LUNES, 24 DE FEBRERO DE 2014
DOMINGO DE GUZMÁN HUAMÁN SÁNCHEZ
Nacido
en Cochapetí, Aija, Ancash: “Resplandor de Halcones en Vuelo”, en 1938, toda su
vida se dedicó a la docencia y a la promoción cultural, dicen de él, tres
personalidades que conocen de su quehacer literario:
El Dr. Roberto Rosario Vidal al exponer su ponencia en el XVIII Encuentro de Escritores de Ancash, realizado en la ciudad de Huari,
en mayo 2009, con participación de
intelectuales invitados de los departamentos de Ucayali y Huánuco y la
presencia de uno de los escritores más
distinguidos de nuestro departamento Dr. Carlos Eduardo Zavaleta, manifestó:
".Domingo Guzmán Huamán Sánchez, reconocido por su labor
como profesor de Folklore, Dramatización, Títeres, Educación Artística y Expresiones
Grafico Plásticas, incursionó en la Literatura Infantil con “Poesía Infantil”
(1994) y Teatro (1995). Ha obtenido diversos galardones regionales, nacionales
e internacionales por su labor creadora: Carnaval: Ya llegó el carnaval/ bailemos todos contentos;/ ya llegó el carnaval
juguemos todos alegres. / Con serpentinas y talco/ wachiwallito, wachiwalón,
con concertina y flauta, / wachiwallito,”wachiwalón”.
El Dr. Jaime Loli, Director del INC Ancash, agrega: “Huamán Sánchez, así, a duros
golpes de cincel, remando a veces contracorriente, indoblegable, vencedor del
viento y la nostalgia ha arribado a la estancia feliz de la madurez poética, porque para llegar a la
belleza de la imagen y la grafía quien escribe debe transformarse en un
verdadero Fidias de la palabra”.
Dr. Jesús Cabel, concluye: “Domingo de Guzmán es
conocido por su labor artística y expresiones gráfico plásticas. Ha incursionado
en la Literatura Infantil Juvenil: “Poesía infantil” que reúne poemas escritos
por estudiantes de la Especialidad de Educación Inicial del IST “Antonio
Raimondi” de Huarás. Es integrante del
Grupo Literario “Qarwanchi” y de una ajustada muestra de poemas de la Región,
también ha realizado con éxito Teatro
Escolar.
Los editores
GLOSARIO TERMINOLÓGICO
- Kawaq Cruz :
Cruz viva.
- Katu
Ushé : Terminar la sobra
- Killikshada : Etapa del baile de los shakshakuna.
- Llunka kashki” : Sopa de trigo
resbalado.
- Machiles : Semillas de una planta de la
selva.
- Mama patsa :
Madre tierra.
- Machitu :
Flor de Weqlla.
- Michkakuna :
Primera cosecha de papas.
- Mutsaquí" :
Acto de besar los pies del Sr. de La soledad,
- Patsa caballo :
Caballo enano.
- Pakcha :
Manantial.
- Piksha :
Bolsa de cuero que cuelga a la bandolera.
- Piquichida :
Un paso de la coreografía de las Pallas de Chiquián.
- Pishtanaki :
Degollamiento.
-
Pukllay” : Jugar
- Qatu ushé:
Conclusión de la sobra
- Qori :
Oro.
- Rumi ñawi :
Ojos duros y fríos como la piedra.
- Rompe calle :
Iniciar la fiesta con pasacalles.
- Shaksha :
Danza guerrera.
- Shullay. : Rocío matinal.
- Tondero .
Baile que imita el vuelo nupcial de los gavilanes.
- Tusuynin :
Su danza.
- Wanka danza :
Danza en homenaje al dios Wanka.
- Wachina toro :
Danza del toro huérfano.
- Waraqkunapa :
De los huarasinos.
- Wachi :
Huérfano, solitario.
- Wachiwallito :
Yunza o corta monte.
- Weqlla :
Planta de las alturas que se desarrolla sobre peñascos.
- Wawa : Pan
con forma de bebé
- Willkawaín : Casa del nieto.
- Tsitsi :
Pan de fiesta elaborado con masa fresca,
- Simita : Pan de fiesta que tiene la forma de un niño.
- Sara kuway : Pan de maíz con manteca negra de
chancho.
- Shipash : Joven mujer, señorita casadera.
- Shumaq
china : Mujer bella.
Un
pueblo que no conoce y recuerda su pasado es como un humano amnésico. Los
documentos históricos no sólo son parte del patrimonio nacional. Contienen, además,
las claves para entender mejor nuestro presente.
Luís Gómez
Acuña.
“Existen
hombres con grandes ideales y justas razones para el progreso de sus
comunidades, al final es el pueblo que construye su destino”.
Santiago Antúnez de Mayolo
PRESENTACIÓN
Conocí la ciudad de Huarás cuando aún era niño. Llegué
de las
“Vertientes del Pacífico” y quedé impresionado de la belleza cósmica de las
cordilleras Blanca y Negra formando el Callejón de Huaylas.
Fue
en el distrito de Cochapetí, ”Resplandor de Halcones en vuelo”, de la provincia
de Aija, donde nací y me crié entre ichos
silbadores y los bosques de
chachacomas bajo brumas cambiantes del
más claro al oscuro intenso, al
sumergirse el Sol en las ondas marinas de las playas de
Huarmey. Allí pasé mi niñez, subiendo cerros empinados, cabalgando briosos
corceles y cazando salvajes cervatillos y feroces pumas o gatos monteses.
De la meseta, perfumada por amarillos
amancayes, pasé a las cascadas y ríos torrentosos de la Cordillera Blanca; aun
más, me quedé en la ciudad de Huarás, la tierra de mis ancestros, impresionado
por sus manifestaciones culturales, en especial de las fiestas
carnestolendas que toma cuerpo en mi
mente y lo transcribo con emoción fluida
para dar forma al presente libro.
¿Cómo
olvidar estas estampas? … sobre el champal sudoroso y junto a los puquiales,
mariposas con trajes multicolores revoloteaban y se dejaban acariciar por los globos, anilina, yeso,
betún, tizna, barro, mazamorra y manteca?
Por
las calles empedradas, estrechas y curvas, a los sones de bandas de músicos,
flautas y cajas recorrían las doncellas
y sus cholos jugando, bailando y cantando: “Lunes carnaval en las Soledad/ cantando y
bailando conseguí un amor… Era una mancha multicolor que se
arremolinaba dando giros como el
“Shukukí” que arrebata todo a su paso.
Desde
los balcones de maderas torneadas de casonas coloniales, arrojaban globos y
baldazos de agua. Al final los varones y mujeres hechos sopas, llegaban a la
plazoleta donde el “ Huérfano” o “Wachi” los esperaba, vestido con banderines
peruanos, plátanos , manzanos y chirimoyas de las Yungas; panes, wawas, roscas
elaborados en los hornos de Roberto, Díaz, Mautino, Robles o Beata y al torno
del cual empezaban a danzar formando la ronda característica.
Una pareja que intercambiaba el hacha empezaba
a cortar el tronco de capulí, cuyas ramas se estremecían con los golpes,
ahuyentando a las palomas de nubes blancas que vertían garuas que abrían surcos
en las caras decoradas con talco.
Así
era el carnaval de antaño: sueño áureo de los niños oliendo a leche materna,
delicia y oportunidad para los mozos y las chicas enardecidas por el placer de
vivir y gozar; recuerdo sublime y complaciente, hasta las lágrimas, para las
personas achacosas de la tercera edad.
Carnaval
inolvidable y latente en cada golpe del corazón en que el enamorado tomaba en
vilo a la hembra de su preferencia, la
tumbaba, la apretaba a su pecho
-11-
y la besaba…
La metía hasta el fondo… del puquio de
Casa Santa.
En
síntesis, el carnaval huarasino de antes del sismo del 70 empezaba el sábado
con el ingreso del Carnavalón, seguido por los jóvenes de la ciudad y del campo;
el Domingo Carnaval era el disfrute sin igual con el desfile de las reinas de
la Soledad, San Francisco, Belén y
Huarupampa; el día Lunes encuentro de cruces; el Martes se efectuaba el velorio
del Ño Carnavalón; el miércoles, lectura del testamento del Ño y su conducción
hasta el río Quillcay y desde el puente era
arrojado a las torrentes turbulentas, ante el clamor y la desesperación de las
viudas, cuyos gritos de angustia estremecían los corazones más duros. Las aguas
estrujaban, lo ocultaban y lo sacaban al aire y así arrastraban hacia el Santa
el cadáver del bufo. La noche extendía su manto oscuro, y la lluvia empezaba a
caer y la gente se esfumaba como por encanto.
En
nuestros tiempos, el carnaval ha
enriquecido y universalizado en sus manifestaciones folclóricas y la
participación ciudadana es efectiva a través de los delegados de las asociaciones
diversas, barrios, centros poblados, distritos, periodistas, comentaristas,
críticos, turistas nacionales y extranjeros.
Juegan papel importante las academias de danza
y canto, los grupos musicales y folclóricos del INC Ancash, ESFAP Ancash, Universidad
Privada San Pedro de Chimbote,
Universidad Nacional “Santiago Antúnez de Mayolo, Instituciones educativas estatales y privadas, Arte Katzwa de
Jesús Neglia Cadillo, Ballet Folklórico
Callejón de Huaylas de José Luís Velásquez flores, Ballet Folklórico Mixturas
del Perú de Amalfi Huerta Huamán, Pallas de Corongo de Elena Sotomayor, Grupo
Ancash y decenas más de prestigio reconocido. Previa
cronogramación, se realizan las siguientes actividades:
Mes de Enero:
- Festival de platos
típicos y postres.
- Conferencia de prensa
en la ciudad de Lima.
- Evento de belleza con
la participación de candidatas al reinado.
Mes de Febrero:
- Coronación de la
Reina del Carnaval Huarasino.
- Pasacalle con
participación de academias de danzas del Perú y del mundo.
- Elección de la mejor
mascará y mejor viuda.
- Elección de la Waraq
Shipash.
- Entrada triunfal del
Rey Momo y lectura de bandos.
- Corzo de carros
alegóricos.
- Misa de Cruces y
velación del Rey Momo.
- Lectura de
testamentos.
- Fiesta de integración
y premiación.
CAPITULO I
HUARÁS
Se encuentra ubicada a 3052 metros de altitud, totalmente nueva, y se
diferencia del aspecto que tuvo antes del sismo del setenta. Cuenta con
modernos edificios, amplias avenidas y con urbanizaciones organizadas en sus
zonas periféricas. En infraestructura tiene un crecimiento vertical incontrolable.
Los
recursos más importantes de Huarás son:
- Los restos arqueológicos de “Willkawaín”, al
noreste de la ciudad;
- Los restos arqueológicos de “Pumacayán”, al centro
de ciudad de Huarás;
-
Museo Regional de Ancash poseedora de
una colección de ceramios, tejidos, tallados, pinturas, orfebrerías,
instrumentos musicales; réplicas de la
Estela de Raimondi, Lanzón de Chavín, Sechín, Guitarreros, Galgada;
-
El Parque lítico, ubicado frente a la
Plaza de Armas, es deslumbrante por la cantidad y variedad histórica de sus
monolitos y la réplica de animales pre
históricos, cuyos restos fueron hallados
en los nevados de Pomabamba; está poblada por oficinas de diversas dependencias
estatales, asociaciones, clubes, universidades privadas y públicas, institutos
superiores e instituciones educativas con niveles y modalidades diversas y la Escuela
Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), de Ancash, creada con la Ley
Universitaria Nº 23733 y la Nº 29292.
1.- IMPOSICIÓN DE LA REDUCCIÓN
La
administración española, a órdenes del visitador Alonso Santoyo Valverde,
impuso la reducción que obligó a más de
cuarenta pueblos que vivían a una distancia de 35 a 50 Km ., concentrarse en la
llanura fecunda de “Waraq Pampa”, donde se levantó la “Muy Generosa y Bella
Ciudad de Huarás.”
La
primigenia ciudad ubicada al pie de
Rataquenua, entre las cordilleras Negra y Blanca, bordeada por el caudaloso
Hatun Mayu y dividida por el espumante Quillcay tenía una distribución en
cuadrícula, con callejas estrechas y largas; al centro se encontraba la plaza de armas con la
iglesia imponente, construida con piedras labradas pre inca extraídas del
Santuario de Pumacayán, dedicada a San Sebastián, el cabildo, la cárcel real y
el cuartel; las casas con arquerías
tenían patios amplios y huertos
con hortalizas y frutales.
y habitaciones
alrededor, huertos interiores, diseño que perduró hasta fines del siglo XIX.
Contaba
con quince manzanas y cada una de ellas estaba considerada como barrio. Esta
forma de ubicación permitió la evangelización y la facilidad de cobrar los
impuestos. Las casas estaban entejadas a dos aguas, con aleros de un metro y medio sobre las veredas de las calles que protegían
de las lluvias, granizos y sol. En el interior existían patios, traspatios,
corralón para las acémilas y huertos.
Con el tiempo, el patrón
San Sebastián fue reemplazado por el “Señor de La Soledad” que representa a
Cristo Dios de los occidentales y a
Wari, dios pre inca de la lluvia y las tempestades. Dicho de otro
modo: dentro del espíritu de los
precolombinos podían asumirse, como propias, nuevas formas de dioses o
espíritus tutelares representados en los santos cristianos, en agraciado
sincretismo religioso, que perdura hasta la actualidad.
En las décadas primigenias del S. XX, las calles llevaban nombres
de animales: Abeja, Gato, Conejo, Dromedario, Lagarto, Tarugo, Búfalo o
fenómenos naturales: Rayo, trueno, Arco Iris, Manantial, Pakcha, Shullay.
Desde antes del sismo del
31 de mayo de 1970, dos jirones llevan el nombre del venezolano general Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios y
del colombiano general José Antonio de Sucre, héroes de Junín y Ayacucho, que
partiendo de la plaza de armas recorren paralelos hacia el barrio de La
Soledad: Sucre y Bolívar, llamados por
los hombres del campo, en quechua: Hatún Calle y Kichki Calle, respectivamente.
2.- CUATRO PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX
En el “Colegio de La Libertad”, los profesores de Historia del Perú nos decían: “Antes del aluvión de
1941 era una ciudad mestiza, su plaza de armas presentaba una fisonomía
singular porque estaba empedrada con “kollotas” blancas y negras, extraídas de
los ríos Santa y Quillcay; al centro
estaba ubicada una pileta de bronce con ornamentos clásicos que se
personalizaban en amorcillos, ramas de vid y zarcillos; era la fuente que
abastecía a la población urbana.
Sus jardines bordeados por rosas verdes con flores de sol
ofrendaban colores y perfumes embriagadores de rosas y margaritas; geranios y
clavelinas; cartuchos y siempre vivas. A un extremo se levantaba una glorieta,
escenario de retretas interpretadas por bandas de músicos en fechas cívicas y
aniversarios patronales; sus bancas de madera, artísticamente talladas, se
mantenían lozanas por el cromado permanente y no como ahora en abandono
completo.
Alrededor se encontraban Virgen Pampa, Patay, Vichay, Yukyupampa,
Pedregal, Los Pinos, Nicrupampa y Shancayán con huertas rodeadas por árboles de
Capulí y chacras con maizales, papales, trigales y alfalfares.
Las plazuelas tenían las mismas características y las casas
estaban construidas con cimientos de piedras labradas extraídas del santuario
pre inca de Pumacayán y barro con
paredes construidas con adobes de 60 por 30 Cms. de ancho y 0.10 de alto,
unidos con barro de tierra arcillosa mezclada con pajas de cebada o icho traído de las inmediaciones
de la Cordillera Blanca.
Los umbrales de puertas y ventanas eran de eucalipto labrado, así
como los terrados. Los techos inclinados
con bases de “chaklas” o carrizos
de Pariacoto sostenidos por
“chilliwakuna”, soportaban el peso del techo de tejas musgosas. Sobre la
“Kumpa” se levantaba la figura imponente y misteriosa de la cruz de metal
ornamentada, cuya misión mítica era proteger la salud de sus dueños y cuidar de
sus bienes.
Las calles estrechas
estaban empedradas y las avenidas sueltas bordeadas con eucaliptos y sauces;
matas frondosas de capulí y maguey; las casas de dos pisos tenían balcones que
permitían darse la mano de un lado a otro y servían de mirador en fechas
festivas de Carnaval y y de recogimiento
de la Semana Santa.
La única estructura de ladrillo y cemento, expresión del arte
románico con arbotantes impresionantes, era
el convento de los “Padres Descalzos”, ubicado en la Avda. Tarapacá que
se desmoronó con el martillazo artero e inclemente del sismo del 31 de mayo de
1970.
Hasta después del aluvión de 13 de diciembre de 1941, los
pobladores de Huarás se abastecían de agua de piletas instaladas en las
plazuelas de los cuatro barrios o de los manantiales de: Casa Santa, ubicado en
la octava cuadra del Jr. 28 de Julio, barrio de La Soledad; del Puquial de
“Oqopampa”, en el barrio de Belén; de “Bendito Puquio” que se encontraba
burbujeante en la calle Alfonso Ugarte, hoy Gamarra, al costado del Campo de
fútbol del “Colegio de La Libertad”.
Por las cabeceras de los patios, jardines o corralones de las
mansiones pasaban acequias que cumplían la función de desagüe y riego de
cebollas, zanahorias, coliflores, lechugas, alfalfares; las personas cuyas
casas carecían de acequias se trasladaban al cerro de Pumacayán, al borde del
crepúsculo a cumplir con las exigencias vitales, diciendo: “De noche, te inundo
con mis sones de música compacta y al verte quieta recorro con gotas el paisaje
de tus muros”.
El alumbrado público y doméstico, de 115 voltios, era producido
por la planta eléctrica de los Hnos. Serkovich, de nacionalidad yugoslava,
que producían luz tenue. Los alumnos
para la realización de sus tareas tenían que utilizar los “chiuchis” o velas
para estudiar.
El aluvión de 1941 arrasó
con la referida planta y la zona moderna de Huarás, quedando como muestra la
zona denominada “El Aluvión”. El Ing° Manuel Ignacio
Prado Ugarteche, presidente de la República, que
visitó Huarás y se hospedó en el Hotel de turistas de Monterrey, dispuso la
instalación de la planta de Pariac con un alumbrado de 220 voltios que
sigue prestando servicios, interconectado con la Central Hidroeléctrica de
Huallanca.
Posteriormente,
el crecimiento poblacional motivó la instalación de la Planta de Patay y
últimamente el tendido de redes eléctricas de Huallanca, que mejoró el servicio; pero, los apagones
continuos siguen malogrando los artefactos eléctricos y OSINER nada dice y nada
hace porque es un convidado de piedra.
3.- TROZOS DE NIEVE, ROCAS Y LODO
A
las 5.46 de la madrugada del aciago 13 de diciembre, el pueblo de Huarás se
despertó sorprendido por un ruido ensordecedor
que para los madrugadores o caminantes que iniciaban sus quehaceres
cotidianos era la presencia de un
aluvión arrollador y para los que
se encontraban en brazos de Morfeo no era más que una pesadilla traumante.
Las
aguas heladas de la laguna de “Kojup”, de la Cordillera Blanca, se habían
desbordado arrasando en su alocada huida a los animales, plantas, rocas, seres
humanos que se encontraban en los caseríos del lado este de Huarás; destruyó
parte de la ciudad, junto al río Quillcay.
El
Geólogo Julio Gonzales M. testimonia que “Inundó Molino pampa y el lado norte
del “Colegio de La Libertad”, arrasó la avenida que hoy lleva el nombre de
Raimondi, entonces bellamente arbolada y, con una densidad considerable de
casas, inundó las calles adyacentes hacia el sur de dicha avenida”.
“Borró
del mapa el Camal, El puente de Cal y Canto y las mansiones señoriales de las
familias: Reina, Alzamora, Infante, Alarcón, Zimic, Ríos, Vizcarra y Morales; como una exhalación, el Hotel de
Turistas se esfumó, a cinco días de su fastuosa inauguración; también fueron
arrancados desde sus cimientos el
Colegio Nacional de Mujeres, el Centro Vocacional de Varones, la Plaza de Toros y la Planta
eléctrica de los Hnos. Serkovich”.
Tardó
tres décadas para que resurja la ciudad, manteniendo su conformación de
estructura tradicional y espiritual. La
zona arrasada quedó con el nombre de “Aluvión” que fue poblada por ciudadanos
de las “Vertientes del Pacífico, de caseríos aledaños y de la zona de los Conchucos. Los emigrantes instalados lo
han transformado, encontrándose allí las
oficinas del Ministerio de Agricultura, PRONAA, Ministerio de Trabajo, Granja
de Truchas del Ministerio de pesquería, canales de TV; moderna infraestructura del
Colegio de “La Libertad”; una treintena de peñas, discotecas, karaokes y
empresas de transportes.
Durante
la década de los 60 y 70, Huarás mantenía su trazo en cuadrícula y las campiñas
aledañas empezaron a urbanizarse. Los límites eran:
por el este con el Jr. Santa Rosa; por el oeste el caudaloso “Hatun Mayu”; por
el norte con el río Quillcay; y, por el sur con Río Seco.
Presagiando
otra desgracia, los damnificados que no partieron a otros horizontes, flexibles
y herméticos al amparo invernal del recuerdo, siguieron desarrollando
actividades cotidianas y forjando a sus hijos.
-16-. Después del sismo del 70, esta parte urbanística quedó incólume y
sirvió de refugio a los sobrevivientes que perdieron sus bienes, pero jamás las
esperanzas.
4.- LA REVELACIÓN TRÁGICA DEL SISMO
DEL 70 *
I
Aún zumbaban en mis tímpanos
las melodías encantadoras de las
marineras, huaylas, valses, dianas y pasacalles ejecutadas, a
competencia, por las distintas bandas de músicos, que amenizaron las vísperas
de la octava del Señor de Mayo, en la plazoleta del barrio tradicional de la
Soledad, frente a su templo de estilo románico.
El colorido, los pasos y la coreografía de grupos de danzantes: wankillas, con
vestimenta blanca, máscaras de malla de metal, chicotes y shakapas en las pantorrillas; los Antiwankillas,
descuartizadores del Chiwa Sapra o el Negro Cautivo; los Atawallpas, con
plumajes en todo el cuerpo, interpretando danzas con movimientos de acrobacia y
números circenses; las Pallas de
Corongo, con camperas emplumadas y espejuelos, pechera y saya bordadas con
hilos de oro y plata con motivos de la
flora y fauna regional; Las Jijas de Chiquián con vestimenta elegante y danza
señorial, agitándose al compás del arpa, violín y trompetas; los chimayches de
Pomabamba, de cadencia ágil acompasado por violines y arpas; los Negritos de Cochapetí, muy
elegantes, con pantalón y
chaleco de casimir inglés y sombrero de paño, bandas
adornadas con alhajas de oro y plata, que se entrecruzan en el pecho y con
una campanilla dorada o plateada en
la mano derecha recorriendo las
calles y plazuelas, al compás del
arpa, violines, trompetas con sordina, clarinete y los saxofones, compitiendo con las orquestas y conjuntos de diversas latitudes. El panorama festivo se tornaba, cada vez más confuso, a
medida que iba acurrucándome en los brazos
tibios del sueño que lentamente me fue sumergiendo a honduras del descanso nocturno reparador.
II
Sentada al borde de un puquial de aguas cristalinas,
lavaba mis ropas y la de mis hermanos menores.
Cerca pastaban ovejas de vellones blancos. En la orilla de la acequia,
que pasaba por la parte inferior de la chacra, una cerda flaquísima y sus
lechoncitos hociqueaban la tierra, para
extraer los tubérculos del sabroso "Llakchu"; y un pollino, cargador
del Señor de Ramos, enterrado en la frondosidad de un alfalfar, gozaba de un
inolvidable banquete, que le costaría un encierro de varios días y el
desembolso económico de sus amos por daños del ladronzuelo ocasional.
A media distancia, teniendo como marco un bosque de
eucaliptos, retamas y rosales, una capilla de adobes y tejas rojas, reflejaba
su esbeltez en el espejo gigantesco de
los nevados de San Cristóbal.
Un joven alto
y delgado, con poncho blanco, cabellos ondulados y barbas rubias como las
espigas del trigal de las pampas de Póngor, apareció repentinamente y con voz
suave y profunda me dijo:
- ¡Rosario, escucha ¡... Huarás y los pueblos del
Callejón de Huaylas serán destruidos por
fuerzas telúricas incontenibles.- Al escuchar la voz impostada, quedé tensa,
casi paralizada; percibí que mis cabellos lacios, negros y largos se movían
como las nubes que anuncian una descarga de rayos, truenos y relámpagos.
- ¿ Por qué Señor?.- Pregunté.
Un
joven alto y delgado - !Niña
¡... Mis sacerdotes y fieles se han olvidado de la trascendencia de mi fiesta;
ahora los mayordomos y devotos son los “pichicateros” y delincuentes que,
aparentando ser católicos y gente honrada, realizan fiestas pomposas con juegos
artificiales, bandas de músicos y agasajo a las autoridades insensibles;
mientras, la gente del pueblo muere inmisericorde por falta de salud, educación
y trabajo.
- ¡Señor!... – Quise
interrumpir para hacerle otra pregunta; pero el extraño siguió hablando.
- La juventud se ha descarrilado y frecuenta lugares donde
el vicio los atrapa y aniquila, hasta dejarlos inservibles; un gran porcentaje
de jóvenes ingieren drogas y alcohol; hay una regresión a la vida emocional del
hombre primitivo, con respecto al cosmos; se muestra impotente ante los
fenómenos de la naturaleza; se marchitan en las tabernas y se ajan como blancos
lirios apachurrados por manos crueles e
insensibles.
- ¿Quién es Ud. que, con
tanta crueldad, juzga a mi pueblo
y a su juventud?- interrogué indignada; pero, el siguió hablando sin inmutarse
y sus palabras eran lluvia de cánticos y esperanzas celestiales.
- Cuando el Sol empiece
a declinar, lentamente,
para dar paso a la noche trota
mundo, los animales silvestres y los
domésticos anunciarán el momento fatal, adoptando comportamientos extraños,
como cuando se aproxima un eclipse
solar.
- ¡Señor ... ¿Quién es
usted?...¿ Por qué me revela desgracias y fatalidades?- volví a preguntar.
- Soy el Señor de la Soledad, Patrón de Huarás.
Id por los pueblos del Callejón de Huaylas, anunciando este mensaje. El que te
escuche se salvará y el que no, morirá
para siempre.
Cuando levanté los ojos,
con timidez, para hacerle otra interrogación, percibí una explosión de incienso
que cubría la estructura de la capilla de campo, en cuya torrecilla una
campanita de bronce, empujada por el viento leve, tintineaba acompasando una
canción celeste, cuyas ondas penetraban
las fibras más recónditas del corazón.
La música se fue alejando
cadenciosamente y sentí que todo daba vueltas y una fuerza extraña me lanzó por
los aires.
