jueves, 10 de septiembre de 2015

LA BELLEZA ATRIBUTO DE LA MUJER

1.- HISTORIA DE LA BELLEZA.
LA PREHISTORIA.

Los orígenes de la estética se remontan a la prehistoria. A través del arte y de los instrumentos de uso cotidiano que han llegado hasta nuestros días, podemos ver cómo ya entonces existía una preocupación por la belleza. La cualidad que se aprecia más en la mujer y que se toma como símbolo de ésta es la fertilidad. Las esculturas y grabados nos muestran figuras femeninas voluminosas, incluso deformes, que reflejan el interés de los prehistóricos por la fertilidad, tan necesaria para la continuidad biológica del grupo. Entre los hallazgos más antiguos que hacen alusión al incipiente interés femenino por la belleza, encontramos un grabado en las cercanías de Oslo, Noruega. Este grabado reproduce la figura de una mujer embadurnándose con grasa de reno, animal que está al lado de la figura femenina. También en Austria, la conocida Venus de Willendorf, y en la Costa Azul Francesa, la Venus de Grimaldi, se han hallado representaciones de mujeres simbolizando la preocupación de éstas por el cuidado de su belleza. Los productos de que disponía la mujer prehistórica se limitaban, prácticamente, a la arcilla, tierras de distintos pigmentos colorantes o toscos productos elaborados a partir de grasas animales. El afeite más antiguo que se conoce estaba compuesto de sulfuro de antimonio. La Biblia. Será en la Biblia donde encontraremos las primeras referencias de la belleza en la antigüedad. El texto recoge acontecimientos en los que el papel de la estética es significativo, por ejemplo el caso de la reina de Israel, Jezabel, quien “adornó su cutis con afeites para seducir a Jehú y para hablarle con mayores poderes de seducción”, o cómo esta misma reina adornaba su rostro con “schrouda”, como  hoy en día hacen las mujeres tunecinas.

Otro ejemplo narrado en la Biblia es el de Ester, reina de Babilonia, quien embellecía con afeites sus maravillosos ojos, hasta el punto de ser considerada la mujer con los ojos más bellos que nunca existió.

EGIPTO: UNA BELLEZA SOFISTICADA.

De todo es conocida la mítica belleza de las reinas del antiguo Egipto y cómo los egipcios embalsamaban a sus faraones. Estos Dos factores impulsaron un gran culto a la belleza y a la cosmética, principalmente en las cortes faraónicas. Los ritos funerarios se caracterizaban no sólo por embalsamar los cuerpos de los difuntos, sino también por depositar junto a ellos toda clase de objetos, alimentos y materiales preciosos para que en la vida futura disfrutasen de los bienes terrenales. Entre estos objetos se encontraban peines de marfil, cremas, negro para los ojos, polvo, etc. dentro de pequeños recipientes en los que estaban grabadas las instrucciones para su uso. El refinamiento de los cuidados estéticos era enorme. Fórmulas secretas embellecían a las reinas de Egipto que, con mucha rapidez, eran imitadas por sus cortesanas. Los peinados, las pelucas, los baños de leche, las estilizadas siluetas, todo formaba parte de una cultura en la que lo espiritual, el arte, la religión y la ciencia tenían una importancia fundamental. Especial atención merecían el cabello, la piel y los ojos. El cabello se teñía con henna, consiguiendo mil matices encarnados o bien se rasuraba completamente para facilitarlos continuos cambios de pelucas, sumamente sofisticadas. Con ungüentos, afeites y baños perfumados o de leche cuidaban de mantener una piel tersa y extremadamente suave.
Los ojos se remarcaban en negro, engrandeciendo y suavizando su forma natural.
Las dos reinas egipcias que más se significaron por su belleza y sus secretos de estética fueron Nefertiti y Cleopatra.
De Nefertiti se recuerda aún su estilizada silueta, a pesar de haber tenido seis hijos, siendo ella quien extendió la moda del color verde para los párpados. Su busto  se conserva en el  Museo de Berlín.

TAHUANTINSUYO

En la sociedad inca, la posición de la mujer aparte de ser reconocida y exaltada, se consideró como necesaria y complementaria a la masculina, en los aspectos políticos, militares, religiosos y familiares.
Las prendas que portaba eran: Sucupa o Ñañaza que era un cubre cabezas, una Lliclla que era una mantilla, un Tupu o alfiler de plata u oro, la túnica era el Acsu, las sandalias    eran las Ojotas y una faja llamada Chumpi.   


1 comentario:

  1. La lectura es el espíritu del conocimiento ; sino lees y comentas eres un ser muerto por no alimentar tu alma.

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