FEDERICO SAL
Y ROSAS
Por Domingo
de Guzmán Huamán Sánchez
Su acendrado amor al terruño y a
los desposeídos del campo, lo llevó a formar en Huaraz en 1921 el "Centro
Cultural Luzuriaga". Ese mismo sentimiento hizo que se dedicara a estudiar,
en profundidad, la Psiquiatría Folklórica y la Medicina Popular Peruana o tradicional que es la suma de conocimientos y prácticas
fundamentadas en las teorías, creencias y experiencias propias de diferentes
culturas, y que se utilizan para
mantener la salud, tanto física como mental.
Federico Sal y Rosas, psiquiatra
representativo de la especialidad en el Perú contemporáneo. Su vocación
esencial de educador e investigador del mundo andino
Aportó al estudio del aborigen cisandino y la labor pionera en el campo
de la asistencia psiquiátrica, los tratamientos biológicos (cardiazol,
insulina) y la naciente psicofarmacología. La epilepsia y desórdenes afines
merecieron especial atención del investigador peruano, que fue reconocido a
nivel internacional (OMS).
El síndrome antropopiteco del
"susto" es quizá su más importante contribución al estudio de los
cuadros psiquiátricos nativos.
Las consecuencias psicoemocionales de los grandes sismos y las prácticas
curanderiles supérstites en la región andina del país completan la visión
sintética de sus investigaciones originales.- Fuente: Javier Mariátegui Chiappe.
ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA PERUANA
En el caso específico de la
Asociación Psiquiátrica Peruana, fue el 25 de junio de 1954, a las 7:30 pm, que
se reunieron en la Asociación Médica Peruana Daniel A. Carrión, Los médicos que
fundan la Asociación Psiquiátrica Peruana inscritos dentro de una escuela
fenomenológica que criticaba al Psicoanálisis por el excesivo peso que ponía en
que la sexualidad como causa de los trastornos mentales y por su poca evidencia
empírica. De acuerdo a Raúl Jerí, los psiquiatras de la escuela fenomenológica
solo afirman lo que pueden comprobar a partir de observación directa y
evidencias.
Como primera Junta Directiva
de la Asociación, electos para el bienio 1954-1955, se nombró a FEDERICO SAL Y
ROSAS (Presidente), Carlos Alberto Seguín (Vice-Presidente), Armando cano
(Secretario), Raúl Jerí (Secretario de Actas) y Sergio Zapata (Tesorero). Su
primer Presidente fue Federico Sal y Rosas (1900-1974). En la reunión de
fundación, se determinó por unanimidad que la fecha de instalación
oficial de la Asociación Psiquiátrica Peruana
EL
"SUSTO" Y EL "MAL DE OJO", ENFERMEDADES CULTURALES
En nuestro país se reconoce a las personas que siguen los
parámetros y la formalidad. Los innovadores son ignorados. Somos reacios a
reconocer el valor de los que se atreven a luchar contra corriente. Esto pasó
con Antúnez de Mayolo y también con Federico
Sal y Rosas.
Son considerados padres de la
psiquiatría peruana Hermilio Valdizán y
Honorio Delgado; pero a Sal y Rosas, lo ignoramos. Valdizán tiene su
universidad, la de Huánuco, y Delgado tiene su hospital, en Lima. ¿Y qué tiene
Sal y Rosas? Apenas una calle en Huaraz, su tierra natal.
El Dr. Sal y Rosas no concebía
que la nueva especialidad médica que se venía imponiendo, como es la
psiquiatría, se mantenga ajena a las vivencias y realidad de nuestra cultura
andina. Por esta posición radical, fue objeto de marginación y rechazo. Pero él
no cesó en su empeño y profundizó sus estudios. El síndrome del
"susto" es quizá su más importante contribución al estudio de los
cuadros psiquiátricos nativos. Las consecuencias psicoemocionales de los
grandes sismos y las prácticas curanderiles que están vigentes en la región
andina del país completan lo mejor de sus investigaciones originales.
Gracias a sus investigaciones se
llegó a determinar científicamente que el "susto" y el "mal de
ojo" son enfermedades culturales del habitante del Ande, y como tal tienen
su tratamiento con recursos culturales andinos.
Y cuál es ese tratamiento? El
pasar un objeto sobre el enfermo, la “Shojma" tan socorrida, Sal y Rosas
lo convirtió en un elemento válido para
el tratamiento de dichos males?
Sal y Rosas certifica de la curación del
enfermo mediante este original método andino. Como dato curioso, añade que en
esos tiempos, Huaraz de los años 50, Pumacayán era un hervidero de cuyes, pues
los “curiosos” y “entendidos” solían soltar en ese lugar los cuyes que utilizaban
para la “shojma”
Sobre el “mal de ojo” señalaba
que era producto de la influencia de personalidades fuertes que afectan a niños
y niñas perturbando su armonía corporal. Son cargas eléctricas que tergiversan
y cambian los campos magnéticos de los pequeños. Este disturbio no puede ser
corregido con pastillas ni jarabes. Es necesaria la participación de un
elemento que devuelva la armonía al ser afectado. Aquí interviene el huevo, el
alumbre y otros elementos que regeneran el equilibrio porque poseen la
propiedad de reorganizar los campos magnéticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario