y
CUENTOS DE MI TIERRA COCHAPETÍ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Para Adelia y
Nicolás, conductores de la Asociación Montessori Vida”
I
ENCANDILANDO VERSOS
MIA FUE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me ofende el estudiantillo
al decir que no tendré
una mujer como él tiene;
antes que la tuviera mía
fue.
A pesar de que las mujeres
indispensables en la vida son,
más indispensable no hay
que la vida en las
mujeres.
SERÍA MÍA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me dijo con el cristal
que rodaban por sus
mejillas,
antes que yo la
pretendiera,
su primo había desangrado
su castidad de blanca paloma.
Mientras sobre su pasado ella
llora
envuelto por el fardo de
la incertidumbre;
yace ultrajada en el lecho
de mi mente
y sin esa bruma, ahora,
sería mía.
Si no logro tocarla me
frustro,
si me frustro me deprimo,
si me deprimo no la amo,
y si no logro tocarla
muero.
LUÍS PARDO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
De los hacendados sin la
traición
no habrían capturado a
Luís Pardo:
el Bandolero Romántico sin
igual
defensor de los relegados
del Ande.
¿Urgía en una pica poner
su cabeza
para evitar su definitiva
consagración?
¡No! … el tiempo y los
vientos
sus décimas juntaron.
CANDIDATO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Para Regidor soy candidato
en las próximas
elecciones;
pero, con la tempestad
de los golondrinos que se
venden
y afrentan a la
democracia,
será imposible que tenga
ordenanza.
LA CONOZCO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Yo que la conozco,
sus picardías revelaría,
sus nocturnas andanzas
y deleite con
perforaciones;
pero, juzgo que cambiará.
No contaré de su lujuria,
nada de su desfachatez,
nada de su promiscuidad,
nadita de sus maldades,
sólo
de su seducción diré.
A minucias, no quiero
llegar
porque me conviene
saber:
de sus padres el
comportamiento
en su hogar la falta de
puchero
y no la barba regada de
ropajes.
VEJEZ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Viejo y sin fuerzas estoy,
así viejo y sin fuerzas,
levanto mi voz de trueno
contra la filuda guadaña
que acortarme la dicha trata.
Para hablar de redención
tan agotado me siento
que no sé como empezar
ni como y cuando concluir.
DEFENSORES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Dices que Bolívar liberó
cinco países
y quiso una conducción
vitalicia,
que fue de la justicia un
gran defensor
paralelo al Santo de la Espada.
Poco
informado estás,
casi
nada has leído
sobre
independencia,
y
opinar el tema te impide.
¡Amigo¡
tu afirmación provoca duda.
CAZADOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Es un cazador
de venados y pumas,
como que en frías punas
es un gran tirador.
¿Y qué duda hay?
También tú,
puedes ser cazador;
internáte en un zoológico,
apunta y mata
venados y pumas.
SON SENSIBLES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Sensible es el poeta
y también lo es el músico
que con el preclaro pintor
forman un grupo
indiscutible.
Para ellos
¿Qué es la vida?
¡Un frenesí,
un suspiro, un resbalón¡
¿Y la muerte?
¡Una sombra que cubre
ataúdes¡
LA QUISE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
La quise como nadie.
Me engañó e incluso,
se fue riendo con otro,
ojalá un pan le de nadie.
¡La quise como nadie!
en el cercano hospital,
donde es bueno el cuidado,
no encuentre reposo
o un sedante
cuando caiga enferma.
CUERPO DE
MUSA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
¡Oh
cabellos exuberantes!
¡Oh frescos limones!
¡Calurosa encañada palpitante!
¡Oh deleitosos y succionadores labios!
¡Ondulantes páramos que deshidratan!
¡Oh frescos limones!
¡Calurosa encañada palpitante!
¡Oh deleitosos y succionadores labios!
¡Ondulantes páramos que deshidratan!
¡Oh sorpresa
indescriptible¡
En un cuerpo de musa
¡Ah¡ fácil es encontrar
inmersión para la seducción.
MUERTE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando nos entierren
¿Quiénes llorarán?
Cuando nos encierren
¿Quiénes nos visitarán?
¿La muerte será un largo silencio
que
visitas y responsos impedirá
para que
eterno sea el sueño
de
nuestros despojos?
GAVIOTA
Domingo de Guzmán
Huamán Sánchez
Gaviota con cuerpo de
sirena
bebe de la fuente de mis labios
y cuando retornes a los
mares
dale un beso a la roca
fría.
Antes suminístrale un beso
al cielo,
con tus alas de seda rema
el aire
para que no perciban mis
oídos
la risa sarcástica del
silencio.
NO SOY
CULPABLE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Dios que todo ve
sabe que soy inocente,
rodó por la pendiente
impulsada por la galga.
Y con motivación del
demonio
los gallinazos la rodearon
y en fracción de segundos
su cuerpo desgarrado fue.
DIÁLOGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Muy triste,
la niñita, dijo:
- ¡Mamita hambre tengo!
- ¡Que pena¡ fiambre no traigo.
- ¡Que importa¡ llegará el
día
que los pobres comerán pan
y los ricos ¡mierda, mierda!
FELINA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
La encumbras a Mercedes
y como a Venus la
endiosas;
¿Que tal si la conocieras
y supieras que es felina?
Si los adolescentes
hablasen,
si los barrancos
comunicasen,
si las bancas pregonasen
conocerías su azabache
trayectoria.
COMPRENSIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Luz,
de
la oscuridad ¡sácame!,
riega mi camino con estrellas.
¡Por favor!
no impidas
enmadejar los hilos
de la felicidad eterna.
Mis súplicas escucha:
deseo ceñirte y rozarte,
a todo momento vivir
contigo
y después de muerto
amarte.
Comprensión y cariño,
respeto y premio
tendrás de mi familia,
en cada instante de tu
vida
como justa retribución.
CASTIGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Que se fracture el
firmamento
y surja del mismo averno
el candente fuego eterno
para chamuscar a delincuentes.
La sociedad se oxida con
la maldad;
por todas partes pululan
funcionarios con largas uñas,
colas de roedor
e instintos de vampiro.
¡Dios mío! …
unos segundos concédele
para que Satán haga lo
suyo
y deje hecho cenizas al
mundo
acelerando la Resurrección.
EXECRACIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
¡Dios mío! Un maldito
pecador soy
igual que de la tierra
otros seres;
acaba con nuestros
largos pesares
del castigo con el calor
o frío intenso.
El día de mi cumpleaños
torrencialmente que
llueva,
los huaycos destruyan mi
casa
y la luz se aleje para
siempre.
IMPOSIBLE
Domingo
de Guzmán Huamán Sánchez
Que la tierra me trague al
momento
que mis hijos también
desvanezcan
si han de servir para que perezcan
las maldades del mundo.
Perezca la humanidad al
momento,
perezcan los peces y las aves,
si han de permitir el alivio
de millares de niños sin madre.
LA CONOCÍ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
De día y noche trabajaba
¿Verdad Dios mío que fue así?
Finalmente la conocí
y la hice esposa mía.
De día y noche oraba
¿Verdad Virgencita que fue
así?
Ahora recorro su cuerpo
palmo a palmo.
EL AMOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
No soportó la nieve
ni tampoco el viento,
por eso,
con el corazón congelado
volando,
volando
se fue.
SABOREAR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Compré un rico
cochabambino
y también una tierna
cochapetina
y del almuerzo a la hora bendita
comí papa sancochada con
queso.
INVITACIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Los sábados y domingos,
nos invita nuestro abuelo
su fiel cesantía con
afecto
que la degustamos contentos.
¡Que gran pena!
de su cesantía al no gozar
cuando abuelo se ausenta
y los besos sedientos nos
deja.
MI
DIRECTOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi director es pegado a la
ociosidad
es un hombre que le pesa
la barriga,
es un ente que ajena pena
amortigua,
es tan lento que vive de
caridad.
HAMBRE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tenía mucha hambre
y comía poco,
temía la comida terminar;
tenía flojera de sazonar
y pese a tener hambre
comía poco.
DICEN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Dicen que trueno soy
como el mismo diablo,
y todo San Pablo
dice que bueno soy.
MIENTRAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mientras las nubes
voluptuosas
recorran el añil cielo;
mientras en tu núbil
cuerpo palpiten
las manzanas de Eva;
mientras las fuentes
cristalinas de nieve
horaden mantas de champal;
mientras existan los besos
de picaflor y flor
habrá expresión musical,
poética y plástica.
QUERRÁS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Querrás olvidarme y no
podrás olvidarme,
querrás ausentarte y no
podrás ausentarte,
querrás crucificarte y no
podrás crucificarte
querrás matarte y no
podrás matarte
y cuando te hayas dado
cuenta que te amo
llorando y de rodillas me
dirás: ¡ Te amo¡
Por más que intente, no
podré amarte.
ALHAJAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Son de oro y plata esas
alhajas,
con diamantes y gemas brillantes.
¿No distingues la gama de colores
con diamantes y gemas brillantes.
¿No distingues la gama de colores
y la variedad de brillos
en el joyero?
LISTAS
ESTÁN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Están verdes los campos,
las lagunas están llenas
y preñadas están las
nieves,
listas están para parir.
De las vertientes el suave
viento
vuela y vuela sobre vacíos
ventilando ventanas con vidrios
y ovacionando a los blancos
vellones.
CUMBRES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En las ríspidas cumbres
las albas nieves se
derriten
y los vientos silbadores
recorren valles, cumbres y
cimas.
CAMINO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi mujer,
es la viajera
que recorre
mi vida,
debo
tenerla limada
para
que siga mi destino.
ESPEJO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Es
un espejo nuestra vida
donde
se miran los amigos
y
también los enemigos
que
nuestro fiel reflejo son.
EL
CIRUJANO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Díganme ¿Este señor es
bueno?
Sí, Leoncio Bueno, el
cirujano,
es tan bueno, servicial y
galano
que operando es un buen
galeno.
SAN
MARCOS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando arribé con elcuerpo
cansado
al ” Paraíso de las
Magnolias”,
dijeron los perfumes del
rosal:
¡Señor, a San Marcos ha
llegado!
¡ Si quieres puedes
quedarte¡
MAESTRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tú, lograste nuestra superación,
con dignidad y responsabilidad;
¡Maestro!, te decimos con
probidad:
¡Feliz Día! y con emoción festejemos.
LÓGICAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Se acabaron las ilusiones,
y florecen verdes rosales;
y cuando se agolpan los
males
la juventud genera
emociones.
MI PUÑO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi puño es una comba
que golpea como algodón,
las hematomas que deja
son expresiones de paz.
AVES Y
HOMBRES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Los Andes son de los
cóndores dominio
como el monasterio de albas palomas;
así como el hombre recorre el mundo,
también, ellos tienen su
señorío.
Como los campos floridos
sobrelleva los rigores,
si golpes rudos recibes
declama versos escogidos.
SUSURRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando susurra el viento
como arrullo de paloma,
subo ligero a la loma
hasta perder el aliento.
Desde la cima
recorro el camino
y a la pampa llego
donde llora mi dulce
amada.
DONDE
NACÍ
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El lugar donde nací
de “Ishke Cruz” (*) en las
faldas está,
cuya cuesta declive
de chamizas poblada está.
Los buscadores de haces de
tierra
entre dos quebradas se
ubicaron
donde cultivaron el maíz y
la papa
a mi cultura Ancestral
dando origen.
-----------
* Ishke Cruz : Cúspide con dos cruces.
CHIWA
KANKA *
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
A Cochapetí llegó
Raymondí,
del siglo diecinueve a
mediados;
y cuando le invitaron chivo al carbón dijo:
Esta es la tierra del “Chiwa
kanka”.
La tarde en las Vertientes del Pacífico
languidecía cuando el sol
brindaba
su postrera lumbre
invitando al oremus,
y el gorjeo del ruiseñor ultimaba su adiós.
-----------
Chiwa
kanka: Chivo a la brasa
JORGE Y
JACINTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Jorge tiene los cabellos
de nieve plateados,
la talla de un añoso
eucalipto delgado,
una barba poblada en cutis
arrugado
y los ojos opacos de
laguna enturbiada.
En cambio, su amigo Jacinto
es pequeño
con piel arrugada y ojos negros,
la
nariz corva como de gallinazo
y
los
pómulos duros como de muerto.
Siempre, ambos visten, de
negro,
pantalón
y chompa de lana,
y llevan una bufanda de vicuña
semejante a los pastores
del Ande.
EL
PARROCO DE MI BARRIO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El párroco de San
Francisco mi barrio,
cuando habla, durante la homilía,
deshoja pétalos aromados
de versículos de la Santa Biblia.
Su voluntad se cae y
levanta de fe,
tiembla al pronunciar frases
doctrinales
y parece que va a
desmayarse
y besar el piso frío del alta Mayor.
Concluida la santa misa me
pregunto:
¿por qué hace trizas el
alma?
¿qué clase de funeral le
espera?
Afirmo que ese ángel
volará al cielo.
IDENTIDAD
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Don Domingo de Guzmán
hace sesenta años llegó
del pueblito de cochapetí
de las Vertientes del pacífico.
Pisó la tierra huarasina
ávido de forjar su futuro
en el “Colegio de La
Libertad”,
el más antiguo de Ancash.
! NO FRACASÓ¡
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Egresó de la Escuela de Bellas Artes
y sin ser Miguel Angel
murales pintó;
y sin ser Rodín
ilusiones esculpió.
Hizo magisterio en
punas,
quebradas
y urbes.
EL MISMO
DESTINO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Eran dos estudiantes
que tanto se estimaban
y sus vidas fueron
paralelas:
Del uno fue accidentado,
porque dejó de estudiar un
año
al fallecer su santa
madre.
Del otro fue muy honroso,
haciéndose merecedor
de la medalla de
excelencia
en aprovechamiento y
conducta,
al final del año académico.
Pasaron los meses
y los años en raudo vuelo;
así, del uno nadie hizo
memoria
después de su silenciosa
partida;
y del otro que aplausos
recibió en la clausura,
al final del ciclo,
tampoco.
Profesores ambos fueron
y recorrieron por las
sendas
del infierno,
purgatorio
y cielo.
Al final,
se jubilaron el mismo año.
HUYE COMO
EL VIENTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Saluda,
a su alcoba ingresa,
abrázala y bésala,
quédate con ella hasta el
alba.
Después,
huye hacia la puna,
en la cúspide helada
construye una choza
y no permitas que te
cojan,
te condenarían por violador.
Si ves que se acercan,
al noble bruto coge,
apéralo,
cabálgalo,
huye como el viento.
No des oportunidad
que te cojan con trampa de
pezones,
ni con largos dedos de
las noches
¡Suerte amigo, mucha
suerte¡
ABRÁZAME
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me ha consumido tu ausencia
y me duele en los labios,
en las pupilas, en los
talones.
Despierta mis ansias locas
y desenfrenadas,
si, desenfrenadas.
Ahora que estás junto a mí
¡Oh, abrázame!
¡fuerte, más fuerte,
sí, sí, más fuerte!
¡ apretújame!
¡ apretújame!
¡Por Dios!
PROFUNDIDAD
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Era tan profunda,
tan profunda,
cuya hondura mis sentidos
no distinguían;
parecía que salvaba el
centro de la Tierra
el centro de la misma Tierra
y salía por un costado.
Parecía horadar
el piso del infierno,
el techo del purgatorio.
Si hubiera intentado
guardarlo en una cámara
no hubiera logrado,
seguro estoy.
LA
EXPLOSIÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Bastó que la explosión
ocasionada
por los mineros en la
puna,
originara el estruendoso
¡bum!
para que se expandiera
por toda la comarca.
ONOMATOPEYAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Al caer sonaron los
árboles ¡crac!... ¡poccc!
y las abejas sin rumbo
fijo al huir
poblaran el ambiente con
su Bzzz Bzzz
del oído los sentidos taponando.
Con su pio, pio, pio las
aves,
con su huik-huik los cerdos,
y
con su kikiriki los gallos
se
sumaron a la justa protesta.
Allí
no quedó porque se desencadenó
la
furia, el temor y la insolencia:
en el tejado el gato
lanzaba su miau,
en el matorral el grillo
lazaba su cri, cri .
A medida que pasaban los
minutos
se acumulaban las
sorpresas:
paseaba la mariposa
su rsss rsss
y flojeaba el pato con el cuac, cuac.
En la historia para no pasar apáticos
los perros, los peces, las
ratas y las vacas
dijeron:
Guau, guauu; glup glup;
ii, ii,ii; muu muu, muuuu.
II
MIDIENDO VERSOS
EL BESO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Mi beso a la niña agrada;
mi beso corto y cínico
es del céfiro el lírico
suspiro en la fría
grada.
GLORIA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Gloria al pueblo
impetuoso y soberbio
que a la lucha se lanzó a
morir,
optando sucumbir que
sufrir
y arrasar al invasor
soberbio.
EL BARDO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Yo soy un bardo tranquilo
de donde crece el Amancay;
siempre camino a Barbacay
donde duermo muy tranquilo
NO ME ABURRO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El
süave susurro,
el
süave aletear
inquietan
parpadear;
por
eso no me aburro.
AMBIENTE
DEL CREADOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Vino, sentimiento,
guitarra y poesía
es el ambiente para el creador
es el ambiente para el creador
nenas, amigos y buen
trovador
es el mundo lírico del poeta.
es el mundo lírico del poeta.
NEGATIVA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
No quiero las sonrisas odiosas
de muñecas con ruidosos dientes
que suelen llevarnos a las pendientes
y juntarnos con cuerudas babosas.
LAS CURIOSAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Me ofenden las curiosas
y sus pícaras miradas,
pienso que son expresadas
por bípedas ocïosas.
SIENDO ARMAZÓN
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Maridos que golpeáis
a la esposa sin razón
siendo ustedes armazón
de todo lo que culpáis.
a la esposa sin razón
siendo ustedes armazón
de todo lo que culpáis.
VISITA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Porque tú has querido
visitarme,
has llegado y me sacas tiernas lágrimas
y cuando regreses ven con pócimas,
y cálida mirada para amarme.
has llegado y me sacas tiernas lágrimas
y cuando regreses ven con pócimas,
y cálida mirada para amarme.
EL INDIO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El
indio en la montaña * afila los
pensamientos
de Dios hijo
dilecto
* y ve en la puna fría
como si padeciera * ira
de una porfía
sufre
como un taimado * que golpea sus nudos.
LA LUNA
Domingo de Guzmán
Huamán Sánchez
Descuella
la montaña * cual gigante agudo,
los
signos en éxtasis * un burrito rebuzna,
tictac
de los collados;* la luna alumbra sola
a la
tierra que entraña* la faceta del mundo.
III
HUÉSPEDES ALADOS
PERLA
DE LAS VERTIENTES DEL PACÍFICO
Poema coral
Domingo
de Guzmán Huamán Sánchez
¡
Aija, Perla de las vertientes del Pacífico!
vergel
de rocíos con fatiga ancestral,
en
tus eras las parvas succionan estrellas
abrazadas
por aurorales lenguas de fuego.
¡Aija,
Perla de las vertientes del Pacífico!
destejes
suspiros, todas las mañanas,
añorando
a tus vísceras de tierra enigmática
arrancadas
demagógicamente en plena democracia.
¡Aija,
Perla de las Vertientes del Pacífico!
detenida
viajera por el canto de las musas
de
los ríos Santiago y Mallki fecundantes,
desembocaremos
juntos en la rada del tiempo.
¡Aija,
Perla de las Vertientes del Pacífico!
entrevió
tu nacimiento una diosa astral
y
selló tu núbil topografía con mito totémico
engendrando
topónimos con lengua quechua:
Urkún,
planicie de naves espaciales,
Kirún,
masticadora de injusticias,
Nunún,
nodriza de todas las sangres,
Washán,
soporte de genealogías,
Shonqón,
latido de pasiones
y
Ankan, rapto de ensueños.
¡Aija,
Perla de las Vertientes del Pacífico!
tus
avecillas horizontes engullen
descifrando
del paisaje misterioso
y
con la abstracción roturan conciencias,
para
frutecer el arte, la ciencia y la
virtud.
¡Aija,
Perla de las Vertientes del Pacífico¡
las
osamentas de “Marca Punta” tus raíces son;
Jacinto
Palacios y María Alvarado tus voces;
tu
estela de liberación, Gabino Uribe;
y
Santiago Antúnez de Mayolo de la luz el poeta.
¡Aija,
Perla de las Vertientes del Pacífico!
en
los radiantes crisoles fundes cultura
de
Succha, Coris, Huacllán y La
Merced ,
perennizando la tradición de vitalidad llena
de los distritos de Huayán, Malvas y Cochapetí.
¡Oh,
Perla de las Vertientes del Pacífico!
porque
tu destino es la senda de la creación,
serpenteada
por quejidos de quenas inquietas,
seguirás
recorriendo del cosmos los peldaños,
puliendo
aristas y tejiendo tapices de arco iris.
CHIMBOTE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tiempo
de crisis, espacio de dolor y muerte,
fiesta
soleada de calcinados esqueletos
en
el mullido basural de la playa,
donde
la ternura del olfato decae
y la terca oratoria enmudece.
Concierto
de chillidos y oníricas carcajadas
retozan
con las manos grasosas del viento;
y
los fruteros pájaros disputan eructos,
blandiendo navajas, “Marca Instinto”,
en
un festín de escuálidos cerdos.
Diminutos
sabuesos del universa espectro aúllan
y
la espeluznante hambre sacude ilusiones
sobre
descuadrados maderos sin barniz
en
hogares donde no hay manera
de
justificar la deserción del pan.
Es
un pretexto el brindis noctámbulo
para
piropear espumantes cristales
con
versos articulados a deshora
al
recordar que nuestra vida
es
de la muerte antesala.
Se
ahogan las fosforescentes estrellas
en
las ondas enjutas del sediento mar;
y
del pordiosero la mirada perdida
perfora
pañuelos de argamasa
con
el berbiquí del ayuno.
Porque
paralíticas están las fábricas,
con
timidez, las voces huecas destejen,
frazadas
de ultrajes tramados a golpes,
desde
el primer mísero salario desgranado
hasta
la furia explosiva de maltrechos corazones.
La
deteriorada protesta
apasiona
el alma errabundo,
mientras
de las olas el traquetear,
en
la proa desvencijada del tiempo,
del
rudo pescador desgarra ilusiones.
Con
la destitución obrera
se
amasa protestas en artesas de dolor;
los
cangrejos forzados levantan el paro,
igual
las gaviotas y los pelícanos hambrientos;
las
estrellas de mar y las estropeadas anchovetas.