Desperté llorando y con
ansias de contemplar la figura divina del Señor de la Soledad. Mi grito de
espanto hizo trizas a los cristales del ventanal de mí
dormitorio de estudiante universitario, sembrando pánico en
toda la vecindad.
Eran las seis de la mañana del día 11 de Mayo; el
cielo estaba encapotado con los humos de los cohetes, de las avellanas, de las
vacas locas y de los castillos de muchos
cuerpos, quemados en las vísperas de la octava de la fiesta del Sr. de Mayo.
Los rayos intermitentes del sol se filtraban por las
rendijas de nubes movedizas y se posaban
sobre la piel transparente de la encantadora laguna de “Churup”, que dormitaba
debajo del azul cielo, eternamente transparente.
A la hora del desayuno, mi madre poniendo sus manitas de jazmín sobre mi cabeza
afiebrada, me preguntó muy preocupada.
- ¿Qué
te sucede, hija mía? ... ¡Cuéntame!
Después de juntar las espigas de mi dulce sueño, en
la era del recuerdo y cogiendo la horqueta
de los mil ensueños, narré los episodios que se desgranaban uno tras
otro, como si fueran los granos del maíz; y al final, mis padres, devotos del
Señor de Mayo, me alentaron a difundir la revelación. Mi padre,
halagándome, dijo:- ¡Hija mía!, porque eres virtuosa, nuestro Señor te ha
escogido para advertir a nuestros semejantes sobre el peligro que se cierne.
III
En Cátac, después de tomar una taza de café, en el
Restaurante “Primavera” del Sr. Espíritu, me dirigí al cruce de la
carretera Huarás - Lima - Callejón de Conchucos. Hablé con los habitantes del
lugar y algunos pasajeros, sobre la proximidad de una desgracia que arrasaría
los pueblos, desde Sayán hasta Aduzco y de las playas del Océano Pacifico hasta
las cumbres heladas del Huascarán.
Un borrachito acurrucado en la puerta de una
cantina, al escucharme, se paró con dificultad y me plantó su mirada
sanguinolenta, que me produjo escalofríos de pies a cabeza; y después de lanzar
un escupitajo de saliva verde con olor a cal, tabaco y alcohol me increpó:
- ¡Oye, loca¡...¿Estás borracha?...¡Lárgate¡ No
tenemos tiempo para escuchar cojudeces!
- Sr. No sea insolente, mírame que soy una dama.-
le dije asustada.
Del grupo de personas que se encontraban conversando
conmigo, una profesora de educación primaria, muy indignada, le manifestó sobre
la libertad de culto y
pensamiento que existe en nuestra patria y cualquier ciudadano puede expresar
sus puntos de vista.
Pero, una Sra. obesa,
carnicera del mercado, saliendo del grupo,
le propinó una cachetada
furibunda al insolente que trastabillando
cayó de bruces
al piso cascajoso,
fracturándose el brazo. Ahí mismito se quedó dormido y empezó a roncar,
como un marrano cebón.
Me acerqué a un quiosco y
compré unos panes con quesillo que los guardé en mi mochila de tela y proseguí
mi caminata hacia Recuay.
Volteando, de rato en
rato, con la esperanza de percibir la proximidad de un vehículo, seguí
recorriendo; ninguno apareció. El río Santa seguía su recorrido sinuoso, de
tumbo en tumbo, lanzando alaridos lastimeros al golpear su cabeza de
espumas en las raíces de añosos
eucaliptos.
Muy cansada, llegué a Recuay, pueblito
suspendido en las faldas de la Cordillera Negra e ingresé a una casona de virreinal
ubicada en el Jirón Hércules.
- ¡Qué pena, tan joven,
hermosa y loca¡... Sentenció una viejita espigada de tez blanca, nariz aguileña, ojos azules y
vivaces como
Después de escuchar las
palabras llenas de sinceridad, que emergían del trasfondo de mi alma, la
nombrada me invitó a pasar a su mansión solariega de estilo barroco, con
arquerías de medio punto y pasadizos
empedrados con cantos rodados azules y blancos.
Al ingresar, noté la
existencia de varios patios con arquerías del mismo estilo. El primer ambiente
estaba rodeado de rosales y al centro se encontraba la copia de David del
escultor Miguel Ángel; en el segundo resaltaba la urna de la Virgen de Las
Mercedes y en el tercero destacaba el Nacimiento del Niño Jesús.
- Llushmi, por caridad, dale un plato de comida a
esta pobre niña.
- Mamita, no hay comida.- respondió la
empleada.
- ¡Sirve! en la casa de
los González nunca falta comida para el hambriento, posada para el peregrino y
vino para el sediento.
Agradecí la atención
recibida, de todo corazón, y antes de abandonar la casona hospitalaria ubicada
en la esquina de la plaza de Armas, traté de aclarar mi condición de estudiante
universitaria y católica.
- ¡No soy loca, buena señora¡...
- ¡Tampoco soy señora, soy
señorita!- Me respondió, con tono fuerte, llena de orgullo y prosiguió.
- Nuestra
sociedad está descarrilada, nuestra juventud se inclina a
las drogas, a la violencia, a la prostitución, al chantaje y mar de cosas.
Nuestras ciudades parecen Sodoma y Gomorra, por tanto, merecemos castigo
ejemplar.- Sentenció muy indignada.
A sugerencia de la
señorita González, rezamos el Santo Rosario, ante la imagen de San Ildefonso,
Patrón de Recuay, ubicada en su urna que tenía arcos de plata, rodeada por
flores frescas y fragantes.
Varios cirios, sostenidos
por candelabros de bronce bruñido, decorados en alto y bajo relieve,
chisporroteaban dando calor al ambiente amplio y alto de la sala.
Cuando me despedí, la
señorita González selló un beso en mi frente.
IV
Me estremecí al contemplar la figura pétrea y helada de
Cristo del Cementerio de Yungay, que con el brazo extendido, parecía decir al
Huascarán: " No podrás arrasarme".
- ¡Rosario, quiero estar
siempre a tu lado; y antes de perderte
prefiero morir, ahogado por la vorágine de
tus besos .- Me dijo Raúl.
- Sea como Dios
disponga.- Le contesté, al momento de sentir la fuerte presión de sus
brazos en mi talle y los latidos de su corazón embriagándome.
Nos internamos en las fauces horquilladas del
bosquecillo de eucaliptos y retamas, en cuyas ramas piaban los gorriones de
pecho amarillo, dando saltos de un árbol a otro: ¡Pichiu!,! pichiu!, ¡pichiu!.
Alejados del mundanal
ruido de la gran urbe, a orillas de una acequia bullanguera y sentada sobre una
alfombra de yerbas, bajo la sombra de las ramas de alisos frondosos, nos
dejamos envolver por un transparente vaho que, convertido en un torbellino, nos
arrastró a las fauces del romance, empapado de promesas y sorpresas
inenarrables. El sexo se tiene con cualquiera...cosa diferente es hacer el amor
a quien amas.
V
Con los primeros rayos
del Sol, en un vehículo de
"Transportes Huandoy", llegué
a Yungay y recorrí sus calles empedradas y limpias, divulgando el mensaje del
Señor de La Soledad.
Los niños fueron los
primeros en rodearme, escupirme y
apedrearme.
Las personas mayores me insultaron, golpearon, escupieron y casi
semi muerta me cabalgaron en un burro chúcaro que corcovó por la carretera, rumbo a Caráz. Con los
brazos y piernas presionados en el cuerpo del jumento, percibí carcajadas y
burlas que se agolpaban en las paredes de mi cerebro, a punto de estallar por
impotencia y dolor.
Me
incorporé adolorida y con mucha
dificultad; proseguí mi viaje
hacia el norte, por la trocha bordeada
por vegetación abundante y retamales en floración.
En el fundo de
Canyasbamba me atacó una jauría de perros. Si no es por la intervención de un
caballero de tez blanca con poncho rojo, sombrero de jipijapa, pañoleta blanca,
chaqueta y pantalón azul, botas de cuero negro y espuelas de plata, que
cabalgaba un brioso caballo blanco, de cuyas fauces y herrajes de plata salían
chispas, seguro que moría despedazada como los mártires del cristianismo primitivo.
- ! He cumplido con la misión encomendada por mi Maestro, que
murió en la cruz por redimirnos del pecado original ¡Soy el Apóstol Santiago de
los católicos y el dios Katekilla de los nativos; estaré siempre a tu lado,
para cuidarte y defenderte del demonio que se esconde en el cuerpo de los seres malvados.–
diciendo, espoleó y se alejó, dejando tras de sí una estela luminosa, dando
paso al chirrido de los grillos y el croar de los sapos.
Ahora, pese al tiempo transcurrido, no puedo olvidar sus ojos azules y profunda
mirada; su voz acompasada y postura angelical, enmarcada por los Andes, que tanto
extraño. Estoy en el cielo, un mundo maravilloso que siempre soñé y rodeado de
querubines, junto a las almas escogidas y bajo el amparo de la Virgen María,
madre de Jesús que murió por salvarnos del pecado original.
En la plazoleta de
Chiquinquirá de la ciudad de Caraz, al pie del monumento a la Madre, esculpido
por el artista caracino don Honorato Milla, la gente escuchó atentamente, el
mensaje de mi revelación.
