedé dormido al instante.
Sentí que ella puso sus manos sobre mi cuello y me atrajo hacia sí. Sus labios empezaron a beber de la frescura de los míos con avidez. Un susurro de su voz reventó como una pompa de jabón que dibujó en mis oídos la palabra: ¡Amor, bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez! Cuando las llantas se sumergieron en hoyos encharcados por la lluvia, sacudiendo la carrocería en las honduras del tramó, nos despertamos y ella gritó: ¡Uyy¡ Luego se quedó profundamente dormida. Su respiración penetraba a mi mente como un desayuno servido esperando ser tomado.
Al empacar los regalos, me dije: En cuanto llegue a Lima voy a preparar una  comida novo andina con los productos andinos que llevo: tarwi, quinua, kiwicha, cochayuyu, maca y  oca. Invitaré a mis familiares  más cercanos y a Humachumbo, mi enamorado que viene exigiéndome la prueba del amor y no he cedido a su requerimiento, pese a que lo quiero mucho; siempre le digo que después del matrimonio todo. En realidad creo que la virginidad es algo personal como para ser una decisión y algo que cada uno debe tener en cuenta; yo creo que no tener relación sexual antes del matrimonio  es perfecto.
Estaba en sus brazos a punto de entregarme a sus deseos, cuando a causa del sacudón  del vehículo desperté en las alturas de Kawish, la parte más alta por donde  atraviesan los vehículos de Huari a Lima y viceversa, desperté asustada. Estaba en los brazos del profesor Domingo de Guzmán y quise seguir gozando de la tibieza de su cuerpo, cuando me dijo: “Discúlpame  señorita, la vida es sueño y los sueños refuerzan a la vida”.
Al resplandor de los primeros rayos del Waraq Qoyllur o Lucero del amanecer, llegamos a Huarás. La ciudad se  preparaba para despertar y nosotros apuramos los pasos para acercarnos al emolientero. Solicitamos emoliente con harta linaza, jugo de berros y limón; compartimos  con la señorita enlutada. Me despedí con un beso en la mejilla que se incendio como una pavesa inyectada por el amor. ¡Hasta pronto¡





18.- IRENE
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Desciendo de una familia de  artistas rico en imaginaciónn y creatividad. Mis compañeros de estudio me han llamado “Qallwash” porque para pintar  mis cuadros  utilizaba  el color amarillo; pero, hasta el momento, no se ha resuelto el término  Artista si es genialidad o la forma elevada de expresión creativa

Aquellos que pintan paisajes de día sueñan un mundo maravilloso de noche. En sus recorridos raros observan los jardines  del cielo y se agitan, al dejar de bostezar, Imaginando que han recorrido los senderos  que Dante lo hizo guiado  por Beatriz. Recorren, en frágil embarcación, el turbulento lago de las Estigias.
Confieso que soy artista, que estoy iluminado, que hay dos momentos en mi existencia mental: el estado de pureza que  pertenece a los sucesos de mi infancia, y un estado de oscurantismo y desvío, que pertenece al presente y a los episodios que  instituyen la segunda etapa de mi existencia. Por eso,  escuchad lo que les contaré del primer período, y del segundo.
La mujer de mi adolescencia, de quien tengo la fotografías clara en mi mente, era la cuñada del hermano de mi tío padre  que se había casado con una profesora del  pueblo vecino de Malvas. Se llamaba Irene. Juntos habíamos recorrido los parajes frígidos de Ishke Cruz y pasado momentos inolvidables en “Pishtak Maché”, Cueva del degollador, mientras  la lluvia torrencial con rayos, truenos y relámpagos hacía estragos con los pastores y sus rebaños de pelambre albo.
Pocos llegaban al lugar maldecido por las viudas que habían perdido a sus esposos secuestrados, asesinados y hervidos en pailas por los “Pishtaqkuna” en el amplio  recinto de  la cueva misteriosa. Hacer el amor, protegidos  por paredes ciclópeas  y animados por la fragancia de flores silvestres y trino de avecillas era lo más sublime e inolvidable. Solos , aislados de la curiosidad de vecinos, sin preocuparnos del mundanal cuchicheo, yo, mi amada y el manantial de la soledad.
Mis dedos se deslizaban por caminos sinuosos de su cuerpo hasta su puquial tibio y palpitante, así como los espacios que se extendían desde la enmarañada selva perdiéndose en las profundidades del placer que agitaba a nuestros corazones, con latidos del amor y la energía de los apus.
Tomados de la mano, durante noventa días que duró la vacación, recorrimos Irene y yo por esas laderas pobladas de ichus, pajonales y quenuales antes de que el amor fermentara en los “Kuntus” o vasijas  de nuestros corazones.
Ocurrió una tarde. Palabra alguna pronunciamos. Habíamos arrancado al amor toda su furia y encanto  y  sentíamos el in cen dio de todos los deseos de nuestros antepasados. Todo a  nuestro alrededor cambió. Flores aromáticas brotaron en las paredes rocosas. Y la vida emergía  en los senderos polvoreentos, todaslas  aves desplegaron su plumaje ante nosotros. convirtiendo toda su trayectoria en estela esplendorosa.
Irene embelleció, pero era una doncella normal e inocente, como la vida de los amancayes  amarillos que poblaron  los cerros tornándolos embriagadores con sus aromas edénicos.
Ningún cambio en la naturaleza disimulaba el amor ardiente que sentía por mí.
Habiendo pronunciado una mañana, entre lágrimas, la palabra : “Hasta pronto, amor mío y cuídate”, partí en mi  brioso corcel hacía el lejano horizonte.
Sintió palpitar su corazón con ritmo acelerado y supo que, su hermosura se arrugaría con la ventisca de la lejanía. Le dolía pensar que, una vez alejados, yo olvidaría para siempre aquellos felices lugares, transfiriendo mi amor apasionado  a otra joven. entonces, la abracé con  fuerza y juré, ante ella y ante el patrón Shanticho, que nunca la olvidaría ni la cambiaría por otra y poniendo a Dios como testigo juré recordarla siempre y si faltara que recibiría el castigo más horrendo. Sus ojos  se opacaron con las lágrimas que fluían  de lo más hondo de su tristeza.Tembló  y suspiró, aceptando mi  juramento que la alivió.
Distante del paradisíaco Cochapetí, formé mi hogar en la ciudad de Huaraz, entre las cordilleras Blanca y Negra, cerca muy cerca del coloso Huascarán. La cueva de “Pishtaq Maché”, las laderas de Ishke Cruz” desaparecieron del panorama del recuerdo.  Y la arrulladora melodía, más suave que el arpa  del “Zambo Mashi”, directoº del Conjunto Musical Folclórico Los Amancayes
de Carmocho, salvo la voz de Irene, fue apagándose poco a poco, en murmullos cada vez más sordos, hasta que la corriente del río Santa, al fin, se dimensionó. Y por último, mangadas de nubes voluminosas se posaron sobre los lomos de los picos elevados del Huascarán, Huandoy y Hualcán.
Apoderándose de los resplandores dorados y magníficos del Callejón de Huaylas.
Pasado el tiempo, las promesas de Irene no cayeron en saco roto, pues escuché el balanceo de sus palabras y las olas del perfume de su cabellera flotaban siempre en el ambiente de mi Taller de Pintura originando un latido pesado de mi corazón, y una vez -¡ah, sólo una vez!-  despertó de un sueño, como el sueño de la muerte, con la presión de unos labios espirituales tibios sobre los míos que estaban helados como el ielo del San Cristóbal..
Me dolía la cama, las cortinas y la cómoda por los recuerdos de mi dulce Irene  que la abandoné en busca de otros latidos y otros movimientos.
Viví en Huarás que fue arrasada por el sismo del 31 de mayo, donde todas las casas cayeron y la ciudad fue borrada, junto con mis dulces sueños que maduraron en Cochapetí. El apoyo de los países del universo que convirtieron a Huarás en Capital de fraternidad mundial, la fastuosidad y la bonanza y el boom minero y la belleza embriagadora de las mujeres intoxicaron mi mente. Sin embargo, mi alma seguía fiel a su juramento, y las indicaciones de la presencia de Irene todavía me llegaban en las silenciosas horas de la noche. De pronto, cesaron las manifestaciones descritas y el mundo cambió ante mis ojos y quedé tentado de las bondades féminas, el dinero y el licor  que me a tentaron y succionaron, pues aterrizó de algún lugar, de lejanísima tierra, a la renaciente ciudad donde residía, una jovencita ante cuya presencia mi corazón traidor se encorvó, a cuya figura me incliné sin resistencia, con el ardiente sometimiento amoroso. ¿Qué era, en verdad, mi pasión por la joven de Malvas, en comparación con el ardor  que me provocaba

Alejandrina? ¡Ah, incomparable ángel Alejandrina! De veras, no
me quedaba aliento para ninguna otra. ¡Ah, sublime aparición, Alejandrina! Y al contemplar en las honduras de sus pupilas, donde moraba el recuerdo, sólo pensé en ellos, y en ella.
Me casé en Semana Santa; perdí el temor a la maldición que había conjurado, y su padecimiento no me doblegó. Soy sincero, pero sólo una vez en la quietud de la noche, llegaron a través de la mampara los suaves suspiros que me habían abandonado, y adoptaron la voz dulce, familiar, para decir:
«¡Descansa en paz y de Dios goza! Escucha, el Amor es inquebrantable. Abriendo tu corazón enamorado a la noble Alejandrina, estás libre, por razones que conocerás en el Cielo, de tus juramentos a Irene.»





19.- ACRÓSTICOS
CUENTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Enclavado en las alturas de la Cordillera Negra, Cochapetí con su cerro Ishke Cruz, Dos cruces, pasa por ser un celoso guardián de sus antiguas tradiciones. Pueblo eminentemente agrícola y ganadero, su nombre proviene del quechua Qocha, laguna y Peteq, altura; allí se encontraba mi centro educativo, donde estudié con mi tía Pelagia y mi prima Casilda. A la hora del recreo, generalmente, me quedaba en el salón de clases, escribiendo acrósticos.
Yo era un niño introvertido que canalizaba mis  esfuerzos hacia un crecimiento personal, me preocupaba por mi propio mundo. Era ajeno a los juegos grupales, desconfiado que buscaba casi siempre estar solo.
En cambio mis compañeras eran demasiadas extrovertidas, preocupadas por el mundo externo. Hacían amigos fácilmente y disfrutaban llevando la conversación en el grupo y dándose abiertamente hacia los demás.
El Primer poema que escribí fue para Casilda, mi hermana
espiritual, cuyos padres eran mis padrinos de bautizo. Se sentaba junto a mí, en una de las carpetas vi personales que nuestro profesor y director del C.E.Nº 1708 de Cochapetí, había conseguido, gracias a una gestión realizada en el Ministerio de Educación. Logro muy importante para nuestra promoción, ya que durante los cuatro años de primaria  nos habíamos sentado en sillas, troncos de eucalipto o tablas puestas sobre hileras de adobes.
El último día de la semana, notando mi comportamiento raro, mi maestro, dejando a mis compañeros de clase jugando en el campo de recreo, regresó y me sorprendió escribiendo un acróstico con tinta roja en un papel con guardillas. Decía:
Casilda, hermana y tormento de mis sueños,
Acuño con tinta carmesí estos versos de amor
Suplicando al divino de salud nos colme,
Implorando a Ñaticha y patrón Shanticho
Las bendiciones para en la vida            triunfar
Dando a nuestros padres satisfacciones mil,
Ahí cuando la vejez amparo y afecto reclama.
Sin pedir explicaciones, me arrebató el papelito y llenó al bolsillo, increpándome que salga a jugar con mis compañeros.
Recuerdo que me dijo: “En cuerpo sano mente sana”. “Cada cosa en su lugar y cada lugar para cada cosa”; “el recreo se ha hecho para recrearse”.
A una semana del incidente, solicitó me acercara a su pupitre y devolviéndome el papelito me felicitó y dijo a mis compañeros  de clase, que en el aula había nacido un poeta que volará como el gavilán, alto. Muy alto y solicitó un caluroso aplauso; luego me dijo, dentro de cinco días, Pelagia, la compañera de ustedes, cumple sus quince años y quedan invitados  a su fiesta. En el momento adecuado, nuestro poeta declamará el acróstico  dedicado a mi hija, compañera de ustedes. ¡Bravo! Gritaron mis compañeros y Pelagia se paró para recibir aclamaciones anticipadas.
En la noche fui a su casa  y le abordé con preguntas. ¿Qué flores te gustan?; ¿Cual es tu color  preferido?; ¿Qué profesión te gustaría abrazar? y otras interrogantes más que  me permitiría  diseñar el armazón del acróstico que le declamaría, llegado el momento.
Las personas somos los seres vivos menos felices del mundo, no como los animales que con vivir son felices. Somos infelices pero cada uno de una manera distinta.
Estamos continuamente buscando la felicidad, pero siempre encontramos algún obstáculo que no nos deja completarla.
Faltaba un día para el momento esperado. Ella fue al fundo de sus padres, en compañía de Gerarda, ama de llaves de la familia, para abastecerse de cuyes, gallinas, huevos, papas, orégano y rocotos para la celebración de su cumpleaños. Eran las cinco de la tarde cuando retornaba al pueblo, con cargas sobre el lomo de un jumento y las espaldas de la muchacha. Apuraba la marcha del animal, azuzando desde su cabalgadura.
De pronto, del borde del camino, que sin duda descansaba protegida por el chamizal,  salió una perdiz volando y asustó al caballo que corcovó. Ella salió disparada por los aires y cayó al borde de un precipicio y al intentar levantarse y avanzar hacia el camino, trastabilló y rodó por la pendiente escarpada, cayendo al fondo del precipicio por donde corría el riachuelo. Murió ahogada en el “bonle”.
La muchacha, empapada con lágrimas y la vestimenta desgarrada por el esfuerzo realizado por rescatar el cuerpo de su ama, testigo de la caída, relató cómo ocurrió el accidente. “Estaba detrás de la recua y cuando noté el incidente, rodé por la pendiente y caí cerca al cuerpo inerte de Pelagia e hice esfuerzos para reanimarla  y todo fue inútil.  Grité con todas mis fuerzas, pidiendo auxilio. Hasta que don Serafín, hombrecito bajo y macilento con bola de coca en el carrillo, se acercó y pudimos traslar el cuerpo inerte y ensangrentado al borde de la acequia por
donde corría el agua con su  culll,culll, culll…inceasante.
De pronto me sentí rodeada por mucha  gente que trasladaron a la difunta a la casa de mi profesor, donde se veló, durante dos noches entre ramos de flores, cirios enlutados y ella sobre un lecho de seda blanca, con algodón en las fosas nasales, sonreía, ofertando su serenidad a través del cristal de ataúd”.
No hubo fiesta de quince años,  sino el entierro de una niña, la luz de los ojos de sus padres. Junto a las primeras lampadas de tierra, apretando, con mucha fuerza, mis manos la prometí en completo silencio, que cuando vaya a donde ella está, le recitaré un acróstico en su fiesta de cumpleaños, allá en el cielo.
Desde aquel momento aciago, todas las noches escribo y destruyo acrósticos y seguiré escribiendo hasta cuando haya logrado darle un acabado como ella, seguro, está esperando.





20.- AMANECERÍA OTRA VEZ
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Llegó el momento en que la noche caía lentamente, cuando el sol sumergía su blonda cabellera en las profundidades turbulentas del misterioso Océano Pacífico.
Los cerros escarpados de las punas frígidas y las lomas multiformes de arenales sedientos  de la costa, las planta frutales de los valles y los maizales de barbas  doradas de las quebradas eran una unidad.
Parecía querer ingresar a nuestros hogares con los párpados cansados y dispuestos a cerrar para descansar hasta el amanecer, algo que los hombres no pueden explicar, como si la locura se generalizara y los hombres locos, locos buscaran un poyo o una cama para pernoctar placenteramente, olvidándose de todo.
El anciano se sentía, entonces, un abuelo muy cansado  con el pecho fibroso que le impedía respirar con normalidad y una sequedad en la garganta que quería aplacar la sed del cuerpo
jadeante y doblado hacia adelante, ojos y boca abierta.
Se dirige a su dormitorio con deseos de  extender su cuerpo cansado de tanto trajinar por los senderos de la incomprensión. Pensaba en un nuevo amanecer y su anochecer  con sombras y manchas violetas tornándose negra en la faz del horizonte, dar satisfacción al cuerpo sería placentero después de tantos años vividos. Con la cabeza en el suave almohadón estira los pies huesudos y fríos, como  ensayando para  reposar en el ataúd.
Empezó a sumergirse en los brazos ansiosos y suaves del sueño placentero. … todo caía lentamente  bajo sus párpados y amanecería para dar paso a otro anochecer.




21.- DOLOR QUE NUNCA CALMA
Cuento

Don Mariano, hombre de estatura  mediana, cabellos hirsutos, nariz aguileña y desafiante, sentado detrás de  su pupitre de nogal, dialoga con los delegados de las veinte provincias de la Región Ancash,  entre todos ellos resalta la figura de Damián que tiene un metro ochenta centímetros de talla, de músculos fibrosos que los exhibe  por encontrarse con polo blanco.
Manifiesta que la matanza salvaje de policías y nativos, en Bagua Grande y Chico del departamento silvícola de San Martín, ha sido fruto  de un plan maquinado y ejecutado por organizaciones  extranjeras opuestos al Tratado de Libre Comercio, aprovechando de los paros pacíficos por la eliminación de ciertas leyes y decretos supremos que facilitan la explotación de nuestros recursos a empresas transnacionales que nada o poco hacen por la conservación de nuestro ambiente.
Como presidente de las Rondas Campesinas de Ancash está en la obligación de informarles y solicitarles su parecer con un paro a convocarse, en respaldo a los nativos de la Selva que durante la refriega  perdieron más de un centenar de personas así como las fuerzas del orden. Haciendo del paraje  La Curva del Diablo” un
escenario macabro que quedará sellado en la historia de nuestros pueblos que claman justicia y orden. El tabletear de las metrallas, el silbido de las flechas y los gritos desgarradores de los torturados salvajemente, seguirá orquestando temor, en el espacio, por la consumación de los siglos.
Damián, sin necesidad de pararse, con voz ronca y segura, manifiesta su adhesión  y convocatoria  para un paro pacífico de solidaridad con los familiares que  han perdido a sus seres queridos y sugiere como fecha, dentro de tres días.
Apenas concluida la reunión, acudió a la imprenta y en veinte minutos entrega, a cada delegado, abundante material impreso de convocatoria. Tenemos que dar ejemplo de unión y fortaleza porque los ronderos tenemos como lema: “Nunca de rodillas, siempre de pie”.
El cielo del mes de mayo es límpido. Aparece y desaparece en cada paradero junto con su veinte ronderos. Recorren a pie zonas abruptas, pampas de arenal que impiden el avance de los pasos, cumbres nevadas con ichus silbadores; las mujeres macilentas se movilizan preparando fiambres y disponiendo  a sus hijos a una persona mayor que se quedará bajo la responsabilidad de los menores y los jóvenes empiezan a concentrarse  en las urbes. Todo el mundo empieza a batir el pañuelo de la protesta, protegidos por los santos patrones de sus pueblos.
Ante una multitud concentrada en las plazas de armas de las provincias, los Ronderos trasmiten el mensaje concordado. Mariano y Damián, al frente de millar de personas, desembocan a la plaza mayor de Huarás, donde Pedro Pablo Atusparia invocó a sus huestes actuar con calma y tomar la Prefectura, y desde un tabladillo improvisado con cilindros, cada uno en su turno, invocan al Supremo Gobierno tomar las medidas adecuadas para lograr el bienestar del Perú y se eviten por todos lo medios pacíficos los enfrentamientos y que  los parlamentarios tomen las medidas adecuadas para enmendar errores con proyectos de ley adecuados.

Concluido el paro, cada grupo retorna a su lugar de origen en camiones fletados por los gobiernos locales, mientras los dirigentes  se dirigen al local de las Rondas Campesinas para realizar la sesión de evaluación.
Don Mariano, hombre de estatura mediana, cabellos hirsutos, nariz aguileña y desafiante, sentado detrás de  su pupitre de nogal, dialoga con los delegados de las veinte provincias de la Región Ancash; apertura la asamblea de evaluación del Paro Pacífico que acaba de concluir a nivel departamental. 





22.- LA PRIMERA  Y SEGUNDA NOCHE
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Era el mes de marzo, tiempo de truenos, rayos y relámpagos.
La lluvia, en su caída, se distribuía, una parte para el aprovechamiento de las plantas, otra para el incremento de los caudales de los ríos por medio de los barrancos y que, a su vez aumentaban las reservas de los pantanos y el restante se infiltraba a través del suelo, discurriendo por zonas de texturas más o menos porosas que formaban corrientes subterráneas que van a depósitos naturales con paredes y fondos arcillosos, constituyendo los yacimientos o pozos naturales.
Abandonando sus animalitos, encerrados en el corral, cerca a la mansión de sus abuelitos que se encontraban en el pueblo de Cochapetí, ubicado al pie del wamani  Ishke Cruz, abandonó el fundo de Qarwanchi  frente al inmenso y lejano Océano Pacífico  que se conecta a través del valle de Huarmey que goza de abundancia de agua entre los meses de Diciembre a Marzo y su clima soleado se caracteriza por ser  productor de frutas, destacando entre ellas: mangos, pacaes, plátanos y paltas, así como  del fríjol y maíz.
Después de una hora de caminata llegó a su destino. Su única intención era acompañar a la virgen Dolorosa, durante la procesión del Viernes Santo, desde las siete de la noche hasta  el resplandor de las primeras luces del Lucero matutino.

Entre la multitud vio a Linda Rosalía con sus inconfundibles cabellos ondulados, con vestido estilo sastre con un abrigo negro de lana y su cuello delgado estaba protegido  por una bufanda blanca de alpaca; caían sobre sus hombros una mantilla negra sostenida a la cabeza por un prendedor de plata.
¡Que cambiada estaba! Se miraron fijamente, por un buen rato, y luego ante la seña de los ojos de ella, se escurrieron de la multitud, abandonando la procesión que avanzaba lenta y muy pausada. Se localizaron en el Callejón de don Ludovico, donde de niños siempre pasaban largas horas jugando.
Trémulos y desconcertados se cogieron de las manos y atraídos por una fuerza poderosa, se sentaron sobre un muro de piedras, debajo de un rosal frondoso y espinoso, que les regaló sus aromas, despertando inquietudes de adolescencia. Él, un tanto disminuido, con mucha timidez dijo que habían pasado cinco años y nada sabía de su vida. Estás muy elegante y aristocrática con ese vestido de lana. Ella, sonriente, la respondió que era la misma chiquilla que la hizo mujer, sobre ese champal y bajo el añoso rosal  que estaba rellena de rosas fraganciosas.
Estábamos uno sobre otro en una entrega total sin ambages  ni prejuicios, porque ambos estaban enamorados. No tenían experiencia, es por eso que les pareció un juego, pero lo que no olvidaron es que al día siguiente, en  casa, no podían cumplir a satisfacción con los quehaceres cotidianos. Dialogaron:
¡Oh mujer!. Desde aquella noche no he vuelto a tocarte. Desapareciste como arrastrada por el viento de cumbres gélidas. Ahora ya eres otra.
Hemos cambiado. También tú  ya no eres el chiquillo temeroso y cuidadoso que hasta esa noche me seguías  por todas partes, eras mi sombra, mi única ilusión y al verte no me contuve y te cite con los ojos a este lugar de tantas evocaciones.
Recuerdo. Mi corazón me decía a cada momento. ¡Es la mujer que te hará dichoso!; pero te fuiste. ¿Tienes esposo,  hijos?

Ni esposo ni hijos, sólo tú has estado, todo el tiempo, en mi mente; sólo tú has permanecido a mi lado en mis noches de soledad.
Seguro que la procesión avanzaba lento y muy lentamente al compás de la banda de músicos “San Santiago”. De trecho en trecho los cargadores se detenían. Los músico y cargadores se servían el “calientito” para matar el frío, mientras las mujeres rezaban el Santo Rosario  y entonaban: “Salve  salve cantaba María, que más pura que tú sólo Dios… El ambiente se poblaba, cada vez más, de misticismo y entrega total a Dios.
Jacinto me fui lejos, porque mi padre me exigió que me casara con el Teófilo, hijo del Sacristán, diciendo que era heredero único y tenía abundante ganado vacuno, suficiente para tenerme  como a una reina. Como era tuyo y como te quería, me escapé con mis primas a Lima y no tuve tiempo de avisarte, ¡amor mío!
¿En qué parte de Lima vives?
He vivido en San Cosme que junto con los  cerros de San Pedro y Los Pinos, son emporio de gente mala, corrompida. Allí los rateros, los violadores de niños y niñas que después de satisfacer sus instintos degüellan a sus víctimas; los desmanteladores de carro están al acecho de sus presas. Si algo grave no me ha sucedido es porque caminábamos siempre juntos, mi tía, su esposo y mis primas, todos dedicados a compra y venta de papas.
En cambio, yo no he proseguido mis estudios, me quedé en Cochapetí:”Resplandor de halcones en vuelo”, dedicado a la crianza de ganado vacuno y al cultivo de papas, que transformados los vendo en bolsitas con etiquetas impresas por mi primo Eduardo Tole que tiene una Imprenta en Tahuantinsuyo, Lima.
La procesión proseguía y faltaba tres horas para que llegue al templo, entre cirios y velones, entre cantos y toque de banda de músicos, entre bostezos y lagrimeos.
No recuerdo el tiempo que estuvimos disfrutando de besos y


abrazos, de recuerdos y olvidos, de suspiros y cansancio.
De pronto me dijo: Estoy hospedada en la casa de mi tía Amachita. Ella está en la procesión: Estoy cansada y he decidido  ir a mi cuarto ¿Puedes acompañarme?, ¡Siento mucho frío¡








