LA
MÉTRICA
La métrica es el conjunto de regularidades
formales y sistemáticas que caracterizan la poesía versificada.
Dicho de otra manera y/o dialecto, lo que hace que un verso sea universo (a diferencia
de la prosa) puede ser
considerado demétrica. Cuando se trata de prosa, se trata de prosa
rítmica.
El estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el verso, la estrofa y el poema. La métrica
también es la cantidad de sílabas en las que se divide un verso.
ÍNDICE
MÉTRICA
ESPAÑOLA
En la métrica española, el verso está formado por un número fijo
de sílabas y una determinada distribución
de acentos,
con rima optativa. En el caso de la:
- métrica grecolatina,
se constituía a partir de la repetición de determinadas secuencias de sílabas largas y breves (pies).
- métrica
germánica y escandinava por medio de la repetición del
mismo fonema en tres palabras diferentes del verso (aliteración): la consonante de la tercera sílaba acentuada
del verso debía coincidir casi siempre con la consonante de la primera sílaba
tónica, frecuentemente con la de la segunda sílaba acentuada y excepcionalmente
con la de la cuarta sílaba acentuada.
- métrica hebraica,
por el contrario, el verso se constituyó sobre el paralelismo (semántico o sinonímico,
antitético, emblemático y repetitivo y estructural), y así están escritos por ejemplo
los versos del Salterio (Psalmos o Salmos del Antiguo Testamento),
el Cantar
de los cantares, casi todo el Libro
de Job y la mayor parte de
los proféticos, fuera de que es también un recurso habitual en toda
manifestación poética que tome forma de verso o versículo.
EL
VERSO
Existen
determinadas convenciones para escandir (medir el
número de sílabas) un verso escrito en lengua española:
·
Si el
verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más, salvo en la métrica
medieval galaico-portuguesa, por la ley de
Mussafia, así
llamada en honor al romanista Adolf
Mussafia, y en la
lírica castellana influida por aquella.
·
Si
termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos.
Cuando se forma un diptongo o bien un hiato entre el final de una palabra y el comienzo
de otra, puede contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida
como sinalefa, que no debe confundirse con el metaplasmo de la elisión.
Las sinalefas más fáciles para el oído son
obligatorias, las más duras (entre vocales tónicas o una vocal átona y una
tónica) son optativas.
Si, en cambio, el hiato existe en el interior de una
palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha de reducirse a una sola sílaba
para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba
transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis, que rebaja el timbre de la más débil de
las vocales del hiato para hacer posible el diptongo: “león > lion”, “héroe
> herue”.
Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta
que ha de aumentarse el número de sílabas de un verso, se puede romper un
diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos
encima de la vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la
creación del hiato y que por lo tanto se creen dos sílabas distintas en vez de
una: “Rüina > Roína”. A esta licencia poética se le denomina diéresis.
El verso se puede adaptar a la medida requerida
mediante los llamados metaplasmos, una serie de supresiones o adiciones de
sonidos en las palabras. Existen los siguientes:
ELISIÓN: supresión de una vocal final o grupo de
vocales finales de una palabra situada ante otra que empieza por vocal. Si la
vocal que se pierde es la de la segunda palabra, se denomina elisión inversa.
Debe distinguirse claramente de la sinalefa, pues en la sinalefa no se pierde
el timbre de la vocal y en la elisión sí. La elisión es común en italiano, y
fue adoptada en algunos casos por poetas del Renacimiento español muy influidos por los italianos,
como Garcilaso y Fernando
de Herrera. "A
la vida y salud d'un tal amigo".
AFÉRESIS: supresión de sílaba a comienzo de
palabra. V. gr. :ora (por agora o ahora).
SÍNCOPA: supresión de sílaba en centro de palabra.
V. gr.:espirtu por espíritu o vían por veían.
APÓCOPE: supresión de sílaba a final de palabra.
V. gr.: val (valle).
PRÓTESIS: adición de sílaba a comienzo de palabra.
V. gr.: laamuestre (por muestre).
EPÉNTESIS: adición de sílaba en centro de palabra.
V. gr. : Ingalaterra (por Inglaterra o coronista por cronista).
PARAGOGE: adición de sílaba a final de palabra. V.
gr.: ¿Quién os fizo tanto male? (¿Quién os hizo tanto mal?), o infelice opece por infeliz y pez respectivamente.
Puede darse el caso de una rima asonante equivalente o simulada, también denominada rima vocálica relajada, es
decir, una rima asonante en cuya sílaba átona final se encuentra una de las
vocales i o bien u que entonces suenan como equivalentes
a ey o respectivamente, como en el caso de la
palabra Venus, que puede
usarse para rimar en e - o.
·
En el
caso de la rima, se evita la mezcla en el mismo poema de
rima consonante y asonante. No debe utilizarse la misma palabra dos o más veces
en la rima ni utilizar homónimos. Tampoco debe rimar una palabra simple con
su compuesta y deben rehuirse las rimas en desinencias verbales, porque son demasiado frecuentes.
·
A
veces se da la llamada dislocación
acentual por medio de la cual
se pone acento en una sílaba átona y se deja como átona la sílaba tónica a que
debía corresponder. Eso se da especialmente en los poemas destinados al canto,
por la necesidad de seguir el ritmo más marcado, o en los poemas burlescos, o por
la necesidad del poeta de elaborar un verso rítmicamente correcto. Una variante
de esta dislocación acentual es la sístole,
que consiste en que el acento pasa de su lugar legítimo a la sílaba anterior,
como en estos dos versos de Garcilaso de la Vega, en que tal artificio es
preciso para que el endecasílabo sea regular rítmicamente:
ternia
el presente por mejor partido
y agradeceria siempre a la ventura...
En el Siglo de
Oro de la lírica española, en especial entre poetas manchegos como Garcilaso
de la Vega y Bernardo
de Balbuena o andaluces como Fernando
de Herrera, la
hache inicial que proviene de la efe inicial etimológica latina ha de leerse
con aspiración y por tanto no puede existir sinalefa al ser muda: "Y por
tu gran valor y hermosura" (Garcilaso).
Los versos de más de once sílabas poseen siempre algún
tipo de cesura o pausa interna que impide la sinalefa
entre las vocales que se encuentran separadas por la misma.
CLASES DE VERSOS
Los tipos de
verso de la métrica española, pueden definirse según la acentuación de la
palabra final, según el número de sílabas o según el ritmo y compás de los
acentos.
Según la
acentuación de la palabra final
El verso
español puede ser
- oxítono (terminado en palabra aguda);
- paroxítono (en palabra llana o grave) o
-
proparoxítono (en esdrújula
o sobreesdrújula).
En español,
habida cuenta de la mayor abundancia de palabras llanas, el verso más abundante
es el paroxítono.
Según el
número de sílabas
Según este
criterio hay cuatro tipos principales de versos: de menor a mayor extensión,
son los de arte menor, los de arte mayor, los compuestos y el versículo.
El arte menor está formado por los versos que tienen
hasta ocho sílabas; el arte
mayor, por el contrario, está formado por los versos que tienen nueve o más
sílabas. Independientemente de estas dos clasificaciones, está el llamado versículo, que es un
verso irregular sin número fijo de sílabas y por lo general tan largo que
desborda el arte mayor.