Retorné a Huarás. El
chofer, un sesentón de tez bronceada, me manifestó haber tenido revelaciones
idénticas a la mía. Me sugirió cumplir el encargo del Divino.
VI
A los golpes fuertes del aldabón, que tenía
la forma de cabeza de un león, una
ventanilla del portón de cedro macizo se abrió y asomó una cara angelical con toga
blanca y un lunar diminuto cerca a la nariz.
- ¿Qué desea hermana?- me
dijo, con voz áspera.
- Conversar con el Padre
Obispo, sobre la revelación del Sr. de
La Soledad y la destrucción de la “Muy Bella y Generosa Ciudad de Huarás”, los
pueblos del Callejón de Huaylas y...– No terminé de explicar, cuando me interrumpió.
- ¿Destrucción? ...¡ Aléjate
trasnochada, el Obispo no está para escuchar tonterías ... ¡ -
Me replicó y
cerró la ventanilla, con tanta
fuerza, que casi me fractura
el tabique de la trompa.
Me alejé del portón y a poca distancia, caí de
rodillas y sentí que todo el universo se volcaba sobre mí, formando un
torbellino de ilusiones.
Cuando reaccioné, dos
manos tibias y piadosas sacudían mis hombros, tratando de reanimarme.
- No Señora, nada de eso,
sino que…- Quise explicar lo sucedido con la monja, pero me callé.
- Estás muy agotada. – diciendo, me levantó
- ¡Señora, la ciudad de
Huarás será destruida¡... ¡Pronto, se convertirá en polvo! ... ¡No quedará piedra sobre piedra y muchos hombres
de otros lares vendrán a restituirla, cambiando sus tradiciones y costumbres.
- ¿Qué dices niña? – me Interrumpió con
lágrimas que resbalaban por sus mejillas enjutas. Proseguí.
- Huarás se convertirá en
la ciudad de todas las sangres. Nuevos ricos surgirán en base a la explotación
de nuestros recursos naturales; nuevos movimientos surgirán para disputarse los
cargos políticos y en especial los sillones municipales. Los cuatro barrios
tradicionales se irán multiplicando. La miseria y la delincuencia aumentarán un
minuto por cada segundo.
¡Dios Santo¡... -
exclamó, juntando sus manos; y cogiendo sus canastas llenas de panes tibios, se
alejó apresuradamente, rumbo a la esquina del Mercado Central, donde todas las
mañanas vendía sus cuayes, semitas y molletes a sus caseros del lugar y
visitantes que comentaban favorable.
Día y noche, recorrí los
cuatro barrios de Huarás: San Francisco, “Capital de la cultura
huarasina”; Huarupampa, el singular
barrio del deporte; Belén, el barrio de la unidad; y La soledad, barrio de la tradición y difusión
folclórica. Visité familias, hogar por hogar. Ingresé a centros educativos y de
todas partes me alejaban con insultos y burlas.
- ¡ Qué pena, tan bonita
y "coca cola"¡, decían los profesores cesantes, que se daban
vueltas por el contorno de la plaza.
- ¡Bruja, pecadora...¡ -
Me llamaban las cucufatas que salían de los templos, después de confesarse y
comulgar. Sus facciones me recordaban a los personajes del “Infierno” del
pintor holandés Bosch.
- ¡Pobre niña...¡ - Se compadecían los borrachitos y aplacaban mi
sed con un vaso de gaseosa.
VI
- El día aciago, muy
cansada, me dirigí a la Plaza de Armas; me senté en una banca de fierro con
tiras de madera, bajo la sombra de un quinual. Cerca, un tifón rodeado por amorcillos desnudos de la pileta de
bronce, adornada con zarcillos en alto relieve, arrojaba agua que al deshacerse en el vacío, se convertía
en arco iris; los picaflores con alas transparentes, succionaban los estambres de las flores del jardín.
- ¡Auxilio, auxilio ¡...
¡ Dios mío¡ ...Pedían socorro las
mujeres y los varones de toda edad y
condición social. La tierra temblaba y se resquebrajaba. Los edificios se
derrumbaban como castillos de naipes, los árboles sacudían sus ramas como
impulsadas por una terciana; el llanto de los niños rompía los cristales del
ventanal del alma, los postes del
alumbrado público caían estrepitosamente, aplastando
todo a su paso.
Eran las 3 y 30 de la
tarde. Un manto asfixiante de polvareda
densa, cubrió la ciudad de Huarás y los pueblos del Callejón de Huaylas,
ocultando la belleza de su paisaje
singular.
Vísceras y sesos sanguinolentos pendían de las ramas de los árboles y de
algunos cables telefónicos, contrastando con los aullidos y los clamores que se
escapaban de las casas destruidas.
En el atrio empedrado de
la Catedral de San Sebastián de
Huarás, un voluminoso cuerpo con cabeza
calva, sotana negra y casulla granate se
arrastraba pesadamente, dejando una huella empapada con sangre, parecía una
víbora herida cuya vida se le escapaba
por las fauces.
La gente
corría de uno a otro lado, como fantasma enloquecida, buscando
protección y explicación de lo que
sucedía.
Reconocí al Padre Obispo
Valle Buena y corrí a socorrerlo, cuando un bloque de piedra labrada,
desprendida de la torre de la Catedral
barroca me aplastó, dejándome convertida en una ostia de carne y hueso
machacado. Sentí que mi alma se desprendía de mi cuerpo y se elevaba hacía el infinito, como una pluma suave
arrastrada por el vendaval de las altas cumbres del Huascarán.
Durante mi ascenso, contemplé la ciudad de Yungay intacta, no había sufrido daño
alguno con el sismo. De pronto, se pobló de música sensual escapada de los
aparatos electrónicos; los jóvenes improvisaron una fiesta popular en las
calles que, al poco rato, fue interrumpida por un ruido estruendoso que arañó
los tímpanos y la bóveda celeste.
Un bloque gigantesco de nieve,
desprendido de la cresta norte del Huascarán,
arrasó las sepultando a la ciudad.
Sólo algunos niños que
acudieron al circo y tres palmeras enjutas
de la Plaza de Armas quedaron de pie.
Yo seguí elevándome, cada
vez más rápido, hasta llegar al lugar donde estoy, junto a mis padres Lorgio
Matutino y Mariana Lázaro, que murieron
de pena, después de sobrevivir algunos años a la catástrofe.
En sus semblantes veo el
sello indeleble del colapso psicológico, cultural, económico, social y la
pérdida de la conciencia colectiva que sufrió mi pueblo a raíz del fatídico
sismo del treinta y uno de mayo de mil novecientos setenta.- * Cuento.- Domingo de
Guzmán Huamán S.
5.- CONSECUENCIAS DEL SISMO DEL 31 DE
MAYO DE 1970
Al
escuchar el galope enfurecido, el
chapoteo de los cascos en las certenejas del tiempo llenas de dolor,
ocasionado por el sismo del 31 de mayo de 1970, recordamos un suceso telúrico
que crispa los nervios y cuando observamos la radiografía que nos muestra los
estragos materiales causados por la
destrucción de Huarás y sus cuatro barrios, señalo las consecuencias en el plano material,
espiritual, cultural y psicológico con secuelas que toman cuerpo en el resumen
siguiente:
1)
“El huarasino que nació en medio de un maravilloso paisaje y vivió animado por
las fuerzas tradicionales de sus manifestaciones culturales se decepcionó por
el golpe artero y como ciervo perseguido por el cazador invisible huyó a otras
ciudades y la mayoría se arraigó en la metrópoli de Lima.
4) Los huarasinos, en un santiamén, cambiaron su status económico al percibir la destrucción
de casas y edificios o desaparición de muebles y enseres; ruptura del
desenvolvimiento de las actividades comerciales; desaparición de la renta para
familias que alquilaban cuartos a estudiantes foráneos y comerciantes; pérdida
inmediata de fuentes de trabajo para albañiles, gasfiteros, cerrajeros,
carpinteros; desvanecimiento de los medios de subsistencia para las personas
dedicadas al pequeño comercio; bodegas, pulperías y a la pequeña industria:
mueblería, tapizado y joyería; escasez
de fuentes de trabajo para peluqueros, cosmetólogas, pintores, sastres,
zapatero…
-27-
El colapso social se reflejó en la dispersión de la célula social
con la instalación de sobrevivientes en lugares distintos y desaparición de los
barrios tradicionales; la pérdida de fuerza de la vida institucional por efecto
de la dispersión, muerte o ausencia de los dirigentes.
Lo descrito originó un trabajo arduo y paciente; persistente y
sangriento para lograr:
- Reubicación definitiva de
lotes.
- Limpieza de escombros y construcción de casas de material noble.
- Formulación de los planos reguladores
- Dación de la Ley Orgánica de CRYRZA
- La Creación de la Universidad de Ancash
- Urbanización de Shancayán.
- Construcción de la ciudad universitaria en Shancayán.
- Creación del Distrito Celeste de Independencia.
- Poblamiento del Barrio de Nicrupampa.
- Surgimiento residencias en “Vichay”, Palmira, Pedregal, etc.
- Proliferación de peñas, discotecas y centros de distracción.
Al inicio del tercer milenio, Huarás es una ciudad sin identidad,
con infraestructura moderna y población migrante, de campesinos dedicados a la informalidad, de turistas de cultura variada predominando los de bajo
nivel, de provincianos que mantienen latente su identidad de procedencia.
Shakshakuna en la soledad altares
ya no son de pan de oro; su plazoleta
nueva conserva la tradicional pileta con rejas de hierros ornamentales ubicada
en el centro, rodeado de jardines y bancas de cemento.
En la Soledad se ha edificado una iglesia nueva con facetas modernas,
su altar mayor es de madera tallada y cromada, en las parte superior de las
paredes laterales existen murales que describen la vida, pasión y muerte de Cristo; Su plazoleta tiene una pileta al
centro con rejas ornamentales, jardines y bancas; en un extremo se encuentra el
monumento de Moisés Castillo.
En San Francisco, “Capital de la Cultura Huarasina”, se nota la
presencia de su
iglesia moderna ubicada en el costado izquierdo del “Colegio de La Libertad”,
construido por gestión del R.P. Hermógenes
Coral Vega, párroco de la Parroquia del Espíritu Santo; su alameda Grau
es un pasaje encantador con jardines y rejas.
El Colegio de “La Libertad”
desarrolla sus actividades educativas en ambientes provisionales construidas el
año de 1972 y era una amenaza latente para la comunidad educativa. Gracias a la
gestión coordinada del CONEI y apoyo permanente de la APAFA de “La Libertad”,
bajo la presidencia del profesor Domingo
Guzmán Huamán Sánchez, en corto tiempo, se ha logrado:
- La inscripción del título de propiedad ante
los Registros Públicos.
- Conclusión del Perfil Educativo.
- Estudio técnico para la cobertura de las 22
aulas del Colegio y su ejecución, durante los meses de octubre y noviembre del
2005.
-
Realización del III – ETNI - PEAPADMI por el 177 aniversario del Colegio
de “La Libertad” con presencia de delegados nacionales y extranjeros.
- Construcción de la infraestructura
moderna del Colegio de “La Libertad”, gestión de la APAFA 2005-2006 con el
apoyo de la Asociación Libertana y promociones
de los años 1957, 1958 y 1959. El presupuesto asciende a la suma de 8 millones 31 mil 969 nuevos soles.
Esta
construcción consta además de cocina y comedor, servicios higiénicos,
guardianía y maestranza, caseta de control, mejoramiento de la cobertura en tribunas
existentes, muro de contención del estadio, construcción del cerco perimétrico,
construcción del patio de formación y losa multi deportiva. Colegio
Privado “Saco Oliveros”, ubicado en
la calle Juan Bautista y Avda. Gamarra del barrio de San Francisco. Es ejemplo
de disciplina.
El Barrio de Huarupampa posee un Convento de los padres descalzos
adaptado para las ceremonias religiosas. Posee el estadio deportivo de Rosas Pampa
que se ha convertido en escenario
moderno para equipos profesionales.
A orillas del río Santa
emerge una urbanización moderna y el local del centenario Colegio 86016
Pablo Atusparia con Nivel Primaria y Secundaria, ubicado
en la Avenida Bolognesi 116 - Huaraz que se dimensiona con su
lema: “En letra ciencia y arte, Atusparia es baluarte”.
En el Barrio de La Soledad: Colegio Fe Y
Alegría, ofrece a la comunidad un servicio de Educación Formal en los niveles
básica regular, con una pedagogía liberadora y de transformación social.
I,E. Parroquial "Santa Rosa De Viterbo",
la tarea educativa se desarrolla bajo los principios y valores Mariano
Franciscanos, identidad regional y conciencia ecológica.
El Señor de a Soledad emergió como Colegio Parroquial, después del Sismo de 1970.
Posteriormente se fue implementando hasta convertirse en uno de los colegios
importantes de Huarás.
En el distrito de Independencia: I.E.- Simón Bolívar de Huarás, en su inicio
fue un Instituto Agropecuario que brilló
con luz propia. Ahora brinda una Educación Innovadora y de calidad.
I.E. Sabio Antonio Raimondi,
atiende en los niveles
de educación primaria y secundaria.
G.U.E. “Gran Mariscal Toribio de Luzuriaga” Huaras, funciona
en las modalidades de: Educación Primaria de menores, Secundaria de Menores y
Educación Básica Alternativa Cuenta con una Área técnica con equipamiento
para sus trece especialidades.
Colegio Huascarán, creada en 1999 y está centrada a la educación
de los hijos de la compañía Minera
Antamina y de la familia huarasina.
I.E. Jorge Basadre
Grohman. Luego del sismo de 1970,
Velasco propició la construcción del local del Centro Base
II – 840 de Nicrupampa, en 1974.
Entre varias universidades privadas,
destacan:
- San Pedro
de Chimbote, una institución de educación
superior, conformada por estamentos competentes, con espíritu crítico,
pluralista y participativo.
- Universidad Alas
Peruanas, fundada el 26 de abril de 1996, se encuentra ubicada en la séptima cuadra de la Avda.
Gamarra.
Universidad Mayor de San Marcos Presta servicios
de postgrados en ciencias humanas y sociales.
- Universidad de Arte de Ancash
creada por la Ley Nº 29550, Ley que incorpora a la ESFAP- Ancash; Universidad Los Ángeles de Chimbote, que forma
profesionales idóneos y responsables.
II
El CARNAVAL
1.- ALEGRÍA DESBORDANTE
El carnaval es una festividad popular que se desarrolla durante el
mes de febrero o “Parkarwaray killa” y la primera quincena de marzo, en la “Muy
Bella y Generosa Ciudad de Huarás” y sus alrededores; es una fiesta que tiene como marco una gama
infinita de colores y sinfonía indescriptible de melodías; de fúlgida luz de
arco iris, de vaso lleno de chicha color de chancaca y viento de colección sin
catálogo, de disfraces fantasmagóricos; de danzas y bailes correspondientes a
cada una de las provincias de la Región Ancash, del Perú y del mundo; risas y
gestos que se dibujan en los labios expresando el volcán de pasiones,
ansiedades, deseos y ensueños del mundo escondido del hombre; desfiles
apoteósicos de carros alegóricos pertenecientes a cada reina de barrio,
asociación o institución; niños y
jóvenes que desbordan por los pasajes, calles, boca calles, plazuelas y plazas
empedrando corazones con alegrías contagiantes y picardías finas.
2.- EL UMBRAL MÍTICO
Sobre el origen singular del carnaval, se han dibujado con el
lápiz rojo del crepúsculo inquietudes que nos han permitido recoger en los
espejos del ocaso las siguientes versiones:
Unos dicen que se remonta a las playas con reflejos verdes de la
Grecia antigua, comparando este festejo con la celebración que se realizaba en
honor a Dionisio; cabe aclarar que en el carnaval huarasino, junto con la
secreta invocación de los pájaros, se nota la presencia de la figura del Momo, el jerarca de la burla y las violaciones,
enmarcado por la lujuria y la desfachatez.
Algunos
aseguran que emerge del vaho caliente que hace estornudar al viento en los
templos paganos de la cultura romana, encontrando semejanzas con las fiestas de
Saturnalia, en honor al dios Saturno; Bacanalia, en honor al dios Baco; y Lupercales, en honor al dios Pan.
En
nuestra sierra y zonas andinas, el carnaval es una mixtura entre la celebración
por la cosecha recogida, y el agradecimiento a la tierra o “Mama Pacha” por los
frutos que nuestro suelo nos brinda y de los árboles que forman bosques y dan
solidez a las laderas de nuestros Andes.
El
“wachiwallito" es una festividad
que tiene su origen en las culturas pre incas y con la invasión española se fusionaron las
manifestaciones culturales de occidente
e Inca. Era el culto que se rendía al árbol, razón de ser de la existencia
humana, planta que presta su sombra al viajero y protege de fuertes lluvias y
ventiscas a los animales y hombres; es el dios que brinda sus ramas para
convertirse en llamas que cuecen los alimentos; y sus tallos largos y delgados para el terrado, “chaklas”,
“mantayes”, puertas y ventanas de las habitaciones que nos dan protección, abrigo y comodidad.
El “Wachiwallito” es
la réplica del corte del árbol para su empleo múltiple y la previsión de
reemplazarlo con futuras plantaciones para evitar su exterminio; es por eso,
durante los carnavales, grupo de jóvenes al son de cajas y flautas, banda de
músicos, instrumentos de cuerdas, equipos de sonidos, según los lugares, se
dirigen al campo a seleccionar una planta joven, luego talar y trasladar a la
casa del “Tronco” o jefe de la familia festera.
Según el Lic. Evaristo Pfuture Consa, “La sumatoria de los elementos se sintetizan, en el wachi, como productos alimenticios,
porque en ellos se encuentra presente los rayos del “Tayta
Ti”
como energía que llega a nosotros, y que con la participación del agua y el
aire hace retoñar las semillas, enraizándose debajo de la tierra el futuro
alimento o nutriente. Es necesario mencionar que para el nativo todo producto
alimenticio es sagrado porque está constituido por los mismos elementos de la
Manifestación Divina, y que son éstos los alimentos orgánicos que nosotros
consumimos. Esa es la razón por lo que todos somos hermanos. Para ser diferente
tendría que alimentarse de piedras o metales y eso haría que no sea hermano.”