Entiendo que
nuestros ojos,
sin necesidad
de impresoras láser
graban por su
hediondez al tirano barro
y nos damos
cuenta que los gobernantes
son ladrones que roban ilusiones al mendigo.
La movilización contra la devastadora sequía
ha sido disuelta a golpe de plegarias
y las voces
cansadas entre rejas
empollan pichones de cóndor
para
las vísceras del tirano.
En
un minuto por segundo,
se
encogen los sueldos y salarios
como
la piel de tierra en crudo verano
escurriendo
de los impúberes la lluvia de llantos
sobre el sediento mantel del descortés trabajador.
Del violín las
cuerdas
desgranan
melodías en el maizal
sin mazorcas
ni cancelación de jornales;
por eso
Mozart llora inconsolable a escondidas,
en la
gigantesca nave del templo poblado por herejes.
Condestable
sufre por la desnudez de la paleta,
por
la espera de los incitados pinceles,
por
la absurda ausencia del Arco iris
y
por los cráneos calcinados
en
el lienzo de ilusiones.
AREQUIPA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
¡Oh Blanca Ciudad!
del
rumoroso Chili perla extraída,
metrópoli
desprendida de fugaz estrella,
te
desperezas, al ritmo del tambor de la vida,
en
las faldas de Chachani, Misti y Pichu Pichu,
bajo
la aureola de las sangrientas fauces de Vulcano.
¡Oh,
Blanca Ciudad!
tus
fecundantes venas
son
las pinceladas de la Selva
Negra ;
y
la estructura colosal de tus conventos
son
espumas atadas de sillares engastados,
en
la brumosa túnica de la
Virgencita de Chapi.
¡Oh,
Blanca Ciudad!
tierra
de fecundas entrañas:
Yanahuara
y su santuario de arte mestizo,
Caima
y su milagrosa Mamachallay Candelaria;
rezagos
de placentas punzantes de la Santa Inquisición.
¡Oh,
Blanca Ciudad!
a
un costado, Carmen Alto;
en
la rivera izquierda del Chili
se
yerguen Paucarpata y sus andenerías;
Sabandía
con las claras pupilas de sus aguas
y la frescura de sus quintas apacibles y
risueñas.
Characato
con la rigidez de su templo mestizo
y distante, en la tibia alcoba de los sueños,
del
vuelo de los cóndores al borde están:
Pocsi,
Chiguata, Quequeña y Yura;
Porongocho
y la bella Socosani
que
se cardan con los rocíos.
Desfilan
con el viento a la diestra del
Observador
el
artesonado de fibra virreinal de
Sachaca,
la
serenidad patriarcal de Huasacache;
la
belleza de Tingo con su arboleda
y
sus baños de tibieza alucinógena.
Con su intenso repicar y contemplación ondulante
está
presente el sabor de la bondadosa Tiabaya
con
su Rocoto relleno, espesa chicha y Ocopa
bajo
el tamiz de la enramada de perales
filtradores
de luz llenas de esperanzas.
¡Oh,
Blanca Ciudad ¡
encaje
de cristalinas corrientes
de
sierpes de plata y gorriones de cristal,
eres
sentimiento hibridado de Hispano e Inca
que
fundió en crisol el Derecho y la
Libertad.
Se
dimensionan las ollas,
como
la distensión de los mares,
a
la hora del domesticado almuerzo
sin carne desangrada en los camales
ni
el sírvete generoso de las patronales fiestas.
¡Oh
, Blanca Ciudad ¡
tu
rumbo es la huella de lejanos soles,
tu
heroísmo es de Melgar la sangre versificada;
tu
democracia es de Bustamante el filtro justiciero
y
tu carnaval es de Ballón Farfán el aliento musicalizado.
ANCASH
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Bajo
los cóncavos espirales del azul infinito,
enmarcado
por cánticos, perfumes y tradiciones,
transformado
en un mundo de huéspedes alados,
se
yergue Ancash, de hombres de forja la cuna.
Su
cordillera Blanca, placenta de los waris;
sus
playas balbuceo de suspiros y sonrisas
son
las sinuosas pinceladas de manos divinas,
en
el lienzo extenso de universal creación.
Las
manchas difuminas de eucaliptos
y
los caminos que dialogan con los ríos
son
de sueños e ilusiones los deslizadores
del
andino que abandona sus fronteras.
Ante
los amoríos de la neumónica noche
en
la tuerta penumbra todo se esfuma,
Recuay
se sumerge entre negros barbechos
y
rojos tejados en la sombra nocturnal.
Huarás
de abolengo cholo con paisaje lunar,
de
conquistadores nodriza,
de la honda síntesis,
es
la desgarrada carne por la carne
y
hambre estirada por la voracidad del hambre.
Las
termas de Monterrey y Chancos
son
cálidas manos en la quimera del destino
que
estrujan y degüellan enfermedades
caricaturizando
la esquiva sonrisa de la muerte.
Carhuaz,
de retamas con la fragancia,
de
vivencias folclóricas es el enjambre
y
de bohemia la festiva explosión;
con
“Uchku Pedro” su líder campesino
logró
la justicia social, a sangre y fuego,
por
la milagrosa “Mama Mechi” amparado.
“Yungay
hermosura”, hija de la
Atlántida ,
por
la epilepsia de Mayo setenta sepultada,
su
infortunio para conquistar la luz despereza
suprimiendo
tinieblas de procaz indiferencia
en
la incierta constelación de voces y cantos.
Caraz,
hoguera que avivó los sueños de Bolívar
y
del poeta Philipps la inquietud revolucionaria,
es
la fragua que inflama los nerviosos paladares
con
sus exquisitos manjares decorados con pasión
al
resplandor del sempiterno Alpamayo
Chimbote,
Casma y Huarmey,
puertos
de luz y plácida esperanza,
de
gaviotas canto,
de
pescadores sueño,
de
sirenas concierto
y
traquetear de fábricas
alimentan con el alba la fibrosa raíz del futuro
sacudiendo de trotamundos el asfixiante polvo.
Conchucos y las Vertientes del Pacífico,
diamantinos
eslabones del pretérito,
a
golpe de rocíos que revientan en los
poros
forjan
la zapata de la identidad regional
y
sus córneas a la luz saltan,
a
toda hora,
para
rasurar las enfermizas ansiedades
de
millar de balidos de clonados carneros,
en
noches de absurda tiranía
cuando
se pretende confundir ovejas
con
las esperanzas de nómada luz,
al
margen de la costra sangrante de la
cruz.
Región
Ancash:
de
cóndores vuelo,
de
océanos estridencia,
de
peces azafate dorado,
de
felinos energía deificada,
de
pájaros canto transparente
y
de retamas floración.
Te
levantas Ancash
como
el cóndor altivo,
surcos
trazando
y
formas escritas grabando,
en
páginas de piedra,
con
bisturí y cincel impulsados
por
artesanas manos
de
Sechín y Chavín sempiternos.
---------------
“Uchku Pedro”: Pedro Cochachin de La Cruz , montonero indio natural
de Carhuaz - Ancash que tuvo participación activa en la Revolución Campesina
de Pedro Pablo Atusparia en 1885.
JANGAS
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Gloria a los que fermentaron la levadura de tu
destino:
Elvira Vega y
Luis Loli, ejemplares breviarios;
Agripino Gonzáles y Humberto Giraldo,
del folklore pescadores;
reverendos Jorge
Meyer y Sirani,
catapultas de la fe,
que acuñaron con el cincel de cristalina mente, el
lema:
“A triunfar con Dios, trabajo, paz y libertad con
espiga”.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte
jamás¡
El Qori Koyllur, de la
cosmovisión andina deidad,
doradas vetas fecundando
seguirá en las lomas
que con clavijas de
tecnología avanzada
afinarán de arpas y violines
las cuerdas doradas
para incrementar danzas con
rebosante alegaría
en patronales fiestas de
paganismo empapado.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte
jamás¡
A la sombra de los silenciosos
retamales
el molino del Club Universitario Jangas
tritura las semillas del
ocio y corrupción,
el desarrollo socio-cultural promoviendo
para cimentar la juvenil
arquitectura,
hoy chispa y mañana incendiaria fogata.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte
jamás¡
Nuestro mestizaje con el
tramado se refuerza
de las trenzas hídricas
de las cordilleras Blanca y
Negra.
Santa el brioso corcel
es domado en “Chancor Mayo”
para calmar la sedienta sed de la madre tierra ;
mientras las fuentes
prisioneras
se potabilizan para entregar
sus lágrimas de doncella.
¡Jangas, dejarte podrán; olvidarte
jamás¡
-------------
Chancor mayo: Río donde
beben las mucas.
EL
TIRALAZO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El trabajo, del hombre filosofía pálida,
es crisol que
funde en ciudad y campo;
también en
Recuay de musgoso tejado
manuales e intelectuales de forja habitan.
Los domadores del
brioso corcel Cañón de Pato
para plasmar el proyecto de la Central Hidroeléctrica ,
tuvieron los músculos de bronce tatuados con rayo
y de
cristal la
inteligencia conductora del desarrollo.
Como ayer, cincela el artesano el mármol y la roca;
urde, trama y teje lana de oveja, alpaca y
vicuña;
y la jora de su devoción por San Ildefonso fermenta
en vasija de barro con cerebro decantado.
Resonancia Ancashina de metálicas heridas
rescata, valora y difunde la música ancashina
y nutre corazones con
fermentos de otoño
sentado en un banco con pentagramas de oro.
Se necesita complejos
de tierra sin marañas,
albergues con bandadas de tordos y torcazas
el discurrir de atenciones, de
sonrisas pobladas,
como fuentes claras de nuestras cordilleras
Es tiempo que nuestras universidades,
de
nosotros la realidad latente escarmenen
y diseñen del
desarrollo los ejes
para salir del fango de inercia troglodita.
Pese al flagelo del hambre
es río nuestra vida
que crece como en tiempos de
lluvia
pese al congreso de mercachifles
donde la docencia
es bostezo.
Cada Puya en floración encienda semillas
para tormentas aromáticas iluminar
y nuestra condición de agua estancada
se libere de las bacterias del
servilismo.
HUARI
I
Huari, escenario decorado con aire, cielo y flor
tus exquisitas
expresiones escultóricas
forjadas con el cincel de la inquietud mestiza
pesan siglos en los arbotantes de tu catedral.
Desde Huacón, terraza de sumisas ofrendas,
propios y extraños trepanan la faz de tu ciudad;
y en Huanchac,
viohuerto de lombrices hervidero,
la muerte sumisa se arruga y la vida vigoriza.
Los espejos ondulantes de Purhuay y Reparín
donde embriagan
seductores perfumes de waqankus,
lavan confesiones de extraños visitantes,
bebedores de recuerdos y dichas sin fin.
Entre quenuales, alisos y molles frondosos
y cerca a la guarida de lentudos osos,
donde aparean las vizcachas y los zorros,
se aspira el sabor salvaje de
pétalos frescos.
De un átomo de barro Dios hizo
al hombre
y el hombre hace del ceramio el
pan de cada día,
que se hornea en Acopalca, Yacya y Mallas,
mientras el frío es rechazado
con lana y nogal.
Huari, en octubre, eres exuberancia folklórica
de todas las sangres que
transitan por tus venas:
las pallas de voz timbrada
con sus mascaypachas
y los saros con cabelleras
blondas y mitras doradas.
Completan el círculo de tus
páginas históricas
los Wanka danzas con máscaras y
bandas,
las tardes taurinas con lluvia
de cervezas y sol,
la furia de gallos y la comparsa de cintas.
Huari,
hormiguero de inquietudes
desbordantes,
como en Semana Santa, Corpus Crhisti y Navidad
alegrías serpenteas en tus
fiestas patronales
de
Milagro, San Bartolomé, Carmen y San Juan.
La fogata incendiaria de
supersticiones
considerada infernal por los
invasores
la
presencia de la pila bautismal generó
para la
propagación de la fe cristiana.
Y sobre los
cimientos de oratorios,
testimonio
de colonización temprana,
el Papa Pio
XI creo la prelatura de Huari
para hacer
de salvajes un racimo de creyentes.
Enclaustrada
en un marco circular de oro,
la ostia
crucificada en manos sacerdotales
guía a los fieles, por caminos
de salvación,
congregados en rediles de
fiestas patronales.
Huari,
lejana vibración de barro ascendente
exprimes
llantos de quena fracturada
desde
que las espuelas sangraron tus ijadas
para
destruir portentos amasados por siglos.
Los
centauros, del rey Minos esclavos,
doblegaron
conciencias y tonsuraron espaldas,
para
reemplazar huacas por catedrales
y
enclaustrar sueños, cristos y santos.
La
comunidad de Santiago Mayor de Yanas,
con
campanarios de lúgubre dondonear,
muestra
de su templo pétreo en la dermis
murales fragmentados de paginas bíblicas.
Las
esculturas de policromada madera
son
expresiones roturadas de talento inca
y
las tallas barrocas de columnas salomónicas
la
libertad pujante del arte mestizo consagran.
III
Cabalgando
el tiempo,
como
cuando los ríos engordan
para
zambullirse en las orillas del mar,
acarreas
el eco de mi sangre
para
quitarme del olvido la mortaja.
Estás presente,
cuando el año viejo se acurruca
en su ataúd,
para dar paso al murmullo de besos y batir de senos,
sobre las protuberancias tibias del Año Nuevo.
En febrero,
cuando las dolencias
invertebradas
se convierten en canto de
serpentinas y talco,
bebes la miel destilada de
la complacencia.
En Semana Santa,
bañada por cerrazones de música
sacra,
te peinas en el cristal del
banquete sin vino
donde la miel del manjar
convoca carnes rojas
que se maceran en los
vinagres de la fe.
En mayo, las novenas de María
se hacen con trinos de
jilgueros;
en junio se aletargan los vientos
en torno al Sagrado Corazón de
Jesús.
En julio,
las ebrias botellas
danzan de los juegos
artificiales al fulgor
y aplanan la deformidad de
nuestra fe,
en las tardes taurinas con ecos
de sangre,
al trote de capitanes y danzas
populares.
En Navidad,
las desmembradas constelaciones
se unen
para deshilvanar villancicos y
tejer “chimichas”,
en
los telares con hebras de amistad religiosa.
----------
PURWAY : Juntar
animales o cosas separadas.
REPARÍN : Del castellano Reparar, arreglar la laguna
CHIMICHA : Inicio de la fiesta popular Navideña,
después del banquete, con el baile de los festeros con sus esposas o
viceversa.
IV
CASTIDAD
AMOR
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Amar sin límites es el límite del
amor;
amar con frenesí es beber de fuente
activa
que permite juntar las gamas del
pensamiento
y crear una gigantesca y maravillosa
hoguera.
Lejos del hoyuelo del ara bendito se
ama;
lejos de los poros que humedecen se
ama,
lejos de la adolescencia huraña se
llama
para incinerar recuerdos con enervante
aliento.
La pubertad pone fin a las vagabundas
citas
permitiendo salvajes monturas
cabalgar,
recorrer praderas de población florida
y visitar leoneras de ansiedad
desbocada.
¡Amor!, estás junto a mí como arena
en la duna
desvestida por el fuego ansioso de aire fresco;
amor, estás junto a mí con tu cáliz de
plata
ofrendando la sangre que mana de mi
costado.
CRISÁLIDA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Repetidas veces sorbo el deseo de
romper,
la fibra de sedas llenas de
castidad;
deseo con el alma dar a mi lengua voz
y voto
para
colinas recorrer y honduras explorar.
Logro
veloz caminar por su cuerpo sensual,
abro
y reabro equilibradas compuertas
y
cogiendo tibias manzanas escojo
para
postre del agitado y suculento banquete.
No
sólo con la mirada y los brazos,
sino
con la lengua, la ideología y los labios,
visto
y desvisto angelicales cuerpos
con
las frazadas transparentes del deleite.
APETITO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
entre
batir de alas y sobre oleaje de espigas;
siempre
ajusta cadenciosos gemidos,
y
deleita la cena de noches placenteras.
Siempre
ella y nadie más que ella,
convoca
a multitudinaria asamblea,
donde
la presencia de lentes antagónicos
radiografían
las fronteras del goce sexual.
El
humeante negro café con su chalina de cafeína.
nos
salvaguarda del frío con su relajante sabor;
nos
permite deshilvanar la madeja del recuerdo
donde
late el retrato de nuestro autorretrato.
De
los nevados blancos en la falda percibí,
a
una niña sus manzanas tibias flotando,
su
blonda cabellera con el viento volando
y su
pajonal hirsuto mil suspiros peinando.
La
tierna moza, hilandera de los Andes,
innata
masticadora con inclinación instintiva,
es
la estrujadora, con muslos candentes,
de
cayados erguidos de ovejeros transeúntes.
Aprendí
con ella hundir alma y carne
en
la dulce hoyada con esferas giratorias
de
sempiternos suspiros, al son de la flauta
que
drena hendeduras y marchita corolas.
Al
desoldarme de sus brazos lasitud sentí,
el
resfrío, pordiosero vagabundo, me cogió
estimulando
estornudos incontenibles,
apagando
cráteres inflamados del volcán.
AHOGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Después del matrimonio,
permanentemente,
te inundo con mis sones de música celeste
te inundo con mis sones de música celeste
y al verte quieta y profundamente dormida
azorado recorro el paisaje de tu cuerpo.
Mientras la tirita noche junto a la lluvia fría,
me acurruco a tu inmensa
horizontalidad
y abriendo de tu rosal fragante los pétalos
me ahogo en tu remolino
envolvente.
HE DEJADO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
He absorbido ondulantes toxinas
que desprende la tea de su piel mojada;
transformado me trasbordo a lejano puerto,
para concluir de mis versos la liturgia.
Mis corolas han besado el espasmo de su cuerpo,
de su cuerpo que hornea en sus hendiduras;
he estrujado sus colinas vigilantes, ebrias de ansiedad,
y penetrado en sus honduras
mi sed asfixiante.
He crucificado de priora suplicante sus extremidades,
priora suplicante con ventosas de braza vehemente;
a fuerza de buscar su puquial pastoso y recóndito
he reforzado mi resuello
con relámpagos erizados.
Sobre el camastro desparramado he
dejado
sus atavíos para compartir deliciosos manjares:
prodigiosas carnes enrolladas, costillas al pisco,
añejos copones de vino tinto, semi seco y seco.
BELLÍSIMA MUJER
Domingo
de Guzmán Huamán Sánchez
¡Bellísima mujer!... la que de noche trota por mi mente,
¡Bellísima mujer!...la randa que se adhiere a mi cama,
dos cuarzos ocultos tras infinidad de palmeras sus ojos son,
dos espejos que reflejan la imagen del cerúleo sus ojos son.
Sus remos serpentinos, horcas inquisitoriales, ajustan;
sus labios rojos, cintillos de lejana púrpura, succionan;
sus mejillas tersas, fragmentos de granadilla, encantan
y los ardores, de sus frescas peras, desesperan.
Teniéndola cerca, la desnudez de su tibia piel, lame
y sus lomas despiden esencias de cierva en celo.
Cuando expone su valle y succiona jadeante,
su lengua puebla a sus labios con blanco manjar.
Y lanzándose sobre la cama de fresca litera,
exponiendo su gruta de airecillo carente,
el ingreso faculta a su
recinto de briznas orlado,
para saciar, hasta el hastío, sus delicados manjares.
Cuando con ternura encajo mi suspiro,
siento que sus entrañas como volcán erupcionan
y cuando decoro su dermis con pincelada de besos,
ella coge de óleo el gigante chisguete y suspira.
Mis manos culebrean por su
cuerpo anhelante,
mis dedos horadan sus
profundas grietas palpitantes;
su cuerpo corta brisas con la suave hoz de sus muslos
y sus talones abren hoyos en las honduras del céfiro.
PECADO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Aprovecho esta tarde y muchas para confesar
que todas las mañanas transito, en silencio,
por la ruta de cañaverales
de mutismo preñadas
para llegar a la ermita construida con suspiros.
Al anciano casto con albo
traje y toga roja
mis lances impúdicos de pareja confieso:
“con arreglo penetro la cabeza
del molusco
que adelanta, desanda y termina escuálido…”
De la confesión al final, el casto longevo sentencia:
“Para limpiar tu pecado
mortal ensaya otro asalto,
prepara ensalada de bananos, naranja y leche
y concluye con tres copones de Padre Nuestro”.
Especializado en el culinario arte
cumplo la sentencia sin desgano;
roturo piedras musgosas, desnudas y callosas
y sin desmayar taladro, hasta quedar extenuado.
¿Hasta cuando destilando y destilando seguiré
en las honduras palpitantes del recipiente opresivo?
¿Hasta cuando suplicando y suplicando brindaré
besos, tocamientos y penetraciones obsesivas?
PÚA IMPRECISA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Tengo la púa imprecisa en mi
retina clavada,
cuando como ducha helada por mi dorso resbalan
los cálidos besos en paisajes y promesas convertidos
de quien por siempre olvidar
he querido.
De joven, las ansias con el contacto físico
se recrean jugando con lamparillas a prueba de frenesí
y la persuasión es la deducción de atracción lúbrica
que se dimensiona más allá de nuestras energías.
Rocíos se busca para calmar la sed del huerto
y tetillas se ordeñan
para complacer instintos.
No hay algo más sensual y genial que un abrazo
para disfrutar becuadros encima y sostenidos debajo.
Coger y morder con placer
la madura fruta,
madura fruta cogida del bosque salvaje y frugal,
es someterse al masaje placentero de torbellinos,
a la inundación de cataratas
de tibia fuente.
Concluida la faena, sobre la planicie mojada
colocas la brida y calzas los pies en los estribos,
cabalgas con ternura, ajustas las piernas y fustigas;
arisca galopará y con tres jornadas abatida caerá.
Final
CUENTOS
SUMARIO
1.- SHUKUKI
2.- LUCIÉRNAGA
3.- LA HILANDERA
4,.- FIESTA
QUINCEAÑERA
5.- DON TOMACO
6.-
“SUPAY”
7.- AUKA RUNAKUNA
8.- SILENCIO TELARAÑAS Y
POLVO
9.- LA HOJA SAGRADA
10.- HIJO DE AGRICULTORES
11,- APÓSTOL SANTIAGO
12.- PUSHANYA
13.- DE ANCESTRO ARTISTA
14.- EL MERCACHIFLE
15.- “EL BARRANCO”
16.-SHUMAQ MISHIKANKA
17.- IRENE
18.- ACRÓSTICOS
19.- AMANECERÍA OTRA VEZ
20.- DOLOR QUE NUNCA CALMA
21.- lA PRIMERA Y SEGUNDA NOCHE
22.- EL CAMPEÓN EN TROMPO
23.- APU MAYOR
24.- SHIKI
25.- MINKA
26.- ESCALÓN
27.- ME INTEGRÉ
28.- LA HILANDERA
29.- FIESTA QUINCEAÑERA
30.- NO ES NORMAL
31.- MISION CUMPLIDA
1.- SHUKUKI
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En las comarcas de los valles
Inter. Andinos, cuando leves airecillos aparecen con su vestimenta escalofriante e ingresan, sin permiso a los
hogares y se penetran en las hendeduras
del alma, es un anticipo de la proximidad de un ventarrón presidido por un remolino
escalofriante de aire.
El Shukuki, aleteando su
capa con sus huesudas manos, avanza
arrollador, las gallinas cacareando se esconden, los cerdos gruñen y las aves
revolotean. El ventarrón arranca plantas desde sus raíces, destecha casas y arrebata
sombreros y deja tras desolación y
muerte.
Pasado el incidente que ha
dejando estragos y pérdidas lamentables, una anciana sentada en la banca de un
parquecito narra a los niños sentados a su alrededor, el siguiente pasaje.
Era un hogar acomodado, de padre
y madre profesionales, donde ella nació y creció, como una plantita delicada
del jardín mas cuidado y le pusieron por nombre, Clementina.
Hasta los trece años, fue alumna
muy aplicada, estudiosa, hacendosa y estudiosa. Las paredes de su cuarto
estaban repletas con reproducciones de cuadros de pintores famosos como:
Durero. Miguel Ángel, Boticcelli. Mondrián, Picaso; diplomas y medallas que reflejaban su
condición de primera alumna, en su
institución educativa.
Sus padres, profesionales liberales, raras veces
permanecían en casa. Clementina crecía asfixiada de comodidades, pero huérfana
de afecto y cariño paternal.
La abuelita se deshacía por su
única nieta, le proporcionaba todo lo que tenia y no era suficiente para llenar
el inmenso vacío de la falta de afecto y comprensión que requería Clementina,
púber delgada, de ojos grises, de cabellos rubios y caminar atlético e
iniciativas asombrosas. Apenas llegaba del colegio, se sumergía en el inmenso
lago de la música clásica, de perfumes y juguetes que ocupaban toda la
extensión de su tocador, dormitorio y sala.
Un día sábado, después de un
maquillaje artístico, la adolescente con pantalón blue Jean ajustado, blusa
blanca y una chompa de cuello largo, se
paseaba en el patio y miraba, de rato en rato, su reloj Olma. Al primer
bocinazo de un automóvil, salió como centella, diciendo:
-¡Chau abuelita!... ¡Regresoooooo!
La anciana se sumergió en la
soledad más profunda y de sus ojitos de tórtola resbalaron dos diminutas
lágrimas y filudos pensamientos punzaron
su cerebro. La escena descrita se repetía siempre.
La madrugada de un sábado
cualquiera, un cadilac se estacionó en la puerta de la mansión y Edelmira, la
mamá de Clementina, bajó trastabillando. La abuelita, que no había podido
dormir durante la noche, salió a recibirla y con mucho esfuerzo condujo a su
hija hasta la sala.
-¡Clementina. Clementina! … ¿Dónde estás? … !Vennnn! -
Vociferó y cayó rendida en el sofá; en esos instantes, sonó el cerrojo de la
puerta principal; luego el de la sala e ingresó Clementina; completamente
ebria, con los cabellos sueltos, la blusa desabotonada y los pantalones
desabrochados.
En la casa se desató la tormenta
que la vecindad sintió y ante la llamada de atención y la bofetada que le
propinó la madre borracha, Clementina
reaccionó y con la fuerza del licor,
la increpó, manifestándola que no era la indicada en fijarse en su
conducta de joven. El lío de palabras terminó cuando la doncella le asesto una
furibunda cachetada a su madre que con el impacto cayó y se golpeo la cabeza,
en la esquina de la columna. Pese a los primeros auxilios proporcionados, por
la abuelita y los vecinos, murió Edelmira a cusa de una hemorragia incontenible.
-Shukukiiii!.- grito la abuelita
a su nieta, quedando al borde de la locura. Acababa de lanzar un mortal grito
de maldición.
Se arrodilló la viejita con las
jorobas pronunciadas y se puso a llorar desconsoladamente, y cuando levantó la
mirada para clavarla en la de Clementina, notó que se convertía en un berbiquí
de aire furioso y salió fracturando las puertas y ventanas de la casa, para
asombro de los pobladores de la comarca, destecho todas las habitaciones,
chozas y arrancó las hojas de los árboles desde su tallo y las avecillas fueron
envueltas por un ciclón violento.
Desde ese día, se comenta que
toda hija que falta a su madre, de palabra o de obra, se convierte en Shukuki,
fenómeno que destruye todo a su paso.
2.- LUCIÉRNAGA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En un paraje alejado de la
comunidad de Marián, vivía don Fulgencio Támara, quien después de contraer
matrimonio civil y católico con doña Mallka Atusparia, trabajó día y noche, con
todas las fuerzas de su juventud, hasta
amasar una fortuna envidiable. Su ganadería era floreciente, sus cosechas abundantes y
sus graneros reventaban. Organizaba fiestas, continuamente, con asistencia de personas de toda laya; inexplicablemente, de padre ejemplar se convirtió en un hombre ocioso e
irresponsable y se descuidó de la formación de sus hijos.
Mallka, conductora del hogar
sufría al igual que sus siete niños. En
suma, Mallka trabajaba un promedio de 18 horas continúas durante 365 días del
año, sin descanso por feriados o vacaciones. Laboraba hasta el mismo
momento del parto.
El marido se ausentaba por meses
y por último, por años. En cada lugar tenía una concubina y en cada una varios
hijos. Despilfarraba su riqueza a manos llenas.
Finalmente, la esposa y
concubinas sufrían por el abandono de
este mal hombre alto, delgado, nariz aguileña y cabellos rojizos. Sólo la amante de turno vivía en medio de todas
las comodidades.
Mallka,
cuando su esposo retornaba al hogar le hacía una serie de preguntas, tratándole
de infiel y él al sentirse acorralado, después de negarlo, por supuesto, y
cuando se veía acorralado, manifestaba que sólo eran un par de revolcones y que
nunca sintió nada por ellas … bla la bla
y la mujer terminaba perdonándolo por amor, por la estabilidad, los
niños y la salud del hogar.
Como de costumbre, en una de sus
correrías, el padrino de matrimonio, visitó la casa de Fulgencio y grande fue
la sorpresa e indignación al encontrar a la mujer de éste muy enferma y a sus
hijos desnutridos, harapientos e incapaces de
hacer faena alguna.
Don Alberto, enterado de
las fechorías de su ahijado, ordenó su
captura y sometido a juicio por el Consejo de Ancianos, fue condenado a la pena
de muerte por apedreamiento y el reo fue conducido al centro de la plaza en medio
de gran alboroto, amenazas e insultos.
Las campanas hembra y macho
tañían sin cesar, convocando a una reunión.
Por
los senderos angostos que bajaban de los
cerros, millares de personas se
deslizaban a la plaza ceremonial, de forma circular, que se convirtió en una telaraña gigantesca. Las
arañas eran las personas sedientas de sangre y venganza y la única mosca era el
adúltero.
Al
término del castigo ejemplar, en medio de la plaza ceremonial quedó un
montículo formado con las piedras arrojadas por los verdugos circunstanciales
que dejaron el cuerpo convertido en una masa sanguinolenta, enterrada y libre
de la apetencia de las aves carroñeras
que volaban en círculo infinito, arriba
en el cielo azul que todo lo ve y nada siente.
Después de muchas lunas, Llupicho joven alto y delgado, de manos grandes y
caminar lento, hijo mayor de Fulgencio, asumió la responsabilidad de velar por
el bienestar de su familia. Lo primero que hizo fue ordenar la apertura de los
graneros que su padre los había mandado
tapiar.
Y como el montículo de piedras, cubierto por
arbustos, “chuchuqoras”, “llakchus”, “jara qewauna” y tréboles afeaban a la
plaza ceremonial, Llupicho dio una segunda orden que consistía en sacar las
yerbas, piedras, desparecer el montículo y extraer los restos de su padre, para
darle sepultura cristiana, ya que su alma deambulaba por el mundo asustando con
sus apariciones en noches de Luna y parajes
solitarios. Muchos de sus detractores habían enloquecido con sus
apariciones y frecuentaban las comarcas vecinas dando lástima por su presencia física
horripilante y expresiones desviadas.
¡Oh, que sorpresa!...en las
ranuras de las pocas piedras que quedaban, pululaban millares de culebras,
alacranes que al sentir la presencia de los hombres, se esparcieron y
desaparecieron en un santiamén, como por arte de magia.
La gente asombrada, buscó la
explicación y al rastrear el lugar por donde se habían escapado encontraron, al
pie del cementerio, un túnel profundo que se dirigía al centro de la Tierra. Cuando
quisieron internarse, recibieron en la cara una lluvia de fuego y azufre,
seguido de una voz profunda y ronca. ¡ no me sigannnnn!... Nooooooooo…¡
Sálvense ¡…¡ Unos perros alados me arrastran al reino del Supayyyyy!
3.-
LA HILANDERA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Los hechos han
tenido lugar, hace meses, cuando Margarita, estudiante provinciana del último
año de secundaria fue violada cerca de
su pensión.
La violación tuvo
lugar en torno a las siete y media de la mañana, cuando cuatro individuos
asaltaron a la mujer en el parque ubicado cerca de la iglesia del pueblo y dos
de ellos la han violado.
Según testigos
de los hechos, los agresores son cuatro personas distinguidas que se dieron
rápidamente a la fuga. Al momento de la violación, la víctima se dirigía a la
iglesia a escuchar misa y confesarse.
Según cuenta
una vecina que se dedica a leer cartas y
adivinar el destino, es posible que los agresores la estaban siguiendo desde
hace días.
La
adivinadora, al escuchar gritos y lloros, fue a auxiliar a la víctima, a la que
habían
"desgarrado toda la ropa y quitado las bragas". "La chica se quería suicidar,
pero los consejos de su salvadora la
condujeron a la venganza.
Con motivo de la Fiesta del patrón Santiago,
habían llegado al pueblo centenar de cochapetinos residentes en Lima y
poblaciones del litoral peruano. Al tercer día de la fiesta, el hotelero del
Municipio, con los primeros rayos del sol que brotaban de la cumbre elevada de
“Ishke Cruz” desparramó, como a granos
de trigo lo hace el sembrador, la noticia que en el Hotel de Turistas de la
localidad dos personas se habían ahorcado en la misma habitación y en las
mismas circunstancias. El Juez de Paz y el gobernador se aproximaron y abrieron
la investigación del hecho. El
Dr. Carlos Villafuerte Bayes, Vocal supremo llegó el tercer día de la fiesta y
se hospedó en el hotel. También el murió en las mismas condiciones que los
otros dos. Esto hizo que los visitantes
abandonaran sus habitaciones y decidieran retirarse de la población
antes que termine la fiesta tradicional. El hospedaje quedó despoblado y el
silencio empezó a
poblar los cuartos desocupados, danto paso a la festividad de ratas que
buscaban desperdicios de galletas dejados.
Domingo
de Guzmán, escritor consagrado, quiso investigar a fondo el caso para encontrar
una motivación para escribir un
cuento
o una novela, solicitó las llaves de una habitación cercana a los que se habían
sucedido los hechos.
Descubrió que desde su ventana se podía
observar, con suma claridad el patio del cementerio del pueblo, rodeado de
flores ornamentales y plantas silvestres como chamizas y “Warwash”. Allí su
visión se topó con la presencia de una doncella espigada con lliclla roja,
monillo de seda blanca y pollera de lana de vicuña de color negro, se
encontraba sentada en una laja de piedra
hilando un vellón blanco de lana de oveja pendiente de su “Kalla” de
“Warwash”. La jovencita extraña tenía un
aspecto peculiar, parecía un cuerpo
volátil. Al día siguiente, el Maestro para congraciarse empezó saludándola y finalmente acabaron
“jugando a la tumba tumba” repetidas
veces, como niños de jardín de infancia. Todos los días, Domingo de Guzmán la
motivaba y ella la repetía con una ingenuidad contagiante e insinuadora. El se
enamoró prendidamente y la invitó al
cuarto del hotel y ella gustosa aceptó; pero no la llevó porque la veía muy
relacionada con los suicidios.
El
Maestro, aún joven y pujante, se dio cuenta de que en el juego ella era la que
dirigía los movimientos y aunque intentaba resistirse no podía, acababa
imitando sus movimientos y caía extenuado en sus brazos.
En
tus brazos duermo apasionado. No me importa el mundo. Hasta que tu respiración
agita mi corazón y nos quedamos agitando las olas de nuestro inmenso mar y
varados en las orillas del suspiro, nos quedamos dormidos, enamorados de la
muerte.
A
un mes del final de la fiesta el escritor,
seducido por la buena moza, no resistió la exigencia sexual de la
extraña y acabó ahorcándose al igual que los tres anteriores huéspedes. El
guardián, cerca al ahorcado, sobre una mesita notó la presencia de una libreta
de notas, la cogió y leyó el diario del Maestro, fue a la casa de Amachita,
llavera del templo mayor del pueblo, donde estaba hospedada la extraña mujercita y descubrió que la casa
estaba deshabitada desde hace seis meses.
4.-
FIESTA QUINCEAÑERA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Esa noche, por sugerencia de mi prima Luz,
Administradora Zonal de PRONAA, me dirigí muy apresurada a la peluquería Daniela, hice mi turno y en
el debido momento fui invitada a sentarme en el Sillón y pedí un peinado, “cola de caballo” arreglada con flequillos con tinturas fuertes, de color rojo. Créame que gaste todo mi
ahorro para notarme distinguida en la fiesta y sobre todo para impresionar a
Silvestre que desde niño me mostró respeto y consideración, pese que sus padres estaban disgustados con los míos. ¿La causa? No lo sé.
Me
doy cuenta, hoy más que nunca, que Vilma me atrae por su modo de hablar, vestir, actuar, trabajar y
sonreír; pese que el tono de de mi voz
es grave y fuerte que me avergüenza; pero me siento orgulloso porque noto que
mi estatura es superior a la de ella, mis pelos crecen en mi rostro, mi tórax
es amplio, mi pelvis
estrecha y mi torso es de forma triangular y el mayor volumen de mi cuerpo me tienta abrazarla, apretujarla y
acariciarla. Me comporto bien en mi hogar, hago los mandados y limpio toda mi
casa sin renegar, porque deseo, de todo corazón, ganar la voluntad de mis
padres para que me concedan el permiso
para ir a la fiesta de Quince años de Vilma, mi vecina y compañera de clases.
La
celebración de mi fiesta programada por mis viejos, estoy conciente, marcará la transición de mi niñez
a mujer. Será un reconocimiento que he alcanzado la madurez. Mi fiesta se
caracterizará por ser el baile de principiantes.
Me siento muy nerviosa. Ingreso al ambiente amplio adornado con globos y flores; al fondo está
ubicada una mesa amplia con mantel
blanco donde reposa una torta gigante de cumpleaños, obsequio de mis padrinos
de bautizo. Ingreso y todos los asistentes se ponen de pie y me aplauden.
Diviso y trato de localizar a mi vecino; pero los fotógrafos me impiden seguir
examinando.
Me
pongo mi terno gris y lo complemento con una corbata roja, lustro mi calzado y
le saco brillo con una tela, arreglo mi cabello con mis dedos frente al espejo
de mi ropero y salgo apresurado y cuando ingreso al salón adecuado para la
fiesta los aplausos retumban y sus ojos lánguidos y chispeantes se clavan en
los míos, sonrío de felicidad y al darme cuenta que ciertas chicas advierten mi actitud me arrimo hacia mis amigos que ya están eufóricos y trato de
pasar por desapersevido.
La
orquesta ejecuta el vals “Feliz cumpleaños” y los presentes cantan llevando el
compás con las palmas de las manos.
Cuando el grupo ejecuta “Olas del Danubio”, bailo primero con mis
hermanos, luego con mis primos y después con mis amigos invitados. El se acerca y me coge, con delicadeza y algo
nerviosos, de la mano y cintura siento un estremecimiento en todo el cuerpo, su
aliento enciende mis pupilas y mis labios desean los suyos y cuando me desbordo
como río de invierno, alguien solicita el cambio de pareja.
La fiesta llega a su clímax. Ella come, baila y bebe con todos y
yo igual me divierto. Me acerco y ella también. La orquesta ejecuta un vals que
en su origen tenía un movimiento lento aunque, en la actualidad, se ha
convertido en una danza de ritmo vivo y rápido. Sus compases son de tres tiempos, es
decir. El primer tiempo siempre es considerado como el tiempo fuerte y los
otros dos son débiles. Al oír la palabra "vals" que expresó el
locutor, enseguida relacioné
con la música clásica, pero lo cierto es que el vals sólo es una forma musical
y puede estar en cualquier estilo.
Salimos
al jardín y nos ubicamos al pie de un capulí. La
tierna hierba primaveral desprendía un olor a frescura que se acentuaba aún
más, nuestras miradas se pierden entre jazmines y azaleas,
Nos
abrazamos y nos entregamos en un beso profundo y prolongado y suaves, como dos plumas
del cuello de una paloma.
Acaricio
sus cabellos, la forma de su cara y de su pecho tan deseado; recorro su cuerpo
palmo a palmo, me pierdo en el nido tibio
de su cuello, mis manos inquietas se deslizan explorando su espalda y mi boca se
enajena al saborear la forma palpitante
de su vientre. Empezamos a elevarnos al infinito; en eso todo se esfuma al ser
pinchado el globo de nuestra ilusión por el alfiler de la realidad.
No sé si estoy soñando o existo junto a mi
pareja.
5.-
DON TOMACO
Domingo de
Guzmán Huamán Sánchez
Don Tomaco de mediana estatura,
musculatura fibrosa y ojos aceitunados, en su brioso corcel, había recorrido
desde su fundo de “Karmocho” hasta Cochapetí y al final del trayecto se sintió
cansado. Durante cuatro horas, había recorrido cuestas entrelazadas por caminos
curvilíneos, manadas pobladas por centenar de reses cuyos becerros encerrados
en chiqueros berreaban aguijoneados por el hambre; había cruzado riachuelos
bullangueros que hacían competencia con el trino de las avecillas que saltaban
de una rama a otra y otra y otra: Chiu-chiu... Qeshrooo – queshroo… Yuk-yuk.
Se apeó, saludó al tendero
Belizario, muy atentamente y le pidió un balde de agua para su corcel “Veneno”
y una chicha de jora espumante con su punto. para él. Su potro sudaba
copiosamente para asegurar su regulación térmica.
Don Tomaco brindó, elogió y bebió con muchos
parientes y amigos que se reunieron en la cantina; finalmente, completamente
ebrio, se tendió sobre la banca alfombrada con pieles de venado y se quedó profundamente dormido.
En la espesura, cerca de su
fundo de Carmocho, cuando trozaba troncos de chachacoma, se le apareció una
mujer bellísima con encantos mitológicos, llevaba un vestido transparente que
mostraba una anatomía exuberante de hembra quinceañera, erguida con una mirada
seductora. Su postura era indolente y pasiva.
Soltó el hacha, se limpió el sudor con el dorso de sus manos callosas.
Nervioso se acercó y junto a la aparición, sintió la atracción irresistible. El
parecía acero y ella imán.
La cogió con vehemencia salvaje
y se dejaron envolver por el remolino turbulento de la pasión. Sus vientres
sudaban y la cadera redondeada de ella se movía, se movía y movía de izquierda
a derecha, de abajo hacia arriba, levantándose, hundiéndose en el lago
esponjoso del pajonal seco que cantaba:
Crac, chirrr, crac , chirr, crac, chir...
La esposa del tendero, que era
la sobrina del visitante, interrumpió el sueño
del cliente.
- ¡Tío Tomaco, Tamaco! Ya es
tarde, despierta.
El despertó y preguntó:
- ¿Donde está ella? ¡No la veo!
- ¿A quién se refiere, tío
Tomaco? - Preguntó muy extrañada.
- ¡Nada! Son efectos de la
borrachera, sed y hambre.- Pidió una
botella de cerveza.
Natalia, la esposa del tendero,
se acercó y dijo:
- Tio Tomaco, ya no beba,
pasemos a la cocina. He preparado un Yaku kashki con papitas tiernas de hallqa
warmi que ayer cosechamos en los parajes
de Utkush .
- Gracias hija. Eres tan amable
y buena como tu madre, mi hermana que muy pronto nos abandonó, cuando apenas
tenías siete añitos. – Contesto el pariente y extrayendo de sus alforjas
chirimoyas, paltas y pepinos, productos de su fundo, la entregó diciendo:
- Para que los chicos endulcen
sus labios y tú recuerdes a tu
progenitora.
Concluido el desayuno, con
huevos, tocino y típicas papas amarillas de acompañamiento, hizo compras que
llenó en sus alforjas y cabalgando su corcel,
partió rumbo a su fundo que se encontraba en la zona templada de la
jurisdicción.
El galope es un aire mucho más cómodo para el jinete, porque
es más fácil seguir el movimiento del caballo. Pero también es mucho más rápido
que el trote y, por lo mismo, provoca temor en muchos novatos. Don Tomás
prefería el galope levantado y parado sobre los estribos, levemente inclinado
hacia delante, hasta que los glúteos ya no estén en contacto permanente con la
montura.
Al final de la calle,
levantando el brazo derecho y blandiendo el sombrero de jipe japa se despidió.
“Hasta pronto, si Dios quiere volveré”.
--------------------
Yaku
kashki : Sopa aguada con queso,
huevos y peregil.
Hallqa
warmi . Mujer de la puna. ( variedad
de papa)
Utkush : Suave como algodón. (
variedad de papa)
Tomako : Diminutivo de Tomás.
6.- “SUPAY”
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
A fines del
siglo XX, don Juan de La Cruz , hombre corpulento, de tez cobriza, ojos
grises claros y nervadura de buey arador, había ido a su fundo de “Shoqui” a regar sus alfalfares
que ya estaban exhibiendo sus flores aromáticas de color violeta jaspeado.
Después de
tender el agua en el potrero, en pleno sol, con lampa en mano y protegida la
cabeza por un sombrero de paja con alas anchas avanzó su trabajo, moviéndose de
uno a otro lado, dirigiendo el recorrido del agua por causes pequeños para
evitar la fuga hacia el precipicio.