23.- EL CAMPEÓN EN TROMPO
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

La señora Vaselisa, mujer cincuentona y renegona, que vendía sus biscochuelos a los profesores y gente principal del pueblo, al final de su venta, se sentaba en una de las bancas viejas de madera de la plaza principal, frente a la Iglesia. Desprendía su encadenamiento que llevaba  colgado del cuello y empezaba a rezar El Rosario completo que está compuesto de veinte decenas, dividido en cuatro partes distintas, desgranaba las  bolitas, una tras otra. Al terminar se daba cuenta que estaba rodeada de chiquillos, unos mocosos, otros pelucones, algunos con huellas dejadas por el sudor y el polvo en la carita. Era el momento en que con sonrisa y voz triste, decía: Cuanto deseé tener niños de su edad, pero… Mi primer hijo, que era crespito, ojos negros y redondos como el capulí y sonrisa de rosal fue atacado por un perro rabioso; a consecuencia mi esposo enloqueció y se abalanzó al precipicio  de Warakayoq. Se subió a la cúspide y se abalanzo  a la profundidad  cayendo a los filudos roquedales, donde su cuerpo se hizo trizas y a pocos instantes los buitres degustaron su carne, dejando los huesos blanquecinos, desparramados en la pampa inaccesible de la Cordillera Negra.
Todos los días nos contaba pasajes de su esposo que al morir le dejó una prueba eterna de fidelidad. Entre otros tantos pasajes decía: para subsistir y vivir con honorabilidad había viajado a Huarás, con el único propósito de aprender la preparación de biscochuelos y al retornar se dedicaba a esa actividad decente y ejemplar.
La única vez que le salió el negocio del bizcochuelo fue cuando recibió un contrato para preparar doscientas porciones, para una fiesta familiar. Buscó a dos personas para que le ayuden, pero una de ellas, por falta de experiencia, había batido huevos con pollitos a punto de nacer.
La fiesta ardía y llegó el momento de servir el postre en base a bizcochuelos, cuando una señora  grito: Horror, este postre asqueroso contiene plumas de gallina y terminó vomitando; otra, mostrando un trozo de  dijo que también el suyo tenía como emparedado trozos de estiércol. Las cucufatas empezaron a nausear y se agolparon al baño, cuya capacidad  no podía albergar a tanta gente ofendida.
Fue denunciada y sometida a ultrajes por parte del gobernador que la introdujo al calabozo y dio la orden para que la bañen y la detengan por 24 horas. Salió con bronco neumonía que si no era por don Ludovico Huerta, curandero del pueblo, que la sanó en base a florido de alcohol con escorzonera, ankush y alcohol de Paramonga, ya no existiría para contar el pasaje lleno de indolencia e ignorancia.
Siempre, a cada fin de semana, después de vender sus bizcochuelos, la señora Vaselisa, mujer cincuentona y renegona, se sentaba en una de las bancas viejas de madera de la plaza principal, frente a la Iglesia.



24.- APU MAYOR
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

En la inmensidad de la selva espesa abochorna el calor y también se escuchan voces centradas el Apu Mayor, de rostro cetrino y curtido, frente diseñada con arrugas de ancianidad y sabiduría que lamenta de la masacre  acaecida como fruto de la traición de gente infiltrada en las comunidades nativas de la selva peruana.
Entonces la masa con ánimos caldeados, protagonista del paro indefinido por la derogatoria de leyes y decretos que permiten la depredación de las riquezas naturales de la tierra con vegetación espesa y rica en madera y petroquímicos, se enfurece y sus voces se transforman en rugidos de leopardos hambrientos, el temor se escapa de su alma y sus dedos descascaradotes de plátanos e impulsores del machete, se tornan en  garras filudas listas para desgarrar, sangrar y mutilar los cuerpos de sus semejantes, cuyas presencias obedecen el cumplimiento del deber.
El Apu mayor no está solo, detrás hay un personaje siniestro con sabiduría de Satanás, ávido de lograr la desestabilización del gobierno y el fracaso de la gestión democrática por obra y gracia del paro indefinido de los selvícolas; a sus costados están los licenciados del ejército, diestros  en estrategias militares y manejo

de armas de fuego, con fusiles a la bandolera, los asaltantes y prontuariados con cuchillos filudos, campesinos con arcos y flechas que, generalmente los utilizan para la caza y también están
los niños captados por la curiosidad y las mujeres sujetas, siempre, a la obediencia del padre o marido.
Conocedor de la cercanía de las fuerzas del orden que armados hasta los dientes se acercan para evitar desmanes  y obstaculización del tránsito por las carreteras, envía emisarios para recibirlos y convencerlos que se acerquen para dialogar con respeto a las leyes. La comitiva logra su propósito. El Comandante de la Policía Nacional se acerca y saluda al Apu Mayor y éste hace extensivo la deferencia a todos sus súbditos, aclarándoles que las fuerzas del orden están presentes para evitar desmanes y que el paro continúe con respeto a los Derechos Humanos.
Los soldados reciben alimentos y frutas cítricas  para calmar el hambre y la sed; y, cuando todo parecía reunión de gente civilizada, de pronto, se escuchan detonaciones y una descarga de fusilería de gente parapetada alrededor del campamento, los soldados no tienen tiempo para utilizar sus armamentos y se sienten rodeados y apuntados por armas de fuego, lanzas y flechas.
Una voz potente, del Apu Menor que da un paso hacia delante, pide ¡Rendición! que es obedecida; pero, en menor tiempo que dura el fulgor de un rayo, treinta cuerpos cayen fulminados al suelo, sólo veinte lograr coger y disparar su fusiles promoviéndose una masacre espantosa que horas después se convertirán en noticia escalofriante y tergiversada en datos.
La Curva del Diablo que así se llama el lugar de la masacre entre hermanos peruanos ha quedado en la mente de los hombres del globo como escenario dantesco. Allí los ríos sangran, los bosques languidecen, los cantos y trinos enmudecen, los vientos rebuscadores de misterios con su ulular trasmiten los lamentos y las quejas que desgarran corazones.
La gente mala no duerme bien, sus espíritus enloquecidos vagan sin rumbo manipulados por el “Supay”, Los bosques los
desprecian. A ellos los persigue la justicia, los coge, los coge y los envían a las prisiones más desordenadas. Allí, ultrajados por presos  condenados a cadena perpetua lloran impotentes y se pesan haber nacido y obedecidos consignas de gente que quiere llegar al poder desestabilizando a un gobierno democrático.
Allá, en la selva espesa y misterios ya se olvidaron de ellos y sólo recuerdan a sus muertos y desaparecidos. El silencio envuelve y apretuja. El mundo sigue su trotar incansable: Trac, trac, trasss.