En el arte
menor los versos de dos sílabas se denominan bisílabos; de tres, trisílabos; de cuatro, tetrasílabos; de cinco, pentasílabos; de seis, hexasílabos; de siete, heptasílabos; y de ocho,octosílabos. Los versos
más usados del arte menor en castellano son, por este orden, el octosílabo (el
verso más fácil y natural del castellano, ya que coincide con el grupo fónico
menor del idioma, por lo cual ha sido usado durante toda la historia de la
literatura en lengua castellana, en el Romancero, en nuestro
teatro clásico y en gran número de estrofas), el heptasílabo, el hexasílabo y
el pentasílabo.
En el arte
mayor, los versos de nueve sílabas se denominan eneasílabos; los de diez, decasílabos; los de once, endecasílabos; los de doce, dodecasílabos; los de
trece, tridecasílabos; los de catorce, alejanrinos o tetradecasílabos, etc.
Los versos de
más de once sílabas, denominados compuestos
de arte mayor, poseen una cesura interior constante
o pausa fijada hacia su mitad, aunque puede haber de hecho hasta tres cesuras.
Así, por ejemplo, en el tipo más común de dodecasílabo hay una cesura
después de la sexta sílaba (después de la séptima en el caso del dodecasílabo
de seguidilla), y, en el alejandrino, después de la séptima sílaba. Las dos
mitades del verso dividido por la cesura, que pueden ser isométricas o no, se
denominan hemistiquios y se miden de
igual forma que si fueran versos enteros, aplicándoseles la regla que dice que
si acaban en aguda se cuenta una sílaba más y si acaban en esdrújula una menos:
El versículo o verso de extensión desmedida sin
rima, se articula según su propio ritmo interno medianteisotopías,
acoplamientos, paralelos rítmicos, braquistiquios, pausas, germinaciones,
plurimembraciones, paralelismos sintácticos y semán ti cos, leixaprén, microestructuras compositivas
como la anular, la diseminación y recolección, el despliegue de sintagmas
progresivos etc. y otros recursos de notoria complejidad. Puede adoptar forma
estrófica pero en forma de metáfora visual con el significante visual de los
signos escritos, y entonces se le denomina caligrama. El versículo
se inicia con la poesía del estadounidense Walt
Whitman y, con algunos
antecedentes en el siglo XIX, se acomoda al español con la obra deLeón
Felipe, Pablo
Neruda, Vicente
Huidobro, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca y Rafael
Alberti en el siglo
XX.
En cuanto a la
clasificación de los versos por su ritmo acentual
Algunos de
estos versos deben poseer acentos fijos en determinadas sílabas para poder ser
métricamente correctos. Es el caso del endecasílabo, que debe llevar acento
fijo siempre en la sexta sílaba (endecasílabo propio) o bien en la
cuarta y octava (endecasílabo sáfico).
El
endecasílabo propio puede tener también, y de hecho tiene, otros acentos
opcionales que sirven para clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, el
endecasílabo acentuado en primera y sexta sílaba se denomina enfático; el acentuado en
segunda y sexta, heroico;
y el acentuado en tercera y sexta, melódico.
Cada cual posee una distinta expresividad, y gracias a estas variantes el
endecasílabo es un instrumento lírico sumamente variado y rítmicamente
flexible, por lo cual sustituyó como elemento preferido del arte mayor al
dodecasílabo en el siglo XVI, demasiado rígido por su ritmo solemne y monótono.
También existen otras modalidades de endecasílabo, pero no se consideran
correctas o solamente se emplean para efectos rítmicos especiales, como por
ejemplo el endecasílabo de gaita gallega o dactílico, que lleva acento en
cuarta, séptima y décima sílaba, y a veces, cuando no se considera en anacrusis, en la
primera. Este tipo de acentuación tiene su origen en la llamada métrica de
cantidad empleada en la poesía clásica.
Endecasílabo propio: acentos en 6.ª
y 10.ª
Endecasílabo propio enfático: acentos en 1.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio heroico: acentos en 2.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio melódico: acentos en 3.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo sáfico: acentos en 4.ª, 6ª/8.ª y 10.ª
Endecasílabo mixto o polirrítmico: el que mezcla dos o más de los
patrones acentuales anteriores.
Endecasílabo dactílico: acentos en 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª
Endecasílabo galaico: acentos en 5.ª y 10.ª
Un tipo
especial de versos, creados en 1603 por el poeta satírico y hampón Alonso Álvarez de Soria para imitar el
habla chulesca de los matones de Triana, son los versos de cabo roto, versos
terminados en palabra llana a los que se les suprime la última sílaba y que
riman, por tanto, en aguda. Se usan siempre con intención burlesca o satírica y
fueron empleados con frecuencia por Cervantes, por ejemplo al hablar de La Celestina:
Libro a mi entender diví- (divino)
si encubriera más lo humá- (humano)
Ritmo
acentual del verso[editar]
Existen
fundamentalmente dos tipos de ritmos en el verso español, si dividimos el verso
en partes de dos sílabas: el que procura acentuar las sílabas impares o ritmo trocaico (_U) y el que procura acentuar las
pares, o ritmo yámbico (U_). Si por el contrario dividimos el
verso en grupos de tres sílabas tenemos tres tipos de ritmos, el ritmo dactílico (_UU), el anfibráquico (U_U) y el anapéstico (UU_), donde la raya representa a la
sílaba acentuada, según los pies que imitan de la poesía grecolatina clásica:
el dáctilo, el anfíbraco y elanapesto.
LAS ESTROFAS:
Se entiende
por estrofa en métrica a un conjunto de versos con una distribución fija de
sílabas y rimas que se repite en un mismo poema con regularidad. A veces
también constituye por sí mismo un pequeño poema. Casi siempre la estrofa
encierra un pensamiento completo, por lo que posee una cierta autonomía
semántica. Las estrofas de la métrica castellana comprenden entre dos y trece
versos.
ESTROFAS
DE DOS VERSOS
Se denomina pareado a las estrofas de dos versos que
riman, sin importar el número de sílabas; por lo general poseen rima consonante
(aunque pudiera ser también asonante) y en las formas AA BB CC DD, etc. Pueden
presentarse en combinaciones de versos de arte menor y arte mayor: aa, aA o Aa.
Se usaron en los motes y divisas de
los escudos y en el Refranero y, por
imitación de los pareados de alejandrinos franceses, en el Modernismo con versos de
catorce sílabas. Ejemplos:
Me ha salido un pareado a8
sin habérmelo pensado a8 (Popular)
De este mundo sacarás a8 (7+1)
lo que metas, nada más a8 (7+1) (Refrán)
Yo he hecho lo que he podido a8
Fortuna, lo que ha querido a8 (Mote del siglo XV usado
Hipogrifo violento, a7
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente
Las hijas de las madres que amé tanto
Cada hoja de cada árbol canta un propio cantar
La alegría es un pareado compuesto por un
pentasílabo inicial y un decasílabo dividido por una cesura en dos
pentasílabos. El primer verso puede ser de seis sílabas, y en ese caso el
segundo es un endecasílabo con acento en la cuarta y en la séptima. Lleva rima
asonante.