El
mayordomo en compañía de la que tumbó el
árbol inicia el corta monte, mientras
los jóvenes, señoras y señores hacen una rueda alrededor del “Wachi” o huérfano
y a medida que giran en ronda de alegría
entonan canciones alusivas al árbol.
En
Cajamarca, singularmente en la ciudad de Cumbe, durante los carnavales entonan coplas con una chispa muy española:
Una
vieja se miraba
la
barriga en una lata
y
suspirando lloraba
se
arruga mi gana plata.
"No te vayas
Carnaval
quédate ocho días más;
si por capricho te vas
yo te agarro por atrás"
Después
de varios intentos, al final hay una
pareja que tumba el árbol y recibe los reconocimientos, agasajos y
recomendaciones para que el año siguiente plante otro árbol en el mismo lugar.
La
simbología de este acto es importante porque nos muestra la preocupación
permanente del hombre andino por reforestar los campos para no padecer las
consecuencias de la devastación en el futuro. Esta costumbre ancestral con la
llegada de los españoles tomó otras características con la presencia del Rey
Momo y del Corzo.
En
torno a la etimología de la palabra carnaval, existen las siguientes versiones;
algunas, basadas en la raíz latina de la palabra carné levare que en castellano
significa Carne vale, porque tiene relación con una festividad cristiana, ya
que el carnaval se realiza justo antes del inicio de la cuaresma, lo que supone
el disfrute de la “carne” para dar paso a 40 días de abstinencia y ayuno.
Para otros, deriva
de “Carrum navale” que se refiere a un festejo de
burla o locura. Aunque no tengamos una respuesta precisa, podemos decir, que
estas festividades se han convertido importantes
de la cultura popular huarasina.
En fin, aunque
no tengamos una respuesta puntual sobre el origen del carnaval, podemos decir,
que esta festividad se ha convertido en parte importante de la cultura popular
de diferentes regiones de nuestro país y del mundo que para algunos puede
existir una intención religiosa; lo cierto es que esta manifestación cultural,
para todos, es una oportunidad para olvidar las preocupaciones y trasladarse
hacia un mundo lleno de colores, movimientos, inquietudes creativas y alegría
desbordante, para esconder tras una máscara o careta, tradición que se remonta
a la celebración de los muertos en occidente y en el Perú.
En
Huarás, los corta montes de carnaval más importantes se llevan a cabo en los
barrios de La Soledad, Belén, San Francisco y Huarupampa; en el distrito de
Independencia; en las urbanizaciones de Pedregal Medio, Pedregal Alto,
Shancayán, Vichay, Palmira; balneario de Monterrey y decenas de centros
poblados que forman un rosario folklórico en torno a la capital del
departamento de Ancash.
La
Dirección del INC de Ancash, en el mes Cabeza clava de Chavín
de febrero del 2008, convocó el Concurso de los Versos
del Carnaval Tradicional Huarasino y reconoció oficialmente al poeta Domingo
Guzmán Huamán Sánchez, ganador del referido certamen.
La música y letras no fueron difundidas por
falta de apoyo económico y el cambio intempestivo del director del INC por una
Psicóloga del Opus Dei que nada hace por el rescate, valoración y difusión de
nuestra cultura local y regional.
3.-
EN ESPAÑA
En Castilla, escribe Julio Caro Baroja, “el
Carnaval propiamente dicho comenzaba con
el jueves gordo de
Quincuagésima, o el período de diez días que precede a la Cuaresma cristiana,
continuaba los días domingo, lunes y
martes de carnaval y concluía el miércoles
de ceniza”.
Lo específico del carnaval se concreta:
- Por un lado nos encontramos con numerosos ritos de mascaradas, zaharrones, birrios, guirrios o botargas,
en los que se conjura el mal, se entroniza la locura y se trastorna el orden
establecido.
- Por otro lado, es característica en muchos pueblos de Castilla
que se corran animales emblemáticos y sobre todo estos dos: el gallo y el toro.
Ambos representan en el imaginario colectivo valores simbólicos como la
fertilidad, la pureza o la fuerza; y solían sacrificarse en rituales de
transición a la mocedad.
Los carnavales táuricos por excelencia son los de Ciudad Rodrigo,
que han logrado adaptarse a los tiempos y hoy forman parte de la oferta
turística y mercantil que se realiza en estas fechas. En estas fiestas de
mocedad, dos de los protagonistas se disfrazaban de toro y eran corridos por la
comunidad hasta darles muerte. Entonces el vino fluía de un pellejo oculto y
era bebido por todos los participantes.
En nuestros tiempos, el carnaval va perdiendo buena parte de su
poder simbólico y trasgresor. La sociedad modernizada y racionalizada ha ido
arrinconando las manifestaciones de lo popular, o encarrilándolas hacia su
institucionalización en la estructura, debilitando su carácter liminal o de comunidad.
Cabe pensar que el desorden del carnaval es un ejemplo de que las
sociedades no son perfectas y que están permanentemente bajo la amenaza de su
propia destrucción. Orden y desorden
se oponen en los momentos de efervescencia colectiva. La desigualdad y la
coacción son elementos del orden; la igualdad y la
libertad forman parte de las manifestaciones del desorden.
En la fiesta del carnaval lo sagrado se vuelve subversivo y el
mundo se pone cabeza abajo. El caos es irreducible.
El jolgorio inunda las calles durante el
carnaval. Es muy típico por sus desfiles de disfraces, y tiene también
significación la parte más lúdica, con las máscaras y el juergueo nocturno. Es
característico que las cáscaras
de huevo vacías, rellenas de confetti, se rompen unos a otros en la cabeza.
Y
es que la lógica dionisíaca del
comportamiento carnavalesco no tiene nada que ver con la forma apolínea que rige el comportamiento
de los individuos racionalizados y jerarquizados.
Miremos
más allá para defender el Carnaval
como un terreno abonado a la socialidad,
donde los grupos humanos están formados por personas vinculadas empáticamente y
que desempeñan un rol que libremente eligen. Lo social, por el contrario, se aferra a la economía política
racional, que asigna a los individuos unas funciones contractuales de acuerdo
con la división del trabajo.
El
carnaval se nos presenta entonces como un ejercicio de la soberanía popular, donde el
imaginario colectivo, temporal, juega un papel como estructura social. Se
establecen redes de relaciones caracterizadas por un sentimiento de
pertenencia, una ética específica y una red de comunicación y se amplía
notablemente la circulación de palabras,
de objetos y de sexo, los tres ejes articuladores, en
general, de la vida social.
4.- EN BRASIL:
CARNAVAL DE RÍO
El Carnaval se realiza durante varios
días, y su duración depende de la costumbre de cada ciudad o pueblo. En Río
dura alrededor de cinco días, comenzando el viernes hasta el miércoles Ceniza.
Aunque Río no tiene el carnaval tradicional “callejero” de las ciudades del
noreste, ofrece muchas opciones. Las veinticuatro horas del día pueden pasarse
afuera mirando o participando en los desfiles formales y en las fiestas
privadas, que abundan. ¡La idea es sentir el ritmo de la Samba y disfrutar!
La
noche del día lunes en Río, empieza el carnaval y las calles de la ciudad
palpitan al ritmo de cien mil tambores de Zamba. En la ruta del desfile, frente
a la playa de Copacabana, a bordo de plataformas flotantes, las bailarinas y
bikinis de lentejuelas bambolean sus caderas al ritmo de los tambores y los
fanáticos las aplauden desde las aceras.
El Grupo
Especial, las mejores catorce escuelas de Zamba que compiten por el título de
Campeón del Carnaval, son el punto culminante de este espectáculo de miles de
millones de dólares.
Es la mejor
fiesta sobre la tierra, en la que en realidad toda la ciudad participa, sin distinción
de raza, credo e ideologías.
-36- Los
extranjeros pueden desfilar con las escuelas previo pago por alquiler de disfraces
y aprendizaje de las canciones y bailes insignias en las semanas que preceden a
la fiesta. Distante del bullicio despertarán envidiando las estrellas del cielo
y sus llantos de invierno refrescarán los recuerdos del carnaval carioca.
5.- EN BOLIVIA
Los carnavales
en cada región de la República de Bolivia son las demostraciones populares más
vistosas, con manifestaciones de características distintas:
5.1.- CARNAVAL DE ORURO
Comienza 40 días antes de la Pascua, con el primer
convite en devoción a la Virgen del Socavón, en el que todos los conjuntos
visitan el templo donde tiene lugar la ceremonia del permiso y la promesa.
El
sábado tiene lugar la fastuosa entrada del Carnaval en el cual los grupos
folklóricos efectúan sus espectaculares demostraciones coreográficas dedicadas
enteramente a la Virgen milagrosa.