25.- SHIKI
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Sin exagerar, les digo que la laguna de “Shiki” con sus aguas cristalinas parecidas a los ojos azules y transparentes de las quinceañeras de las Vertientes del Pacífico, es impresionante y misteriosa.
Mi abuelita “Añicha”, cuando era muy niño, me contó del origen sorprendente e incomprensible de Qewllanka que  en tiempo de los gentiles era una pastora que cuidaba sus llamas en las punas tupidas de ichus y quenuales de Cochapetí en compañía de sus “allqos” que los llamaba: “Como Tú” y “Para Mí”. Cada quincena o fin de mes sus padres le abastecían con víveres, yerbas y frazadas; contaban las llamas y retornaban a su hogar arreando unas quince o veinte auquénidos para efectuar trueques.
Transcurrieron meses y años, los ganados aumentaron y poblaron cerros y cerros que eran cuidados por los hijos y nietos de “Como Tu” y “Para mí”. Ella se enamoró prendidamente de de una nube solitaria que todos los días recorría el espacio celeste e inmenso y se posaba sobre ella. Una noche recibió la visita del ser amado y quedó en estado, transcurrido los nueve meses nació una niña singular que la puso por nombre “Shiki”.
Mientras la nube cuidaba a las llamas .ella fue a su pueblo natal a averiguar  el destino de sus padres. Dijeron que hace años la población de cochapetí
I había desaparecido por la enfermedad del Tifus. Desconsolada retornó a su paradero a seguir compartiendo su cariño con sus llamas, su esposo e hija. Lloraba mañana, tarde y noche y de tanto llorar se convirtió en una laguna que con sus aguas irrigó tierras extensas, desde las punas gélidas hasta las arenas candentes  de las playas del océano Pacífico.
En tiempos mejores, con lluvias torrenciales creció dando origen a la laguna de “Shiki” que no sólo irriga las comarcas de cochapetí sino también a las del distrito vecino de Malvas.
Mi abuelita, una noche, me dijo que estas dos joyas que se amAban y socorrían tanto, se comunicaban a través de un tunel subterráneo.
Si arrojas algo sobre la superficie de la laguna de “Qewllanqa” que se encuentra a más altura y está rodeada opor roquedales azulinos, quenuales e ichus, porongos conteniendo  monedas  de plata, alhajas y cristales preciosos, es devorado por un remolino que se forma en la superficie, desaparece y el porongo aparece en “Shiki”, flotando como un barquito de maguey.
Este hecho es sorprendente, mágico y de encantamiento. Dudaba de este fenómeno y decidí comprobarlo personalmente.
Cuando llegaron las vacaciones, viajé de Huarás a Cochapetí, mi tierra natal donde pasé mis primeros años de vida.
Pedí a mi prima, una niña dócil con sonrisa a flor de labio, delgada y atenta que me prepare fiambre en base a papas fritas, jamón, cancha y su infaltable “Puka picante. Cuando preparaba mi alforja de viajero, a una hora se presentó y me entregó el fiambre envuelto en un mantel celeste bordado por ella misma y dándome un beso en la mejilla que provocó sensación rara en mi cuerpo, me deseó suerte.
Al día siguiente, después de trotar durante tres horas que me permitió contemplar  panoramas extenso bajo cielo mucho más extenso, llegué a ”qewllanqa”;cacé patos , “wachwakuna” y extraje “kushurukuna” de las orillas de la laguna pensando en un picante sabroso preparado por mi prima.
Después de saborear mi fiambre suculento, mientras mi potrillo apacentaba, arrojé desde la compuerta un taper repleto de chocolates y caramelos. Cabalgué y a trote baja a la laguna de “Shiki”,  repleto de chocolates y caramelos.
Ahora comprendo que lo que dijo mi abuela no era un invento. Allí sobre la superficie flotaba el taper








26.-  MINKA
Leyenda
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Cuando viajes a lugares lejanos y te encuentres, en el trayecto, con personas desconocidas y te propongan algo, presta mucha atención, podría, incluso cambiar el rumbo de tu vida. ¿Cómo sabré  lo que sucedería? Pues, mi abuelo me refirió su experiencia personal.
Cuando las carreteras aún no unían los pueblos de las Vertientes del Pacífico se transitaban por caminos de herradura con burros, caballos y mulos que servían para trasladar cargas o cabalgarlas.
Don Juan de la Cruz Sánchez, corpulento de tez blanca y ferviente devoto del Apóstol Santiago, viajaba de Cochapetí a Catac y la noche le sorprendió en la pampa extensa de Shutu recubierta de ichus silbadores, lagunas pobladas de patos silvestres, rodeada por picachos revestidos de quenuales y roquedales con infinidad de cuevas. Se dirigió a “Hatún Mache”, cueva amplia, para descansar y permitir a su acémila alimentarse bien  con pajonales frescos.
Cuando improvisó su cama en el suelo con silla jergas y el pellón san pedrano y se aprestaba a comer su fiambre  extraído de la Alforja, consistente en queso fresco con cancha y su “Haka picante”, escuchó una voz que reptaba por las paredes rocosas del
aposento. ¿Quién eres? …¿A dónde Vas?.. ¿Piensas pasar la noche aquí? … Soy cochapetino y me dirijo a Huarás donde estudian  mis hijos, en el Colegio de “La Libertad”, descansaré aquí, como de costumbre, para proseguir mi viaje de madrugada, le respondió con naturalidad. El extraño con voz hueca le sugirió que descanse sosegado para proseguir el viaje en compañía.
Casi al amanecer, ensillaron sus acémilas y  al momento de partir, el extraño, que no mostraba la cara y tenía cubierta la cabeza con sombrero de copas amplias, le dijo que más adelante les esperaban dos enemigos y para salir airosos de la afrenta requerían de apoyo mutuo.
Don Juan que iba detrás del extraño, muy preocupado, le interrogó: ¿cómo sabes lo que nos va a suceder?... ¿Acaso eres brujo? El extraño le respondió con aspereza: ¡Silencio! Presta atención. Allá, donde concluye esta trocha te está esperando don Florencio Torre, con una escopeta en la mano, para liquidarte y apoderarse de tu montura. El comunero quedó atónito porque sabía que la persona nombrada era un abigeo, a quien le había retenido en el calabozo de su pueblo, en su condición de gobernador y al salir, el día siguiente, le infirió amenazas de muerte. Convencido de lo que le esperaba preguntó muy preocupado. ¿Que debo hacer para liberarme?. No te preocupes, te ayudare y como soy un espíritu invisible actuaré con mucha ventaja. El hombre fornido por la intemperie, con bigotes apuntando a los costados de  la boca, pantalón de montar y casaca de cuero que resaltaba por los costados del poncho de tres hilos estaba parado en la curva del sendero con una escopeta apuntando el corazón del cochapetino. En esos instantes, veloz como el rayo, el espíritu se adelantó y asustó al corcel que encabrito, derribando al bandido que se golpeó la cabeza en el filo de una piedra, quedando extendido en el piso, enfriándose rápido. Te salvé dijo  el espíritu y ahora te toca a ti.
Allá, bajo la sombra de un aliso, al borde del riachuelo, hay alguien que me espera. Escucha lo que vas a hacer… Trotaron y
llegaron al lugar de la cita. Allí estaba la figura corpulenta de Lucifer, parado con las piernas abiertas, con los brazos cruzados, cuernos imponentes, cola que se movía como si fuera reptil y ojos de fuego que causaban terror y respeto y al notar que avanzamos dijo: ¡Alto!..El comunero se bajó de su acémila e hincándose de rodillas ante el fornido personaje alabó: ¡Señor, sólo tú, eres el más poderoso de la Tierra! … Ensalzado seas. Lucifer sintiéndose alabado  presentó su figura imponente. Con más fuerza repitió: ¡Enaltecido sea el Señor de los cielos! Y le mostró el crucifijo de plata que colgaba de su cuello. El demonio explotó, produciendo un ruido ensordecedor y de sus cenizas brotó un olor nauseabundo y se escucho en la fronda el graznido de un búho. El alma dijo: Buen hombre, sigue tu trayecto que yo me dirijo al más allá. Ese Más allá, sonó como una orquestación fúnebre que penetró a mi mundo interior por todos los sentidos. Me resistí a dar fe a lo que me dijo, sin embargo, creo que fue cierto. Talvez no me crean.



27.- ESCALÓN
Mito
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

El paraje de Escalón, en toda su extensión oferta soledad, silencio y desnudez, fruto de un incendio de magnitud inconmensurable. Llueve como en cualquier parte, pero las tierras no se pueblan de pastizales, árboles y arbustos; allí no se escuchan los trinos de las avecillas ni se solaza con el aroma de las flores, tampoco se turba con el vuelo de las mariposas multicolores. En cambio las lomas, cerros y barrancos próximos están poblados de bosques de chachacomos, lloques, alisos, llumllas, “qarapachos”, en cuyas ramas frondosas revolotean los  picaflores, gorriones e infinidad de avecillas que  con sus trinos y cantos  convierten la extensión  en un paraíso perdido, también pueblan el ambiente los pumas, comadrejas, venados, tarugos e infinidad de especies.
En aquel lugar extenso se notan la presencia de un complejo  con dos templos adosados; el primero tiene forma de U, en cuya parte central hay un acceso a una galería cruciforme, en cuyo centro se encuentra una “Wanka” gigantesca que es la representación de un Dios que tiene dominio en el Urin Patas, Kay patsa, Hana Patsa y Hawa Ptsa..
Hay una plaza que lleva lápidas decoradas con felinos en parejas y seres míticos en procesión hacia el acceso, al centro se