Vente conmigo
a las retamas de los caminos (Popular)
Sale de la alcoba
coloradita como una amapola (Popular)
Esta estrofa,
frecuente en la lírica tradicional andaluza, puede ir seguida de un estribillo
de tres versos en que riman primero con tercero y queda suelto el segundo. con
rima consonante:
La primavera ha venido
nadie sabe cómo ha sido (Antonio Machado, siglo XX) versos
generalmente endecasílabos (11 sílabas), con esquema de rima consonante en las
formas ABA BCB CDC, etc. terminando en un serventesio a fin de que no queden
versos sueltos (YZYZ) y, más raramente, en un serventesio más un pareado final
(XYXYZZ). Esta forma proviene de la terza
rima creada por el poeta
florentino Dante
Alighieri para su Divina
comedia,
adoptada posteriormente por Francesco
Petrarca para sus Triunfos,
y fue denominada en español tercetos
encadenados. En Castilla empezó a cultivarse en la obra de Juan Boscán y Garcilaso
de la Vega durante la primera mitad del siglo XVI, con el Renacimiento.
Un manotazo
duro, un golpe helado,
un hachazo
invisible y homicida,
un empujón
brutal te ha derribado.
No hay extensión
más grande que mi herida;
lloro mi
desventura y sus conjuntos
y siento más tu
muerte que mi vida...
Fabio, las
esperanzas cortesanas
prisiones son do
el ambicioso muere
y donde al más
astuto nacen canas.
El que no las
limare o las rompiere,
ni el nombre de
varón ha merecido
ni subir al
honor que pretendiere.
Es interesante observar que en este esquema se
presenta un encadenamiento de los versos (rima encadenada). Es decir, en cada
estrofa el segundo verso queda libre, pero se encadena con el primer verso de
la siguiente. Regularmente, los tercetos terminan en un serventesio, a fin de que no Pueden versos sueltos.
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas,
es ojo porque te ve
'Musa soberbia y confusa,
'ángel, espectro, medusa,
'tal parece tu musa.
El haiku o haikai es
una estrofa de tres versos de origen japonés cuya estructura es 5-, 7-, 5- en
versos blancos llanos o esdrújulos. En castellano se ha usado también la forma
5a,7-,5a, que se asemeja a una soleá de
verso quebrado o a una seguidilla.
Es un género
literario derivado
de la tanka.
En español fue cultivado durante el Modernismo, en el siglo XX y en la actualidad.
Es la forma predilecta de la poesíazen y habitualmente no utiliza metáforas. Su maestro en lengua japonesa es Matsuo Bashō.
Como de rosas
sedosos como pétalos.
fueron tus labios
En agua, lento,
hay un brillo de sol.
Se mece al viento
(Ángel Romera)
Estrofas de cuatro versos
La cuarteta
asonantada o copla es un grupo de cuatro versos
octosílabos (8 sílabas) en que riman los pares en asonante:
En los pinares del Júcar
vi bailar unas serranas
al son del agua en las piedras
y al son del viento en las ramas
Luis de Góngora
Están clavadas dos cruces
en el monte del olvido
por dos amantes que han muerto
sin haberse comprendido
Popular
La seguidilla es una estrofa de cuatro versos de
tipo popular en los que los impares son de siete y los pares de cinco sílabas (-7,5a,-7,5a);
riman los pares en asonante:
Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie;
más de cuatro quisieran
tener mi sangre.
Popular
En el caso de la seguidilla
real, como la denomina Sor Juana
Inés de la Cruz,
Rima asonante: 10-, 6a, 10-, 6a. (Decasílabos, acentos en 3ª, 6ª, 9ª ).
Sin farol se venía una dueña
guardando el semblante,
porque dice que es muy conocida
por las Navidades.
Sor Juana Inés de la Cruz
Seguidilla gitana, los versos primero, segundo y cuarto son
hexasílabos, y el tercero, de once o doce, como vemos en los ejemplos. Los
versos segundo y cuarto tienen rima asonante:
Las que se publican
no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas.
Manuel Machado
Pensamiento mío
¿Adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías
que no puedes entrar.
Manuel Machado
La redondilla y la cuarteta son estrofas de cuatro versos de arte menor, con dos rimas consonantes abrazadas o alternas respectivamente según estos esquemas: abba / abab.
Ven muerte tan escondida,
que no te sienta venir
porque el placer de morir
no me torne a dar la vida
El cuarteto es una estrofa de cuatro versos de
arte mayor, con dos rimas consonantes abrazadas según este esquema: ABBA:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche
El serventesio es como el cuarteto pero con rima
alterna:ABAB
El
dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno
de rosas y de cisnes vagos;
el
dueño de las tórtolas, el dueño
de
góndolas y liras en los lagos.
Recreación artística de la efigie del poeta Gonzalo de Berceo, principal poeta del Mester
de clerecía.
El tetrástrofo monorrimo o cuaderna
vía es la estrofa de cuatro
versosalejandrinos, es decir, de catorce sílabas
divididos en dos hemistiquios de siete
sílabas cada uno, en la que riman todos entre sí en consonante: A14A14A14A14.
Es propia de la Edad
Media y del Mester de clerecía en concreto.
Mester traigo fermoso non es de juglaría
mester es sin pecado, ca es de clerecía
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas cunctadas, ca es gran maestría
Libro de Aleixandre
La estrofa alcaica fue introducida por el poeta Francisco de Medrano: se trata de un cuarteto en el cual
los dos primeros versos son endecasílabos y los dos últimos heptasílabos
(A11,B11,b7,a7):
Y mientras con rigurosas nieves
tu edad marchita el tiempo y tus verdores
coge de tus amores,
coge las rosas breves.
Francisco
de Medrano, siglo XVI
La estrofa De la Torre es así llamada por haber sido
utilizada por primera vez en un par de poemas de Francisco de la Torre (siglo XVI).
Consiste en tres endecasílabos de ritmo regular y un heptasílabo sin rimas.
Posteriormente se le añadieron rimas, sobre todo en los versos pares, y se
ensayaron otras variaciones. Tuvo tal fortuna que se usó en importantes poemas
del siglo XVIII (Meléndez, Noroña) y XIX (Duque de Rivas, Nicomedes Pastor Díaz). En la actualidad han usado esta
estrofa Juan Eduardo Cirlot y Jon
Juaristi.
A veces me florece un tiempo nuevo,
un ala matinal sobre la frente,
una esperanza candorosa y fértil
que me aclara y rehace
Dionisio Ridruejo, siglo XX
Derivada
de la estrofa De la Torre, la estrofa
sáfica es un grupo de cuatro
versos en que los tres primeros son endecasílabos sáficos (es
decir, con acento de intensidad en la cuarta y octava sílabas o en cuarta y
sexta) y el cuarto un pentasílabo (o a veces
heptasílabo) adónico (esto es, con acento en primera y cuarta). Al principio no
llevaba rima, pero luego se renovó esta estrofa incorporándole alguna rima en
los versos pares sobre todo.
¡Salve, oh alcázar de Edetania firme,
ejemplo al mundo de constancia ibera,
en tus rüinas grandïosa siempre,
noble Sagunto!
Alberto Lista, siglo XIX
Estrofas
de cinco versos[editar]
La quintilla es una estrofa de cinco versos de arte
menor, por lo general octosílabos, con dos rimas entrecruzadas consonantes en
las que no pueden rimar tres versos seguidos. En arte mayor se denomina quinteto11A 11B 11A 11B 11A.
Quedar las arcas vacías,
donde se encerraba el oro
que dicen que recogías,
nos muestra que tu tesoro
en el cielo lo escondías
(Miguel de
Cervantes, A la muerte de
Felipe II)
Desierto está el jardín... De su tardanza
no adivino el motivo... El tiempo avanza...
Duda tenaz, no turbes mi reposo.
Comienza a vacilar mi confianza...
El miedo me hace ser supersticioso.
(Ricardo Gil)
La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas rimados en consonante distribuidos así: a7,B11, a7, b7, B11. La introdujo a principios del siglo XVI Garcilaso de la Vega con una estrofa que le dio nombre:
La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas rimados en consonante distribuidos así: a7,B11, a7, b7, B11. La introdujo a principios del siglo XVI Garcilaso de la Vega con una estrofa que le dio nombre:
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
(Garcilaso de
la Vega, siglo XVI)
La tanka es una estrofa de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos y heptasílabos, agrupados sin rima de la siguiente manera: 5-,7-,5-;7-,7-. Como puede verse, los primeros versos constituyen casi un haiku.
Alto en la cumbre
todo el jardín es luna,
luna de oro.
Más precioso es el roce
de tu boca en la sombra.
(Jorge Luis Borges)
Estrofas
de seis versos
La sextilla es la combinación de seis versos
cortos, generalmente octosílabos, aconsonantados con rima alterna o con
cualquier otra rima. Por lo general suelen ser una cuarteta y un pareado o un
pareado y una redondilla etc.
Cantando me he de morir
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del eterno padre:
dende el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
Monumento a Gómez
Manrique, creador
de la copla de pie quebrado, junto al Real Monasterio de Nuestra Señora de
la Consolación, en Calabazanos.
La copla de pie quebrado osextilla manriqueña combina versos de ocho y cuatro
sílabas (llamado quebrado, o partido, por tener la mitad que el más largo). Fue
creada por Gómez Manriquey su sobrino Jorge
Manrique la inmortalizó
en sus famosasCoplas por la muerte de su padre. Se trata de seis versos
divididos en dos grupos constituidos cada uno por dos octosílabos más un
tetrasílabo, rimando 1.º con 4.º, 2.º con 5.º, 3.º con 6.º (a8,b8,c4;a8,b8,c4;)
Ved de cuan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos
que en este mundo traidor
aun primero que muramos
las perdemos.
La sexta rima es un tipo de sexteto conocido también
como sextina antigua y sextina
real. Se trata de una octava real sin los dos primeros versos, es decir, un
grupo de endecasílabos que riman en consonante primero con tercero, segundo con
cuarto y el quinto con el sexto:
A un ciego le decía un linajudo:
"Todos mis ascendientes héroes
fueron."
Y respondiole el ciego: "No lo dudo;
yo sin vista nací: mis padres vieron."
No se envanezca de su ilustre raza
quien pudo ser melón y es calabaza.
(Hartzenbusch,
"El linajudo y el ciego")
Estrofas
de siete versos
La pavana consta de cuatro versos de arte mayor
(dodecasílabos por lo general) que riman en consonante ABAB, más tres versos
monorrimos de extensión fluctuante y progresiva, normalmente entre 5 y 10
sílabas, como vemos en el siguiente ejemplo. Se destinaba al canto, y los
últimos ejemplares datan del siglo XVI.
¡Oh clara centella de fuego de amor,
soberana gracia, hermosura fuerte
que infundes tus rayos con tanto furor
que con sola tu vista condenas a muerte!
¡Triste, que vivo
con dolor esquivo
que por quereros, yo recibo!
(Anónimo)
Estrofas
de ocho versos
La octavilla, estrofa de ocho
versos cortos; la más común se compone de octasílabos, rimados de muy diversas
maneras:
"Vos sos un gaucho matrero"
dijo uno, haciéndose el güeno.
"Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la polecía
que viene a justar tus cuentas;
te va alzar por la cuarenta
si te resistís hoy día.
(José Hernández, Martín Fierro)
LA COPLA DE ARTE MAYOR es una estrofa en rima consonante
cultivada durante el siglo XV y primera mitad del XVI por poetas del Prerrenacimiento español de la escuela
alegórico-dantesca como Francisco Imperial, Juan
de Mena o don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana. Su estructura
es ABBAACCA y más raramente ABABBCCB en versos de extensión variable (versos
de arte mayor)
divididos en doshemistiquios de cinco a
siete sílabas con de ritmo dactílico:
Al muy prepotente don Juan el segundo
a aquel con quien Júpiter tovo tal celo
que tanta de parte le fizo del mundo
cuanta a sí mesmo se fizo del cielo;
al gran rey de España, al César novelo
al que con Fortuna es bien fortunado;
a aquel en quien caben virtud y reinado
a él la rodilla fincada por suelo.
(Juan de Mena, Laberinto de Fortuna)
La OCTAVA REAL es una estrofa formada por
endecasílabos de rima alterna consonante salvo los dos últimos, que riman entre
sí formando un pareado (ABABABCC). Es estrofa usada fundamentalmente en poemas
narrativos y de épica
culta,
aunque a principios del siglo XVI se usó en Castilla también con tema amoroso
por influjo italiano de los llamados capitoli de amor:
No las damas,
amor, no gentilezas
de caballeros
canto enamorados,
ni las
muestras, regalos y ternezas
de amorosos afectos y cuidados,
mas el valor, los gestos, las proezas
de aquellos españoles esforzados
que a la cerviz de Arauco no domada
pusieron duro yugo por la espada.
LA OCTAVA DE PEDRO DE OÑA se compone de ocho endecasílabos que
riman en consonante ABBAABCC. Es una modificación de la octava real producida
por su cruce con la copla de arte mayor. El poeta que le da nombre la
introdujo.
Si pluma y vista de águila tuviera,
pluma con que romper el vacuo seno
y vista para ver el sol de lleno,
seguro de temor volara y viera,
o si tan remontada no estuviera
la soberana cumbre do me estreno,
prestárame el trabajo sus escalas
o me valiera entonces de mis alas.
La octava
italiana u octava aguda, creada por
Salvador Bermúdez de Castro y por ello llamada a veces bermudina, se compone de ocho
versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y con rima consonante,
según el esquema ABBC'DEEC'; el cuarto y el octavo verso son agudos. A veces,
la estrofa la componen heptasílabos en lugar de endecasílabos.
Cual la yerba arrojada en la roca,
que marchita allí crece, allí muere,
¿viviré y moriré, sin que espere
otra vida, otra dicha, otra luz?
aun en medio de altares y tumbas
mi terrible pensar me amenaza:
que si el mundo feroz me rechaza,
me rechaza también esa cruz.
(Salvador
Bermúdez de Castro, Ensayos
poéticos, 1840)
Tu aliento es el aliento de las flores;
tu voz es de los cisnes la armonía;
es tu mirada el esplendor del día,
y el color de la rosa es tu color.
Tú prestas nueva vida y esperanza
a un corazón para el amor ya muerto;
tú creces de mi vida en el desierto
como crece en un páramo la flor.
LA OCTAVILLA ITALIANA U OCTAVILLA
AGUDA es una combinación de
ocho versos de ocho sílabas o menos en que el cuarto y el octavo poseen rima
aguda, y segundo y tercero riman entre sí, así como el sexto y séptimo,
quedando sueltos primero y quinto (-8, a8, a8, b8 agudo; -8, c8, c8, b8 agudo).
Fue estrofa muy popular a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX y se
utilizó frecuentemente para el canto por su gran musicalidad. Se usó en el
teatro solamente para las partes cantadas.
Merced a tus traiciones
al fin respiro, Lice,
al fin de un infelice
el cielo hubo piedad;
ya rotas las prisiones
libre está el alma mía;
no sueño, no, este día,
mi dulce libertad.
, siglo XVIII)
LA OCTAVILLA
REAL o copla de arte menor es
una estrofa de ocho versos rimados como la copla de arte mayor:
Mal jugar faze quien juega
con quien siente, maguer calle:
de lo que faze en la calle,
¿quién es el que se desnega?
Ambición es cosa ciega
y recibe desoluto;
poder y mando absoluto
fin de padre es quien lo niega
Estrofas de nueve
versos
LA ESTANCIA
SPENSERIANA es una estrofa de
nueve versos de los que los ocho primeros son endecasílabos y el último
alejandrino. Riman en consonante primero con tercero y segundo con cuarto,
quinto y séptimo. El sexto con el octavo y el noveno: A11, B11, A11, B11, B11,
C11, B11, C11, C14. La introdujo desde la métrica inglesa en el siglo XIX el poeta José María
Blanco-White:
En una antigua selva enmarañada
donde el ardiente rayo del estío
no puede penetrar, y la manada
en el agosto, casi tiene frío,
un amante lloraba el cruel desvío
de su dama adorada, y los desdenes
que lo llevan a un loco desvarío.
"¡Malhaya, dice, amor, tus falsos
bienes!
LA NOVENA es un grupo de nueve versos de arte
menor rimados en consonante. Es rara en la métrica española y en realidad está
formada por dos semiestrofas menores asimétricas, como en el ejemplo que sigue,
en que puede entenderse también como una redondilla y una quintilla unidas:
Que los reyes justicieros
y verdaderos y francos,
facen llanos los barrancos,
y los castillos roqueros;
que a la justicia con franqueza
y con verdad esmaltada,
nunca fue tal fortaleza,
tal constancia, tal firmeza,
que no fuese sojuzgada.
ESTROFAS DE DIEZ VERSOS
La COPLA
REAL es la combinación de
diez octosílabos en dos semiestrofas unidas por tres o cuatro rimas. Aparecen a
lo largo del siglo XV. Las semiestrofas comenzaron siendo asimétricas (primero
se utilizaron las de 4 + 6 versos y luego las de 5 + 5, que se hacen
mayoritarias sólo a fines del siglo XV). Posteriormente los poetas del siglo
XVI terminaron por llamarlas redondillas
castellanas y de vez en
cuando introdujeron un verso de pie quebrado de cuatro sílabas.
Vuestros lindos
ojos,
¡quién me dexase
gozallos
y tantas veces
besallos
cuantas me pide
la gana
con que vivo de
mirallos!
Darles hía
cien mil besos
cada día;
y, aunque fuese
un millón,
mi penado
corazón
nunca harto se
vería.
Genéricamente una décima es una estrofa constituida 10 versos octosílabos que junta o agrupa dos quintillas como semiestrofas. Actualmente se usa esta
palabra con el sentido específico de décima
espinela o espinela .1 La
espinela toma su nombre del poeta, novelista y vihuelista Vicente Espinel, de fines del siglo XVI. La contribución
de Espinel fue fijar la estructura de rimas de la décima en abbaaccddc. Durante
los siglos XVII y XVIII se usó con frecuencia para el epigrama y la glosa de otros poemas; Félix
Lope de Vega, en su Arte nuevo de hacer comedias (1609), escribió que "las décimas
son buenas para quejas" en las obras teatrales, pero las empleó
indistintamente para cualquier tema. Desde entonces no ha decaído su uso en la
poesía española e hispanoamericana como forma tan cerrada como el soneto y apropiada para el poema redondo y el
epigrama, y ha sido la estrofa predilecta de algunos poetas de laGeneración
del 27 como Jorge
Guillén o Gerardo
Diego.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son.
(Pedro Calderón de la Barca, siglo XVII)
¿Quién mejorará
mi suerte?
La muerte.
Y el bien de
amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males,
¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no
es cordura
querer curar la
pasión
cuando los
remedios son
muerte, mudanza
y locura.
(Miguel de Cervantes)
La seguidilla chamberga es una seguidilla simple a la que se
le añaden seis versos formando tres pareados en asonante, los impares
trisílabos y los pares heptasílabos:
Alto fue, y en virtudes
que tuvo excelsas,
su excelencia me admira
como su alteza.
Su estado
se me pasa por alto;
esperen
de su alteza mercedes,
que el santo
si no pródigo, es largo.
LA DÉCIMA ITALIANA es como la décima normal, pero con
rima aguda en los versos quinto y décimo:
Virgen madre, casta esposa
sola tú la venturosa
la escogida sola fuiste,
que en tu seno recibiste
el tesoro celestial.
Sola tú con tierna planta
oprimiste la garganta
de la sierpre aborrecida,
que en la humana frágil vida
esparció dolor mortal.
(Leandro Fernández de Moratín, siglo XVIII)
LOS POEMAS
Los poemas se
forman de dos maneras, bien uniendo estrofas semejantes o distintas (agrupaciones
estróficas), bien uniendo versos del mismo tipo o diferentes en series métricas o tiradas a estróficas tan extensas
que no pueden considerarse estrofas. Las agrupaciones más importantes de
estrofas son la folía, la seguidilla compuesta, el zéjel, el villancico, la letrilla, la glosa, el soneto y sus
distintos tipos, los tercetos
encadenados, la sextina provenzal, el cosante o cosaute,
la canción provenzal, canción en estancias, el rondel y la escala
métrica. Series métricas son la silva,
elromance y la silva arromanzada.
LA FOLÍA, según el maestro Gonzalo
Correas,
es una composición breve de tres o cuatro versos desiguales en su número de
sílabas destinada al canto. El cantar,
las coplillas de tres y cuatro versos y la seguidilla cuando tiene sus versos
pares agudos se consideran folías:
Andá noramalá,
marido mío,
andá noramalá,
que andáis
dormido.
(Popular)
Riñen dos
amantes;
hácese la paz;
si el enojo es
grande,
es el gusto más.
LA SEGUIDILLA COMPUESTA es una estrofa que combina
heptasílabos y pentasílabos agrupados en una seguidilla y un haikú con rima
asonante, según el esquema 7-; 5a; 7-;5a. 5b; 7-;5b. Es una estrofa propia de
la lírica popular tradicional:
Azules son tus ojos,
marrón tu pelo,
cobriza, tu piel, tiene
brillos de fuego.
Dame tu abrazo
de frutos de dulzura
en tu regazo
(Anónimo)
EL ZÉJEL es una estrofa que se agrupa en series
formando una canción zejelesca. Cada zéjel está formado por un pareado de arte
menor, que es el estribillo o bordón, y por un grupo de cuatro
versos de los cuales los tres primeros riman entre sí en consonante y se
denominan mudanza; el último verso es el verso de vuelta y rima en consonante con el
estribillo, sirviendo así de aviso o anuncio su rima de que ha de volverse a
recitar el estribillo para encabezar el próximo zéjel de la serie:
Dicen que me case yo;
no quiero marido, no. (Estribillo)
Más quiero vivir segura
En´esta sierra a mi soltura,
que no estar en ventura (Primera mudanza)
si casaré bien o no. (Verso de vuelta)
Dicen que me case yo;
no quiero marido, no.