“Pullicha”, la
muchacha de estatura pequeña, risueña, con cerquillos en la frente y trenzas
largas adornadas con binchas y cintillas multicolores, llegó apresurada y
ubicándose en la parte superior del alfalfar,
bajo un añoso y frondoso aliso, tendió un mantel bordado con temas de la
flora regional sobre una piedra plana azulina. Con un silbido, pidió a don Juan
se acerque para ingerir los alimentos. ¡Ahora voy! le dijo y lavándose
la cara sudorosa en la acequia, que le surtía agua para el riego, se
aproximó.
Comió con
voracidad el picante de cuy, con papas tiernas aderezadas con achote, rocoto
verde y pelado de trigo. Al final, bebió agua tibia de menta y ordenó a la
muchacha que retornara ligera, llevando alfalfa para sus roedores.
Cansado y
satisfecho del trabajo efectuado, se puso de espaldas sobre el champal para
descansar contemplando los arreboles esquivos de la tarde, cuando fue
interrumpido por la presencia de una mujer de cuerpo escultural que pasó
delante suyo, tan veloz como una ráfaga. Escuchó que le dijo: “buenas tardes
don Juancho”. El se quedó mudo, por unos
instantes; luego alisándose los cabellos
y arreglando el cuello de la camisa
empapada de sudor, llamó: ¡Señorita!...
¿A donde va?...
Ella se detuvo
y sin levantar la cabeza, respondió: No soy de estos lugares, acabo de llegar y
me dirijo a la casa abandonada del frente, que es de mis abuelos; ahí me
quedaré a dormir y mañana retornaré a Cochapetí. Hay dos camas. ¡Tengo mucho
miedo de dormir sola¡ ¿ ienes?
La penumbra
cubría el paisaje cuando tocó la puerta con el aldabón que colgaba de la
armella de una de las hojas de aliso. Una voz
que la hizo temblar de ansiedad salió del interior: “Empuja y pasa que
ya estoy descansando”.
Dejando tras
el canto de grillos y croar de sapos en el pantanal cercano ingresó decidido:
“¡Esta noche o nunca!”
Los carbones
encendidos del fogón, ubicado en un ángulo de la habitación, le permitió
distinguir el lecho donde se encontraba extendido el cuerpo de la extraña que exponía sus
líneas sensuales a través del camisón. Una voz persuasiva le dijo: ¡Ven, amor
mío, ven!
Cuando
el brasero del fogón desprendió
una luz potente pudo observar la cara de la mujer. En vez de una nariz
aguileña, tenía un pico pronunciado de
gallo y cuando recorrió con la mirada las piernas extendidas se topó con las patas de un cabrío macho.
El cuerpo se
le escarapeló y poniéndose de rodillas grito: “¡Virgen santísima!... ¡Dulce
Jesús mío! Cogiendo el crucifijo
que colgaba de su cuello, repitió:
¡Sálvame dulce Jesús mío, Jesucitoooo!
La mujer se
levantó y al tratar de coger a su presa
explotó, produciendo un ruido de bombarda como en las vísperas de la fiesta del
Patrón “Shanticho”: ¡Bummmm¡
Las paredes
cuarteadas de la habitación se abrieron más y todo se pobló de humo nauseabundo
y el olor penetrante de azufre, torpedeando todos sus sentidos.
Vocabulario
quechua:
1.- “Shoqui” : De Shoquy, chupar, inhalar
2.- “Llumllas” : Arbustos que bordean los
caminos.
3.- Cochapetí :
Distrito de la Prov. de Huarmey.
4.- “Shanticho” : Apóstol Santiago, patrón de
Cochapetí
5.- “Supay” : Demonio, diablo, Satanás,
Satán.
6.-
“Pullicha” : Diminutivo de
Florentina
7.- AUKA RUNAKUNA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En los albores
de la civilización Andina, los Auca-runakuna eran hombres emplumados, ágiles y
ligeros en el caminar que habitaron la selva de Huallaga, dedicados a la
cacería y a la pesca, mientras sus mujeres se encargaban de la agricultura y
del cuidado de sus hijos.
Dejando la
tierra de sus ancestros, se aventuraron
hacia las montañas de la provincia de Pataz, Dos de Mayo y Huánuco.
Se toparon con
el Marañón que al surcar por el departamento de Amazonas cruza
la región de los Pongos, un tipo de cañón angosto y profundo entallado,
empezando aguas arriba por: pongos de Rentema, de Mayo, de Mayasita, de
Cumbianama, de Huarcayo y del pongo de Manseriche, el más
conocido. Esta región de los Pongos es muy importante por que de no existir el
río Marañón no llegaría a juntarse con el río Ucayali para formar el río
Amazonas, y al no poder cruzarlo siguieron trajinando en busca de bonles
superficiales para cruzarlos. La necesidad de alimentos hizo posible el
descubrimiento de la agricultura con el cultivo y domesticación de la papa, el
maíz, el tarwi que tuvieron la virtud de ayudar en sus conquistas a los Aucas.
Cruzaron el
Marañón vadeando y de esta manera irrumpieron
hacia los territorios de La
Libertad y la zona de Conchucos en Ancash; donde sembraron hitos incontrastables en aquellos tiempos.
Después de
dominar las crestas de las cordilleras Blanca y Negra, siguiendo la dirección del Astro Rey, llegaron a
las Vertientes del Pacífico: Moche, Virú, Nepeña, Santa,
Casma, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Huaura, Chancay, Chillón y posiblemente
el Rimac, a los valles formados por estos ríos y de este modo llevaron sus
nuevas formas de vida hasta el mismo mar y consolidaron sus conquistas.
Cuando
llegaron a chavín, encontraron indicios de ocupantes previos en ese lugar. Esta
es una edad en la que aparecen rasgos del arte de esta cultura en otras partes
del Perú.
En Ancón hay
una larga secuencia de rasgos que corresponden a los estilos Dragoniano y
Floral en la Galería
de las Ofrendas. A esa misma época corresponde la presencia de rasgos
chavinenses como Garagay o Manchay en los valles de Lima.
En cada uno de
los collados costeños y serranos
instalaron templos y santuarios de diversas magnitudes. Las gentes
comunes vivían en aldeas o caseríos dedicados a la agricultura o la pesca y
acudían a los templos o centros ceremoniales para obtener servicios ligados a
la información sobre el tiempo o la conducción de tareas comunales más o menos
complejas.
Vocabulario
Auca-runas : Hombres caminantes
Ancash : Azul, Suave
Bonles : aguas estancadas, remolinos
8.- SILENCIO TELARAÑAS Y POLVO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Don Pedro
Simeón al retornar, después de veinte años,
a su pueblo de “Waqap”, enclavado en las faldas de “Marka punta”, se
dirigió apresurado a una casa vieja abandonada de sus abuelos, ubicada en un
lugar solitario no muy lejos del lugar. No sabía exactamente cuándo fue
construida, pero suponía que tenía más de un siglo de existencia. El abandono
que sufrió, por generaciones sucesivas,
la convirtió en una casa solitaria y de mal semblante.
Con sus manos
huesudas y delicadas de oficinista, abrió la mansión abandonada y percibió un olor penetrante, nauseabundo, y
un frío húmedo se fue calando en sus huesos. La casa entera parecía advertirle:
¡No ingreses...¡… ¡Noooooooo!
Decidió entrar
y descubrió que el deseo que tenía terminó siendo una pesadilla espeluznante,
que jamás olvidó mientras vivió.
Los muebles de
la sala, el comedor y el dormitorio estaban cubiertos de telarañas y polvo. Se
encaminó a la cocina. ¡Que pena! Colgaba de la pared el mandil rosado de mamá y
la mesa que albergó a más de veinte personas, durante el almuerzo, estaba desvencijada y desierta.
El silencio estaba mudo y no había con quien hablar del pasado. Empezó el desbordamiento de recuerdos.
En esos
instantes se dibujó las maravillas de su infancia, en compañía de sus hermanos
y primos. Recordó que su juego favorito era en el patio de esa mansión
olvidada, recogía tierra y hacía pastelitos de lodo, que le quedaban
redonditos, redonditos; y una vez hechos los ponía sobre una lata de manteca a
secar al sol, ahhhh!!! pero eso no era todo,
una vez secados al sol los pastelillos, un día sábado al final del
almuerzo, pidió permiso a su mamita linda que llevaba puesta el mandil rosado,
para servir los pastelitos y así lo hizo y cuando llegó al lugar donde estaba
sentado su primo José, a quinen lo apodaron de “Gordo Cebón” por tener una
contextura gruesa y llena de grasa, este se mofó diciéndole : ¡Pastel de
barro¡. Lleno de rabía y ¡zassssss! lo agarró a pastelazos y sus primos
quedaron con chichones y heridas en la cara y todo el cuerpo. Hubiera terminado
en una golpiza si es que la ama de casa
no intervenía con su voz y ademán angelical.
Con cabeza
gacha demostrando que no le importaba el incidente con los pasteles,
desapareció para esconderse en su refugio preferido que era un árbol de capulí
donde trepó y trepó hasta lo alto y ahí nadie lo alcanzó.
Brotaron
perlas diamantinas diminutas de su ojos y suspirando profundamente: ¡jaaaa…!
exclamó: ¡Tiempos aquellos¡
Salió al
patio, divisó con avidez, no existían árboles ni menos aquel en donde se
refugiaba cuando las circunstancias de su infancia querían tratarle mal.
Recordó los bellos momentos de su infancia. Y así lo que más extrañó fue su
mamá, un segmento muy importante para que su niñez fuera maravillosa e
inolvidable.
9.-
LA HOJA SAGRADA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
“Genaro Chavinpalpa es un hombre sin familia,
coquero y muy trabajador, siempre tiene algo que hacer y gana dinero suficiente
para vivir.”
“En el pueblo donde habitan sólo veinte
familias, tiene un cuarto de adobe con un corralito donde cría cerdos y un
cuyero donde decenas de roedores nacen,
crecen y son comercializados. En su pequeña habitación todo está en orden”.
Manifiesta
estados de ánimo y sentencia que:
“Cuando
mastica las sagradas hojas de la coca no tiene sed, hambre ni pena. Pese a
ingerir alimento sólo una vez al día,
posee musculatura de buey arador, agilidad felina y mirada de halcón. Siempre
canta para hacer trizas los vidrios de la soledad y rendir pleitesía a la coca,
cuando entona:
Hoja verde de
la coca
humo ralo del
cigarro
con los
dos mi suerte amarro
al tenerlos en
mi boca.
Suele decir,
todo vicio he dejado, pero a mi coca no la dejaré, porque es planta sagrada,
hija de la Mama Patsa ,
que da fuerza y conduce a la felicidad
eterna.
10.-
HIJO DE AGRICULTORES
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
“Yo nací en un
pueblito de las Vertientes del Pacífico, ubicado en las faldas del cerro
“Warakayoq”, lugar que habitaban hombres con hondas ara cazar y defenderse de
ataques sorpresivos. Mis padres fueron chacareros y ganaderos, respetuosos y
considerados; apenas sabían leer y escribir.
Igual que
otros niños de mi edad, realizaba diversas tareas. Todas las mañanas me dirigía
a la estancia de “Qantu”, paraje poblado de cantutas aromáticas, cuya miel
alimentaba a los picaflores, a cegar alfalfa y trasladar sobre mis hombros,
hasta el pueblo, para alimentar a los
cuyes que rica carne nos ofrecían en la mesa familiar, los días de fiesta:
cumpleaños, visitas, siembras y cosechas.
Los domingos, muy temprano, sobre el lomo de mi
“Jirpu”, asno fornido y resistente, me dirigía a la manada a inspeccionar las
reses de mis padres y cuando el sol se dirigía hacia el mar para zambullir su cabellera
resplandeciente en las aguas turbulentas del Océano Pacífico, retornaba con las
alforjas repletas de quesos requesones y mantequillas, sobre las ancas de mi
jumento que a mi también me transportaba arrancando de trecho en trecho con su
dentadura potente, los pajonales que
floreaban al borde de los caminos serpenteantes y juguetones.
Estudié la
primaria en el pueblito de Cochapetí y la secundaria y superior en la ciudad de
Huarás, resido en esta última, donde
contraje matrimonio y tengo siete hijos, número cabalístico, uno por
cada día de la semana y todos son profesionales brillantes.
Cuento con
noventa años de edad y soy feliz al compartir momentos inolvidables con mis
nietos y los hijos de ellos. Espero la muerte, muy tranquilo, sabiendo que me
forjé y formé a mis descendientes con los dones de educador conciente y
consecuente del rol que me tocó cumplir en la sociedad.
11.- APÓSTOL SANTIAGO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
“Al final del
trabajo agotador de la cosecha de papas en Cruz Pampa, doña Felicitas, pese haber comido pachamanca con tres carnes
y papas asadas en hornos construidos con piedras y terrones para la ocasión,
con quesillo fresco y rocotos verdes, llegó a su casa muy cansada y
cenó; después se introdujo a la
cama seguido por el ¡miau, miauuuu” de su gatito de orejas puntiagudas y ojitos incandescentes y se quedó
profundamente dormida arrullado por el ronquido del animalito.
Rezaba,
arrodillada en un reclinatorio, frente al Altar Mayor del templo virreinal,
declarada Patrimonio Cultural de la Nación y al sentir el peso ligero de unas
manos giró la cabeza y sus ojos se toparon con los del Patrón
del pueblo, Apóstol Santiago.
El le pidió
que sea su mayordoma para depositar flores aromáticas y velas en su altar;
luego el Santo del pueblo cabalgó su corcel blanco y partió como rayo,
dejando al rededor chispas producidas por los herrajes al rozar con el piso
pedregoso. La devota despertó cuando los primeros rayos de la aurora se
extendían en el horizonte”.
2.- Anáfora, reemplaza
textos con referentes:
“Durante la semana, Shanticho visitó a
muchas personas, recordándoles
sus obligaciones para la Fiesta
Patronal. El estaba seguro que, ese año, la celebración de su festividad
sería pomposa, con juegos artificiales, corrida de toros, comilonas,
reencuentros de centenar de cochapetinos
residentes en Lima y países extranjeros.
El 25 de
julio, día central de la festividad, el apóstol estaba radiante y con sonrisa a
flor de labio, porque los festeros le ubicaron en una anda de cedro tallado y
barnizado, adornado con flores variadas. Su rostro se tornó rosado porque le
vistieron con camisa blanca, pantalón azul y capa roja con grecas doradas y sombrero
de pico del mismo color; sostenía con la mano derecha enguantada una espada de
plata con empuñadura de oro.
“Entonces,
después de la misa, todos los asistentes, al compás de la banda de músicos,
bajo la dirección del trompetista “Zambo Mashi”, en procesión solemne, le
expresaron su profunda devoción, con los sentimientos de: Sabiduría, ciencia, Piedad y Temor.”
“Después de la corrida de toros, los comuneros
y visitantes se retiraron y al día siguiente, después de la homilía del
sacerdote, los devotos recibieron la bendición y la recomendación de cumplir
con la promesa de hacer mejor la fiesta el año próximo.
Concluida la
Santa Misa , los reunidos, en el
atrio empedrado con lajas de piedras azules y blancas, se dieron abrazos de
despedida y promesas de retornar.
En un extremo,
sobre una mesita de aliso, el sacristán Moisés Alejo, hombre diminuto y
barrigón, anotaba en un libro de actas los nombres de los “Qellis”, quienes apoyarían a los
festeros con cargo de reciprocidad.
12.- PUSHANYA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
“Claudio Guerrero
conocido, desde niño, como ”Yana Wawa” por su cuerpo atlético,
tez morena, nariz chata y cabellos ensortijados, a mediados del siglo XX,
durante sus vacaciones de año, bajo la presión de su padre, se trasladó desde su estancia de “Qeropuquio” hasta “
Búbano Ruiri”, donde permaneció tres
meses cuidando a sus reses y dedicado a la cacería de vizcachas, pumas y
venados.
Una tarde
calurosa, después de beber agua cristalina del manantial rodeado por helechos
gigantes, al escuchar un ruido extraño, viró el cuello hacia su derecha
y vio con asombro, en vez de un venado normal, a un animal gigantesco con los cuernos
enredados entre las zarzas
de especies variadas del bosque; sin
perder tiempo, apuntó su retrocarga hacia la presa inmovilizada y
disparó, dos veces, originando herida profunda en la frente y el pecho del
animal indefenso.
“Después corrió y desenvainando su cuchillo tajó, con fuerza, el cuello
robusto de la bestia. A continuación, destripó y también fraccionó el cuerpo, no obstante lo pesado que era, convirtiéndolo en cecina.
Finalmente, lo
tendió en las ramas para deshidratarlo; por ello logró empacarlo en varios fardos, así que
cargó varios jumentos y como trofeo de vacaciones en el pueblo vendió cecinas, a buen precio, asi que obtuvo utilidades para comprar
útiles escolares, alimentos balanceados y ahorró para solventar gastos durante
el año académico.
13.- DE ANCESTRO ARTISTA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Domingo
Guzmán, joven delgado de tez morena, cabellos ondulados y ojos grises de mirada
penetrante, estudió en la Escuela Regional
de Bellas Artes de Huarás cuando era adolescente, ahí practicó más de doce años
pintando con diferentes estilos, buscando uno propio que no logró. Sus madre
murió cuando el tenía 15 años y dos meses
después su padre fue encarcelado por
sospecha de asesinato. Su padre era machista a morir y le inculcó a
Domingo Guzmán sobre el poderío de los
hombres sobre las mujeres, trataba que su hijo entendiera que los hombres
siempre mandaban y que las mujeres obedecían.
Domingo entró
a la universidad a la ERBA
a los 20 años después de haber trabajado
en la JOP de
Ancash, para sobrevivir y mantener a su familia
consistente en una esposa y un hijo. Domingo durante sus estudios,
debido a su presencia física y gran orador, mostró una autosuficiencia hacía
sus compañeros de estudio de promoción y creyó que era Don Juan, pero gracias a
una ayuda psicológica y a sus compañeros de trabajo logró entender que no era
así. Tuvo una joven esposa, diligente y
trabajadora y de ahí nació un hogar
ejemplar y responsables. Al entrar a la Escuela Domingo conoció mucha
gente y se hizo muy amigo de las compañeras de su esposa que estudiabas en la
misma Escuela, dos años menos que él. . Ahí fue cuando domingo descubrió su
debilidad hacía las mujeres y experimentó la poligamia, que más tarde iba a ser
puesta a prueba con Rosalvina,
una compañera de su hija con la
cual también compartió en la cama; de ahí resultó su hijo Michel que fue reconocido como hijo de Marcial Quispe que se enamoró prendidamente
de su madre que era una quinceañera bellísima y trabajaba en la Oficina de Correros de
Recuay. Michel cree que su padre es el
PNP , pero su madre esconde muy bien al mundo
que no es precisamente el hijo de Domingo, pero si comparte con él
muchas cosas, entre ellas el sexo.
Con sus clases
de docente en al Escuela Normal de
tingua como profesor de Expresión Artística y Expresiones Creativas se gana el
dinero para mantener a su naciente familia. Cuando culmina sus trabajos de
docente contratado, toma su pincel y plasma algunos pincelazos a la foto para
darle un toque de magia y recuerdo o coge una tabla, previamente preparada,
para realizar sus trabajos de pirograbados con temas del paisajes del Callejhón
de huaylas o temas históricos donde están presente las culturas Chavin,. Wari, Recuay, y otras. Domingo Guzmán solo le vende sus
cuadros a las personas que visitan la exposición auspiciada por CRYRSA. Lo curioso de Guzmán
es que el mejor sitio de trabajo para él es su casa; donde vive con su esposa y
dos hijos: Daniel y Liz. Su taller está en el segundo piso de la casa ubicada
en el Jr. Caraz 950 de la ciudad de Huarás. Los temas hist´ricos y
paisajísticos de Guzmán tienen más importancia que el resto de tendencia académica. Las pinceladas que
marca en sus cuadros siempre llevan tonos grises dándole a los paisajes la
calidad de los pintores holandeses o los murales mejicanos de Rivera y Siqueiros. Su taller de arte tiene
como nombre “Cochapetí” y está repleta de los temas paisajísticos y
costumbristas de su tierra natal: Cochapetí.
Domingo
Guzmán, venció dificultades familiares
para organizar su hogar y
afortunadamente es feliz, por que su
esposa también es estudiante de Artes
Plásticas, con inclinación profunda a la Escultura.
14.- EL MERCACHIFLE
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuento
A fines del
siglo pasado, un vendedor de baratijas, solía recorrer los pueblos de la Vertientes del
Pacífico, distribuyendo su mercancía a cambio de dinero o especies. Era gordito
como un cebón polanchin, ojos pequeños y saltones, caminar pausado, palabras
precisas y extremidades ágiles con dedos que contaban los billetes o escogía
sencillos con la avidez de una hilandera
que frota las yemas con mucha precisión para girar el uso.
No había gente que dejara de obtener sus
mercaderías ofertadas y el pago lo hacían con dinero cantante y sonante o con
cuyes, gallinas, conejos, chivos porque todo era negociable.
Durante su
recorrido por las Vertientes del Pacífico, al final de su travesía, quedaba con
los bolsillos repletos de dinero y animales que se apretujaban en el corral del
hospedaje. Después cumplir su cronograma de visitas de negocio se quedabA unos
días en la ciudad para proveerse de mercaderías.
Satisfecho,
bebiendo una taza de café con emparedado de jamón, en una fonda lujosa de la
ciudad, santiguándose solía decir: Pese a mi talla pequeña y estructura gorda y
ojos pequeños como de cerdo, tengo la habilidad de convencer a mis clientes.
Nadie niega mis propuestas y el resultado final son las
ganancias que me permite mantener a mi
familia con honradez y holgura.
”Vertientes
del Pacífico, naturaleza pródiga, que otrora acogiste y brindaste tu “Chiwa
kanka” al sabio Antonio Raimondi y liberaste de tus entrañas al Santiago Antúnez de Mayolo, Gabino Uribe,
Jacinto Palacios, María Alvarado y Luís Pardo
Novoa , permíteme el calor de tus labios, suplica la turista.
Te daré todo
dice la bella Andina, guiñando de
reojo al Océano Pacífico que le saluda
con su olas turbulentas. Te llenaré
las ansias con
el perfume de mis amancayes, saciaré tus deseos con la pupila de mis chirimoyas
y decoraré tu frente con los labios de brisas marinas. Al fín te daré todo lo
que tengo.
Necesito el
peine de cacho , que siempre llevas en el bolsillo de tu casaca, para alisar
mis cabellos de color de espigas doradas
de tus campos.
¡Fiuuuu! ..-
Con el silbido de mis vientos te daré el líquido de mis manantiales, el perfume
de mis flores y la fortaleza de mis hombres.
Gracias y mil
gracias “Vertientes del Pacífico” que hoy y siempre te llevaré en mi corazón
enamorado.
padre me apodó
de “Montaraz…”
¿ tienes
muchos amigos?