encuentra el reloj solar. En la plataforma de la plaza se notan dos galerías, una repleta de conchas marinas usadas en el culto, y otra que guardaba centenares de vasijas, objetos líticos y restos de seres humanos y animales quemados que han sido waqueados.
Debajo de los templos rugen las aguas que no se sabe a donde van.
Según el relato de una anciana que frisaba los ciento veinte años, este lugar estuvo poblado por hombres gigantes, dedicados a la astronomía y a las manifestaciones artísticas en todos sus matices, al cultivo de la tierra y llegó un momento en que crearon esculturas fantásticas conocidas como cabezas clavas con las que implantaron la dominación por el terror y rechazaron la autoridad del curaca Warakayoq, gobernante con mucho tino y paciencia que condujo a su pueblo a un desarrollo ejemplar. Estos invasores eran abusivos  que implantaron los bonos a sus vecinos, consistente en la entrega obligatoria de productos  agrícolas y ganadoras para la manutención de su pueblo que se olvidó del trabajo productivo por dedicarse a las fiestas permanentes con derroche de la chicha, las comilonas y los encuentros  amatorios que se desarrollaban en cualquier lugar y momento, en presencia de niños, niñas y  adolescentes. Las parejas se seleccionaban, al instante, sin miramiento de las familias constituidas. Llegó un momento en que el kuntu rebasó y Waraqakayoq ordenó a sus huestes incendiar  el paraje de los invasores inmorales. El general Atoq rodeó la ciudad y pidió la rendición de sus jóvenes. Ante la negativa y ataques verbales, fueron pasados por las  armas sin miramiento alguno, luego provocaron un incendio infernal, destruyendo templos, palacios y viviendas, durante muchas semanas, hasta quedar chamuscada y con la fisonomía horripilante como se puede observar en nuestros tiempos. La maldición cayó a través del brujo para que nada resucite en los lugares arrasados por el fuego.
Ahora sólo quedan indicios de las muestras arquitectónicas de una civilización que  llegó y se instaló en las Vertientes del
Pacífico y por soberbia fue extirpada de raíces, como extirpan en la actualidad los chacareros que arrancan las rizomas de las “chuchuqoras” o yerbas dañinas y maldecidas por el campesino








28.- ME INTEGRÉ
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Galopaba en la extensa pampa de Ishke Cruz, cuando al recorrer una espesa arboleda me estrelle en una rama de  un añoso  “Qarapacho” y perdí el conocimiento.
Ingresé a un ambiente fantástico, en donde el cielo era una cúpula transparente por donde filtraban rayos  rojos como un eterno atardecer de las playas de Huarmey del insondable Océano Pacífico, donde  se solazan con trajes de baños y algunos desnudos los pescadores gigantes, vendedoras de pescados, peces espadas, moluscos gigantes y algas verdes; en donde había galeones con tesoros protegidos por monstruos submarinos y dragones de siete cabezas llamados “Supaypa wawankuna” o hijos del demonio.  Vivían también estaban las “qeqikuna”, que engañaban a sus maridos y se convertían en cabezas voladoras; También estaban la hechicera que hacía daños a doncellas casaderas y protegía a malvados  a cambio de cuantiosa suma de dinero y el curaca “Warakayoq” con su honda de oro, impartiendo sabios consejos para una vida mejor y llevadera. Allí me integré muy alegre con mi chaleco y gorro azul, acompañado por las reinitas de carnaval cochapetinas.








29.- LA HILANDERA
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Con motivo de la Fiesta del patrón Santiago, habían llegado al pueblo centenar de cochapetinos residentes en Lima y poblaciones del litoral peruano. Al tercer día de fiesta, el hotelero del Municipio, con los primeros rayos del sol que brotaban de la cumbre elevada de “Ishke Cruz” desparramó, como  a granos de trigo lo hace el sembrador, la noticia que en el Hotel de Turistas de la localidad dos personas se habían ahorcado en la misma habitación y en las mismas circunstancias. El Juez de Paz y el gobernador se aproximaron y abrieron la investigación del hecho.              El Dr. Carlos Villafuerte Bayes, Vocal supremo llegó el tercer día de la fiesta y se hospedó en el hotel. También el murió en las mismas condiciones que los otros dos. Esto hizo que los visitantes  abandonaran sus habitaciones y decidieran retirarse de la población antes que termine la fiesta tradicional. El hospedaje quedó despoblado y el silencio empezó a poblar los cuartos desocupados, danto paso a la festividad de ratas que buscaban desperdicios de galletas dejados.
El Profesor Daniel Guzmán, escritor consagrado, quiso investigar a fondo el caso para encontrar una motivación para escribir un cuento o una novela, solicitó las llaves de unaa habitación cercana a los que se habían sucedido los hechos.
 Descubrió que desde su ventana se podía observar, con suma claridad el patio del cementerio del pueblo, rodeado de flores ornamentales y plantas silvestres de chamizas y “Warwash”. Allí su visión se topó con la presencia de una doncella espigada con lliclla roja, monillo de seda blanca y pollera de lana de vicuña de color negro, se encontraba sentada en una laja de piedra blanca hilando un vellón blanco de lana de oveja pendiente de su “Kalla” de “Warwash”. La jovencita extraña  tenía un aspecto  peculiar, parecía un cuerpo volátil. Al día siguiente, el Maestro para congraciarse  empezó saludándola y finalmente acabaron “jugando a la tumba tumba”  repetidas veces, como niños de jardín de infancia. Todos los días, Daniel motivaba y ella la repetía con una ingenuidad contagiante e insinuadora. El se enamoró prendidamente y la invitó  al cuarto del hotel y ella gustosa aceptó; pero no la llevó porque la veía muy relacionada con los suicidios.
El Maestro, aún joven y pujante, se dio cuenta de que en el juego ella era la que dirigía los movimientos y aunque intentaba resistirse no podía, acababa imitando sus movimientos y caía extenuado en sus brazos.
A un mes del final de la fiesta el escritor,  seducido por la buena moza, no resistió la exigencia sexual de la extraña y acabó ahorcándose al igual que los tres anteriores huéspedes. El guardián, cerca al ahorcado, sobre una mesita notó la presencia de una libreta de notas, la cogió y leyó el diario del Maestro, fue a la casa de Amachita, llavera del templo mayor del pueblo, donde estaba hospedada  la extraña mujercita y descubrió que la casa estaba deshabitada desde hace seis meses.








30.- FIESTA QUINCEAÑERA
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

Esa noche, por sugerencia de mi prima Luz, estudiante universitaria en la escuela de Medio Ambiente, me dirigí a la peluquería y pedí un peinado,  cola de caballo” arreglada con flequillos con tinturas fuertes, de color rojo. Créame que gaste todo mi ahorro para notarme distinguida en la fiesta y sobre todo para impresionar a Silvestre que desde niño me mostró respeto y consideración, pese  que sus padres estaban disgustados con  los míos. ¿La causa? No lo sé.
Me doy cuenta, hoy más que nunca, que Vilma me atrae por su modo de hablar, vestir,  actuar, trabajar y sonreír; pese que el tono de  de mi voz es grave y fuerte que me avergüenza; pero me siento orgulloso porque noto que mi estatura es superior a la de ella, mis pelos crecen en mi rostro, mi tórax es amplio,  mi pelvis estrecha y mi torso es de forma triangular y el mayor volumen de  mi cuerpo me tienta abrazarla, apretujarla y acariciarla. Me comporto bien en mi hogar, hago los mandados y limpio toda mi casa sin renegar, porque deseo, de todo corazón, ganar la voluntad de mis padres para que me concedan  el permiso para ir a la fiesta de Quince años de Vilma, mi vecina y compañera de clases.
La celebración de mi fiesta programada por mi viejos, estoy  conciente, marcará la transición de mi niñez a mujer. Será un reconocimiento que he alcanzado la madurez. Mi fiesta se caracterizará por  ser el baile de principiantes. Me siento muy nerviosa. Ingreso al ambiente amplio  adornado con globos y flores; al fondo está ubicada una mesa amplia con  mantel blanco donde reposa una torta gigante de cumpleaños, obsequio de mis padrinos de bautizo. Ingreso y todos los asistentes se ponen de pie y me aplauden. Diviso y trato de localizar a mi vecino; pero los fotógrafos me impiden seguir examinando.
Me pongo mi terno gris y lo complemento con una corbata roja y salgo apresurado y cuando ingreso los aplausos retumbaban y sus ojos lánguidos y chispeantes se clavan en los míos, sonrío de felicidad y al darme cuenta que ciertas chicas  advierten mi actitud me arrimo hacia  mis amigos que ya están eufóricos y trato de pasar por desapersevido.
La orquesta ejecuta el vals “Feliz cumpleaños” y los presentes cantan llevando el compás con  las palmas de las manos. Cuando la orquesta ejecuta  “Olas del Danubio”, bailo primero con mis hermanos, luego con mis primos y después con mis amigos invitados y cuando el se acerca y me coge de la mano y cintura siento un estremecimiento en todo el cuerpo, su aliento enciende mis pupilas y mis labios desean los suyos, hasta que alguien solicita el cambio.
La fiesta llega a su clímax. Ella come, baila y bebe con todos y yo igual me divierto. Me acerco y ella también. Nos abrazamos y nos entregamos en un beso profundo y prolongado y empezamos a elevarnos al infinito; en eso todo se esfuma al ser pinchado el globo de la realidad. No sé si estoy soñando o existo junto a ella.