Existen
variaciones más libres sobre esta forma tradicional del zéjel, entre ellas la
de Rafael
Alberti y la del zéjel
asonantado creado por el poeta mallorquín Llorenç Vidal Vidal,
que combina la estructura estrófica del zéjel con la rima más suavizada del
romance.
El cosante o cosaute es un poema compuesto por pareados
fluctuantes (o sea, de indeterminado número de sílabas). Los pareados se
relacionan entre ellos por medio de elementos paralelísticos; tras cada pareado
sigue un estribillo muy breve, generalmente un solo verso. En el primer
pareado, se plantea el tema del poema, y cada nuevo pareado repite parte del
tema del anterior y añade algo nuevo en forma de leixa-pren. Proviene de la lírica galaico-portuguesa. Es probable
que el cosante derivara del canto y que de ahí adquiriera independencia; el
solista seguramente cantaba los pareados y el coro, o público, le respondía con
el estribillo.
A aquel árbol que vuelve la foja
algo se le antoja.
Aquel árbol de bel mirar
face de maña flores quiere dar.
Algo se le antoja.
Aquel árbol de bel veyer
face de maña quiere florecer.
Algo se le antoja.
Face de maña flores quiere dar,
ya se demuestra, salidlas mirar.
Algo se le antoja.
Face de maña quiere florecer,
ya se demuestra, salidlas a ver.
Algo se le antoja.
Ya se demuestra, salidlas mirar,
vengan las damas la fruta cortar.
Algo se le antoja.
Ya se demuestra, salidlas a ver,
vengan las damas la fruta coger.
Algo se le antoja.
(Diego Hurtado
de Mendoza)
Portada del Libro de los cincuenta romances (c. 1525), primera colección de
romances conocida.
El romance es una serie métrica compuesta por una
serie indefinida de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares
que se originó de la descomposición de los cantares de gesta en el siglo XIV,
aunque algunos de ellos empezaron a imitarse y componerse a propósito entre el
siglo XV y la actualidad constituyento el llamadoRomancero nuevo. Suele
usarse para relaciones o narraciones, o con contenido narrativo-lírico. Si el
romance es de origen culto suele poderse dividir con facilidad en grupos de
cuatro versos como subestrofas; si es de origen tradicional, no.
Que por mayo
era, por mayo,
cuando hace la
calor,
cuando los
trigos encañan
y están los
campos en flor,
cuando canta la
calandria
y responde el
ruiseñor,
cuando los
enamorados
van a servir al
amor;
sino yo, triste,
cuitado,
que vivo en esta
prisión;
que ni sé cuándo
es de día
ni cuándo las
noches son,
sino por una
avecilla
que me cantaba
el albor.
Matómela un
ballestero;
dele Dios mal
galardón.
El llamado romance heroico rima como el romance, solamente los
versos pares y en asonante, pero está compuesto por versos endecasílabos. Lo creó
Sor Juana Inés de la Cruz y se utilizó
ampliamente en el siglo XVIII y XIX:
Entran de dos en
dos en la estacada,
con lento paso y
grave compostura,
sobre negros
caballos, ocho pajes,
negras la veste,
la gualdrapa y plumas;
después cuatro
escuderos enlutados,
y cuatro
ancianos caballeros, cuyas
armas
empavonadas y rodelas
con negras
manchas que el blasón ocultan,
y cuyas picas
que por tierra arrastran,
sin pendoncillo
la acerada punta,
que son, van
tristemente publicando,
de la casa de
Lara y de su alcurnia.
(Ángel
Saavedra, Duque de Rivas, s. XIX)
La escala métrica es una estrofa creada por el poeta
romántico Víctor Hugo y poco usada en general. Se trata de una serie de versos
en la que el primero empieza por ser de una o dos sílabas, y cada verso
siguiente suma una al anterior hasta llegar al dodecasílabo, y después va
disminuyendo una por una hasta regresar al verso de una o dos sílabas.
La sextina provenzal es una compleja combinación
de treinta y nueve endecasílabos estructurados en seis estrofas de seis versos
cada una y una contera final de tres versos. No tiene rima,
sino una serie de seis palabras finales que se van repitiendo en distinto
verso, pero siempre al final de cada uno, en cada estrofa, de forma que las
seis palabras finales de los seis versos de las seis estrofas sean las mismas,
sólo que en diferente disposición. La estructura de la disposición de las
palabras finales de los versos es la siguiente:
1ª Estrofa: A-B-C-D-E-F (Que corresponden a
las palabras finales)
2ª Estrofa F-A-E-B-D-C
3ª Estrofa C-F-D-A-B-E
4ª Estrofa E-C-B-F-A-D
5ª Estrofa D-E-A-C-F-B
6ª Estrofa B-D-F-E-C-A
El remate o contera se constituye con tres versos donde se
incluyen dos de estas palabras finales en cada uno de los tres versos, una al
principio y otra al final, con una estructura que suele ser:
1 verso: A-B
2 verso: D-E
3 verso: C-F
La disposición
de las últimas palabras de cada verso sigue la norma de que la última palabra
del último verso de una estrofa sea la última palabra del primer verso de la
siguiente, la última palabra de segundo verso sea la última del primer verso de
la anterior estrofa y la última del tercer verso sea la última del penúltimo
verso de la estrofa precedente.
¿Y qué decir de
nuestra madre España,
este país de
todos los demonios
en donde el mal
gobierno, la pobreza
no son, sin más,
pobreza y mal gobierno
sino un estado
místico del hombre,
la absolución
final de nuestra historia?
De todas las historias
de la Historia
sin duda la más
triste es la de España,
porque termina
mal. Como si el hombre,
harto ya de
luchar con sus demonios,
decidiese
encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.
Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.
A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.
Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.
Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que le han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.
Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.
La canción
provenzal consta de uno o más
grupos de doce versos octosílabos repartidos cada uno en tres bloques de
cuatro, por lo general una cuarteta entre dos redondillas que tienen la misma
rima, o bien dos cuartetas que encierran a una redondilla, igualmente las
cuartetas con la misma rima, siempre consontante: abba cdcd abba, en el primer
caso, o bien abab cddc abab en el segundo. Este esquema sufrió luego más
modificaciones, de forma que las estrofas de principio y final podían tener más
o menos versos (por ejemplo, abb cdcd abb y abbab cddc abbab) o todas ellas ser
redondillas o cuartetas, o a capricho, pero siempre se mantuvo que las rimas de
primera estrofa y última fueran las mismas. Se usó dentro del gay
saber del siglo XV y dio origen al virelay y
al rondó franceses; en Castilla apareció dentro de
la corriente denominada lírica
cancioneril.
No sé para qué
nací,
pues en tal
extremo estó
que el vevir no
quiero yo
y el morir no
quiere a mí.
Todo el tiempo
que viviere
terné muy justa
querella
de la Muerte,
pues no quiere
a mí, queriendo
yo a ella.
¿Qué fin espero
de aquí,
pues la muerte
me negó,
pues que
claramente vio
que era vida
para mí?
(Pedro de
Cartagena, Cancionero de
Hernando del Castillo, s. XV.)
La canción
en estancias o canción es de origen italiano. Se divulgó a partir
del primer Renacimiento y consta de una serie de estrofas
semejantes que combinan versos de siete y once sílabas con la misma disposición
métrica, llamadas estancias (del italiano stanze). La composición se
remata con un corto envío o vuelta de cuatro versos. Cada estancia consta
de dos partes engarzadas por un verso
de enlace, eslabón o llave que sirve para unir la primera parte o fronte(con dos pies, abC abC) y
la segunda parte, llamada sírima o 'coda' (dee DfF). El escritor
manchego Garcilaso de la Vega introdujo esta estrofa en la literatura española,
y desde entonces no ha dejado de usarse, sobre todo por los poetas influidos
por la corriente literaria del llamado Petrarquismo:
Divina Elisa, pues agora el cielo
con inmortales pies pisas y mides,
y su mudanza ves, estando queda,
¿por qué de mí te olvidas y no pides
que se apresure el tiempo en que este velo
rompa del cuerpo, y verme libre pueda,
y en la tercera rueda,
contigo mano a mano,
busquemos otro llano,
busquemos otros montes y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
donde descanse y siempre pueda verte
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte?
Un tipo especial de canción es la canción leopardina, llamada así
por su primer cultivador, el poeta del Romanticismo italiano Giacomo
Leopardi. En ella,
si bien las estrofas tienen el mismo número de versos, la distribución de las
rimas es libre y diferente de una a otra, varía también la proporción de
heptasílabos y endecasílabos y no hay verso de enlace
Página inicial de Las soledades (l. I, pág. 193) en el Manuscrito
Chacón.
La silva es de origen italiano y consiste en
una extensión indeterminada de versos de siete y once sílabas combinados y
rimados libremente en consonante y en la que pueden dejarse algunos versos
sueltos sin rima. Constituye por estas particularidades una forma muy libre, de
tendencia antiestrófica y próxima por tanto al versolibrismo. Fue introducida
en la lírica española en 1613 porLuis de Góngora en susSoledades:
Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
—media luna las armas de su frente,
y el Sol todo los rayos de su pelo—,
luciente honor del cielo,
en campos de zafiro pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
—náufrago y desdeñado, sobre ausente—,
lagrimosas de amor dulces querellas
da al mar; que condolido,
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido,
segundo de Arïón dulce instrumento.
(Luis de
Góngora, Soledad primera)
El soneto clásico es una
agrupación de endecasílabos que riman en consonante y distribuidos en dos cuartetos y de dos
tercetos, hasta un total de catorce versos. Las rimas de los tercetos son
libres, si bien en el soneto clásico se utilizan sobre todo dos distribuciones:
CDE, CDE o bien CDC DCD. La combinación más usada del soneto es: ABBA ABBA CDC
DCD. A veces, casi siempre cuando se trata de un tema burlesco, puede
agregársele al final un pequeño pie en endecasílabos y heptasílabos llamado estrambote.
El soneto
sufrió un notable desarrollo desde que lo introdujera en lalírica castellana el
siglo XV don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, y en el XVI,
con éxito ya definitivo, Juan
Boscán yGarcilaso de la Vega. A veces, en vez de cuartetos,
utilizaserventesios, como hizo Francesco Petrarca en algunos de
los sonetos de su Cancionero.
En Inglaterra William Shakespeare introdujo una
nueva modalidad de soneto consistente en tres serventesios de rimas distintas y
un pareado final (ABAB CDCD EFEF GG), modalidad que en castellano ha utilizado
frecuentemente el poeta argentino Jorge
Luis Borges.
Es el llamado 'soneto shakespeariano; otra clase de adaptación inglesa
del soneto es el soneto spenseriano (en honor a su creador, el poeta isabelino Edmund Spenser), similar al de Shakespeare
salvo porque se toma la última rima de cada serventesio para iniciar el
siguiente (ABAB BCBC CDCD EE).
Merced a la
revolución métrica del Modernismo acaudillado
por Rubén
Darío,
el soneto flexibilizó su forma y se escribió en versos alejandrinos o en una
mezcla de versos de once, nueve, doce, siete y catorce sílabas. Asimismo, los cuartetos pudieron
cambiar de rima o ser serventesios. A este tipo
de sonetos se los conoce como sonetos
modernistas. Véanse además en esta wikipedia otras
modalidades del soneto, cuales son el soneto con estrambote, el soneto
dialogado,
el soneto doble o doblado, el soneto en alejandrinos, el soneto
inglés y el soneto polimétrico.
Un soneto me manda hacer Violante
y en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando, van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me
espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y aún parece que con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que estoy los trece versos acabando:
contad si son catorce, y está hecho.
El poema en verso blanco o suelto consiste por lo general en
una serie de endecasílabos rítmicamente correctos, pero sin rima alguna. Fue
usado ya por Garcilaso de la Vega en su Epístola a Boscán y enseguida se generalizó su uso como
una forma adecuada para las traducciones.
Prosa métrica
La prosa métrica es un tipo de prosa practicada en latín e imitada más
tarde en la literatura de las lenguas románicas mediante la
llamada prosa
rítmica,
practicada por ejemplo por fray Antonio de Guevara o fray Luis
de León.
La prosa
métrica utilizaba distintas combinaciones de sílabas largas (_) y breves
(U) desde el final del periodo. Los oradores griegos desdeGorgias ya utilizaban
este artificio para embellecer sus discursos; en Roma Cicerón también lo
empleó en sus discursos. La cantidad de variaciones es mucha; teniendo en
cuenta las últimas ocho sílabas del período y todos los esquemas combinatorios
posibles, hay un número total de combinaciones de 128, sin contar las variantes
que pueden introducir la posición de las cesuras; si
restringimos las ocho últimas sílabas a seis, las combinaciones son 32. En
todos los patrones rítmicos la última sílaba ha de considerarse anceps o ambivalente.
La imitación
medieval del latín clásico utilizaba las sílabas tónicas para
imitar a las largas contadas a partir del final del periodo.
El cursus
planus se acentuaba en la 2.ª
y en la 5.ª sílabas (contando desde el final).
El cursus
dispondaicus tenía acentos en
la 2.ª y 6.ª sílabas.
El cursus
velox contaba como tónicas la
2.ª y 7.ª sílabas.
El cursus
tardus acentuaba en la 3.ª y
6.ª sílabas, contando desde el final.
Esta técnica,
aunque ya fuese de uso corriente, fue explicada en el siglo XII por Alberto Morra, quien
vendría a ser el Papa Gregorio
VIII,
en una obra titulada Forma
dictandi quam Rome notarios instituit magister Albertus qui et Gregorius VIII,
papa.
EL VERSO LIBRE
El verso libre es la forma de expresión poética que se
caracteriza por su alejamiento intencionado de las pautas de rima y metro que predominaron en la poesía europea
hasta finales del siglo XIX. Por tanto, es una forma muy próxima al poema en prosa y la prosa poética, de los que se distingue visualmente
por conservar la disposición tipográfica en líneas sangradas propia del verso.
HISTORIA
El verso
libre nace en la segunda mitad del siglo XIX como alternativa a las formas
métricas consagradas por la tradición, como el soneto y la décima. El primer poeta notable que lo práctica es Walt Whitman, que se inclina por un tipo de verso
irregular inspirado en la Biblia
COMO ADAN
Como Adan, por la
mañana, temprano,
Pasea fuera de la morada templada por el
sueño,
Lo contemplo cuando, al pasar y escuchar mi voz, se apro xima, Tocándome, tocando con las palmas de sus manos mi cuerpo Sin que mi cuerpo se resista. |
|
Algunos poetas simbolistas franceses, como Gustave Kahn y Jules Laforgue, que lo introdujeron en Francia,
adaptan esta forma de expresión a sus necesidades, separándose así del
preciosismoparnasiano, cuyas formas sentían agotadas. Stéphane
Mallarmé resume así su
postura:
Asistimos ahora a un espectáculo
verdaderamente extraordinario, único, en la historia de la poesía: cada poeta
puede esconderse en su retiro para tocar con su propia flauta las tonadillas
que le gustan; por primera vez, desde siempre, los poetas no cantan atados al
atril. Hasta ahora –estará usted de acuerdo- era preciso el acompañamiento de
los grandes órganos de la métrica oficial. ¡Pues bien! Los hemos tocado en
demasía, y nos hemos cansado de ellos.
En la concepción simbolista, el verso libre no supone una pérdida de la
musicalidad del poema, sino un enriquecimiento de la misma, al preferirse el
ritmo sutil y complejo al compás monótono del verso tradicional. Años más
tarde, Luis Cernuda retoma esta argumentación:
Si en el verso hay música, mi
preferencia se orientó hacia la «música callada» del mismo.
En la
poesía española, el verso libre cobra por primera vez importancia en
el Diario de un poeta recién
casado de Juan
Ramón Jiménez.
IBA TOCANDO MI FLAUTA
Iba tocando mi flauta
a lo largo de la orilla;
y la orilla era un reguero
de amarillas margaritas.
El campo cristaleaba
tras el temblor de la brisa;
para escucharme mejor
el agua se detenía.
Notas van y notas vienen,
la tarde fragante y lírica
iba, a compás de mi música,
dorando sus fantasías,
y a mi alrededor volaba,
en el agua y en la brisa,
un enjambre doble de
mariposas amarillas.
La ladera era de miel,
de oro encendido la viña,
de oro vago el raso leve
del jaral de flores níveas;
allá donde el claro arroyo
da en el río, se entreabría
un ocaso de esplendores
sobre el agua vespertina...
Mi flauta con sol lloraba
a lo largo de la orilla;
atrás quedaba un reguero
de amarillas margaritas...
Iba tocando mi flauta
a lo largo de la orilla;
y la orilla era un reguero
de amarillas margaritas.
El campo cristaleaba
tras el temblor de la brisa;
para escucharme mejor
el agua se detenía.
Notas van y notas vienen,
la tarde fragante y lírica
iba, a compás de mi música,
dorando sus fantasías,
y a mi alrededor volaba,
en el agua y en la brisa,
un enjambre doble de
mariposas amarillas.
La ladera era de miel,
de oro encendido la viña,
de oro vago el raso leve
del jaral de flores níveas;
allá donde el claro arroyo
da en el río, se entreabría
un ocaso de esplendores
sobre el agua vespertina...
Mi flauta con sol lloraba
a lo largo de la orilla;
atrás quedaba un reguero
de amarillas margaritas...
A partir de entonces, se
consolida como forma de expresión común en la generación del 27 y siguientes.
En los últimos años, el cansancio del verso librismo ha producido una reacción
significativa de regreso al verso medido (rimado o blanco), notoria en la
producción de autores como Luis
Alberto de Cuenca,
LA HERIDA
Nada, ni el sordo horror, ni la
ruidosa
verdad, ni el rostro amargo de la duda,
ni este incendio en la selva de mi cuerpo
que amenaza con no extinguirse nunca,
ni la terrible imagen que golpea
mis ojos y tortura mi cerebro,
ni el juego cruel, ni el fuego que destruye
esa otra imagen de armonía y fuerza,
ni tus palabras, ni tus movimientos,
ni ese lado salvaje de tu calle,
impedirán que encienda en tu costado
la luz que da la vida y da la muerte:
tarde o temprano sangrará tu herida,
y no será momento de hacer frases.
verdad, ni el rostro amargo de la duda,
ni este incendio en la selva de mi cuerpo
que amenaza con no extinguirse nunca,
ni la terrible imagen que golpea
mis ojos y tortura mi cerebro,
ni el juego cruel, ni el fuego que destruye
esa otra imagen de armonía y fuerza,
ni tus palabras, ni tus movimientos,
ni ese lado salvaje de tu calle,
impedirán que encienda en tu costado
la luz que da la vida y da la muerte:
tarde o temprano sangrará tu herida,
y no será momento de hacer frases.
En la cara lleva
tres años perdidos
y el frío de las seis de la mañana.
CANCIÓN AMARGA
tres años perdidos
y el frío de las seis de la mañana.
CANCIÓN AMARGA
Van a partirte el corazón.
De pronto
la luz apagada,
los pasillos turbios,
la puerta que clava su ruido en la espalda.
Van a partirle el corazón.
Y arrastra
una cadena oscura
de pasiones heladas,
ese frío que cabe solamente
detrás de una palabra.
Y yo la veo caminar,
despacio,
perderse en lo que anda,
fugitiva tristeza que va y viene
de la sombra a la puerta de mi casa.
La luz artificial deja en la calle
el temblor silencioso
de tres barcas ancladas.
cuando ella cruza por mi lado siento
como un golpe de remos
y un murmullo de agua.
De pronto
la luz apagada,
los pasillos turbios,
la puerta que clava su ruido en la espalda.
Van a partirle el corazón.
Y arrastra
una cadena oscura
de pasiones heladas,
ese frío que cabe solamente
detrás de una palabra.
Y yo la veo caminar,
despacio,
perderse en lo que anda,
fugitiva tristeza que va y viene
de la sombra a la puerta de mi casa.
La luz artificial deja en la calle
el temblor silencioso
de tres barcas ancladas.
cuando ella cruza por mi lado siento
como un golpe de remos
y un murmullo de agua.
MANO
Miro tu mano quieta
Sobre mi pecho
Tan quieta que apenas se diría
Que ha crecido al roce
De una espuma nocturna, que muy
dócil
Se somete a esa música
Precisa de la sangre, y que un
arder
Aún más de de álgida fiebre ya le
pulsan
Su racha de coral en otra
atmósfera.
Quién lo diría de este manso lirio,
Que tu mano de luz se sueña
estrella
Abriéndose de noche, una bengala
En fuga del arrullo y la caricia.
Con
independencia de dicho cansancio, las reticencias contra el verso libre de
autores como Antonio Machado y Agustín García Calvo se centran en dos aspectos:
con
demasiada frecuencia, se llama verso
libre a lo que no es sino
prosa presentada visualmente de forma equívoca.
la
libertad a la que alude el término no debe entenderse como despreocupación de
la musicalidad, que es condición constitutiva del verso. Es célebre la
advertencia en este sentido de Machado:
Verso libre, verso libre,
líbrate mejor del verso
cuando te esclavice.
PROSA POÉTICA
La prosa
poética corresponde al
segundo tipo de obras y líricas que existen. En ella se pueden encontrar los
mismos elementos que en el poema: hablante lírico,
actitud lírica, objeto y tema, pero sin los elementos formales (métrica, rima) que caracterizan el
verso.
específicamente
narrar
hechos sino transmitir sentimientos,
sensaciones e impresiones. Chasrles Baudelaire
Fue el poeta Charles Baudelaire, con su libro El Spleen de París, el que revivió la idea de Bertrand y le dio fama a este tipo
de poesía, influyendo luego grandemente a varios poetas simbolistas, entre ellos a Arthur Rimbaud,
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