Soy “japallán
cholo”, sin padre, madre ni hermanos
15.-
VECINO
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Durante el
primer verano del año 2000, en la Alameda
Grau del barrio de San Francisco de la ciudad de Huarás,
apareció el cachorro llamado “Vecino” que tenía una predisposición natural a la
compañía humana y a la vida familiar, con una sensibilidad especial hacia los
niños y el juego. Era un perro muy querido por los chiquillos del barrio.
Mientras
éstos, durante el día, permanecían en sus centros educativos, el animal se
quedaba encerrado en el corralón que tenía un muro altísimo que competía con
los árboles ornamentales plantados con fines puramente estéticos, sin que se
pretenda destinarlos a la producción u otros fines.
Dormía todo el
día y de vez en cuando se acercaba al cobertizo protegido de fuertes corrientes
de viento. Ladraba a las gallinas que respondían con cacareos incesantes,
estirando sus cuellos y moviéndose de un lado a otro, reflejando sus instintos
silvestres naturales.
En cambio, de
noche, “Vecino” salía con sus amitos y jugaba en el parque con los chicos de la
vecindad. Muchas madres acompañaban a sus retoños y las muchachas, con trenzas
largas algunas y otras con cabellos cortos,
se encargaban de cuidarlos y comprarles golosinas con el dinero
entregado por sus patrones.
Cuánta paz
había en los árboles y cuantas notas musicales
exhalaban las hojas de las
ramas repletas de esperanzas verdes, como el coro de jovencitos lanzaban sus
cánticos frente al altar mayor del templo de la parroquia del Espíritu Santo.
El jolgorio en
las noches era motivado por los infantes y el personaje central era el
cachorrito de color negro con manchas blancas en las patitas y el hocico.
Doña Clara,
mujer admirable que frisaba los treinta años de edad, que vestía con calidad,
de forma sencilla y elegante, acompañaba, de cuando en cuando, a su primogénito
Sebastián, chiquitín de cabellos ensortijados, nariz roma y ojos saltones como
de los grillos del estanque. Se divertía junto con otras mamás de las
travesuras del cachorro y de los niños que jugaban hasta estrujar chorros de sudor.
Una noche de
luna llena, con el cielo tachonado por estrellas refulgentes que no dejaban de
guiñar a los seres del universo, doña
Clara y su hijo se quedaron en el parque y jugaron hasta el cansancio con
“Vecino”, cuyos amos vivían al costado de su casa.
Al día
siguiente, a la hora de cena, mientras doña Clara alistaba la comida, en la
cocina, su esposo con su hijo se
sentaron frente a la televisión y se deleitaron con los dibujos animados de Walt Disney. Durante los minutos
de publicidad, Sebastián dio una noticia,
agradable para él, a su padre.
Papito, tú no
sabes lo que hace mi mamá, durante las noches, cuando tú no estás en casa.
Dime hijo ¿Que
es lo que hace tu mamita cuando no estoy en casa?- interrogó el padre, muy
curioso.
¡Ah¡ Esta
noche, como en otras, mi mamita después de invitarle galletas al “Vecino” se
puso a jugar con él, detrás de los rosales del parque, por eso hemos llegado tarde.
¿Con el
vecino?.. ¿Se quedó jugando con el vecino, detrás del rosal del parque?
Si papito,
como en otras noches. ¡Bueno! tengo hambre, vamos al comedor,- diciendo caminó
y se ubicó en la mesa decorada con un florero de porcelana china que contenía
flores balsámicas. Su madre sirvió, ligera, los alimentos apetitosos.
Durante la
cena, don Jonás, esposo de doña Clara, ingirió sus alimentos en completo
silencio, no pronunció palabra alguna, actitud que extrañó a su esposa. En esos
instantes, tableteaba en el cerebro del
jefe del hogar la metralleta de los celos y los celos ciegan por completo y
las cosas empeoran los días siguientes.
“Mi mujer se
ha quedado, detrás de los rosales del parque con el vecino, con el abogado que
tiene su estudio junto a mi casa. ¡No!,
no puede ser!....Con él, haciendo el amor
en el parque, protegido por los rosales y a vista y presencia de mi
hijo!.. Si no es por la mención de mi
niño, jamás lo hubiera sabido”. ¡Ahora verán¡… Me vengaré.
A partir de
ese día, después de cenar se encerraba en su escritorio y monologaba. “Lo
asesinaré al vecino, a ese vivo que me finge amistad sincera. Lo asesinaré
porque me traiciona, porque revolotea alrededor de la luz de mi hogar opacando
mi felicidad”.
“Por las
mañanas salgo a correr y agoto mi cuerpo para no agredir a mi esposa. Por las
tardes me siento en el banco del parque y leo los diarios de la localidad para
no conversar con nadie. Cada vez que veo a mi vecino acabo pensando que soy un
tonto. Me siento culpable por albergar tan mezquinos sentimientos. Y,
finalmente, llego a casa y deseo quedarme a solas mientras fumo cigarros
uno tras otro”.
La filosofía penal del Perú, es considerar al
delincuente como un ser humano, que si bien ha cometido un hecho grave ante la
sociedad puede ser sujeto de un proceso de readaptación, que lo lleve a
corregir el área de conducta viciada y pueda después de un tiempo retornar a la
sociedad, convertido en un ser productivo y resarcir el daño causado.
Un día de
visita a la cárcel, doña Clara y su hijo, con bolsas de frutas, conservas y
periódicos, fueron a saludar a Jonás que purgaba su delito por asesino. Había
sido condenado a trece años de reclusión por haber asesinado a su vecino, el
abogado Castromonte.
Cuando sonó el
timbre, anunciando la salida de los familiares, amigos y parientes de los
recluidos, él dijo muy arrepentido.
Esposa mía,
¡perdóname! Asesiné al abogado, pensando que tú me traicionabas con él, en las
noches, detrás de los rosales del parque.
Pensé mal,
cuando nuestro hijo me dijo que ustedes se quedaban jugando con el cachorro de nuestra comadre Paulina,
llamado “Vecino”.
Jonás soy tu
esposa. ! Jamás te falté ni te faltaré! Eres el amor de mi vida. Como
prometimos al casarnos te amaré hasta el día de nuestra muerte y si se puede
amar más allá de la muerte te seguiré amando.- Abrazándole derramó unas gotas
tibias de lágrimas cristalinas en su pecho.
¡Que imbecil
soy!... ¿cómo pude haber dudado de una mujer santa, honesta y honrada? ... bien
merecido el castigo que me ha impuesto la justicia humana.- Cogiendo un cajón
repleto de artesanías, le acompañó a la salida del penal diciendo:
Por favor,
como de costumbre, vendan estos productos para subsanar las necesidades de
nuestro hogar.
Los vecinos y
algunas empresas turísticas me han hecho pedidos y tienes que doblar tu producción, Jonás.-
Respondió ella.
Gracias por la
visita. Para la próxima les esperaré con artesanías de mi creación. Vendiendo
tendrán ingreso suficiente para vivir con holgura y tú, cogiendo los hombros,
hijo serás un gran profesional.
16.- “EL BARRANCO”
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El chacarero
se llamaba Luís Huerta que tenía tierras de cultivo en las propiedades
heredadas de su señor padre, don Daniel Sabino; tenía veinticinco años y su vida en el
campo, desde que abandonó sus estudios en el colegio capitalino donde se
destacó como escritor, no era tan fácil ni maravillosa. Trabajaba duro, se
arriesgaba mucho y no lograba una retribución justa como para darse una vida
lujosa rodeado de comodidades y formar un hogar.
Decía que era responsable de la muerte de doña
Perfecta que la encontraron en el barranco de “Urán, los peones que fueron a
limpiar la acequia que conduce agua de la laguna de Shiqui a las tierras de la comunidad de Cochapetí.
Las mujeres que la vieron compartir con ella, sentados al bode de una acequia
que que conducía agua cantarina que son su ¡culll culll culll! Incesante
acompasaba el trino de las aves, comentaban que el criminal era él; eso no le
importaba porque estaba dedicado a escribir un diario detallado de los pasos
que siguió para asesinarla. A sus visitantes solía decirle: “Cometí el crimen
porque soy el aborrecido del pueblo y la
única que me entendía era ella”.
Conoció a
Perfecta, en el mes de mayo, durante la cosecha de papas en el paraje de Cruz
Pampa, donde al centro del Callpal construyó un horno con terrones y piedras
labradas. Ella atizaba el fogón con
chamizas secas y asaba “Jallka warmi” y “Utkush”, papas arenosas y
agradables que fueron degustados con “Kushara” fresca y quesos añejos, en el
momento de descanso al medio día, cuando el sol
reverberaba en el cenit.
Ella atendía a diestra y siniestra exhibiendo
sus bamboleantes y apetecible senos. Nadie se
dio cuenta del celo que le despertaban las miradas golosas de los
jóvenes a excepción de su tía Ushi que desapareció, después del almuerzo
campestre, llevando sobre la espalda una lliklla de papas escogidas.
Una tarde
cuando Perfecta se dirigía a la fuente de Paccha con un atado de ropas para
lavar, la siguió hasta el lugar donde
ella cogió las ropas sucias y las sumergió en el lavadero mandado
construir por el alcalde a pedido de las mujeres del pueblo. El se acercó y
empezó aventarle piedrecillas como muestra de su presencia y estima. Entonces
conversaron y Luís le preguntó si ella sentía algo por el. La respuesta era una
sonrisa coqueta seguido de una sonrisa astuta. Era el medio día, ella recogió
los vestidos tendidos en el champal, la envolvió y puso a sus espaldas
ajustando entre su mandíbula y los senos las puntas de la Lliclla ; llenó el balde
con agua fresca y partió hacia el pueblo con pasos ligeros. Al día siguiente
cuando Perfecta se dirigía a Qarwanchi por alfalfa para sus cuyes y cebollas
para la cocina, el la esperó en la curva del camino y sin preámbulos dijo que la amaba. Ella sonrió y manifestó
que era casada. Sin pérdida de tiempo la
cogió, la tumbó y después de un breve forcejeo ambos fueron transportados al
paraíso de la entrega placentera con besos, abrazos y chasquidos de olas
embravecidas en las orillas de la playa extensa del placer. Se levantaron y
cada cual siguió su ruta sin intercambiar palabra alguna.
A la mañana
siguiente Lucho fue a la casa de Perfecta y encontró a don Chavinillo sentado
en una mecedora, al costado del patio de su casita, solazadose bajo la sombra
de una campanilla en floración. Le dijo que su esposa había ido a
Qarwanchi a atender a sus animales y
sembríos con ayuda de su primo “Shawi”. Montó en ira y se despidió del ciego que rebasaba por todo los poros
inocencia e humildad.
Durante meses,
Luís y Perfecta, a ocultas, en los barrancos, en la cabecera de los huertos y
bajo la sombra de los quenuales se veían continuamente. Luís la amaba
desesperadamente, pero se daba cuenta que Perfecta lo quería como pasatiempo.
Las crisis la
permitió traicionar a su esposo Chavinillo y a
todos sus amantes
circunstanciales, su manía era abandonar su hogar y deambular por quebradas,
pueblos vecinos y sementeras para perderse en brazos de chiquilos, mozos y
adultos.
Una tarde la
encontró en el patio de su casa y le invitó a sentarse, sus ojos redondos y
saliendo un poco de sus órbitas, ansiosos, su pelo hermosamente desgreñado,
ayudado con una bincha para “normalizarlo”. Le saludó por haber permitido la
visita en su casa y permitirle conversar
y le pidió pasar unos momentos en su alcoba, sin contestara le mirabas ansiosa.
Y le dijo: “Gracias por visitarme, por ser valiente, tu petición es genial,
pero m i esposo está descansando.
Dejó de mirarle ansiosa, sus ojos se volvieron
dulces y su boca habló con voz emocionada: “por fin, sólo necesitaba que
alguien me entendiera”. Se levantó e ingresó a su cuarto diciendo. Chawinillo
abre tud brazos para que me devores.
Desde ese
momento, muchos de sus encuentros terminaban en peleas furibundas porque él
siempre le preguntaba sobre las relaciones íntimas que ella sostenía con los
jóvenes de la comarca y los foráneos que la visitaban de vez en cuando.
En una de sus
demencias discutieron fuertemente y ella se marchó gritando y llorando sin
hacer caso a las llamadas de él.
Una mañana, muy temprano, Luís se dirigió a
“Qarwanchi” y en la puerta de la casita de don Chavinillo, que a raíz de un
accidente se quedó ciego y vivía a expensas de su esposa, se topó con Shawi que salía en compañía de
una mujer agraciada y extraña. Le manifestó que
Perfecta se había quedado en el lecho que habían compartido los tres.
Luís recordó que después de una borrachera se había quedado en casa de un
amigo con su pareja, lo que pasó afloró con toda claridad en su mente, tenían
las copas hasta la cabeza y entonces se metieron a la cama los tres e hicieron
de todo, sintió rabia y a la vez morbo pero , siguió con ella, es difícil
verla, entendió
que las tres se habían acostado y que ella era una falsa y merecía otro trato.
Llegó a la conclusión de que Perfecta era
una prostituta.
Desde
entonces, todas las mañanas la esperaba en los recodos del camino y ella no
aparecía. Después de una espera interminable los vio que avanzaban jugando y
dándose pellizcos, se abrazaban, se besaban. Era marzo, la tormenta, con
truenos y relámpagos sorprendió. Lís se escondió en una cueva y extrajo de su bolsillo un cuchillo marca
“Toro”, la afilo en una piedra pulida por el tiempo, la limpió con los dedos y
después de darle un beso la envainó y guardo en el bolsillo de su saco.
Cuando salió al encuentro de la pareja vio que
ella sola se acercaba, le preguntó
tristemente qué iba a hacer, él le respondió que tenía que matarla por haberlo
traicionado con varios, entonces, llorando le clavó el cuchillo en el pecho y
lo desbarrancó por la pendiente rocosa que terminaba en un barranco profundo.
Se dirigió a
Cochapetí y penetró a la casa de Perfecta donde encontró a don Chavinillo. Le
confesó al ciego que venía de la estancia de Qarwanchi, que Perfecta era la
amante de Shawi y por eso lo había matado; entonces el ciego le gritó que era
un demente. Luego fue a Gobernador y se entregó. Fue remitido a la provincia de
Aija y después de un breve juzgamiento quedó preso, en el encierro intentó
darle explicación a la última palabra del ciego: “loco” y el por qué Shawi se
hubiera suicidado.
17.-SHUMAQ MISHIKANKA
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
La alarma de
mi celular, seguía cantando y cantando, mientras extraía de su estuche.
¡Haló ¡…
¡Haló! respondí.
Soy Rodrigo.-
contestó una voz familiar.
¡Diga!...
¿Para que soy bueno?
Mañana, sábado
a horas 09.00 AM tenemos una cita con el Sr. Alcalde de Huari, Licenciado
Edwards Vizcarra, para ultimar las gestiones para la realización del XVIII
Encuentro Regional de Poetas y
Escritores de Ancash y el I Mega Evento Regional de Ucayali, Huanuco y Ancash.
¿Nos acompañas?
¡Claro que
sí!- Le respondí.
Estoy en
Huari, disfrutando de este amanecer singular y revolotea en mi mente los versos
de mi paisano, el poeta Edmundo Villavicencio:
El amanecer
espera la noche.
El día se
revuelca y aspiro
volcanes de
estrellas”.
Aquí nací,
crecí y realicé mi aprendizaje hasta concluir la secundaria, luego viajé a Lima
para continuar mis estudios superiores. He retornado después de cinco largos
años. Resido en la capital del Perú, soy enfermera y trabajo en el
Hospital “Hipólito Unanue”, ubicado en la plaza principal de Surco. Acabo de
enterrar a mi madre que murió atacada por el cáncer a las mamas. Después del
“pitsqaki” retornaré a la Capital que no es mi
tierra pero la quiero como si fuera mía. Sólo Dios sabe, ¡Cuando regresaré!
El día 16 de
febrero, cuando el alba rayaba los picachos andinos, llegamos a nuestro
destino. En la Agencia
de Transportes “El Águila”, nos esperaba el poeta Daniel Gonzáles. Éramos
cuatro: Rodrigo, Villafane, Daniel y yo. En la esquina del parque vendían
emolientes, jugos de quinua, emparedados de huevo, chicharrón y frutas. Nos
acercamos y cada uno pidió lo que le apetecía. De esta manera iniciamos el día
de trabajo arduo, con el desayuno franciscano reparador y ajeno de toda etiqueta.
Después de
recorrer un trecho, preguntamos por la ubicación de las oficinas del municipio
y una campesina muy amable, de piel blanca y rizos en la frente, con vestimenta
típica, nos indicó que se encontraba en el segundo piso del Mercado Central.
Después de
recorrer el Parque ubicado al pie del
mirador de “Tukuwaqanka”, llegamos a una esquina; allí estaba el mercado y como
había llovido de noche, el piso estaba barroso; los calzados y pantalones de
las personas como los nuestros estaban decoradas
con pinceladas abstractas de
limo.
Observamos que
era mucho más pequeño que los mercados de carne y de pescado de Huarás. A
diferencia del pescado y la carne, la venta de verduras y frutas tenía lugar en
el piso de las veredas y al aire libre. El establecimiento se agrupaba en una
calle perpendicular frente del gran edificio de la Cooperativa de Crédito
y Consumo de Huari. A su vez, todos los puestos estaban rodeados por un pequeño
patio circular donde estaban instalados quioscos de todo tipo, desde papelerías
hasta chocherías.
¿Quienes
Serán?… ¿Ingenieros, agentes vendedores?... Por el porte parecen intelectuales,
talvez escritores. Soy una bella y atractiva, romántica, soñadora, alegre y sensual
dije y me acerqué curiosa y con tono pasional saludé: ¡Señores,
muy buenos días! El de bigotes blancos y cabellos ondulados ralos y albos me
contestó el saludo y preguntó. ¿Es Ud. huarina, la bella “mishikankina”?. ¡Sí!¡
la respondí y disimulé mi rubor con una sonrisa.
El local del
Municipio ya no se encontraba en la
plaza de armas; en ese lugar estaban construyendo un edificio moderno de
material noble. Los trabajadores hormigueaban. Unos mezclaban con maquinarias pesadas el cemento
con arena y agua, otros acarreaban la
mezcla en latas sobre el hombro para ser vaciados.
Como nos
indicó Maria, dijo que así se llamaba la enfermera, nos dirigimos al mercado,
en cuyo segundo piso estaban instaladas provisionalmente, las oficinas de la
alcaldía. Después de una hora de espera, el Alcalde nos invitó a su oficina,
cuya estantería estaba repleta de libros impresos por el “Fondo Editorial
Ventana Andina” del Municipio huarino.
Terminada la Misa de cuerpo presente,
celebrada en la catedral de la ciudad, en homenaje a mi madre, nos dirigimos al
cementerio para darle el adiós postrero. En la noche recibí la visita de mis
familiares que me entregaron regalos de chirimoya, huevos, papas y maíz. Cuando
se despidieron, con lágrimas y latido fuerte del corazón les mostré mi gratitud
con palabras melancólicas matizadas con lágrimas.
A las cuatro
de la tarde me dirigí al paradero. ¡Sorpresa! Allí
estaban los cuatro. Mi vehículo
salió a la hora indicada en el boleto y partí, llevando, en mi mente, el
encargo del señor Domingo de Guzmán, cuyas facciones me recordaban a las de mi
abuelo paterno: Alto, delgado, de tez blanca y ojos azules. Decían que era
natural de Gros sglockner, montaña más alta de Tirol, de donde se vino a
consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial.
Concluida la
gestión y firmada el acta de compromiso entre el Alcalde y los miembros del
Consejo Directivo de la AEPA ,
y después de un ovíparo almuerzo, en el recreo Campestre de Palca, invitado por
el señor alcalde Edgard Vizcarra, nos dirigimos al paradero de buses, con
nuestros boletos adquiridos en la Agencia de Transportes
Halcón, comentando sobre lo exitoso que sería el XVIII Encuentro de la Asociación de
Escritores y Poetas de Ancash y el Primer Mega Evento Regional, con la
participación de los poetas y escritores de las regiones consideradas.
En Chavín de
Huantar, pueblo escondido en un pequeño valle que según Julio C. Tello fue la cuna de la civilización peruana,
el “chulillo” nos despertó con su voz aflautada, anunciando que deberíamos
abandonar el carro que nos transportaba para efectuar un trasbordo a otro
vehículo.
Fui el primero
en subir al otro vehículo con varios asientos vacíos. En la primera fila se
encontraba ella y la butaca adyacente estaba vacío. Interrogué si podía
sentarme a su lado y ella, entre sueños y frotándose los orbitales me dijo que
sí. Así fue.
Me
acomodé, cubrí mis piernas con una tela
de felpa que siempre llevaba en mis viajes; y me quedé dormido al instante.
Sentí que ella
puso sus manos sobre mi cuello y me atrajo hacia sí. Sus labios empezaron a
beber de la frescura de los míos con avidez. Un susurro de su voz reventó como
una pompa de jabón que dibujó en mis oídos la palabra: ¡Amor, bésame, bésame
mucho, como si fuera esta noche la última vez! Cuando las llantas se
sumergieron en hoyos encharcados por la lluvia, sacudiendo la carrocería en las
honduras del tramó, nos despertamos y ella gritó: ¡Uyy¡ Luego se quedó
profundamente dormida. Su respiración penetraba a mi mente como un desayuno
servido esperando ser tomado.
Al
empacar los regalos, me dije: En cuanto llegue a Lima voy a preparar una comida
novo andina con los productos andinos que llevo:
tarwi, quinua, kiwicha, cochayuyu, maca y
oca. Invitaré a mis familiares
más cercanos y a Humachumbo, mi enamorado que viene exigiéndome la
prueba del amor y no he cedido a su requerimiento, pese a que lo quiero mucho;
siempre le digo que después del matrimonio todo. En realidad creo que la
virginidad es algo personal como para ser una decisión y algo que cada uno debe
tener en cuenta; yo creo que no tener relación sexual antes del matrimonio es perfecto.
Estaba
en sus brazos a punto de entregarme a sus deseos, cuando a causa del
sacudón del vehículo desperté en las
alturas de Kawish, la parte más alta por donde
atraviesan los vehículos de Huari a Lima y viceversa, desperté asustada.
Estaba en los brazos del profesor Domingo de Guzmán y quise seguir gozando de
la tibieza de su cuerpo, cuando me dijo: “Discúlpame señorita, la vida es sueño y los sueños
refuerzan a la vida”.