Otras danzas de gran significado son la Morenada, Llamerada,
Tobas, Caporales, waca waca, Tinku, Suri Sicurí, etc. El Carnaval de Oruro es
una magnífica demostración del sincretismo religioso-pagano, manifestación de
cultura viva y expresión folklórica del país hermano de Bolivia, en la que
participan individuos, sin distinción de edades, clases sociales y colores
políticos, como en la ciudad de Huarás, sus ocho distritos y centros poblados
que se levantaron contra el abuso y el maltrato, liderados por Pedro Pablo
Atusparia y Celestino Cochachin De la Cruz, en marzo de 1885, derrocando al
presidente Iglesias.
5.2.- CARNAVAL EN SANTA CRUZ
Refleja el espíritu alegre
del pueblo cruceño.
Comienza un mes antes con
las fiestas “pre carnavaleras” en las que participan todas las comparsas
juveniles encabezadas por su Reina. Una semana antes del carnaval se lleva a
cabo el mini corso en el que se realiza la proclamación de la soberana anual
del Carnaval.
El espectáculo adquiere su
máxima fastuosidad cuando ingresa la reina del carnaval cruceño con toda su
corte constituida por los integrantes de la comparsa coronadora.
Para Graciela, “el carnaval es una mezcla inseparable de música y amigos, del
tronar de la banda tradicional y de un profundo amor a Santa Cruz con el gozo
de la sencillez de la celebración que con tanta anticipación se espeera ¡Fíjese
en mí.
Es noviembre y ya estoy en una sesión de fotos con plumas y lentejuelas”.
6.- EN EL PERÚ
El
Perú, patria de los incas y de todas las sangres, es delicado como la quena cuyo
trino violento es el quejido de los rayos y truenos, es la expresión rebelde de
un pueblo que ansía libertad; es sagrado cuando
“Katekilla” traza su sino y triste cuando el “Shullay” germina recuerdos
al contacto de los labios matutinos del sol.
Esperanzado
en el alfabeto de los chiquillos, vibra de euforia en las carnestolendas,
cuando juegan, cantan, riñen y lloran los niños del Ande, del litoral y de las selvas
profundas por donde sus serpientes de plata se deslizan, sin dejar de alimentar
plantas y animales, hacia las profundidades ansiosa del turbulento y extenso Atlántico.
6.1.- PUNO
La Capital del Folclor
Peruano, por su inmensa variedad y riqueza de expresiones
folclóricas, comienza el agitado mes de Febrero con la Celebración de la “Virgen
de la Candelaria”, que es la más importante del departamento, inmediatamente
seguida por la “Semana Turística” y el “Carnaval Puneño”, fiestas esperadas,
con ansiedad, durante todo el año.
Para los
carnavales, la gente joven se reúne para ensayar la Marinera y la Pandilla de
Puno. Antiguamente las cholitas invitaban a jóvenes de sociedad a bailar con
ellas, ellos aceptaban pero como se avergonzaban de su pareja se tapaban la
cara bajándose el ala del sombrero sobre
los ojos y enrollándose mucha serpentina
en el cuello, por eso hasta hoy, los bailarines se ponen mucho papel en el
cuello.
La cholita desesperada, con su coquetería
gritaba, arañaba y llamaba a sus amantes, e iba muy orgullosa usando sus
mejores galas y ondeando al viento sus glúteos y pequeño pañuelo blanco. Su
pollera de color llamativo, contrastaba con un hermoso mantón y un pequeño
sombrero negro; muchos ganchos multicolores en el pelo para sujetar sus largas
trenzas adornadas con listones. Ahora las señoras lucen polleras y mantones con
garbo y coquetería. Esta danza mestiza y
muy peruana es representada por muchas agrupaciones culturales de renombre,
como: LAPAFIT, fundada por el Dr. Carlos Cornejo y Agrupación Valcárcel.
Se presenta en el coliseo la noche del último
viernes de febrero, luego salen a las calles a bailar seguidos por su propia
estudiantina o conjunto musical: Cada cuadrilla que compone alrededor de 30 a 50 parejas son agasajadas
con comida y licor por los vecinos. Luego de completar su recorrido por clubes,
calles y plazas danzando se retiran a rematar la fiesta bailando hasta el
amanecer.
De
madrugada, se retiran a descansar para salir de nuevo a danzar la noche
siguiente, sábado en la noche. Los danzarines ponen una cuota para pagar por la
música y por la comida correspondiente al último día de Carnaval o Día del
Remate. El aplaudir su paso y muchos entusiastas se unen a la danza aún
sin el típico atavío. Los diferentes
pueblos de los alrededores bailan cada cual su propia danza de carnaval, su
atuendo e instrumentos musicales, pero todos tienen en común el entusiasmo y la
alegría, la abundancia de comida y bebidas alcohólicas. La gente del campo que
vive en la ciudad responde a la marinera y pandilla típicamente de ciudad, con
la "tarcada", que es danza que los nativos bailan al ritmo de las
"Tarcas". Las cuadrillas de pandilla y las tarcadas se cruzan a veces en las calles, para el disgusto
de los primeros, pues el sonido elegante de las estudiantinas se ve opacado por
el estruendo.
Los que estuvimos en el
Altiplano, testimoniamos de la
algarabía del carnaval puneño, y la
preparación durante meses para la celebración del carnaval, que es la
semana de la “Virgen de la Candelaria”. Las comparsas bailan en las calles y se
bebe mucho aguardiente. La gente se moja con agua florida y talco con perfume;
se amarran muchas serpentinas alrededor del cuello, bailan de casa en casa tan
sólo por el placer de celebrar "en familia". El Ño Carnavalón es un
muñeco colorido y gigante que mide hasta 6 metros de altura y se pasea por el pueblo
En el último día de carnavales, el Ño Carnavalón es arrojado al río y
todos le gritan ¡Chau ño carnavalón, hasta el próximo año¡
Un grupo presenta a la esposa del Ño Carnavalón,
llamada Ña Carnavalona y cuando tiran a su marido al río, también la avientan a
ella tras de él y ambos son arrastrados por las aguas turbulentas. Es sorprendente
ver cuando los niños, adolescentes y mayores de edad corren por las veras del
río, persiguiendo a los muñecos hasta donde pueden. La fogata de humo se lleva
en sus entrañas el alma viva del Ño
Carnavalón y su pareja.
La gente
baila las canciones típicas del carnaval y huaynos, preferentemente la “Valicha”,
especialmente en Tinta. En cuzco y otras ciudades las fiestas sociales
adquieren brillo con el juego de agua, globos y
bombas. El corzo de las reinas del Carnaval, dan brillo peculiar. Son
comunes las fiestas en los patios del colegio, donde se pasean las estrellas,
con el viento en las médulas, esperando el baile universal.
6.3.- APURÍMAC:
CHALHUANCA
En Apurímac, “El Poderoso que Habla”, la música del
carnaval es bravía, guerrera, violenta y profunda como el cauce de su gran río.
En las plazas de los pueblos reina la tinya y
el pinkullu durante la semana y desde un mes antes anuncian, desde los
maizales, la llegada de la fiesta.
El Atoq kjpe o huarkanakuy,
que representa a las comunidades indígenas, acompañados de sus autoridades y
vecinos notables, hacen su ingreso a las
plazas, cantando y bailando, enardeciendo y levantando la alegría, incendiando
el entusiasmo y reuniendo a la multitud.
Luego salen a las calles a bailar seguidos de su
propia estudiantina o conjunto musical. Cada cuadrilla de danzarines, de
alrededor de 30 a
50 parejas, baila entusiasmada y son agasajados por los vecinos.
Después del recorrido por clubes,
calles y plazas, danzando, se
retiran a rematar la fiesta bailando hasta el amanecer en su propio local o en
la residencia de alguno de sus integrantes. Mujeres en Carnaval de Chalhuanca
De mañana se retiran rumbo a sus alojamientos a asearse
e ingerir sus alimentos y descansar para salir de nuevo a bailar en las calles
la noche del sábado siguiente.
Los carnavales con sus corta montes son la expresión
latente del incanato: Los frutos penden del árbol, los niños y ancianos esperan
el instante que el árbol, alrededores bailan cada cual su propia danza de
carnaval; pero todos tienen en común el entusiasmo y la alegría, la abundancia
de comida y bebidas alcohólicas que disfrutan hasta la saciedad.
El público se agolpa en las calles para aplaudir su
paso y muchos entusiastas se unen a la danza, aun sin el típico atavío. Los
diferentes pueblos de los
La gente del campo que vive en la ciudad responde a
la marinera y pandilla típicamente de ciudad, con la "tarcada", que
es danza que los indígenas bailan al ritmo de las "Tarcas" que son
instrumentos de viento muy sonoros, como quenas grandes de madera. Las
cuadrillas de pandilla y las tarcadas se cruzan a veces en las calles, para el
disgusto de los primeros, pues el sonido de las estudiantinas, elegante y
delicado, se ve opacado por el estruendo.
Sin embargo
el espíritu del carnaval en Puno es la alegría juvenil, desbordante de
entusiasmo y romance.
Pero lo más gracioso es que hay quienes aparte
confeccionan a la Ña Carnavalona, y cuando tiran a su marido el Ño
Carnavalón al río, también la tiran a
ella atrás de él, y ambos se van por el río, uno persiguiendo al otro. Es muy
lindo ver cuando la gente y los niños siguen a los muñecos hasta donde pueden.
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