31.- NO ES NORMAL
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez

- ¿Como te va sobrina, cómo anda tu vida?- Pregunta la señorita Lidia, a su sobrina que le ha visitado, después de varios meses, pese a vive a unas cuadras de su casa.
- ¡Bien Tía!, me va muy bien, ya no siento la inquietud de buscar amistades y pasar las noches con uno y otro motivando cólera a mi mamita linda.- Contesta Lucía.
- ¿Qué me estas diciendo? Todos los adolescentes en un momento dado se preocupan más o menos de su desarrollo sexual pero de ello no hablan espontáneamente sino en un clima de gran confianza. En cambio, tú lo haces con demasiada soltura.- Lidia habló sorprendida.
- La tensión sexual que he tenido fue el resultado de la acción de mi  organismo.- contestó Lucía.
- ¡Hija¡… En la adolescencia comienzan las primeras atracciones heterosexuales, la chica es más corazón y el chico es más cuerpo.
- Hacer el amor todos los días! eso no es normal Hija.
- Tía, Usted puede responder a una inquietud? - Interrogó Lucía.
-  Pregunta lo que quieres, que responderé gustosa.
- ¿Cuántas veces por semana hace el amor?- interrogó con brusquedad.
- No tenemos que hablar de mí, sino de ti. – Contestó la tía.
- Solo dígame tía ¿cuantas veces?
- Una... aveces dos al mes ... ¡ Eso para mí es suficiente y normal¡
- Con razón vives amargada.





32.- MISION CUMPLIDA
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez


Recorrió las veinte cuadras del jirón Luzuriaga con su moto rojo, marca Honda de dos pistones, encendido eléctrico automático, único en su género en el Callejón de Huaylas. Al llegar a la puerta de la Prefectura ubicada al lado sur de la plaza de armas de  la ciudad de Huarás, se bajó de la máquina y luego de estacionar en un ambiente libre, ingresó, contestando el saludo del personal de la Mesa de Partes. Subió las escaleras y fue conducido al Despacho de la Prefectura por el Gobernador de la ciudad y el Sr. Julio Romero, secretario de la dependencia.
Se dirigió al balcón y contempló, muy concentrado, la pileta de bronce ubicada al centro del perímetro que representa en su conjunto, el ejército del Neptuno, con sus componentes: tritones, ninfas, monstruos marinos y niños semi desnudos con coronas de laureles y brazaletes en los brazos acompañando al dios mitológico del mar, le pareció impresionante. Dio la espalda al panorama turístico y se dirigió a su nueva oficina. Contempló el retrato del Presidente de la  Republica con su banda presidencial, ubicado entre los de Bolognesi y Ramón castilla. Se sentó y reclinando sus espaldas en el sofá, con espaldar de cuero, ordenó a su Secretario, archivar la resolución de su nombramiento en el registro correspondiente.
Con la cabeza ajustada por sus dos manos, con los brazos apoyados sobre la superficie del amplio escritorio, pensaba, sin duda, que dentro de unos minutos se acercaría el Comandante del Ejército “Juan Hoyle Palacios” para invitarle pasar al óvalo de la Plaza de Armas para efectuar el izamiento del Pabellón Nacional, a vista y presencia de una multitud de ciudadanos que se encontraba concentrada para ver desfilar a sus hijos, seleccionados por sus respectivos tutores, para disputar el trofeo donado por el Municipio Provincial de Huarás con motivo de de sus 170 aniversario de creación política.
Veinticuatro horas antes, después de juramentar y recepcionar el cargo en el Palacio de Justicia por el Presidente de la Corte Superior de Justicia de Ancash, ya era Prefecto, la primera autoridad política de la Región Chavín.
Su inicial actividad fue empaparse del Decreto Supremo Nº 004-1990-IN, que aprobó el Reglamento de Organización y Funciones de las  Autoridades Políticas, el mismo que fue modificado mediante Decreto Supremo Nº 001-2008-IN,  estableciéndose nuevas funciones que deben cumplir los gobernadores a fin de contribuir en la ejecución y el cumplimiento de las políticas nacionales  y sectoriales dispuestas por el Gobierno Nacional.
Al año siguiente asumió el mando de Presidente de la República un ciudadano que ganó las elecciones por voto mayoritario de los electores del país, en la segunda vuelta. El accionar subversivo se encontraba en su quinta etapa y los medios de comunicación pronosticaban  el derrocamiento del nuevo mandatario y la asunción al poder del líder del “Movimiento Popular”, para lo cual determinaron que la capital de la Nueva República sería la ciudad de Huarás.
Cuando pensaba que la revocatoria de su cargo había llegado, recibió del Ministerio del Interior la resolución por la que se ratificaba en el cargo, seguro que ningún oportunista aceptó el mando por la situación política en Ancash; las papas quemaban y la muerte acechaba los hogares de las autoridades políticas. A diario asesinaban y la sociedad se poblaba con huérfanos inocentes y hogares desbarrancados por la pendiente de la desgracia.
Nuevamente, con la cabeza ajustada por sus dos manos, con los brazos apoyados sobre la superficie del amplio escritorio. parándose como resorte dijo: “Misión cumplida!
En esas circunstancias, su Secretario, que fue, ingresaba con el retrato del nuevo e de la República para ser ubicado en reemplazo del otro. Entonces, dijo, por favor envuélvalo en papel madera la fotografía de mi compañero que ya cumplió con el encargo del pueblo, me lo llevaré para ubicarlo en mi sala.
Había llegado el momento y dentro de una hora haría entrega de cargo al Dr. Maguiña que con sus invitados esperaba en la Sala de conferencias. Salió con pasos firmes y se dijo!: Misión Cumplida!



















TEATRO
JUNTO AL  HUASCARÁN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez


PERSONAJES:

  1. Esteban.
  2. Pablo.
  3. Maruja, madre de Esteban.
  4. Sergio, tío de Esteban.
  5. Niňos.
  6. Seňora.
  7. Anciano
8.      Chiquillo.

ESCENARIO: UNA   CALLE BULLICIOSA DE CARHUAZ

ESTEBAN    : Mamá Maruja, voy a la tienda de don Ángel a comprar cuaderno para copiar Comunicación Integral.
MARUJA      : ¿Tienes dinero?
ESTEBAN    : Si mamita, mi tío Sergio me dio propina.
MADRE        : Ten mucho cuidado al cruzar las calles y aléjate de las personas extrañas, con tantos turistas no sabemos la cantidad de maleantes que han llegado.
ESTEBAN    : Sí mamá Maruja, tendré  mucho cuidado ( Sale apresurado)
MARUJA      : Pobrecito, mi huerfanito. ( Santiguándose) ¡ Dios lo bendiga!.
ESTEBAN    : (Camina silbando y pateando partículas tiradas en la calle)  Que suerte la mía, parece que es un billete de diez nuevos soles (levanta el billete  y aprieta fuete y prosigue su marcha mirando a uno y otro lado)
CHIQUILLO            :¿Qué has recogido? ( Le sigue)
ESTEBAN    : ( Colerico) Nada he recogido shé ( Escupiendo y apretando los puños) ¡No fastidies¡
CHIQUILLO            : Así será pues ( Se aleja silbando)
ESTEBAN    : ( Se sienta en la vereda y pensativo) Me pregunto. ¿ A quien se le habrá caído este billete?  ¡Pobrecito¡
PEDRO         : ( Se acerca y sentándose junto a Esteban ¡Hola amigo¡ ¿ Qué haces sentado en la vereda?...¿Algo malo te sucede?
ESTEBAN    : ¡Ola¡.. ¿Acaso nos conocemos?
PEDRO         : Soy de Shilla. Tiempo he estado en Chimbote y como no hay trabajo para muchachos he retornado a nuestra tierra. Aquí no falta algo que comer y buenos amigos como tú. ¿ Y tú eres de a por aca?
ESTEBAN    : Si, este… Yo vivo a unas cuadras del mercado.
PEDRO         : A qué lado del mercado?... Yo paro por acá todos los días y no te he visto.
ESTEBAN    :  Hace días he llegado.
PEDRO         : ¿De donde ah? ( Acercándose) Habla.
ESTEBAN    : De allí no más soy ( señalando el cerro)
PEDRO         : ¿ De Maya?... De todos modos, somos carhuasinos. ¡ Chócala¡
ESTEBAN    : ( Dándole la mano) Recién he llegado
PEDRO         : ¿ De dónde?...Eres acaso serrano?
ESTEBAN    : ¡Si, soy serrano, pero vivo allí, en el callejón, desde cuando mi tío que vive aquí, me mandó pasaje para viajar y llegar a la gran capital. He recorrido gran parte de Lima con él; por eso se que Lima es grande  y me ha dicho que hay un sitio llamado Callao donde, dice, ahí llegan buques de otros países, hay tiendas enormes, calles larguísimas.¡Lima! es el lugar donde vivo con mis tios. La ramadita de mis tíos se encuentra ubicada junto al cielo, allí cerquita.
PEDRO         : Quien como tú, tienes una casa junto al cielo, en cambio yo vivo en la calle.
ESTEBAN    : ¿Dónde vives entonces?
PEDRO         : ( Frotándose las manos cochinas) Vivo en elmercado, cuido las frutas y duerm entre las  canastas. ( Poniendo lamano sobre los hombres de Esteban) ¿Cómo te llamas tú?
ESTEBAN    : Esteban shé ¿ y tú ¿
PEDRO         : Me llamo Pedro. ( sacando canicas de su bolsillo) ¿Jugamos a las bolas?
ESTEBAN    : Ya, hay que jugar Yo soy un gran cheptador.( Se pone a jugar en plena calle.  Después de un rato caminan juntos)
ESTEBAN    : She. ¡Mira lo que encontré¡ ( Saca el billete del bosillo del pantalón.
PEDRO         : ¡Caray! ¡Diez soles, caray! ¿Dónde lo encontraste?
ESTEBAN    : Junto a la pista, cerca del cerro.
PEDRO         :¿Qué piensas hacer con el billete?
ESTEBAN    : No se, guardarlo seguro…Quizás le doy a mi tia Maruja. La dije que volvería algo para comer. ( sonré con ingenuidad)
PEDRO         : ¡Caray! ¡Yo con un billete como ese haría negocios, palabra que si!
ESTEBAN    : ¿Cómo?
PEDRO         : (Mostrando optimismo) Muchísimas cosas.
ESTEBAN    : ¿Qué clase de negocios, ah?
PEDRO         :¡Cualquier clase de negocios, hombre! ( Patea un tarro de leche vacía) Negocios hay de sobra. Palabra que sí. Y en uno de estos días cada uno de nosotros podríamos tener otra libra en el bolsillo.
ESTEBAN    : ( Asombrado) ¿Una libra más?
PEDRO         : ¡Pero claro, claro que sí…! ¿Tú eres de Lima?
ESTEBAN    : ( Se ruboriza) No, no soy de acá, soy de Tarma llegué ayer…
PEDRO         : ¿De Tarma?  Oye, ¿Quisieras entrar en un negocio, conmigo?
ESTEBAN    : ¿Yo…? ... ¿Qué clase de negocio?... ¿Tendríamos otro billete mañana?
PEDRO         : Claro que sí. ¡Por su puesto¡
ESTEBAN    : ¿Qué clase de negocios se puede hacer, ah?
PEDRO         : (Sonriente) Negocios hay muchos…Podríamos comprar periódicos y venderlos, podríamos comprar revistas chistes… ( hace pausa y pensativo dice). ¡Mira¡, compramos diez soles de revistas y las vendemos ahora mismo, en la tarde, y tenemos quince soles de utilidad, ¡palabra¡
ESTEBAN    : ¿Quince soles?
PEDRO         : ¡Claro, quince soles! ¡Dos cincuenta de utilidad para ti y dos cincuenta para mí! ¿Qué te parece, ah?
PEDRO         : Vas ha ver, qué fácil es vender revistas.
            Los ponemos en cualquier sitio, la gente la ve y, listo, los compran para sus hijos. O si no, nos ponemos a gritar en la calle el nombre de las revistas.¡Ya vas a ver qué bueno es  hacer negocios!
ESTEBAN     : ¿Queda muy lejos el sitio?
PEDRO          : No, ya no. Ahora estamos cerca del micro y nos vamos gorreando hasta el centro.
ESTEBAN     : ¿Cuánto cuesta el micro?
PEDRO          : ¡Nada, hombre! ( Se rie) lo tomamos nomás y le decimos al conductor que nos deje en la Plaza san Martín.
ESTEBAN     : ¿A dónde va toda esta gente, en auto?
PEDRO          : ( Empujando) Vamos, ¿Qué esperas?
ESTEBAN     : ¿Aquí es?
PEDRO          : Claro, ¡Baja!
ESTEBAN     : Bueno.
PEDRO          : ( Caminado ) ¿Tú tampoco tienes papá?
ESTEBAN     : No, no tengo…(Baja la cabeza muy triste). ¿Y tú?
PEDRO          : Tampoco, ni papá ni mamá ( Encogiéndolos hombros) ¿Y al que le dices tío?
ESTEBAN     : Ah… él vive con mi mamá, ha venido ha Lima de chofer ( Calla)  Mi papá murió cuando yo era muy tierno.
PEDRO          : ¡Ah, caray!... ¿Y tu tío que tal te trata?
ESTEBAN     : Bien, no se mete conmigo para nada.
PEDRO          : ¡Ah! (ordenando) Ven ...entra.
PEDRO          : Paga.
ESTEBAN     : ( Vacila)
PEDRO          : No te hagas el tont. ¡ Paga ¡
ESTEBAN     : ¿Es justo una libra?
PEDRO          : Sí, justo. Diez revistas un sol cada uno.
ESTEBAN     : ( Saca el billete del bolsillo)
PEDRO          : ( Le quita y paga) Vamos  (Jalándolo caminan un trecho e instalan las revistas) ¡Revistas, revistas! ¡Revistas señor! ¡Revistar señora! ¿Qué te parece, ah? (Pregunta sonriendo)
ESTEBAN     : Esta bueno, esta bueno… (Agradecido)
PEDRO          : ¡Revistas! ¡Revistas!  ¿No quiere un chiste, señor?
HOMBRE      : ( Deteniéndose) ¿Cuánto?
PEDRO          : Un sol cincuenta no mas señor.
HOMBRE      : Cobrate

PEDRO           :¡ Gracias¡

HOMBRE      :  o hay de qué.
PEDRO          : ¡Revistas, revistas, chistes a sol cincuenta( mirando a uno y otro lado)
ESTEBAN     : !Listo!, queda mas que una revista.
PEDRO          : Mirandosu reloj) Son las cuatro y media de la tarde.
                        ¡Caray, me muero de hambre…!
ESTEBAN     : Yo también tengo hambre
PEDRO          : ¿Podrías ir a comprar un pan, o un bizcocho?
ESTEBAN     : ¡Esta bien!
PEDRO          : (Sacando un sol de su bolsillo) Esto es de los cincuenta de mi ganancia ¿ya?
ESTEBAN     : Si, ya se
PEDRO          : ¿Ves ese quiosco? ( señalando)
ESTEBAN     : Si
PEDRO          : Allí vende sandwiches de jamón, huevo, mantequilla, etc. Anda y cómpra pan con jamón o tráeme un plátano o galletas, cualquier cosa ¿ya Esteban?. Para ti lo que quiera.
ESTEBAN     : Ya.
ESTEBAN     ( Al quiosquero) Dame un pan con jamón.
MUCHACHA: (saco un pan de la vitrina, envuelveio en un papel y le entrega)
ESTEBAN      : (Pone la moneda sobre el mostrador
MUCHACHA: Vale un sol y veinte.
ESTEBAN      : ¡Un sol y veinte…! (devolvio el pan y se quedo indeciso un instante, luego decidio.) Déme un sol de galletas, entonces.
ESTEBAN      ( Regresa a donde dej´a Pedro) ¡Que no esta Pedro!  ¿O me he confundido? ¡Donde esta! ¡Las revistas y los quince soles!, bueno no es necesario asustarse PENSO. Como tal vez me he demorado mucho, Pedro me esta buscando, eso  tenia que haber sucedido.
ESTEBAN      : Talvez  había ido con un comprador  o conseguir cambio.
ESTEBAN      : Entonces  ¿Dónde había ido?
ESTEBAN     : ( Pregunta), Señor,  ¿tiene hora?
JOVEN           : ( Responde) Si, son las cinco en punto.
ESTEBAN     : ¿Tiene hora señorita?
SENORITA   : ( sonriendo) Son las seis y diez ( Se aleja)
ESTEBAN     : ¿Y Pedro, y los quince soles, y la revista…? ¿Dónde estaban? ¿En que lugar? ¿Por dios? ¿Donde?
ESTEBAN     : ¿Tiene hora, señor?
SENOR          : Un cuarto para las siete.
ESTEBAN     : Gracias.
ESTEBAN     : Entonces ¿ya Pedro no va regresar…?
                        ¿Ni Pedro, ni los quince soles, ni la revista?
ESTEBAN    : (Seguía esperando muy preocupado)
                        Entonces ¿Pedro me ha engañado? ¿Pedro, mi amigo, me ha robado el billete anaranjado? ¿O, no será, más bien, la bestia, con un millón de cabezas es el causante  de todo?


TELON.



  







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