HUARI DANZA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Origen
La
Huari danza, llamada también “Los Caballeros de Huari” o “Huari taki” es una
danza clásica, cuya antigüedad se remonta
a más de cuatro siglos, época incaica. Al respecto el cronista Cristóbal
de Molina, manifiesta que es una “danza recibida del mismo hacedor Wirakocha
por Manco Cápac, quien bailó y trasmitió, en persona, en la Fiesta de Kapak
Raymi.
Esta
danza se ejecuta en las fiestas patronales
de la provincia de Huari y con mucha pompa en la Fiesta de la Cruces, en
el mes de setiembre.
Se baila
bajo la melodía del pinkullo y el ritmo de la caja, ejecutados por los eximios
maestros de las comunidades campesinas de Acopalca, Yacya y Ampas, destacando,
a través del tiempo, los cajeros Mañu Tello y Nicasio, ambos de Acopalca.
Coreografía:
La ejecución es dinámica y emotiva, porque los
danzantes se movilizan con donaire en
espacios amplios, destacando los pasos cortos que dan elegancia y sentido
señorial a los danzantes, durante el Rompe Calle o GASHAY que es la parte
preambular de la fiesta; durante el acompañamiento de la procesión de las
cruces y de la Mama Huarina; finalizan con los pasos de la WAPIA, despedida,
que se caracteriza por bailar con los
pañuelos que ondean a los vientos, levantados por el brazo derecho de los
danzantes.
Vestimenta:
El Huari danza se caracteriza
por la pulcritud y elegancia de la vestimenta y el garbo varonil de su
ejecución, al son de un par de pincullos y cajas.
La
vestimenta que lucen consiste en un
terno fino elegante, camisa blanca almidonada, corbata y zapatos de becerro;
llevan en la espalda un pañolón de seda de calidad fina e impactante por sus
flequillos preciosos; sobre la cabeza, el danzante, lleva un sombrero de paja
de color blanco con guirnaldas de flores, adornada con espejos, uno al frente y
otro en la parte posterior; de la parte central posterior del sombrero
cuelgan cintas anchas y largas de colores.
A la
altura de la rodilla llevan cascabeles de bronce pesados que producen un sonido
característico, impresionante y contagiante; estos cascabeles son cubiertos por
botas de tela y rodilleras de pana
bordadas con hilos de oro y plata. Las manos las tienen protegidas por
guantes que aumentan la elegancia del
danzante. La mano derecha sostiene el “chicotillo”, bastón trenzado de cuero de
res con cabezal de plata que representa
la cabeza de un perro.
El Huari danza para destacar su personalidad cubre su rostro con una máscara elegante que crea una
personalidad distinguida, delicada e imponente,
producto del mestizaje español y
La Huaridanza es parte de la identidad huarina. Siempre admiramos su ejecución. Especialmente en las grandes fiestas patronales.
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