Al
resplandor de los primeros rayos del Waraq Qoyllur o Lucero del amanecer,
llegamos a Huarás. La ciudad se
preparaba para despertar y nosotros apuramos los pasos para acercarnos
al emolientero. Solicitamos emoliente con harta linaza, jugo de berros y limón;
compartimos con la señorita enlutada. Me
despedí con un beso en la mejilla que se incendio como una pavesa inyectada por
el amor. ¡Hasta pronto¡
18.- IRENE
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Desciendo de
una familia de artistas rico en
imaginaciónn y creatividad. Mis compañeros de estudio me han
llamado “Qallwash” porque para pintar
mis cuadros utilizaba el color amarillo; pero, hasta el momento, no
se ha resuelto el término Artista si es
genialidad o la forma elevada de expresión creativa
Aquellos que pintan paisajes de día sueñan un mundo
maravilloso de noche. En sus recorridos raros observan los jardines del cielo y se agitan, al dejar de bostezar, Imaginando que han recorrido los senderos que Dante lo hizo guiado por Beatriz. Recorren, en frágil embarcación,
el turbulento lago de las Estigias.
Confieso que soy artista, que estoy iluminado, que
hay dos momentos en mi existencia mental: el estado de pureza que pertenece a los sucesos de mi infancia, y un
estado de oscurantismo y desvío, que pertenece al presente y a los episodios
que instituyen la segunda etapa de mi
existencia. Por eso, escuchad lo que les
contaré del primer período, y del segundo.
La mujer de mi adolescencia, de quien tengo la
fotografías clara en mi mente, era la cuñada del hermano de mi tío padre que se había casado con una profesora
del pueblo vecino de Malvas. Se llamaba
Irene. Juntos habíamos recorrido los parajes frígidos de Ishke Cruz y pasado momentos
inolvidables en “Pishtak Maché”, Cueva del degollador, mientras la lluvia torrencial con rayos, truenos y
relámpagos hacía estragos con los pastores y sus rebaños de pelambre albo.
Pocos llegaban al lugar maldecido por las viudas que
habían perdido a sus esposos secuestrados, asesinados y hervidos en pailas por
los “Pishtaqkuna” en el amplio recinto
de la cueva misteriosa. Hacer el amor,
protegidos por paredes ciclópeas y animados por la fragancia de flores
silvestres y trino de avecillas era lo más sublime e inolvidable. Solos ,
aislados de la curiosidad de vecinos, sin preocuparnos del mundanal cuchicheo,
yo, mi amada y el manantial de la soledad.
Mis dedos se deslizaban por caminos sinuosos de su
cuerpo hasta su puquial tibio y palpitante, así como los espacios que se
extendían desde la enmarañada selva perdiéndose en las profundidades del placer
que agitaba a nuestros corazones, con latidos del amor y la energía de los
apus.
Tomados de la mano, durante noventa días que duró la
vacación, recorrimos Irene y yo por esas laderas pobladas de ichus, pajonales y
quenuales antes de que el amor fermentara en los “Kuntus” o vasijas de nuestros corazones.
Ocurrió una tarde. Palabra alguna pronunciamos.
Habíamos arrancado al amor toda su furia y encanto y
sentíamos el in cen dio de todos los deseos de nuestros antepasados. Todo
a nuestro alrededor cambió. Flores
aromáticas brotaron en las paredes rocosas. Y la vida emergía en los senderos polvoreentos, todaslas aves desplegaron su plumaje ante nosotros.
convirtiendo toda su trayectoria en estela esplendorosa.
Irene embelleció, pero era una doncella normal e
inocente, como la vida de los amancayes
amarillos que poblaron los cerros
tornándolos embriagadores con sus aromas edénicos.
Ningún cambio en la naturaleza disimulaba el amor
ardiente que sentía por mí.
Habiendo pronunciado una mañana, entre lágrimas, la
palabra : “Hasta pronto, amor mío y cuídate”, partí en mi brioso corcel hacía el lejano horizonte.
Sintió palpitar su corazón con ritmo acelerado y
supo que, su hermosura se arrugaría con la ventisca de la lejanía. Le dolía
pensar que, una vez alejados, yo olvidaría para siempre aquellos felices
lugares, transfiriendo mi amor apasionado
a otra joven. entonces, la abracé con
fuerza y juré, ante ella y ante el patrón Shanticho, que nunca la
olvidaría ni la cambiaría por otra y poniendo a Dios como testigo juré
recordarla siempre y si faltara que recibiría el castigo más horrendo. Sus
ojos se opacaron con las lágrimas que
fluían de lo más hondo de su
tristeza.Tembló y suspiró, aceptando
mi juramento que la alivió.
Distante del paradisíaco Cochapetí, formé mi hogar
en la ciudad de Huaraz, entre las cordilleras Blanca y Negra, cerca muy cerca
del coloso Huascarán. La cueva de “Pishtaq Maché”, las laderas de Ishke Cruz”
desaparecieron del panorama del recuerdo.
Y la arrulladora melodía, más suave que el arpa del “Zambo Mashi”, directoº del Conjunto
Musical Folclórico Los Amancayes
de Carmocho, salvo la voz de Irene, fue apagándose poco a poco, en
murmullos cada vez más sordos, hasta que la corriente del río Santa, al fin, se
dimensionó. Y por último, mangadas de nubes voluminosas se posaron sobre los
lomos de los picos elevados del Huascarán, Huandoy y Hualcán.
Apoderándose de los resplandores dorados y
magníficos del Callejón de Huaylas.
Pasado el tiempo, las promesas de Irene no cayeron
en saco roto, pues escuché el balanceo de sus palabras y las olas del perfume
de su cabellera flotaban siempre en el ambiente de mi Taller de Pintura
originando un latido pesado de mi corazón, y una vez -¡ah, sólo una vez!- despertó de un sueño, como el sueño de la
muerte, con la presión de unos labios espirituales tibios sobre los míos que
estaban helados como el ielo del San Cristóbal..
Me dolía la cama, las
cortinas y la cómoda por los
recuerdos de mi dulce Irene que la
abandoné en busca de otros latidos y otros movimientos.
Viví en Huarás que fue arrasada por el sismo del 31
de mayo, donde todas las casas cayeron y la ciudad fue borrada, junto con mis
dulces sueños que maduraron en Cochapetí. El apoyo de los países del universo
que convirtieron a Huarás en Capital de fraternidad mundial, la fastuosidad y
la bonanza y el boom minero y la belleza embriagadora de las mujeres
intoxicaron mi mente. Sin embargo, mi alma seguía fiel a su juramento, y las
indicaciones de la presencia de Irene todavía me llegaban en las silenciosas
horas de la noche. De pronto, cesaron las manifestaciones descritas y el mundo
cambió ante mis ojos y quedé tentado de las bondades féminas, el dinero y el
licor que me a tentaron y succionaron,
pues aterrizó de algún lugar, de lejanísima tierra, a la renaciente ciudad
donde residía, una jovencita ante cuya presencia mi corazón traidor se encorvó,
a cuya figura me incliné sin resistencia, con el ardiente sometimiento amoroso.
¿Qué era, en verdad, mi pasión por la joven de Malvas, en comparación con el
ardor que me provocaba
Alejandrina? ¡Ah, incomparable ángel Alejandrina! De
veras, no
me quedaba aliento para ninguna otra. ¡Ah, sublime aparición,
Alejandrina! Y al contemplar en las honduras de sus pupilas, donde moraba el
recuerdo, sólo pensé en ellos, y en
ella.
Me casé en Semana Santa; perdí el temor a la
maldición que había conjurado, y su padecimiento no me doblegó. Soy sincero,
pero sólo una vez en la quietud de la noche, llegaron a través de la mampara
los suaves suspiros que me habían abandonado, y adoptaron la voz dulce,
familiar, para decir:
«¡Descansa en paz y de Dios goza! Escucha, el Amor
es inquebrantable. Abriendo tu corazón enamorado a la noble Alejandrina, estás
libre, por razones que conocerás en el Cielo, de tus juramentos a Irene.»
19.- ACRÓSTICOS
CUENTO
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Enclavado en
las alturas de la Cordillera Negra ,
Cochapetí con su cerro Ishke Cruz, Dos cruces, pasa por ser un celoso guardián
de sus antiguas tradiciones. Pueblo eminentemente agrícola y ganadero, su
nombre proviene del quechua Qocha, laguna y Peteq, altura; allí se encontraba
mi centro educativo, donde estudié con mi tía Pelagia y mi prima Casilda. A la
hora del recreo, generalmente, me quedaba en el salón de clases, escribiendo
acrósticos.
Yo era un niño introvertido
que canalizaba mis esfuerzos hacia un
crecimiento personal, me preocupaba por mi propio mundo. Era ajeno a los juegos
grupales, desconfiado que buscaba casi siempre estar solo.
En cambio mis
compañeras eran demasiadas extrovertidas, preocupadas por el mundo externo.
Hacían amigos fácilmente y disfrutaban llevando la conversación en el grupo y
dándose abiertamente hacia los demás.
El Primer
poema que escribí fue para Casilda, mi hermana
espiritual, cuyos padres eran
mis padrinos de bautizo. Se sentaba junto a mí, en una de las carpetas vi
personales que nuestro profesor y director del C.E.Nº 1708 de Cochapetí, había
conseguido, gracias a una gestión realizada en el Ministerio de Educación.
Logro muy importante para nuestra promoción, ya que durante los cuatro años de
primaria nos habíamos sentado en sillas,
troncos de eucalipto o tablas puestas sobre hileras de adobes.
El último día
de la semana, notando mi comportamiento raro, mi maestro, dejando a mis
compañeros de clase jugando en el campo de recreo, regresó y me sorprendió
escribiendo un acróstico con tinta roja en un papel con guardillas. Decía:
Casilda,
hermana y tormento de mis sueños,
Acuño con tinta
carmesí estos versos de amor
Suplicando al
divino de salud nos colme,
Implorando a
Ñaticha y patrón Shanticho
Las bendiciones
para en la vida triunfar
Dando a
nuestros padres satisfacciones mil,
Ahí cuando la
vejez amparo y afecto reclama.
Sin pedir
explicaciones, me arrebató el papelito y llenó al bolsillo, increpándome que salga
a jugar con mis compañeros.
Recuerdo que
me dijo: “En cuerpo sano mente sana”. “Cada cosa en su lugar y cada lugar para
cada cosa”; “el recreo se ha hecho para recrearse”.
A una semana
del incidente, solicitó me acercara a su pupitre y devolviéndome el papelito me
felicitó y dijo a mis compañeros de
clase, que en el aula había nacido un poeta que volará como el gavilán, alto.
Muy alto y solicitó un caluroso aplauso; luego me dijo, dentro de cinco días,
Pelagia, la compañera de ustedes, cumple sus quince años y quedan
invitados a su fiesta. En el momento
adecuado, nuestro poeta declamará el acróstico
dedicado a mi hija, compañera de ustedes. ¡Bravo! Gritaron mis
compañeros y Pelagia se paró para recibir aclamaciones anticipadas.
En la noche
fui a su casa y le abordé con preguntas.
¿Qué flores te gustan?; ¿Cual es tu color
preferido?; ¿Qué profesión te gustaría abrazar? y otras interrogantes
más que me permitiría diseñar el armazón del acróstico que le
declamaría, llegado el momento.
Las personas
somos los seres vivos menos felices del mundo, no como los animales que con
vivir son felices. Somos infelices pero cada uno de una manera distinta.
Estamos
continuamente buscando la felicidad, pero siempre encontramos algún obstáculo
que no nos deja completarla.
Faltaba un día
para el momento esperado. Ella fue al fundo de sus padres, en compañía de
Gerarda, ama de llaves de la familia, para abastecerse de cuyes, gallinas,
huevos, papas, orégano y rocotos para la celebración de su cumpleaños. Eran las
cinco de la tarde cuando retornaba al pueblo, con cargas sobre el lomo de un
jumento y las espaldas de la muchacha. Apuraba la marcha del animal, azuzando
desde su cabalgadura.
De pronto, del
borde del camino, que sin duda descansaba protegida por el chamizal, salió una perdiz volando y asustó al caballo
que corcovó. Ella salió disparada por los aires y cayó al borde de un
precipicio y al intentar levantarse y avanzar hacia el camino, trastabilló y
rodó por la pendiente escarpada, cayendo al fondo del precipicio por donde
corría el riachuelo. Murió ahogada en el “bonle”.
La muchacha,
empapada con lágrimas y la vestimenta desgarrada por el esfuerzo realizado por
rescatar el cuerpo de su ama, testigo de la caída, relató cómo ocurrió el
accidente. “Estaba detrás de la recua y cuando noté el incidente, rodé por la
pendiente y caí cerca al cuerpo inerte de Pelagia e hice esfuerzos para
reanimarla y todo fue inútil. Grité con todas mis fuerzas, pidiendo
auxilio. Hasta que don Serafín, hombrecito bajo y macilento con bola de coca en
el carrillo, se acercó y pudimos traslar el cuerpo inerte y ensangrentado al
borde de la acequia por
donde corría el agua con
su culll,culll, culll…inceasante.
De pronto me
sentí rodeada por mucha gente que
trasladaron a la difunta a la casa de mi profesor, donde se veló, durante dos
noches entre ramos de flores, cirios enlutados y ella sobre un lecho de seda
blanca, con algodón en las fosas nasales, sonreía, ofertando su serenidad a
través del cristal de ataúd”.
No hubo fiesta
de quince años, sino el entierro de una
niña, la luz de los ojos de sus padres. Junto a las primeras lampadas de
tierra, apretando, con mucha fuerza, mis manos la prometí en completo silencio,
que cuando vaya a donde ella está, le recitaré un acróstico en su fiesta de
cumpleaños, allá en el cielo.
Desde aquel
momento aciago, todas las noches escribo y destruyo acrósticos y seguiré
escribiendo hasta cuando haya logrado darle un acabado como ella, seguro, está
esperando.
20.- AMANECERÍA OTRA VEZ
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Llegó el momento en que la noche caía
lentamente, cuando el sol sumergía su blonda cabellera en las profundidades
turbulentas del misterioso Océano Pacífico.
Los cerros escarpados de las punas
frígidas y las lomas multiformes de arenales sedientos de la costa, las planta frutales de los
valles y los maizales de barbas doradas
de las quebradas eran una unidad.
Parecía querer ingresar a nuestros
hogares con los párpados cansados y dispuestos a cerrar para descansar hasta el
amanecer, algo que los hombres no pueden explicar, como si la locura se
generalizara y los hombres locos, locos buscaran un poyo o una cama para
pernoctar placenteramente, olvidándose de todo.
El anciano se sentía, entonces, un
abuelo muy cansado con el pecho fibroso
que le impedía respirar con normalidad y una sequedad en la garganta que quería
aplacar la sed del cuerpo
jadeante y doblado hacia adelante, ojos
y boca abierta.
Se dirige a su dormitorio con deseos
de extender su cuerpo cansado de tanto
trajinar por los senderos de la incomprensión. Pensaba en un nuevo amanecer y
su anochecer con sombras y manchas
violetas tornándose negra en la faz del horizonte, dar satisfacción al cuerpo
sería placentero después de tantos años vividos. Con la cabeza en el suave
almohadón estira los pies huesudos y fríos, como ensayando para reposar en el ataúd.
Empezó a sumergirse en los brazos
ansiosos y suaves del sueño placentero. … todo caía lentamente bajo sus párpados y amanecería para dar paso
a otro anochecer.
21.- DOLOR QUE NUNCA CALMA
Cuento
Don Mariano,
hombre de estatura mediana, cabellos
hirsutos, nariz aguileña y desafiante, sentado detrás de su pupitre de nogal, dialoga con los
delegados de las veinte provincias de la Región Ancash, entre todos ellos resalta la figura de Damián
que tiene un metro ochenta centímetros de talla, de músculos fibrosos que los
exhibe por encontrarse con polo blanco.
Manifiesta que
la matanza salvaje de policías y nativos, en Bagua Grande y Chico del
departamento silvícola de San Martín, ha sido fruto de un plan maquinado y ejecutado por
organizaciones extranjeras opuestos al
Tratado de Libre Comercio, aprovechando de los paros pacíficos por la
eliminación de ciertas leyes y decretos supremos que facilitan la explotación de
nuestros recursos a empresas transnacionales que nada o poco hacen por la
conservación de nuestro ambiente.
Como
presidente de las Rondas Campesinas de Ancash está en la obligación de
informarles y solicitarles su parecer con un paro a convocarse, en respaldo a
los nativos de la Selva
que durante la refriega perdieron más de
un centenar de personas así como las fuerzas del orden. Haciendo del
paraje “La Curva del Diablo” un
escenario macabro que quedará
sellado en la historia de nuestros pueblos que claman justicia y orden. El
tabletear de las metrallas, el silbido de las flechas y los gritos
desgarradores de los torturados salvajemente, seguirá orquestando temor, en el
espacio, por la consumación de los siglos.
Damián, sin
necesidad de pararse, con voz ronca y segura, manifiesta su adhesión y convocatoria para un paro pacífico de solidaridad con los
familiares que han perdido a sus seres
queridos y sugiere como fecha, dentro de tres días.
Apenas
concluida la reunión, acudió a la imprenta y en veinte minutos entrega, a cada
delegado, abundante material impreso de convocatoria. Tenemos que dar ejemplo
de unión y fortaleza porque los ronderos tenemos como lema: “Nunca de rodillas,
siempre de pie”.
El cielo del
mes de mayo es límpido. Aparece y desaparece en cada paradero junto con su
veinte ronderos. Recorren a pie zonas abruptas, pampas de arenal que impiden el
avance de los pasos, cumbres nevadas con ichus silbadores; las mujeres
macilentas se movilizan preparando fiambres y disponiendo a sus hijos a una persona mayor que se
quedará bajo la responsabilidad de los menores y los jóvenes empiezan a
concentrarse en las urbes. Todo el mundo
empieza a batir el pañuelo de la protesta, protegidos por los santos patrones
de sus pueblos.
Ante una
multitud concentrada en las plazas de armas de las provincias, los Ronderos
trasmiten el mensaje concordado. Mariano y Damián, al frente de millar de
personas, desembocan a la plaza mayor de Huarás, donde Pedro Pablo Atusparia
invocó a sus huestes actuar con calma y tomar la Prefectura , y desde un
tabladillo improvisado con cilindros, cada uno en su turno, invocan al Supremo
Gobierno tomar las medidas adecuadas para lograr el bienestar del Perú y se
eviten por todos lo medios pacíficos los enfrentamientos y que los parlamentarios tomen las medidas
adecuadas para enmendar errores con proyectos de ley adecuados.
Concluido el
paro, cada grupo retorna a su lugar de origen en camiones fletados por los
gobiernos locales, mientras los dirigentes
se dirigen al local de las Rondas Campesinas para realizar la sesión de
evaluación.
Don Mariano,
hombre de estatura mediana, cabellos hirsutos, nariz aguileña y desafiante,
sentado detrás de su pupitre de nogal,
dialoga con los delegados de las veinte provincias de la Región Ancash ;
apertura la asamblea de evaluación del Paro Pacífico que acaba de concluir a
nivel departamental.
22.- LA PRIMERA Y SEGUNDA NOCHE
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Era
el mes de marzo, tiempo de truenos, rayos y relámpagos.
La
lluvia, en su caída, se distribuía, una parte para el aprovechamiento de las
plantas, otra para el incremento de los caudales de los ríos por medio de los barrancos y que, a su vez aumentaban
las reservas de los pantanos y el restante se infiltraba a través del suelo, discurriendo por zonas de texturas más o
menos porosas que formaban corrientes subterráneas
que van a depósitos naturales con paredes y fondos arcillosos, constituyendo los yacimientos o pozos naturales.
Abandonando
sus animalitos, encerrados en el corral, cerca a la mansión de sus abuelitos
que se encontraban en el pueblo de Cochapetí, ubicado al pie del wamani Ishke Cruz, abandonó el fundo de Qarwanchi frente al inmenso y lejano Océano
Pacífico que se conecta a través del
valle de Huarmey que goza de abundancia de agua entre los meses de Diciembre a
Marzo y su clima soleado se caracteriza por ser
productor de frutas, destacando entre ellas: mangos, pacaes, plátanos y
paltas, así como del fríjol y maíz.
Después
de una hora de caminata llegó a su destino. Su única intención era acompañar a
la virgen Dolorosa, durante la procesión del Viernes Santo, desde las siete de
la noche hasta el resplandor de las
primeras luces del Lucero matutino.
Entre
la multitud vio a Linda Rosalía con sus inconfundibles cabellos ondulados, con
vestido estilo sastre con un abrigo negro de lana y su cuello delgado estaba
protegido por una bufanda blanca de
alpaca; caían sobre sus hombros una mantilla negra sostenida a la cabeza por un
prendedor de plata.
¡Que
cambiada estaba! Se miraron fijamente, por un buen rato, y luego ante la seña
de los ojos de ella, se escurrieron de la multitud, abandonando la procesión
que avanzaba lenta y muy pausada. Se localizaron en el Callejón de don
Ludovico, donde de niños siempre pasaban largas horas jugando.
Trémulos y
desconcertados se cogieron de las manos y atraídos por una fuerza poderosa, se
sentaron sobre un muro de piedras, debajo de un rosal frondoso y espinoso, que
les regaló sus aromas, despertando inquietudes de adolescencia. Él, un tanto
disminuido, con mucha timidez dijo que habían pasado cinco años y nada sabía de
su vida. Estás muy elegante y aristocrática con ese vestido de lana. Ella,
sonriente, la respondió que era la misma chiquilla que la hizo mujer, sobre ese
champal y bajo el añoso rosal que estaba
rellena de rosas fraganciosas.
Estábamos uno sobre otro en una entrega total sin
ambages ni prejuicios, porque ambos
estaban enamorados. No tenían experiencia, es por eso que les pareció un juego,
pero lo que no olvidaron es que al día siguiente, en casa, no podían cumplir a satisfacción con
los quehaceres cotidianos. Dialogaron:
¡Oh mujer!.
Desde aquella noche no he vuelto a tocarte. Desapareciste como arrastrada por
el viento de cumbres gélidas. Ahora ya eres otra.
Hemos
cambiado. También tú ya no eres el
chiquillo temeroso y cuidadoso que hasta esa noche me seguías por todas partes, eras mi sombra, mi única
ilusión y al verte no me contuve y te cite con los ojos a este lugar de tantas
evocaciones.
Recuerdo. Mi
corazón me decía a cada momento. ¡Es la mujer que te hará dichoso!; pero te
fuiste. ¿Tienes esposo, hijos?
Ni esposo ni
hijos, sólo tú has estado, todo el tiempo, en mi mente; sólo tú has permanecido
a mi lado en mis noches de soledad.
Seguro que la
procesión avanzaba lento y muy lentamente al compás de la banda de músicos “San
Santiago”. De trecho en trecho los cargadores se detenían. Los músico y
cargadores se servían el “calientito” para matar el frío, mientras las mujeres
rezaban el Santo Rosario y entonaban:
“Salve salve cantaba María, que más pura
que tú sólo Dios… El ambiente se poblaba, cada vez más, de misticismo y entrega
total a Dios.
Jacinto me fui
lejos, porque mi padre me exigió que me casara con el Teófilo, hijo del
Sacristán, diciendo que era heredero único y tenía abundante ganado vacuno,
suficiente para tenerme como a una
reina. Como era tuyo y como te quería, me escapé con mis primas a Lima y no
tuve tiempo de avisarte, ¡amor mío!
¿En qué parte
de Lima vives?
He vivido en
San Cosme que junto con los cerros de
San Pedro y Los Pinos, son emporio de gente mala, corrompida. Allí los rateros,
los violadores de niños y niñas que después de satisfacer sus instintos
degüellan a sus víctimas; los desmanteladores de carro están al acecho de sus
presas. Si algo grave no me ha sucedido es porque caminábamos siempre juntos,
mi tía, su esposo y mis primas, todos dedicados a compra y venta de papas.
En cambio, yo
no he proseguido mis estudios, me quedé en Cochapetí:”Resplandor de halcones en
vuelo”, dedicado a la crianza de ganado vacuno y al cultivo de papas, que
transformados los vendo en bolsitas con etiquetas impresas por mi primo Eduardo
Tole que tiene una Imprenta en Tahuantinsuyo, Lima.
La procesión
proseguía y faltaba tres horas para que llegue al templo, entre cirios y
velones, entre cantos y toque de banda de músicos, entre bostezos y lagrimeos.
No recuerdo el
tiempo que estuvimos disfrutando de besos y
abrazos, de recuerdos y
olvidos, de suspiros y cansancio.
De pronto me
dijo: Estoy hospedada en la casa de mi tía Amachita. Ella está en la procesión:
Estoy cansada y he decidido ir a mi
cuarto ¿Puedes acompañarme?, ¡Siento mucho frío¡
23.-
EL CAMPEÓN EN TROMPO
Cuento
Domingo de
Guzmán Huamán Sánchez
La señora
Vaselisa, mujer cincuentona y renegona, que vendía sus biscochuelos a los
profesores y gente principal del pueblo, al final de su venta, se sentaba en
una de las bancas viejas de madera de la plaza principal, frente a la Iglesia. Desprendía
su encadenamiento que llevaba colgado
del cuello y empezaba a rezar El Rosario completo que está compuesto
de veinte decenas, dividido en cuatro partes distintas, desgranaba
las bolitas, una tras otra. Al terminar
se daba cuenta que estaba rodeada de chiquillos, unos mocosos, otros pelucones,
algunos con huellas dejadas por el sudor y el polvo en la carita. Era el
momento en que con sonrisa y voz triste, decía: Cuanto deseé tener niños de su
edad, pero… Mi primer hijo, que era crespito, ojos negros y redondos como el
capulí y sonrisa de rosal fue atacado por un perro rabioso; a consecuencia mi
esposo enloqueció y se abalanzó al precipicio
de Warakayoq. Se subió a la cúspide y se abalanzo a la profundidad cayendo a los filudos roquedales, donde su
cuerpo se hizo trizas y a pocos instantes los buitres degustaron su carne,
dejando los huesos blanquecinos, desparramados en la pampa inaccesible de la Cordillera Negra.
Todos los días
nos contaba pasajes de su esposo que al morir le dejó una prueba eterna de
fidelidad. Entre otros tantos pasajes decía: para subsistir y vivir con
honorabilidad había viajado a Huarás, con el único propósito de aprender la
preparación de biscochuelos y al retornar se dedicaba a esa actividad decente y
ejemplar.
La única vez
que le salió el negocio del bizcochuelo fue cuando recibió un contrato para
preparar doscientas porciones, para una fiesta familiar. Buscó a dos personas
para que le ayuden, pero una de ellas, por falta de experiencia, había batido
huevos con pollitos a punto de nacer.
La fiesta
ardía y llegó el momento de servir el postre en base a bizcochuelos, cuando una
señora grito: Horror, este postre
asqueroso contiene plumas de gallina y terminó vomitando; otra, mostrando un
trozo de dijo que también el suyo tenía
como emparedado trozos de estiércol. Las cucufatas empezaron a nausear y se
agolparon al baño, cuya capacidad no
podía albergar a tanta gente ofendida.
Fue denunciada
y sometida a ultrajes por parte del gobernador que la introdujo al calabozo y
dio la orden para que la bañen y la detengan por 24 horas. Salió con bronco
neumonía que si no era por don Ludovico Huerta, curandero del pueblo, que la
sanó en base a florido de alcohol con escorzonera, ankush y alcohol de
Paramonga, ya no existiría para contar el pasaje lleno de indolencia e
ignorancia.
Siempre, a
cada fin de semana, después de vender sus bizcochuelos, la señora Vaselisa,
mujer cincuentona y renegona, se sentaba en una de las bancas viejas de madera
de la plaza principal, frente a la
Iglesia.
24.- APU MAYOR
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
En la
inmensidad de la selva espesa abochorna el calor y también se escuchan voces
centradas el Apu Mayor, de rostro cetrino y curtido, frente diseñada con
arrugas de ancianidad y sabiduría que
lamenta de la masacre acaecida como
fruto de la traición de gente infiltrada en las comunidades nativas de la selva
peruana.
Entonces la
masa con ánimos caldeados, protagonista del paro indefinido por la derogatoria
de leyes y decretos que permiten la depredación de las riquezas naturales de la
tierra con vegetación espesa y rica en madera y petroquímicos, se enfurece y
sus voces se transforman en rugidos de leopardos hambrientos, el temor se
escapa de su alma y sus dedos descascaradotes de plátanos e impulsores del
machete, se tornan en garras filudas
listas para desgarrar, sangrar y mutilar los cuerpos de sus semejantes, cuyas
presencias obedecen el cumplimiento del deber.
El Apu mayor
no está solo, detrás hay un personaje siniestro con sabiduría de Satanás, ávido
de lograr la desestabilización del gobierno y el fracaso de la gestión
democrática por obra y gracia del paro indefinido de los selvícolas; a sus
costados están los licenciados del ejército, diestros en estrategias militares y manejo
de armas de fuego, con fusiles
a la bandolera, los asaltantes y prontuariados con cuchillos filudos,
campesinos con arcos y flechas que, generalmente los utilizan para la caza y
también están
los niños
captados por la curiosidad y las mujeres sujetas, siempre, a la obediencia del
padre o marido.
Conocedor de
la cercanía de las fuerzas del orden que armados hasta los dientes se acercan
para evitar desmanes y obstaculización
del tránsito por las carreteras, envía emisarios para recibirlos y convencerlos
que se acerquen para dialogar con respeto a las leyes. La comitiva logra su
propósito. El Comandante de la Policía
Nacional se acerca y saluda al Apu Mayor y éste hace
extensivo la deferencia a todos sus súbditos, aclarándoles que las fuerzas del
orden están presentes para evitar desmanes y que el paro continúe con respeto a
los Derechos Humanos.
Los soldados
reciben alimentos y frutas cítricas para
calmar el hambre y la sed; y, cuando todo parecía reunión de gente civilizada,
de pronto, se escuchan detonaciones y una descarga de fusilería de gente parapetada
alrededor del campamento, los soldados no tienen tiempo para utilizar sus
armamentos y se sienten rodeados y apuntados por armas de fuego, lanzas y
flechas.
Una voz
potente, del Apu Menor que da un paso hacia delante, pide ¡Rendición! que es
obedecida; pero, en menor tiempo que dura el fulgor de un rayo, treinta cuerpos
cayen fulminados al suelo, sólo veinte lograr coger y disparar su fusiles
promoviéndose una masacre espantosa que horas después se convertirán en noticia
escalofriante y tergiversada en datos.
La gente mala
no duerme bien, sus espíritus enloquecidos vagan sin rumbo manipulados por el
“Supay”, Los bosques los
desprecian. A ellos los persigue
la justicia, los coge, los coge y los envían a las prisiones más desordenadas.
Allí, ultrajados por presos condenados a
cadena perpetua lloran impotentes y se pesan haber nacido y obedecidos
consignas de gente que quiere llegar al poder desestabilizando a un gobierno
democrático.
Allá, en la
selva espesa y misterios ya se olvidaron de ellos y sólo recuerdan a sus
muertos y desaparecidos. El silencio envuelve y apretuja. El mundo sigue su
trotar incansable: Trac, trac, trasss.
25.- SHIKI
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Sin exagerar,
les digo que la laguna de “Shiki” con sus aguas cristalinas parecidas a los
ojos azules y transparentes de las quinceañeras de las Vertientes del Pacífico,
es impresionante y misteriosa.
Mi abuelita
“Añicha”, cuando era muy niño, me contó del origen sorprendente e
incomprensible de Qewllanka que en
tiempo de los gentiles era una pastora que cuidaba sus llamas en las punas
tupidas de ichus y quenuales de Cochapetí en compañía de sus “allqos” que los
llamaba: “Como Tú” y “Para Mí”. Cada quincena o fin de mes sus padres le
abastecían con víveres, yerbas y frazadas; contaban las llamas y retornaban a
su hogar arreando unas quince o veinte auquénidos para efectuar trueques.
Transcurrieron
meses y años, los ganados aumentaron y poblaron cerros y cerros que eran cuidados
por los hijos y nietos de “Como Tu” y “Para mí”. Ella se enamoró prendidamente
de de una nube solitaria que todos los días recorría el espacio celeste e
inmenso y se posaba sobre ella. Una noche recibió la visita del ser amado y
quedó en estado, transcurrido los nueve meses nació una niña singular que la
puso por nombre “Shiki”.
Mientras la
nube cuidaba a las llamas .ella fue a su pueblo natal a averiguar el destino de sus padres. Dijeron que hace
años la población de cochapetí
I había
desaparecido por la enfermedad del Tifus. Desconsolada retornó a su paradero a
seguir compartiendo su cariño con sus llamas, su esposo e hija. Lloraba mañana,
tarde y noche y de tanto llorar se convirtió en una laguna que con sus aguas
irrigó tierras extensas, desde las punas gélidas hasta las arenas
candentes de las playas del océano
Pacífico.
En tiempos
mejores, con lluvias torrenciales creció dando origen a la laguna de “Shiki”
que no sólo irriga las comarcas de cochapetí sino también a las del distrito
vecino de Malvas.
Mi abuelita,
una noche, me dijo que estas dos joyas que se amAban y socorrían tanto, se
comunicaban a través de un tunel subterráneo.
Si arrojas
algo sobre la superficie de la laguna de “Qewllanqa” que se encuentra a más
altura y está rodeada opor roquedales azulinos, quenuales e ichus, porongos
conteniendo monedas de plata, alhajas y cristales preciosos, es
devorado por un remolino que se forma en la superficie, desaparece y el porongo
aparece en “Shiki”, flotando como un barquito de maguey.
Este hecho es
sorprendente, mágico y de encantamiento. Dudaba de este fenómeno y decidí
comprobarlo personalmente.
Cuando
llegaron las vacaciones, viajé de Huarás a Cochapetí, mi tierra natal donde
pasé mis primeros años de vida.
Pedí a mi
prima, una niña dócil con sonrisa a flor de labio, delgada y atenta que me
prepare fiambre en base a papas fritas, jamón, cancha y su infaltable “Puka
picante. Cuando preparaba mi alforja de viajero, a una hora se presentó y me
entregó el fiambre envuelto en un mantel celeste bordado por ella misma y
dándome un beso en la mejilla que provocó sensación rara en mi cuerpo, me deseó
suerte.
Al día
siguiente, después de trotar durante tres horas que me permitió contemplar panoramas extenso bajo cielo mucho más
extenso, llegué a ”qewllanqa”;cacé patos , “wachwakuna” y extraje “kushurukuna”
de las orillas de la laguna pensando en un picante sabroso preparado por mi
prima.
Después de
saborear mi fiambre suculento, mientras mi potrillo apacentaba, arrojé desde la
compuerta un taper repleto de chocolates y caramelos. Cabalgué y a trote baja a
la laguna de “Shiki”, repleto de
chocolates y caramelos.
Ahora
comprendo que lo que dijo mi abuela no era un invento. Allí sobre la superficie
flotaba el taper
26.-
MINKA
Leyenda
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Cuando viajes
a lugares lejanos y te encuentres, en el trayecto, con personas desconocidas y
te propongan algo, presta mucha atención, podría, incluso cambiar el rumbo de
tu vida. ¿Cómo sabré lo que sucedería?
Pues, mi abuelo me refirió su experiencia personal.
Cuando las
carreteras aún no unían los pueblos de las Vertientes del Pacífico se
transitaban por caminos de herradura con burros, caballos y mulos que servían
para trasladar cargas o cabalgarlas.
Don Juan de la Cruz Sánchez , corpulento de tez
blanca y ferviente devoto del Apóstol Santiago, viajaba de Cochapetí a Catac y
la noche le sorprendió en la pampa extensa de Shutu recubierta de ichus
silbadores, lagunas pobladas de patos silvestres, rodeada por picachos
revestidos de quenuales y roquedales con infinidad de cuevas. Se dirigió a
“Hatún Mache”, cueva amplia, para descansar y permitir a su acémila alimentarse
bien con pajonales frescos.
Cuando
improvisó su cama en el suelo con silla jergas y el pellón san pedrano y se
aprestaba a comer su fiambre extraído de
la Alforja ,
consistente en queso fresco con cancha y su “Haka picante”, escuchó una voz que
reptaba por las paredes rocosas del
aposento. ¿Quién eres? …¿A
dónde Vas?.. ¿Piensas pasar la noche aquí? … Soy cochapetino y me dirijo a
Huarás donde estudian mis hijos, en el
Colegio de “La Libertad”, descansaré aquí, como de costumbre, para proseguir mi
viaje de madrugada, le respondió con naturalidad. El extraño con voz hueca le
sugirió que descanse sosegado para proseguir el viaje en compañía.
Casi al amanecer,
ensillaron sus acémilas y al momento de
partir, el extraño, que no mostraba la cara y tenía cubierta la cabeza con
sombrero de copas amplias, le dijo que más adelante les esperaban dos enemigos
y para salir airosos de la afrenta requerían de apoyo mutuo.
Don Juan que
iba detrás del extraño, muy preocupado, le interrogó: ¿cómo sabes lo que nos va
a suceder?... ¿Acaso eres brujo? El extraño le respondió con aspereza:
¡Silencio! Presta atención. Allá, donde concluye esta trocha te está esperando
don Florencio Torre, con una escopeta en la mano, para liquidarte y apoderarse
de tu montura. El comunero quedó atónito porque sabía que la persona nombrada
era un abigeo, a quien le había retenido en el calabozo de su pueblo, en su
condición de gobernador y al salir, el día siguiente, le infirió amenazas de
muerte. Convencido de lo que le esperaba preguntó muy preocupado. ¿Que debo
hacer para liberarme?. No te preocupes, te ayudare y como soy un espíritu
invisible actuaré con mucha ventaja. El hombre fornido por la intemperie, con
bigotes apuntando a los costados de la
boca, pantalón de montar y casaca de cuero que resaltaba por los costados del
poncho de tres hilos estaba parado en la curva del sendero con una escopeta
apuntando el corazón del cochapetino. En esos instantes, veloz como el rayo, el
espíritu se adelantó y asustó al corcel que encabrito, derribando al bandido
que se golpeó la cabeza en el filo de una piedra, quedando extendido en el
piso, enfriándose rápido. Te salvé dijo
el espíritu y ahora te toca a ti.
Allá, bajo la
sombra de un aliso, al borde del riachuelo, hay alguien que me espera. Escucha
lo que vas a hacer… Trotaron y
llegaron al lugar de la cita.
Allí estaba la figura corpulenta de Lucifer, parado con las piernas abiertas,
con los brazos cruzados, cuernos imponentes, cola que se movía como si fuera
reptil y ojos de fuego que causaban terror y respeto y al notar que avanzamos
dijo: ¡Alto!..El comunero se bajó de su acémila e hincándose de rodillas ante
el fornido personaje alabó: ¡Señor, sólo tú, eres el más poderoso de la Tierra ! … Ensalzado seas.
Lucifer sintiéndose alabado presentó su
figura imponente. Con más fuerza repitió: ¡Enaltecido sea el Señor de los
cielos! Y le mostró el crucifijo de plata que colgaba de su cuello. El demonio
explotó, produciendo un ruido ensordecedor y de sus cenizas brotó un olor
nauseabundo y se escucho en la fronda el graznido de un búho. El alma dijo:
Buen hombre, sigue tu trayecto que yo me dirijo al más allá. Ese Más allá, sonó
como una orquestación fúnebre que penetró a mi mundo interior por todos los
sentidos. Me resistí a dar fe a lo que me dijo, sin embargo, creo que fue
cierto. Talvez no me crean.
27.- ESCALÓN
Mito
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
El paraje de
Escalón, en toda su extensión oferta soledad, silencio y desnudez, fruto de un
incendio de magnitud inconmensurable. Llueve como en cualquier parte, pero las
tierras no se pueblan de pastizales, árboles y arbustos; allí no se escuchan
los trinos de las avecillas ni se solaza con el aroma de las flores, tampoco se
turba con el vuelo de las mariposas multicolores. En cambio las lomas, cerros y
barrancos próximos están poblados de bosques de chachacomos, lloques, alisos,
llumllas, “qarapachos”, en cuyas ramas frondosas revolotean los picaflores, gorriones e infinidad de avecillas
que con sus trinos y cantos convierten la extensión en un paraíso perdido, también pueblan el
ambiente los pumas, comadrejas, venados, tarugos e infinidad de especies.
En aquel lugar
extenso se notan la presencia de un complejo
con dos templos adosados; el primero tiene forma de U, en cuya parte
central hay un acceso a una galería cruciforme, en cuyo centro se encuentra una
“Wanka” gigantesca que es la representación de un Dios que tiene dominio en el
Urin Patas, Kay patsa, Hana Patsa y Hawa Ptsa..
Hay una plaza
que lleva lápidas decoradas con felinos en parejas y seres míticos en procesión
hacia el acceso, al centro se
encuentra el reloj solar. En la
plataforma de la plaza se notan dos galerías, una repleta de conchas marinas
usadas en el culto, y otra que guardaba centenares de vasijas, objetos líticos
y restos de seres humanos y animales quemados que han sido waqueados.
Debajo de los
templos rugen las aguas que no se sabe a donde van.
Según el
relato de una anciana que frisaba los ciento veinte años, este lugar estuvo
poblado por hombres gigantes, dedicados a la astronomía y a las manifestaciones
artísticas en todos sus matices, al cultivo de la tierra y llegó un momento en
que crearon esculturas fantásticas conocidas como cabezas clavas con las que
implantaron la dominación por el terror y rechazaron la autoridad del curaca
Warakayoq, gobernante con mucho tino y paciencia que condujo a su pueblo a un
desarrollo ejemplar. Estos invasores eran abusivos que implantaron los bonos a sus vecinos, consistente
en la entrega obligatoria de productos
agrícolas y ganadoras para la manutención de su pueblo que se olvidó del
trabajo productivo por dedicarse a las fiestas permanentes con derroche de la
chicha, las comilonas y los encuentros
amatorios que se desarrollaban en cualquier lugar y momento, en
presencia de niños, niñas y
adolescentes. Las parejas se seleccionaban, al instante, sin miramiento
de las familias constituidas. Llegó un momento en que el kuntu rebasó y
Waraqakayoq ordenó a sus huestes incendiar
el paraje de los invasores inmorales. El general Atoq rodeó la ciudad y
pidió la rendición de sus jóvenes. Ante la negativa y ataques verbales, fueron
pasados por las armas sin miramiento
alguno, luego provocaron un incendio infernal, destruyendo templos, palacios y
viviendas, durante muchas semanas, hasta quedar chamuscada y con la fisonomía
horripilante como se puede observar en nuestros tiempos. La maldición cayó a
través del brujo para que nada resucite en los lugares arrasados por el fuego.
Ahora sólo
quedan indicios de las muestras arquitectónicas de una civilización que llegó y se instaló en las Vertientes del
Pacífico y por soberbia fue
extirpada de raíces, como extirpan en la actualidad los chacareros que arrancan
las rizomas de las “chuchuqoras” o yerbas dañinas y maldecidas por el campesino
28.- ME INTEGRÉ
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Galopaba en la
extensa pampa de Ishke Cruz, cuando al recorrer una espesa arboleda me estrelle
en una rama de un añoso “Qarapacho” y perdí el conocimiento.
Ingresé a un
ambiente fantástico, en donde el cielo era una cúpula transparente por donde
filtraban rayos rojos como un eterno
atardecer de las playas de Huarmey del insondable Océano Pacífico, donde se solazan con trajes de baños y algunos
desnudos los pescadores gigantes, vendedoras de pescados, peces espadas,
moluscos gigantes y algas verdes; en donde había galeones con tesoros
protegidos por monstruos submarinos y dragones de siete cabezas llamados
“Supaypa wawankuna” o hijos del demonio.
Vivían también estaban las “qeqikuna”, que engañaban a sus maridos y se
convertían en cabezas voladoras; También estaban la hechicera que hacía daños a
doncellas casaderas y protegía a malvados
a cambio de cuantiosa suma de dinero y el curaca “Warakayoq” con su
honda de oro, impartiendo sabios consejos para una vida mejor y llevadera. Allí
me integré muy alegre con mi chaleco y gorro azul, acompañado por las reinitas
de carnaval cochapetinas.
29.-
LA HILANDERA
Cuento
Domingo de
Guzmán Huamán Sánchez
Con motivo de la Fiesta del patrón Santiago,
habían llegado al pueblo centenar de cochapetinos residentes en Lima y
poblaciones del litoral peruano. Al tercer día de fiesta, el hotelero del
Municipio, con los primeros rayos del sol que brotaban de la cumbre elevada de
“Ishke Cruz” desparramó, como a granos
de trigo lo hace el sembrador, la noticia que en el Hotel de Turistas de la
localidad dos personas se habían ahorcado en la misma habitación y en las
mismas circunstancias. El Juez de Paz y el gobernador se aproximaron y abrieron
la investigación del hecho. El
Dr. Carlos Villafuerte Bayes, Vocal supremo llegó el tercer día de la fiesta y
se hospedó en el hotel. También el murió en las mismas condiciones que los
otros dos. Esto hizo que los visitantes
abandonaran sus habitaciones y decidieran retirarse de la población
antes que termine la fiesta tradicional. El hospedaje quedó despoblado y el
silencio empezó a poblar los cuartos desocupados, danto paso a la festividad de
ratas que buscaban desperdicios de galletas dejados.
El Profesor
Daniel Guzmán, escritor consagrado, quiso investigar a fondo el caso para
encontrar una motivación para escribir un cuento o una novela, solicitó las
llaves de unaa habitación cercana a los que se habían sucedido los hechos.
Descubrió que desde su ventana se podía
observar, con suma claridad el patio del cementerio del pueblo, rodeado de
flores ornamentales y plantas silvestres de chamizas y “Warwash”. Allí su
visión se topó con la presencia de una doncella espigada con lliclla roja,
monillo de seda blanca y pollera de lana de vicuña de color negro, se
encontraba sentada en una laja de piedra blanca hilando un vellón blanco de
lana de oveja pendiente de su “Kalla” de “Warwash”. La jovencita extraña tenía un aspecto peculiar, parecía un cuerpo volátil. Al día
siguiente, el Maestro para congraciarse
empezó saludándola y finalmente acabaron “jugando a la tumba tumba” repetidas veces, como niños de jardín de
infancia. Todos los días, Daniel motivaba y ella la repetía con una ingenuidad
contagiante e insinuadora. El se enamoró prendidamente y la invitó al cuarto del hotel y ella gustosa aceptó;
pero no la llevó porque la veía muy relacionada con los suicidios.
El Maestro,
aún joven y pujante, se dio cuenta de que en el juego ella era la que dirigía
los movimientos y aunque intentaba resistirse no podía, acababa imitando sus
movimientos y caía extenuado en sus brazos.
A un mes del
final de la fiesta el escritor, seducido
por la buena moza, no resistió la exigencia sexual de la extraña y acabó
ahorcándose al igual que los tres anteriores huéspedes. El guardián, cerca al
ahorcado, sobre una mesita notó la presencia de una libreta de notas, la cogió
y leyó el diario del Maestro, fue a la casa de Amachita, llavera del templo
mayor del pueblo, donde estaba hospedada
la extraña mujercita y descubrió que la casa estaba deshabitada desde
hace seis meses.
30.- FIESTA QUINCEAÑERA
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Esa noche, por sugerencia de mi prima Luz, estudiante universitaria en la
escuela de Medio Ambiente, me dirigí a la peluquería y pedí un peinado, “cola de caballo” arreglada con flequillos con tinturas fuertes, de
color rojo. Créame que gaste todo mi ahorro para notarme distinguida en la
fiesta y sobre todo para impresionar a Silvestre que desde niño me mostró
respeto y consideración, pese que sus
padres estaban disgustados con los míos.
¿La causa? No lo sé.
Me doy cuenta,
hoy más que nunca, que Vilma me atrae por su modo de hablar, vestir, actuar, trabajar y
sonreír; pese que el tono de de mi voz
es grave y fuerte que me avergüenza; pero me siento orgulloso porque noto que
mi estatura es superior a la de ella, mis pelos crecen en mi rostro, mi tórax
es amplio, mi pelvis
estrecha y mi torso es de forma triangular y el mayor volumen de mi cuerpo me tienta abrazarla, apretujarla y
acariciarla. Me comporto bien en mi hogar, hago los mandados y limpio toda mi
casa sin renegar, porque deseo, de todo corazón, ganar la voluntad de mis
padres para que me concedan el permiso
para ir a la fiesta de Quince años de Vilma, mi vecina y compañera de clases.
La celebración
de mi fiesta programada por mi viejos, estoy
conciente, marcará la transición de mi niñez a mujer. Será un
reconocimiento que he alcanzado la madurez. Mi fiesta se caracterizará por ser el baile de principiantes. Me siento muy
nerviosa. Ingreso al ambiente amplio
adornado con globos y flores; al fondo está ubicada una mesa amplia
con mantel blanco donde reposa una torta
gigante de cumpleaños, obsequio de mis padrinos de bautizo. Ingreso y todos los
asistentes se ponen de pie y me aplauden. Diviso y trato de localizar a mi
vecino; pero los fotógrafos me impiden seguir examinando.
Me pongo mi
terno gris y lo complemento con una corbata roja y salgo apresurado y cuando
ingreso los aplausos retumbaban y sus ojos lánguidos y chispeantes se clavan en
los míos, sonrío de felicidad y al darme cuenta que ciertas chicas advierten mi actitud me arrimo hacia mis amigos que ya están eufóricos y trato de
pasar por desapersevido.
La orquesta
ejecuta el vals “Feliz cumpleaños” y los presentes cantan llevando el compás
con las palmas de las manos. Cuando la
orquesta ejecuta “Olas del Danubio”,
bailo primero con mis hermanos, luego con mis primos y después con mis amigos
invitados y cuando el se acerca y me coge de la mano y cintura siento un
estremecimiento en todo el cuerpo, su aliento enciende mis pupilas y mis labios
desean los suyos, hasta que alguien solicita el cambio.
La fiesta
llega a su clímax. Ella come, baila y bebe con todos y yo igual me divierto. Me
acerco y ella también. Nos abrazamos y nos entregamos en un beso profundo y
prolongado y empezamos a elevarnos al infinito; en eso todo se esfuma al ser
pinchado el globo de la realidad. No sé si estoy soñando o existo junto a ella.
31.-
NO ES NORMAL
Cuento
Domingo de
Guzmán Huamán Sánchez
- ¿Como te va sobrina,
cómo anda tu vida?- Pregunta la señorita Lidia, a su sobrina que le ha
visitado, después de varios meses, pese a vive a unas cuadras de su casa.
- ¡Bien Tía!, me va
muy bien, ya no siento la inquietud de buscar amistades y pasar las noches con
uno y otro motivando cólera a mi mamita linda.- Contesta Lucía.
-
¿Qué me estas diciendo? Todos
los adolescentes en un momento dado se preocupan más o menos de su desarrollo
sexual pero de ello no hablan espontáneamente sino en un clima
de gran confianza. En cambio, tú lo haces con demasiada soltura.- Lidia habló
sorprendida.
- La tensión sexual que he tenido fue el resultado de la
acción de mi organismo.- contestó Lucía.
- ¡Hija¡… En la adolescencia comienzan las primeras
atracciones heterosexuales, la chica es más corazón y el chico es más cuerpo.
- Hacer el amor
todos los días! eso no es normal Hija.
- Tía, Usted puede responder
a una inquietud? - Interrogó Lucía.
- Pregunta lo que quieres, que responderé
gustosa.
- ¿Cuántas veces
por semana hace el amor?- interrogó con brusquedad.
- No tenemos que
hablar de mí, sino de ti. – Contestó la tía.
- Solo dígame tía
¿cuantas veces?
- Una... aveces dos
al mes ... ¡ Eso para mí es suficiente y normal¡
- Con razón vives
amargada.
32.- MISION CUMPLIDA
Cuento
Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
Recorrió las
veinte cuadras del jirón Luzuriaga con su moto rojo, marca Honda de dos
pistones, encendido eléctrico automático, único en su género en el Callejón de
Huaylas. Al llegar a la puerta de la Prefectura ubicada al lado sur de la plaza de
armas de la ciudad de Huarás, se bajó de
la máquina y luego de estacionar en un ambiente libre, ingresó, contestando el
saludo del personal de la Mesa
de Partes. Subió las escaleras y fue conducido al Despacho de la Prefectura por el
Gobernador de la ciudad y el Sr. Julio Romero, secretario de la dependencia.
Se dirigió al
balcón y contempló, muy concentrado, la pileta de bronce ubicada al centro del
perímetro que representa en su conjunto, el ejército del Neptuno, con sus
componentes: tritones, ninfas, monstruos marinos y niños semi desnudos con
coronas de laureles y brazaletes en los brazos acompañando al dios mitológico
del mar, le pareció impresionante. Dio la espalda al panorama turístico y se
dirigió a su nueva oficina. Contempló el retrato del Presidente de la
Republica con su banda presidencial, ubicado entre los
de Bolognesi y Ramón castilla. Se sentó y reclinando sus espaldas en el sofá,
con espaldar de cuero, ordenó a su Secretario, archivar la resolución de su
nombramiento en el registro correspondiente.
Con la cabeza
ajustada por sus dos manos, con los brazos apoyados sobre la superficie del
amplio escritorio, pensaba, sin duda, que dentro de unos minutos se acercaría
el Comandante del Ejército “Juan Hoyle Palacios” para invitarle pasar al óvalo
de la Plaza de Armas para efectuar el izamiento del Pabellón Nacional, a vista
y presencia de una multitud de ciudadanos que se encontraba concentrada para
ver desfilar a sus hijos, seleccionados por sus respectivos tutores, para
disputar el trofeo donado por el Municipio Provincial de Huarás con motivo de
de sus 170 aniversario de creación política.
Veinticuatro
horas antes, después de juramentar y recepcionar el cargo en el Palacio de
Justicia por el Presidente de la Corte
Superior de Justicia de Ancash, ya era Prefecto, la primera
autoridad política de la Región Chavín.
Su inicial
actividad fue empaparse del Decreto Supremo Nº 004-1990-IN, que aprobó el
Reglamento de Organización y Funciones de las
Autoridades Políticas, el mismo que fue modificado mediante Decreto
Supremo Nº 001-2008-IN, estableciéndose
nuevas funciones que deben cumplir los gobernadores a fin de contribuir en la
ejecución y el cumplimiento de las políticas nacionales y sectoriales dispuestas por el Gobierno
Nacional.
Al año
siguiente asumió el mando de Presidente de la República un ciudadano que ganó
las elecciones por voto mayoritario de los electores del país, en la segunda
vuelta. El accionar subversivo se encontraba en su quinta etapa y los medios de
comunicación pronosticaban el
derrocamiento del nuevo mandatario y la asunción al poder del líder del
“Movimiento Popular”, para lo cual determinaron que la capital de la Nueva República sería la ciudad
de Huarás.
Cuando pensaba
que la revocatoria de su cargo había llegado, recibió del Ministerio del
Interior la resolución por la que se ratificaba en el cargo, seguro que ningún
oportunista aceptó el mando por la situación política en Ancash; las papas
quemaban y la muerte acechaba los hogares de las autoridades políticas. A
diario asesinaban y la sociedad se poblaba con huérfanos inocentes y hogares
desbarrancados por la pendiente de la desgracia.
Nuevamente, con
la cabeza ajustada por sus dos manos, con los brazos apoyados sobre la
superficie del amplio escritorio. parándose como resorte dijo: “Misión
cumplida!
En esas
circunstancias, su Secretario, que fue, ingresaba con el retrato del nuevo e de
la República para ser ubicado en reemplazo del otro. Entonces, dijo, por favor
envuélvalo en papel madera la fotografía de mi compañero que ya cumplió con el
encargo del pueblo, me lo llevaré para ubicarlo en mi sala.
Había llegado
el momento y dentro de una hora haría entrega de cargo al Dr. Maguiña que con
sus invitados esperaba en la Sala
de conferencias. Salió con pasos firmes y se dijo!: Misión Cumplida!
TEATRO
JUNTO AL HUASCARÁN
Domingo
de Guzmán Huamán Sánchez
PERSONAJES:
- Esteban.
- Pablo.
- Maruja, madre de Esteban.
- Sergio, tío de Esteban.
- Niňos.
- Seňora.
- Anciano
8.
Chiquillo.
ESCENARIO: UNA CALLE BULLICIOSA DE CARHUAZ
ESTEBAN : Mamá Maruja, voy a la tienda de don Ángel a comprar cuaderno para copiar
Comunicación Integral.
MARUJA : ¿Tienes dinero?
ESTEBAN : Si mamita, mi tío Sergio me dio propina.
MADRE : Ten mucho cuidado al cruzar las calles y aléjate de las personas
extrañas, con tantos turistas no sabemos la cantidad de maleantes que han
llegado.
ESTEBAN : Sí mamá Maruja, tendré mucho
cuidado ( Sale apresurado)
MARUJA : Pobrecito, mi huerfanito. ( Santiguándose) ¡ Dios lo bendiga!.
ESTEBAN : (Camina silbando y pateando partículas tiradas en la calle) Que suerte la mía, parece que es un billete
de diez nuevos soles (levanta el billete
y aprieta fuete y prosigue su marcha mirando a uno y otro lado)
CHIQUILLO :¿Qué has recogido? ( Le sigue)
ESTEBAN : ( Colerico) Nada he recogido shé (
Escupiendo y apretando los puños) ¡No fastidies¡
CHIQUILLO : Así será pues ( Se aleja silbando)
ESTEBAN : ( Se sienta en la vereda y pensativo) Me pregunto. ¿ A quien se le
habrá caído este billete? ¡Pobrecito¡
PEDRO
: ( Se acerca y sentándose
junto a Esteban ¡Hola amigo¡ ¿ Qué
haces sentado en la vereda?...¿Algo malo te sucede?
ESTEBAN : ¡Ola¡.. ¿Acaso nos conocemos?
PEDRO :
Soy de Shilla. Tiempo he estado en Chimbote y como no hay trabajo para
muchachos he retornado a nuestra tierra. Aquí no falta algo que comer y buenos
amigos como tú. ¿ Y tú eres de a por aca?
ESTEBAN : Si, este… Yo vivo a unas cuadras del
mercado.
PEDRO : A qué lado del mercado?... Yo paro por acá todos los días y no te he
visto.
ESTEBAN : Hace días he llegado.
PEDRO : ¿De donde ah? ( Acercándose) Habla.
ESTEBAN : De allí no más soy ( señalando el
cerro)
PEDRO : ¿ De Maya?... De todos modos, somos carhuasinos. ¡ Chócala¡
ESTEBAN : ( Dándole la mano) Recién he llegado
PEDRO : ¿ De dónde?...Eres acaso serrano?
ESTEBAN : ¡Si, soy serrano, pero vivo allí,
en el callejón, desde cuando mi tío que vive aquí, me mandó pasaje para viajar
y llegar a la gran capital. He recorrido gran parte de Lima con él; por eso se
que Lima es grande y me ha dicho que hay
un sitio llamado Callao donde, dice, ahí llegan buques de otros países, hay
tiendas enormes, calles larguísimas.¡Lima! es el lugar donde vivo con mis tios.
La ramadita de mis tíos se encuentra ubicada junto al cielo, allí cerquita.
PEDRO : Quien como tú, tienes una casa
junto al cielo, en cambio yo vivo en la calle.
ESTEBAN : ¿Dónde vives entonces?
PEDRO : ( Frotándose las manos cochinas)
Vivo en elmercado, cuido las frutas y duerm entre las canastas. ( Poniendo lamano sobre los hombres
de Esteban) ¿Cómo te llamas tú?
ESTEBAN : Esteban shé ¿ y tú ¿
PEDRO : Me
llamo Pedro. ( sacando canicas de su bolsillo) ¿Jugamos a las bolas?
ESTEBAN : Ya, hay que jugar Yo soy un gran
cheptador.( Se pone a jugar en plena calle.
Después de un rato caminan juntos)
ESTEBAN : She. ¡Mira lo que encontré¡ ( Saca el billete del
bosillo del pantalón.
PEDRO :
¡Caray! ¡Diez soles, caray! ¿Dónde lo encontraste?
ESTEBAN : Junto a la pista, cerca del cerro.
PEDRO :¿Qué piensas hacer con el billete?
ESTEBAN : No se, guardarlo seguro…Quizás le
doy a mi tia Maruja. La dije que volvería algo para comer. ( sonré con
ingenuidad)
PEDRO :
¡Caray! ¡Yo con un billete como ese haría negocios, palabra que si!
ESTEBAN : ¿Cómo?
PEDRO : (Mostrando optimismo) Muchísimas
cosas.
ESTEBAN : ¿Qué clase de negocios, ah?
PEDRO :¡Cualquier
clase de negocios, hombre! ( Patea un tarro de leche vacía) Negocios hay de
sobra. Palabra que sí. Y en uno de estos días cada uno de nosotros podríamos
tener otra libra en el bolsillo.
ESTEBAN : ( Asombrado) ¿Una libra más?
PEDRO :
¡Pero claro, claro que sí…! ¿Tú eres de Lima?
ESTEBAN : ( Se ruboriza) No, no soy de acá,
soy de Tarma llegué ayer…
PEDRO : ¿De
Tarma? Oye, ¿Quisieras entrar en un negocio, conmigo?
ESTEBAN : ¿Yo…? ... ¿Qué clase de negocio?...
¿Tendríamos otro billete mañana?
PEDRO : Claro que sí. ¡Por su puesto¡
ESTEBAN : ¿Qué clase de negocios se puede hacer, ah?
PEDRO :
(Sonriente) Negocios hay muchos…Podríamos comprar periódicos y venderlos,
podríamos comprar revistas chistes… ( hace pausa y pensativo dice). ¡Mira¡,
compramos diez soles de revistas y las vendemos ahora mismo, en la tarde, y
tenemos quince soles de utilidad, ¡palabra¡
ESTEBAN : ¿Quince soles?
PEDRO :
¡Claro, quince soles! ¡Dos cincuenta de utilidad para ti y dos cincuenta para
mí! ¿Qué te parece, ah?
PEDRO : Vas
ha ver, qué fácil es vender revistas.
Los ponemos en cualquier
sitio, la gente la ve y, listo, los compran para sus hijos. O si no, nos
ponemos a gritar en la calle el nombre de las revistas.¡Ya vas a ver qué bueno
es hacer negocios!
ESTEBAN : ¿Queda
muy lejos el sitio?
PEDRO :
No, ya no. Ahora estamos cerca del
micro y nos vamos gorreando hasta el centro.
ESTEBAN : ¿Cuánto
cuesta el micro?
PEDRO :
¡Nada, hombre! ( Se rie) lo tomamos
nomás y le decimos al conductor que nos deje en la Plaza san Martín.
ESTEBAN : ¿A
dónde va toda esta gente, en auto?
PEDRO :
( Empujando) Vamos, ¿Qué esperas?
ESTEBAN : ¿Aquí
es?
PEDRO :
Claro, ¡Baja!
ESTEBAN : Bueno.
PEDRO : ( Caminado ) ¿Tú tampoco tienes papá?
ESTEBAN : No,
no tengo…(Baja la cabeza muy triste). ¿Y tú?
PEDRO :
Tampoco, ni papá ni mamá (
Encogiéndolos hombros) ¿Y al que le dices tío?
ESTEBAN :
Ah… él vive con mi mamá, ha venido ha Lima de chofer ( Calla) Mi papá murió cuando yo era muy tierno.
PEDRO : ¡Ah, caray!... ¿Y tu tío que tal te trata?
ESTEBAN : Bien,
no se mete conmigo para nada.
PEDRO :
¡Ah! (ordenando) Ven ...entra.
PEDRO :
Paga.
ESTEBAN : (
Vacila)
PEDRO :
No te hagas el tont. ¡ Paga ¡
ESTEBAN : ¿Es
justo una libra?
PEDRO :
Sí, justo. Diez revistas un sol cada
uno.
ESTEBAN : (
Saca el billete del bolsillo)
PEDRO :
( Le quita y paga) Vamos (Jalándolo
caminan un trecho e instalan las revistas) ¡Revistas, revistas! ¡Revistas señor! ¡Revistar señora! ¿Qué te
parece, ah? (Pregunta sonriendo)
ESTEBAN : Esta bueno, esta bueno… (Agradecido)
PEDRO :
¡Revistas! ¡Revistas! ¿No quiere un chiste, señor?
HOMBRE : (
Deteniéndose) ¿Cuánto?
PEDRO :
Un sol cincuenta no mas señor.
HOMBRE : Cobrate
PEDRO :¡ Gracias¡
HOMBRE : o
hay de qué.
PEDRO :
¡Revistas, revistas, chistes a sol
cincuenta( mirando a uno y otro lado)
ESTEBAN :
!Listo!, queda mas que una revista.
PEDRO : Mirandosu reloj) Son las cuatro y media de
la tarde.
¡Caray, me
muero de hambre…!
ESTEBAN : Yo
también tengo hambre
PEDRO :
¿Podrías ir a comprar un pan, o un
bizcocho?
ESTEBAN : ¡Esta
bien!
PEDRO : (Sacando un sol de su bolsillo) Esto es de
los cincuenta de mi ganancia ¿ya?
ESTEBAN : Si,
ya se
PEDRO :
¿Ves ese quiosco? ( señalando)
ESTEBAN : Si
PEDRO : Allí vende sandwiches de jamón, huevo, mantequilla, etc. Anda y cómpra
pan con jamón o tráeme un plátano o galletas, cualquier cosa ¿ya Esteban?. Para
ti lo que quiera.
ESTEBAN : Ya.
ESTEBAN ( Al quiosquero) Dame un pan con jamón.
MUCHACHA: (saco un pan
de la vitrina, envuelveio en un papel y le entrega)
ESTEBAN : (Pone la moneda sobre el mostrador
MUCHACHA: Vale un sol y veinte.
ESTEBAN : ¡Un
sol y veinte…! (devolvio el pan y se quedo indeciso un instante, luego
decidio.) Déme un sol de galletas,
entonces.
ESTEBAN (
Regresa a donde dej´a Pedro) ¡Que no esta Pedro! ¿O me he confundido? ¡Donde esta! ¡Las revistas
y los quince soles!, bueno no es necesario asustarse PENSO. Como tal vez me he
demorado mucho, Pedro me esta buscando, eso
tenia que haber sucedido.
ESTEBAN : Talvez
había ido con un comprador o
conseguir cambio.
ESTEBAN : Entonces
¿Dónde había ido?
ESTEBAN : ( Pregunta), Señor, ¿tiene hora?
JOVEN :
( Responde) Si, son las cinco en punto.
ESTEBAN : ¿Tiene hora señorita?
SENORITA : ( sonriendo) Son las seis y diez ( Se
aleja)
ESTEBAN : ¿Y Pedro, y los quince soles, y la
revista…? ¿Dónde estaban? ¿En que lugar? ¿Por dios? ¿Donde?
ESTEBAN : ¿Tiene hora, señor?
SENOR :
Un cuarto para las siete.
ESTEBAN : Gracias.
ESTEBAN : Entonces ¿ya Pedro no va regresar…?
¿Ni Pedro, ni los quince soles, ni la revista?
ESTEBAN : (Seguía esperando muy preocupado)
Entonces
¿Pedro me ha engañado? ¿Pedro, mi amigo, me ha robado el billete anaranjado?
¿O, no será, más bien, la bestia, con un millón de cabezas es el causante de todo?
TELON.
muy buen trabajo profesor.
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